A toda vela
Cuando yo subí al barco rascamanero, aquella tarde de marzo, 25, del
año 2015, con viento del norte, frío y desapacible, ya estaba media tripulación
preparando los cabos para zarpar a los mares de las palabras, poemas o
narraciones, a las órdenes del capitán poeta Javier.
El primer miembro de la tripulación que subió
fue Fenoy: él, que siempre anda discutiendo con los sindicatos de marineros de
tierra, enarbolando la anarquía terrestre, exaltando el comunismo del norte,
con viento a favor o no, se coloca en esta travesía en la proa, cerca del
capitán y aunque le cueste, acata órdenes al son de la campanilla, ya que la
anarquía de las palabras está muy bien en sus dedos revoltosos y ávidos de protesta,
pero hay que colocarlas. Él lo sabe bien, ya que su lenguaje de vez en cuando
precisa de orden, pero no de ordenanzas.
Esta vez el poema que subió a bordo era un
poema épico dialéctico, dice, uno de esos de movimientos de masas, de
contradicciones de la sociedad que a él tanto le gusta y que tan bien le salen,
con toda esa sabiduría que tiene de los acontecimientos históricos relacionados
con las revoluciones sociales. Muestra
de ello es este poema, que comenzaba así:
Así, sin
armas:
Sin
pistolas, dineros, leyes.
Así
desnudo,
Pero
conocedor como sujeto
Del
proceso que hace historia.
Así como
grupo de apremio
Planta
cara ante las Cortes
Exigiendo
derechos
y acababa así…
Así la
táctica
De irle
a ese pasado,
Erosionando
Su pus
mohosa.
Fenoy se va a librar de hacer más faena a
bordo, ya que el poema lo ha bordado.
La segunda tripulante en subir fue Isabel.
Ella, delicada y ordenada, tiene su sitio reservado en el barco rascamanero,
cerca también del capitán, y va toqueteando sus aparejos, que no son más que
sus libros de poemas, su poesía sobre el amor y el desamor, tan real y tan
envolvente.
Isabel trae su “Poemario de amor” a bordo, y
nos deleita con algunos de sus poemas, como los siguientes, uno de desamor y
otro de amor:
Desamor:
Tus penas me
restan
Tus
penas se instalan
En todas
tus gestos
Te roban
sonrisas.
…..
Mi
tiempo, tan corto.
Me
restan tus penas.
Poema de amor:
Si tú me besaras
Si tú me
besaras
Mis ojos
de nuevo
Se
convertirán
En
bellos luceros
…………
Si tú me
abrazaras
Como en
aquel tiempo
Volvería
a ser pasión
En tus
dedos.
Si tú te
atrevieras
A amarme
otra vez
Jamás ya
podrías
Olvidar
de nuevo
…………
Tú sabes
que el tiempo
Se come
la vida
Y este
sentimiento
No va a
ser eterno.
Y nos deleita con otro poema, con una mención a Antonio
Machado: “Aunque me calle, aunque no escuches lo acostumbrado”, de “Festín del
dolor”.
Amor,
que triste lo que dices
Por
prudencia, por miedos
Por no
herir a terceros
…………………..
Me
acostumbré a besos infinitos
Tan
solamente nuestros.
El capitán se quedó pensativo. No dijo nada.
Los demás tampoco. Quizás porque en las sencillas palabras de los versos, está
toda la complicidad del amor, y nos vemos reflejados en ellas.
La siguiente tripulante en adherirse a la
cubierta del barco para recitar sus magníficos poemas fue María. Ella se coloca
casi siempre en la popa, y de esta manera divisa el horizonte de las palabras.
Las de ella, siempre son bellas, y muchas las tiene recogidas en sus libros
publicados. Uno de ellos es “Cuanto dijo la noche”, y nos deleitó con el
siguiente poema:
Vasija de barro
Vasija
de barro encinta
De vino
ensangrentado,
Que
cubra tu humedad
Mi piel
reseca
Y se
haga de calor
El
tiempo añejo
Para
hacerme de uva en tu regazo
Y boca
ardiente
Que
besara
La copa
del olvido
Del otro libro “descifrando la nada”, nos
dejó esta beldad:
Sueño
“Nada en tu
espíritu…no tiene rostro ni memoria en ti (Antonio Gamoneda)
Sueño y
caigo en el mundo que me hizo
Donde
amo y sonrío para siempre.
………………
Pared de
luz me declaro
Y mi
alma sufre su madre noche
……………………………
Las
manos todas sellan sus secretos
Y el
alba al fin se tiñe de azucenas.
Nos tenemos que agarrar a la barra de
cubierta para no caernos en la ingravidez ilusoria que nos han dejado sus
poemas.
Por fin se ve subir por las escalerillas a
nuestra narradora de oro, Rocío, para que el rumbo de las palabras no se quede
solo en los poemas de un poeta o poetisa, sino que las aguas llenas de sílabas
y letras nos devuelvan a la maravillosa narrativa convertida en perla valiosa
dentro de ese concha en forma de relato, “Los amantes gerundios”, como perla
redonda, brillante, única, porque cada perla que nos trae Rocío en sus relatos,
es única.
LOS AMANTES
GERUNDIOS
Mi primer novio
tenía nombre de gerundio. Se llamaba Fernando.
Al cabo de veinte
años de conocernos, en su interior y ante cualquiera, él nos seguía
emparejando. Aunque lo cierto es que mientras yo estaba “Fernandeando” conocí a
Amado y a Javier y a Armando y a no sé cuantos más. No le voy a engañar. Yo
siempre he conocido varón al modo de las Sagradas Escrituras que para algo he
sido, no diré de misa diaria, pero sí de oraciones varias. Confieso Padre que
mi vida ha sido siempre, bendita sea la Madre Sintaxis, una sucesión de
proposiciones, y perdone usted la franqueza, a cual más copulativa….
Todas
hicimos recuento, mirando a las ondas que venían y se iban, de nuestros amores
ocultos, en el color del agua, aquellos de los que nunca nos atrevimos ni a
decir el nombre, como marineros tatuados en exceso, pero de cuyos tatuajes sí
que nos acordamos!!. Qué recuperación de vida nos trae siempre Rocío con su
magnífica forma y fondo. Le tenemos que dar las gracias siempre por ofrecernos vida
y sonrisas.
Una
marinera inquieta. Amelia, estaba esperando a ser recibida por el capitán, a
que le diera permiso para alzarse y de un salto desde tierra firme, colocarse
en la proa para izar sus poemas en la vela foque, pequeña pero imprescindible.
Más copula…
“muy cerca de la calle Páramo
Hay una casa con una cruz arriba
A veces entro y me siento a contemplar
El devenir de cada ser humano
Que llaga y se arrodilla
Ante un cristo ya muerto.
…….
Todo comportamiento me transmuta
Se crea la comedia,
El drama y la farsa en cada uno de mis actos….
El
capitán Javier discrepa sobre el “devenir”. Comenta que el devenir del ser
humano no se observa, sino que se comprende…quizás sea mejor cambiar el verbo
por meditar, contemplar…Carlos dice “intuir” el devenir….pero no, no cuadra intuir el devenir... Así vamos de una ola a otra, buscando en ella la palabra
ideal que nos haga mecer en el poema pero sin alterar su rumbo… la marinera
tiene en esta ocasión el mando y verá lo que le gusta más.
Otro
poema sin vacilaciones, así, como su autora, de una vez, flotando en su
submundo femenino a través de su prostituta…genial:
A veces imagino otras vidas,
Pienso en las niñas, mujeres
Que han de venderse
Por un trozo de miseria.
…………….
Ejercicio que gravita en mi mente
Y en las aguas de un río que intenta
Purificar mentiras.
Otro
poema del libro “la araña…:
Duermo
Me trago los alientos
Me trago los alientos
Para ser lo que soy
Perdida, oculta
En una piel que no es la mía.
Una náusea me cubre
Cada noche y después, sola
Eternamente sola.
Discutimos
sobre lo conveniente de decir “tragar” los alientos. Al final llegamos entre
toda la tripulación que quedaba mejor con la palabra masticar…”Mastico
alientos”… perfecto… la marinera inquieta mastica todos sus versos y los
convierte en arte, en velas de avance, de mejora de rumbo, de gusto por la
brisa las palabras sensibles contenidas en ella.
Llega
la suboficiala, María Antonia Copado, la
que se sitúa siempre a babor del capitán, a su derecha, palpando el horizonte
con todos sus sentidos, y haciéndonos ver que la brisa es algo más que aire
fresco; es la sensualidad personificada, como ella.
El final
Ha llegado el final de tu ciclo,
Dijo la bestia a la mujer
Erizando el lomo con firmeza..
Cumplí el trato convenido.
Habrás asimilado mis enseñanzas
Y disfrutado de lo que te ofrecí.
Todo a cambio de tus anhelos,
De tu fe, de ese “alma” baldía
Que para nada sirve
.
.
Llévate de mí lo que apetezcas
Y abandona a esta mujer.
¡!Hazlo bestia!! No hay remisión.
Ella se giró mirándole con odio
¡¡Así tampoco me sirves mujer!!
A
la suboficiala le gusta la poesía
agresiva, aberrante, furiosa, sanguinolenta… dice con energía… como
desentrañando las miserias del “alma baldía” de su poema. Si ha llegado a la
categoría de suboficiala, será porque ha luchado contra viento y marea, y conoce
bien las tormentas, las bestias del mar y también del alma…
Y
esta vez, además de su poema desgarrador, nos trae un relato para gozo de la
tripulación, ya que ella, sea poesía o sea narración, nos lleva de babor a
estribor con la garra y la categoría que le confiere su posición en el barco.
Aberración
Caminaba por el
parque a paso rápido. El cielo blanquecino presagiaba nieve. Un viento
escarchado me besó en la cara y mecánicamente alcé el cuello de la gabardina
buscando cobijo. “¡¡malditas palomas!!
Allí estaba ella,
oronda, gris, emitiendo un sonido aberrante. Soy casi ciega y llevo bastón. Me
acerqué a ella, temblando, excitada…
Presioné y
presioné de una forma trémula, hubo un gorgoteo tenue y varias convulsiones
espaciadas y nada más…Nadie me vio. Y seguí mi camino sonriendo y tarareando
una canción.
Y
nosotros tarareamos a la vez su calidad y su ingenio…le saludamos con honores,
suboficiala.
Le
llegó el momento estrella al capitán Javier. Qué bien maneja el timón de este
barco y qué bien maneja las palabras en sus poemas.
Esta
vez nos deleita, desde su posición en el mando, con unos versos que tienen su
tiempo, pero con el mismo brillo de siempre…
Poema
de 2012 (realizado a raíz de una
fotografía de un chico con una máscara).
“ Y no es cierto”
Esta es una historia
De oportunidades perdidas
Me dijiste así
.
.
O tal vez lo soñé
Como había soñado
Tu tiempo desnudo
.
El sol arde aún en los parques
.
Se queda mi voz,
Sé que no lo sueño,
Repitiendo tu nombre.
.
Arde el sol…
El
capitán nos permite que le hagamos alguna observación, la cual nos lleva a
sugerirle que sobra algún verso para que el poema quede redondo, como ese ciclón
de poeta que tiene dentro. Incluso discutimos sobre el sol helado, el sol
ardiente, los soles que no son más que nuestras vidas, heladas a veces y
procurando que ardientes siempre, al menos a través de las palabras…el capitán
Javier nos escucha, como siempre, y continúa con el mando de su timón..
La musa
del viento de poniente aparece esta vez
a mi lado, brisa lozana del Atlántico, fresca y tierna, Cinta, la reina de las
marismas, de las sonrisas, de las reflexiones siempre acuñadas en calas
maravillosas, de arena de palabras, bellas, introducidas en las cuevas de su
narración o de su poesía.
Trae
un microrrelato.
“La poesía no es un lujo”
Ella apacentaba
los guarros de su padre. Para comprender su libro de oraciones, aprendió a leer
en el campo, en la pizarra que le dio el cura.. Llegó a la Biblia…………
Ese día escribió,
mirándose en el agua de río: la poesía no es lujo, es mi belleza”
Le aconsejamos:
cambiar la primera frase por “Aprendió a leer en el campo mientras apacentaba
los guarros de su padre”…está de
acuerdo, está mejor. Esto nos lleva a hablar de gramática, de sintaxis (frases
breves son más rápidas, agilizan. Frases subordinadas alargan), oraciones
yuxtapuestas, copulativas, nexos… ayyy, qué grande es el mar de las palabras y
cuántos nutrientes nos da para mejorar nuestra salud escribana…
Enrique,
nuestro caribeño preferido, rey de la transparencia de las palabras a través de
los sentidos, como su mar, hoy como observador de la tripulación, nos cuenta
que presenta su nueva novela en los próximos días que se escribió en Cuba, se
editó en USA, se presenta aquí….¡Qué grande es Enrique! La novela se titula
“Templo de las orejas” y dice que es para gente inteligente… qué bien… está en el
lugar adecuado. Nos reímos.
La
siguiente artista variopinta que sube por la escalerilla de popa es Leo. Su
arte en esta ocasión no es su bella escultura o pintura o sus performances,
sino tres microrrelatos en el que quiere elevar los sueños, ya que uno de ellos
va de eso, de elevar sueños. Tenía que meter esa frase ”elevando sueños” para un concurso… lo hace a
través de arqueólogos que bajan y suben en un ascensor a las entrañas de la
tierra… y lo une a la diosa Arco Iris que es un deidad....
Le
aconsejamos que reinvente esos maravillosos sueños para que el microrrelato
quede estupendo, con color, como su arco iris, con sabiduría, con glamour...
El
contramaestre, Carlos, el maestro de todos los maestros del océano de las palabras, de
las suyas, de las nuestras, apareció por babor, saludando al capitán y a la
tripulación, con su siempre sonrisa de pícaro y con su sabiduría en sus
poemas, en sus comentarios, en sus locuciones…y le escuchamos. En esta ocasión, a través de sus voz nos
recita poemas de otra diosa de los versos, la poetisa María García
Zambrano…hermosos versos que convierten
las olas de las palabras en manto
cálido de sensaciones, de gusto, de esplendor en las aguas de nuestros
sentidos.
Del
libro “Menos miedo” de María G. Zambrano
Esta autora dijo
respecto a este libro que: Si el miedo es
parálisis, es sometimiento, es resignación, entonces, aspirar a tener “menos
miedo” significa optar a una vida más plena, más propia, menos dócil a la
muerte.
La muerte más
dulce:
Fue un instante de amor. Solo el tacto
luminoso y atroz de la distancia
(Juana Castro)
I.
Amor Etílico
Me ofreciste temprano tu cuerpo
abierto,
Sabroso,
Olor a malvas.
Las cerezas crecían de tus dedos
- La miel es demasiado dulce.
Elegiste el vino para una piel
ebria todavía
II.
Amor animal
Tus ojos son la voz de la noche cuando
cae,
No los abras.
Deja que balancee mi cuerpo
Y en la oscuridad invente
El animal que sueñas.
Deja que hunda en tu espalda
Simiente de mis besos.
III.
Amor anfibio
Salado el filo de la lengua que me
entregas,
Tibia en el hueco que abro para ti.
Escapo de mis límites.
Entiendo membranas del animal que
escondes,
Cubro tu piel y renuncio
IV.
Amor geométrico
No me dejes escapar de tu ángulo,
En el vacío estoy perdida.
La curva de tu voz es mi patria
Si me restas no habrá límites.
Y nos trae también versos de Rosa Jimeno del libro "Proposiciones in-deco-rosas"
Desamor en 6
tiempos.
Llegas
Y me miras
Y te acercas
Y me besas
Y
sonríes
Y te vuelves
Y me dejas….
Mas… en la contraportada está esta maravilla:
En el fondo
Nadie sabe cómo surgen las mentiras.
Se acomodan sin permiso
En el borde más cercano a la
ignorancia
Y en el ojo de la aguja
Donde encaja mi perfil a contramano.
Sin habérselo pedido
Se convierten en el pan de cada día
Recogiendo sin demencia el compromiso
De ayudarnos a encontrar
El motivo de este empeño reincidente
De pisar la misma piedra.
Un comentario que
he encontrado sobre este libro: “En este
poemario, el segundo de María García Zambrano, adquieren un gran protagonismo
las carencias vitales (hambre, soledad, miedo). Pero estos textos manifiestan
cómo se superan, cómo se vencen. De hecho, según avanza el libro, gana espacio
la esperanza, el vitalismo y, definitivamente, la confirmación de la victoria
del Eros sobre el Tánatos, que se superpone a la desolación. Y se va abriendo,
entonces, un grito de denuncia contundente pero calmado al mismo tiempo”.
A toda la tripulación nos ha encantado, y
alabamos el gusto de Carlos, nuestro maestro, en los versos de lo que parece otra maestra de las palabras. Gracias
a los dos.
Vamos
venciendo a este día escorado hacia las vacaciones de Semana Santa, con la
actuación final de Vicente, el devorador de libros, el león del discurso a
golpe de palabras de los grandes, a los que el admira y admiramos; a la
sabiduría que hay detrás de una edición, de un artículo, de un ensayo, de cualquier
cosa que lleve tinta y esté a su alcance. Va como el práctico imprescindible en
cualquier océano, surcando todos los mares de las palabras, subiéndose y
balanceándose en el palo de la mayor, altivo y ufano divisando siempre más allá
de lo que el resto de tripulación ve… y siempre preparado para el abordaje. Es nuestro
lobo de mar, pero de las palabras.
Vicente
habla de 2 películas: Laura y El Forastero, y de una introducción rápida como
es la siguiente: ¿Cómo un objeto de deseo conduce nuestra conducta?. Ahí queda
para la reflexión, en cubierta, al aire
y alrededor de todos.
La
última en subir con los aparejos y con el cabos para zarpar, es la suboficiala
II, la reina del oleaje teatral, de diálogos en ondas bien hechas que nos
transportan a otros lugares con la suavidad y delicadeza de profesional, para hornear
palabras en aforismos, en obras mínimas con máxima excelencia…es ella, María
Jesús, solo nuestra y la que da el salto al centro de la embarcación para
cerrar escotillas, soltar escotas y navegar.
Tiene
un cuento para concurso, con la frase “El viajero está tumbado”…le votaremos
Y así
de esta manera zarpamos todos, sonrientes, hacia las aguas relajadas de las
vacaciones en nuestro barco de gozo, el gozo de tener siempre las palabras a
nuestras órdenes, cada uno haciendo caso al manejo de los aparejos que les
correspondan, haciendo tarea en costa o en medio de la tormenta, en tierra o
dentro de nuestro mar particular, pero siempre levando el ancla para izar las
velas de nuestros poemas y narraciones y zarpar a toda vela, la vela de las
palabras…
Ana Gonz,
14 de mayo de 2015
1 comentario:
Aún temiendo la reprobación del Sire y la tuya he de decir que lo segundo pero más persistente que llama mi atención es la buenorra que estás en esa foto, permíteme.
Lo primero es lo mucho que te lo has currado, incluyendo no ya fragmentos sino textos enteros de los rascamaneros.
Una pequeña puntualización: Algunos de los poemas adscritos a María García Zambrano al final de la bitácora pertenecen a la inspiración de Rosa Jimeno en Proposiciones in-deco-rosas.
Agradecerte tan buena disposición y trabajo, a veces en mi opinión, sobresaliente.
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