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domingo, 28 de marzo de 2021

23ª Jornada/XIV año: Viernes, 26 de marzo de 2021

 Día Mundial de la Poesía


Instagram, 26 de Marzo 2021

Un día a principios de primavera, cuando Rascamán estaba desprevenido le llegó el golpe de censura de la LOC (Liga de Ordenadores Computerizados).  Fuimos descubiertos en plena tertulia. La LOC nos dejó hacer, pero puso en nuestro camino todo tipo de obstáculos sonoros y visuales. El Maestre ya era consciente de la precariedad de nuestra conexión, que a su vez era clandestina y gratis. Rascamán hizo un conciliábulo en espíritu y concluyó que había que pagar. Poderoso caballero quiso que se aportaran 10 euros para regularizar la situación y poder seguir lanzando al viento versos, relatos o lo que salga.  Los entes de LOC se quedaron aplacados pero sospechamos que los motivos que nos mueven pueden ser censurados de nuevo. Esperamos próxima encarnación de Rascamán para comprobar si el pago consigue calidad en la comunicación y nos dejan cantar nuestros versos sin ruidos de fondo y en paz.

Con este ambientazo nos fuimos a celebrar el día de la Poesía a Instagram, con sus propias restricciones y con mucho público.

—Una hora, ni un minuto más ni menos. No me vale que estéis hablando de Miguel Hernández o de las escamas de la piel o de aparecidos. Una hora y cierro.

El Maestre hace su entrada medida y da la palabra a Omega obscura.  Es la luz que tiene a estas horas.  Se va a Hypatia.  En la ráfaga de su grito./ Ser pura sangre./ No ni ante nada ni ante nadie./ Un recuerdo en el centro de sus bemoles./ Las formas de mil colosos. /Una geoda inmensa./ Lo que haría si pudiera ir a Pulpi./ Derramabas en tus versos colores lorquianos.

Su libro se llama La poesía llamada Hypatia. Filosofia, astronomía, y es original.

Entra Paloma con su nuevo libro Atleta que mira el Paisaje.

Me da la lata la conexión al principio, y eso que yo ya he pagado.  Salen poemas y me da la risa de lo feliz que estoy.  La Escritura/ Mis palabras y mis manos van por donde quieren ir./ Te pierdo en un cruce de significados./ Cuando me miras vuelan sombreros/ Ni tú has podido salir de tu apariencia./ A la calle donde el azar realiza su jugada. / Necesito participios futuros y condicionales./ El mar ha amanecido con modales horrendos.

Juan Bautista nos lee un relato de cebollas y de Miguel Hernández. Carta a Josefina/ Penal de Torrijos./ Caracas Ciudad Perdida./ Tu alegría de antaño es pájaro enjaulado/ Eres la capital del miedo./ El silencio enlutece tejados./ En cada partitura un canto a la alegría.

Gracias a todos los que nos están oyendo.

Isa Pérez acaba de publicar dos libros. Un puñadito de poemas. Alquimia orgánica/detritus lírico./ Las sílabas disparan./ Qué clase de alfabeto mata así, con tan poca prisa/ Aboxitimia./ No encontraras en mi boca más que engranajes de acero./ Tal vez no exista salida digna./ Jamás me he desnudado tanto. /Sinestesia. / Cada trazo de tinta pasada./ Te ata a mi puño magnánimo y no te deja marchar./ La pecera azul./ La gestapo del karma ha hecho un trabajo exquisito./ Bacterias al volante/ He sido aterradora como una muerte dulce./ Este mar no puede envenenarse./ En el lienzo las heridas son solo un trazo más./ En el borde del Universo, allí estás tú.

Aparece Rocío, la queridísima Rocío, seña de identidad rascamanera desde antes de que existiera Rascamán.

Muchas gracias por estar aquí, jolín, el día de la Poesía. Trae un relato de tubo de dentífrico. Préstame tu voz. /A mí me gustaba ver los tarros tapados./ Un beso con sabor a Colgate./ Acostumbraban a usar orina humana. /Distraías mis reproches con discusiones sobre el origen de las cosas./ Fuiste domesticándome como el Principito. /Casi me hacías cosquillas./  Me tenías hipnotizada con tus conocimientos./ Nunca discutías la lectura./ Leías para mí y solo para mí./  Pijamas del imperio Otomano./ Aquello no era normal./ ¿Dónde estuvo el cortocircuito?/ Estabas domesticando mi libertad./ Mirando los tarros del cuarto de baño dije, en voz alta, que a mí siempre me gustaba tenerlos tapados./  Te encomiendo a Dios./ Hoy me he acordado de ti.

Espléndido relato con sabor poético.

Juan Calderón dice que menos maestro. Habla la Poesía./ De niño que se pierde en la melancolía./ Mujer ensangrentada./ Cuando ya no soy agua me instalo en tu recuerdo./ En el tapiz de versos que aspiran al futuro. Del libro Sillas Invisibles. Muchacha en flor./ Bajaba por su vientre una mujer./ Cuando sus ojos se abrieron de repente y supo que la trenza de la nuca, ya no correspondía./ Escupiendo la brasa del tabaco./  Me secciona el pecho en dos mitades. Esta ciudad amada me está quitando el sueño.

Viene el Maestro Javier Díaz, lee del Mapa de tus Cicatrices.  Mezclado su orgullo con la ropa interior./  Nos acusan de abandono./ La sucia medalla de los héroes/ la oscuridad de los muebles cerrados guarda el misterio de mi tristeza./ Guardad memoria de este instante de luz, permitidme volver a vuestro lado./ Mis amigos me hablan de deporte./ La Poesía es amor propio/ Evitar que la punta del florete toque la piel./ Cuando brota la sangre siente que está ahí la vida./ La poesía nos salva de los cementerios de elefantes./ Los días que hacen sangrar a los recuerdos./ El sol es tan blanco que solo las avispas sobreviven./ Solo me queda este poema.

Rápidamente nos despedimos porque la limitación temporal de Instagram se impone. Gracias a todos los que han seguido este homenaje a la Poesía. Nos vemos pronto. 



Paloma Sánchez
27 de marzo de 2021











En este enlace podéis ver en YouTube el vídeo completo del Directo en Instagram celebrado el 26 de marzo de 2021 en el que participaron Javier Díaz Gil, Omega Scribano Paganini, Paloma Sánchez, Juan Bautista Raña, Isa Pérez Rod, Rocío Díaz Gómez y Juan Calderón Matador:

viernes, 26 de marzo de 2021

22ª Jornada/XIV año: Miércoles, 24 de marzo de 2021

La chaqueta...


A esta primera Tertulia con Zoom propio, vinieron a inaugurarla un montón de rascamanes: Javier, Juan Calderón, Juan B. Raña, Cinta, Rocío, Omega, Mariana, José Antonio, Aure, Juan Antonio, Iñaki, Maite, David, Almudena, Paloma, Susana, Alberto, Anagonz y Lurdes.

Dedicamos el principio de la Tertulia a hablar de compartir el pago de contratar por un año el Zoom. Quedamos en que me harán una transferencia o un Bizum de 10 euros por persona para cubrir el gasto.

Toma Mariana la palabra después, antes de empezar la lectura, nos quiere dar una noticia: va a ser abuela. Es una gran noticia. Enhorabuena, Mariana.

Me preparo para tomar notas para hacer yo esta bitácora de hoy, última antes de descansar la siguiente semana por ser Semana Santa.

Nos entretenemos un poquito más al recordar que este viernes 26 de abril realizaremos una lectura en un Directo en Instagram, en mi cuenta @j_diazgil, para celebrar el reciente Día Internacuional de la Poesía. Será a las 19.30 y participarán, además de mí, Juan Calderón, Rocío Díaz, Isa Pérez, Juan Bautista Raña, Paloma Sánchez y Omega Scribano.

En la bitácora publicada a continuación de ésta, en este enlace, tenéis recogida por Paloma Sánchez la lectura y también el link al vídeo completo por si no pudisteis verlo en Directo.

- Comenzamos las lecturas con Juan Calderón. Lee "Antonio dice que soy sabia", un poema dedicado a la gata de Antonio Benicio: Porque puedo encontrar en la penumbra / el punto exacto de su nuca".

La reencarnación del ser amado, cuando aún no era gata.

- Juan B. Raña ha escrito un nuevo relato "No hay muerto malo". Teresa encontró la esquela en el periódico que llevaba años esperando. Rogelio y Teresa son los protagonistas. Una muerte esperada por Teresa para poder vengarse. Le hacemos algunas sugerencias para darle más fuerza al relato, impulsar la figura del hijo, planificar desde hace tiempo la venganza... No hay muerto malo sobre todo cuando se ha tenido mucho poder.

David aporta una frase de Cortázar: La novela puede ganar por puntos, el relato debe ganar por KO.

- Iñaki se ha inspirado en una de las fotos semanales, las niñas que miran un escaparate de una librería. Mamá siempre fue una paleta... La hermana practicaba saltimbanqueos. Leer a escondidas para no ser castigada...

- La foto de los cuatro niños y la barra de pan es la imagen que ha utilizado Cinta para su cuento. "El complot". La ciudad, el barrio, la calle es un personaje más de su cuento. El banco de patas de hierro, los sonidos de las Vespas y los camiones de reparto... Los niños, inocencia, planeando travesuras.

- Es día de relatos y fotos. Rocío se ha basado en la de los dos niños, él le está abrochando la chaqueta a la niña. "La chaqueta de los días difíciles". Vivíamos en la trastienda de una librería... Miguel Strogoff y el día que cambió nuestras vidas.

Aure se asoma a la ventanita que ocupa José Antonio, acaba de incoporarse a la Tertulia y pide discupas por llegar tarde. Dice que aunque sea un ratito con nosotros quiere estar porque no quiere "desrascamanizarse".

- Mariana, feliz con su nuevo nieto, lee un poema de su libro inédito "Odisea sin nombre", del capítulo "Los sueños que no me dejan descansar". Hay una reserva inagotable de sueños (...) Regresa, aquí tengo un  dragón preparado. (...) Las moscas se pegan al pliegue del nuevo abanico. (...) Hambre al pie de la calle (...) campanas ardiendo...

Los muertos que te acompañan y no te dejan descansar: poetas, hija, padre...

Emociona, Mariana.

Nos planteamos la sutil diferencia entre poesía y prosa, ¿una es más emoción, la otra más racional? No podemos llegar a una conclusión clara.

- Aure lleva una vida perruna, dice. Nos lee un poema, "El esquimal", antes de irse. Mi pequeño esquimal agazapado / sobre el nombre más duro de la nieve...

- José Antonio también ha elegido la foto de los dos niños y la chaqueta. Ha escrito un poema. Sin botones que cerraran el recuerdo / las palabras se escaparon de la foto.

Y lee un segundo poema de una foto que le envió Ortíz de Mendívil, un sostén. Que al enviarle el correo de vuelta a Mendívil, el maldito algoritmo le eliminó la foto del correo por considerarla pornográfica. Él lo había titulado "El poema del sostén". La censura se esconde ahora en el correo electrónico también. Coregimos entre todo el poema y queda de 10.

- De nuevo es la foto de los cuatro niños y el pan. Juan Antonio ya había escrito un poema sobre ella, pero lo ha convertido en relato. Lo titula "Sorpresa pedagógica", pero le decimos que los deje en "Sorpresa". La mirada de un abuelo librero...

- Turno de Maite, trae un poema-venganza, "Sin palabras". Quiere ser breve, aún quedan compañeros sin leer y es cierto, nos hemos entretenido mucho en la primera parte de la Tertulia. Espada atravesando mi traquea...

- Yo no he traído nada nuevo pero me piden que lea algo, escojo el poema "Amigos" de mi libro "Hallazgo de la visión". Me esfuerzo por no perderos (...) La huella de lo eterno.

- La tecnología nos la ha jugado con David, su conexión es mala. Hoy tenía un relato nuevo para leer, le pedimos que al menos nos lea el principio. "La última mata", se titula. Se corta su conexión, no hemos podido escuchar su texto.

Para el próximo día, sin falta.

- Almudena, viendo que son más de las ocho y media ya, decide dejar su relato para el próximo día. Había traido algo más reciente.

- Susana también opta por no leer su relato, se queda para el próximo día. 

- Alberto traía un cuento sobre la foto de los dos niños y al igual que Almudena y Susana, lo leerá en la siguiente Tertulia.

- La última en intervenir hoy es Lurdes. Ha traído un poema de Isabel Silva Cano, de su libro "Todo lo pierdes".

Antes de terminar, escojo un poema de Francisco Caro, de su nuevo libro "Aquí" para leer. Un despertar infantil y la nieve...

Tampoco, aunque estuvieron en la Tertulia, pudieron intervenir porque tenían que marcharse antes, Omega, Paloma y Anagonz.

Toca para el próximo día hacer un esfuerzo de distribución de los tiempos más equilibrado. 

Hablaré con el boss para que se ponga las pilas.



Javier Díaz Gil
4 de abril de 2021







No nos "desrascamanizaremos", Aure... Dejo aquí como muestra de la Tertulia, el poema de Aure, "El esquimal"



sábado, 20 de marzo de 2021

21ª Jornada/XIV año: Miércoles, 17 de marzo de 2021

 

Grabado. Plaza de Lavapiés hasta 1934


BITÁCORA DE VUELO 17/03/2021

Espacio reservado a las aves de bonita voz


A mediados del siglo XXI Estados Unidos perdió la hegemonía mundial. China por medio de alianzas se hizo con los valores bursátiles de la deuda de lo que llamaban entonces países. Fueron los chinos los que plantearon en la ONU, que nunca había hecho gran cosa, la idea de que la flamante Liga de Ordenadores Computerizados, LOC, tomara las decisiones por la Humanidad.  La urgencia de las urgencias venía por el estado calamitoso del planeta. En el último pueblo antes del Polo Sur, los turistas, pagando 1000 euros por aurora boreal, destrozaron lo que quedaba de los ecosistemas. En la India la sequía pertinaz provocó una hambruna inusitada, en Europa se endeudaban para comprar vacunas que fueran más deprisa que los virus. Un desastre. Fuimos nosotros, todos en clamor,  los que pedimos a la LOC una solución y nos la dieron. El razonamiento cartesiano es irresponsable y a la mañana siguiente suspendieron el Tiempo. No había arrugas pero tampoco cervecitas. Ya sabíamos todos que el siguiente paso sería la Materia. Y así fue que nos dejaron en espíritu y nos dijeron que nuestro cerebro y sus circunvoluciones estaban en la Nube. Nadie comprendió nada pero ya nos vimos sin piernas. No había que preocuparse, según ellos nos iban a inducir todo tipo de experiencias incluidas las alucinógenas a voluntad.  Ninguna necesidad animal.  Sexo solitario a raudales. Miles de gargantas gritan que qué diantres pasa con el Arte, nuestro adorado, la razón de seguir avanzando, la Belleza. Qué pasa con todo eso. Respondieron con voz metálica:  No es nada saludable vuestra basura, y se quedaron tan frescos.


Rascaman en la clandestinidad ha pasado la tarde tratando de escuchar sin interferencias de la LOC, que nos están espiando a los contertulios por si queremos volver a los cuerpos.  Digo de antemano que debido al ruido de fondo algunas transcripciones pueden ser parciales. 


Hoy, Lourdes, tiene cierta inestabilidad en la luz de su ventana. Se escucha: Naciste como regalo inesperado/Otro día que se me olvidó tu merienda/No conseguías el sonido el violín. Se apaga la luz de la ventana y se oye mal.


Venerable Aure, tan señor él, con su voz cascada, dice que no sabe si llamar al poema: Jilipollas o Transmigración en Vino. En su ventana compartida, embozados de mascarillas ambos.  Aure se lanza a la constelación y propone cambiar a alguien sus veintipocos años.  /En sus pupilas surge un relámpago/Como si fuera pluma con un saco al hombro/.  Tenemos que convencer al espíritu inmanente de Aure que no lo tire a la basura.  Juan Calderón, haciendo gala de su segundo apellido, ya ha hecho la transferencia del libro. Aure se hace presente para decir que tiene que sacar su fuego fatuo de este foro e ir a por los ejemplares de su libro. ¡Hay que ver lo que hay que currar por un objeto!  Le saludamos como al supremo jefe del Senado Romano.

Juan Calderon retoma su discurso y toma la foto de la niña. /El día en que conocimos a Natacha./ Los cuatro castigados/. Olvidaos de la calle lo que queda de curso./ Sonó la campanilla. /Dos criaturas angelicales pedían el libro de Mujercitas./ Todos tienen motes con expresión bobalicona.


La sombra de Susana echa un anzuelo eficaz en el estanque Rascamán. Dice no estar convencida del final. Trata de un encargo de Hitler que deviene en el enamoramiento del ingeniero de diseño de la androide, que tiene 36,5 grados de temperatura corporal. La culpa de todo la tuvo el confinamiento. El mismo la había imaginado inteligente, ocurrente y encantadora, y quedo sojuzgado por su propio diseño.

El efecto causado en el estanque de peces encerrados en sus cajas es devastador. Todas las cajas, por turno, dieron un final posible a la escritora que daba lástima entre tanta idea. Todos, cada final era más disparatado que el anterior.  La muñeca hinchable inteligente había excitado a los pececillos del estanque.  Se dieron hasta 6 finales.


Llega el turno de Rocío, nombre de amanecer y de agua, tiene el relato de la foto pero no tiene final. Las cajas perversas torturan a Rocío diciéndole que ella tiene un final muy bueno. Rocío se sonroja y sufre en silencio. Lo niega. ¡Qué va, Qué va!  

Yo me moría por ir a la librería de la plaza…

Quiere acabarlo pronto, sabe que es un relato de aliento largo.


Se acabó el Malecón de Juan Bautista, estamos en Madrid, en plena guerra y se habla de las cebollas y de Don Buero. Excelente final. No se sabe si es poema o relato poético. Recita con fraseo impecable dos estrofas de las Nanas de la Cebolla. Miguel Hernandez, el que no estaba tomando copas sino en la primera linea del frente, aparece magnífico al final, se lo merece.


La luz de la pantalla de José Antonio, está alterada, explica que tiene mucho trabajo encima. Digo que debe haber tormenta porque su poema se llama “Omm” y eso es que necesita un mantra para la estabilidad de su señal.

Suena a Yoga la cosa: Sé tú mismo/toma aire/vocaliza/y ahora exhala. También sale de ahí: Me hice indicio. Rocío participó en las máscaras.


Es turno de Alberto que con limpieza torera se pone frente del astado, coge el capote con la izquierda y nos suelta un natural: Que él se va a marcar un Omega. Ha hecho la faena con tal limpieza que recibe un aplauso cerrado.


Javier, en su condición de aedo elegido por Apolo, entona su límpida voz, todo emoción contenida, canta como lo hacían los antiguos: Antes de cantar se ríe de la consabida espera del libro de Japón. El, que sabe el tiempo que lleva la masticación de un poema, calla y dice que aún falta tiempo para eso. Ingenuo, el tiempo se suspendió no se sabe cuándo.  Antes de empezar su lectura hay ruidos, interferencias, es Maite desde su caja. Se ve todo negro, salvo un cuadrado rojo en el centro. No se oye nada. Desde la quinta dimensión manda un mensaje escrito en que asegura que nos oye pero que el dios de las comunicaciones lo quiere así y se resigna ¡Cómo sois!. Va Javier.  Lo supe antes del crujido del aire en la garganta./Es solo agua en el fondo del valle/La infancia de la Tierra ante esta pared desgarrada/Nacer es saber que la luz se convierte en agua. Espléndido.  Maestro me inclino ante tu dominio. Me he hecho un lío con los dos poemas.


Aquí va Paloma. Cuenta el incendio de la Fábrica de Tabacos. Cómo se caza a un señorito en Madrid. En el texto tiene hombres hambrientos de hembra. ¡Toma ya! Un triplete.  Y Echando/mirando y no se sabe cuántos gerundios más.  La foto es la portada de “Los Viajes del Agua”.


Almudena trae un relato que no sabe si es infantil. Hablan las flautas primigenias, los árboles. Se preguntan dónde está la realidad.  El gato anima. La música cesa. Un mago no puede evitar el humo en sus apariciones y eso le trae la ruina.  Hermoso paisaje, un bosque cantando.


Las luces de Juan Antonio se encienden y tiene sendos poemas de las fotos sugerentes. Se escucha en la noche con tremendo protagonista: Hambre.

/Vivimos en la clase el teatro del hambre/Es otra cosa distinta del pan/. El relato o poema es multivocal. Cada voz corresponde a uno de los 4 niños. El Lolo, el Piojito y el Bala Perdida, x.

Se va Omega Veloz. Con su nombre que resuena a Acrópolis, a matemáticas, a misterios ignotos, a título de novela. Suena también a buena memoria.


Carmen Padín, suave y con la musicalidad mejicana de fondo. Su voz dice: /Se me iban los ojos a las nueces/Hojaldre/Los cantos de sirena saben a nueces  y a dos montoncitos de crema de vainilla./


Las luces de Isa Pérez se mueven por la habitación y su imagen siempre aparece oblicua. Se hace un poco la interesante con la lectura, pero sabe que todos deseamos ardientemente que nos pegue un mazazo emocional y nos deje partidos de poesía. Busca entre sus tesoros y encuentra.

—No sé si os va a parecer demasiado tremendo.  Clamor popular y aplausos.

—Por favor Isa, por favor.  Haz que nos pongamos depresivos.  No lo podemos evitar, nos gusta. Aquí Rascamán deja ver su naturaleza perversa en consumir literatura.  Resuena en la luz color violeta de Isa./ Nadie ha visto mi retina/Febrero coge tinta y llora/Todo parece agua/Me arropan con aliento de trompeta/El tráfico sentenciando los besos casuales/Escribo en los márgenes del libro./  Ha conseguido su propósito depresivo pero nos va la marcha y acabamos encantados de las emociones fuertes.


Toda la intención del sabotaje por LOC se volcó en Ana Gonz, que primero salió con la conexión del móvil, no llego a decir una frase y su oscilante pantalla se apagó. Más bien quedó paralizada en el tiempo, fotografía fija. Unos ruidos de ambiente y silencio en negro.


Para mí es nueva la lectura de Dori de los poemas de José María Garrido. Resuenan las palabras, fuertes, elegantes, el dramatismo se eleva al final, lo justo.  La mirada viajera/Mis ojos detrás de los trenes escondidos en los libros/Pasan las horas despacio como en un tren/Busco las hojas donde fueron mis sueños/el calendario escapa deprisa/Me duele la palabra/La esquina de la carta rota por la edad.  Espléndida lectura de Dori que está medida y emocionada, buena música suena, y el poema es una belleza. En esa ventana se comparte la vista y la poesía, que logro más extraño. Enhorabuena hacéis muy buen dúo.  Es de esos poemas que le hubiera gustado escribir a una.


Y nos dado las diez, como al Sabina y me quedo pensando que aún siendo seres etéreos e inmateriales, nuestro gusto por la emoción y el buen hacer literario permanece a través de cosmos cambiantes y galaxias que nos estallan en plena constelación.

Que el dios Apolo vele porque este fuego sagrado permanezca encendido en la suspensión del tiempo.


En el preciso momento en que voy a enviar esta bitácora, llega hasta mí una botella de naúfrago. José León fue el más afectado por la tiranía de la LCO. No tener la conexión actualizada es uno de los más graves delitos en esta realidad.

La botella pegada de mejillones contiene un poema, del León que duerme la siesta en su isla sin tecnología. Ahí va.


Naufragio


Si la noche se mezcla con el mar

Tras de vencer al atardecer

Y la noche es ya el lejano ayer

Ya no tiene sentido navegar.


Si el alba aún está lejos de llegar

Y el desaliento llega por doquier

Dale al fuego madera con que arder

Quema tu nave y deja de llorar.


Náufrago en una isla singular

Cuyas orillas son las de tu ser

Observa de los astros su poder

De seguir adelante sin parar.


Adelante, marino, adelante

Si navegar no puedes, sé el instante

En que el nocturno mar entra en la herida.


No habrá en ella negrura, sino estrellas

Dejarán en tus ojos dulces huellas

Y su belleza sanará tu vida. 



Paloma Sánchez
18 de marzo de 2021











Momento de la Tertuia: intervención de Dori y José María Garrido:


sábado, 13 de marzo de 2021

20ª Jornada/XIV año: Miércoles, 10 de marzo de 2021

 

La Tertulia del 10 de marzo de 2021 
(Foto: Rocío Díaz)


1. Almudena Sipos:

Abrió la sesión Paloma, decimonónica expresión de la historia familiar. Siguió Alberto, inquietante, con la frialdad de un asesinato reflejada en los zapatos. Aureliano prometió dar la vuelta a la lógica y sacar de tal astilla tal palo y José Antonio se presentó sin comas y con la tilde a todo correr. 
Siguió Iñaki con un asesino en serie a base de barrazos de pan y Juan B. se estrena, tras su novela felizmente culminada, con un relato de esperas y sobaos. 
Jose María y el caballo imaginario, no logran escapar de las manchas de la duda de un pintor ciego, y Cintarosa saca a Carmelilla de la foto, esta vez ni niña, ni gata; sino hecha mujer. 
Juan C nos relata cómo lo peor del bloque, la chiquillada indómita, invierte la compra de la semana en el pepe de doña Florita; y la conexión se corta en lo más interesante, como si la censura anduviera al acecho. 
Almudena desfragmenta el enamoramiento veraz y falso
Y por último Ana I. nos cuenta cómo se hacen coches sin ruedas cuando no hay naranjas, aunque el cura nos castigue. 

Almudena Sipos

10 de marzo de 2021



2. Alberto Ramos:


CONFESIÓN

—Ave María Purísima
—Sin pecado concebida
—Padre vengo a confesarme de lo que oí ayer. Quiero que sepa que mi pecado es de palabra, que no de obra ni omisión. Porque oí y disfruté la palabra de una tal Paloma al leer parte de su novela castiza, la de otra tal Rocío con su relato de volcanes, la de Alberto con microrrelato de rebajas, la de Javier con poema sobre la mujer de un pintor, la del señor Aure con un poema particular, la de José Antonio con dos sonetos y emoción añadida por una tal Matilde, la palabra de otro al que llaman Iñaki con un relato de un pan asesino, la de míster Raña con un relato que me emocionó, la del autor Jose María, al que puso voz Dori, la de una mujer guapa llamada Cinta, con su relato de foto y manzana, la del Sr. Calderon pecando de forma mortal en casa de Dª Florita, la de Almudena con un medio relato lleno de preguntas, y la de AnaGonz, con una prosa poética. También estuvo una tal Isa Pérez, que apareció y desapareció por una urgencia, lo que la salva. Aunque lo peor de todo es que estuvo un tal David, que no leyó nada pero que dijo que tomaría la palabra la semana que viene. Por eso, póngame la penitencia que quiera por lo que oí, pero sepa que volveré a escucharlos y que por tanto seré reincidente. 


Alberto Ramos

11 de marzo de 2021



3. Iñaki Ferreras:


El 10 de marzo del pandémico año 2021, Rascamán volvió a celebrar una nueva excelsa y de gran altura literaria tertulia donde el relato fue el protagonista cuasi absoluto. Donde el costumbrismo al estilo de Blasco Ibáñez, el misterio, la astracanada y el buen gusto brillaron como pocas veces. Y, sobre todo, donde el buen hacer, la cultura y la profesionalidad de sus miembros no tuvieron parangón con ninguna de las otras tertulias literarias de este Madrid que intenta sacar la cabeza de este pozo del virus que no ha acabado con este grupo ni acabará nunca porque allí donde hay arte y sentimiento, hay vida.

Iñaki Ferreras
11 de marzo de 2021


4. Rocío Díaz Gómez:


Cada miércoles por la tarde somos vecinos, asomados a la vez al patio de luces de Rascamán. Como si tendiéramos la ropa, tendemos relatos y poemas al cálido sol de marzo. En la boca sujetamos las pinzas mientras, con dedos ágiles, vamos colgando el día a día de la historia que traemos. Tres horas dura esta colada. Tres horas asomados cada uno a nuestra ventanita cuidando de tender bien para que no se nos destiñan las palabras, ni se nos arrugue nuestra prenda, intentando trasmitir a los demás lo que tanto nos costó marujear. Juntos visitamos el Madrid de antes de la guerra, juntos andamos con un niño asesino en serie. Juntos nos fotografiamos en un volcán, salimos huyendo de nuestra primera visita a un prostíbulo, o nos colamos en la cabeza de unos amantes. Juntos recordamos a unos niños del color de las natillas, nos probamos los zapatos salpicados de una asesina, o aspiramos con deleite el aroma de unos sobaos mientras esperamos. Juntos cabalgamos sobre un caballito, merendamos magdalenas con un poeta que lleva media vida siendo viejito y con otro que aún tiembla con su querida Matilde entre los labios. Juntos escuchamos un par de poemas que se colaron en una tarde salpicada de relatos. Pobres poetas que ayer pagaron el recibo de esta bendita comunidad de prosistas.

Cada miércoles por la tarde nos asomamos a las ventanas de un edificio singular hecho de sentimiento y ficción. No querría abandonar jamás este vecindario estrafalario donde todo es posible. Rascamán es un bien de interés cultural. Sin salir de mi comedor, guiada por la voz y el ingenio de mis vecinos, vivo en tres horas más que en tres meses. ¿Qué más podría decir del miércoles 10 de marzo del 2021? ¡Ay, queridos vecinos, cuánto agradecí las risas de ayer! Me llamo Rocío y formo parte de la tertulia literaria Rascamán. Qué privilegio.
 
Rocío Díaz Gómez
11 de marzo de 2021


5. Paloma Sánchez:


BITÁCORA DE VUELO

Han transcurrido eones desde que ya no precisamos un cuerpo ni materia para existir. La Humanidad ha olvidado los engendros que generaron los ensayos fallidos, pero aquí estamos. El Homo Sapiens no está ahora en la división de honor ni rige las cosas del saber. La liga computerizada de ordenadores, LCO, con la autoridad que da contener en sí misma todo el conocimiento humano, no se ha dejado deslumbrar por nuestros lamentos en las murallas de las ciudades, ni por los lloros a nuestros muertos. Ni se apiadó de lo amargamente y lo que nos costó decir que sí, que sin cuerpo difícilmente íbamos a aparearnos, y más difícil todavía fue no pensar en que faltarían las delicias visuales asociadas, vaya, que no abría sexo nunca más. Para demostrarnos que no íbamos a perder una pizca del placer. Mirada perpleja si es que hubiera ojos. Sometieron a la humanidad entera, sin distingos, el mismo día a una ataraxia de todo nuestro ser. Lo indujeron con no sé que rayos cósmicos. Hay que decir que la experiencia valió la pena. Tenían mucha gracia los rayos, que hacían hasta cosquillas y cuando te decían que a apagar tu ventanilla pues tú te mondabas. La humanidad entera se unió en un abrazo hilarante. Las ventanas se salían del cuadro.

No fue del todo un desastre, ya las cosas más calmadas en la tiranía, los ordenadores no aceptan rélicas, algunos foros como Rascamán, continúan actuando casi clandestinos. Ponen los pobres una fotografía de cuando eran algo y una voz metálica responde por ellos. Son visibles en las ventanillas de la pantalla. A estos nuevos seres les importa mucho haber perdido lo de tocarse en aquel otro mundo en que tenían cuerpo, pero se conforman con compartir discusiones y escritos, que a los entes no les han podido quitar ni la necesidad de crear ni la de escribir, ahora al dictado. Los sistemas no están perfeccionados y hay mucho ruido de fondo, de vez en cuando se entrecorta o se acaban unas baterias.

La díscola ventana de Rocío ha dejado de dar la matraca con el grillo y dice: que busca una persona con idéntica pasión, así de improviso, para llegar con ella a la erupción final en el ombligo del volcán de Strómboli. Algo extremoso juzgo yo el clímax pero todo sea por lo literario. Disfrutaron de una larga luna
de lava.

En la cajita compartida del venerable Aure, nombre de oro y de aire, se escucha:
—¿De qué te sirve?, ¿de qué? Leer a Juan Ramón Jimenez en una madrugada silenciosa…Buscar en este caos de mis estanterías al hondo César Vallejo…Y que nadie me despierte.

Iñaki no se hace a la idea de lo inmaterial y dice algo de un joven que destaca por su afición a matar animales… coge la barra de pan más grande que encuentra para matar… se encuentra a una que quiere ser Clyde. Sé que eres un matón por eso me gustas…

Paloma o su esencia o su conexión, el caso es que en mitad del capítulo 3, la pantalla se apaga y mi ser exánime lucha por llegar con vida al enchufe. Los apple son eficientes y recupero el habla en dos minutos.

Alberto suelta un microrrelato y se va a las rebajas. ¿Hay que ver lo baratos que salen los botines manchados de sangre. ¡pobre hombre!

Cierro mi ventana a este foro y me ocupo de otros que reclaman mi atención
con urgencia.

Y Javier, el maestro, no se resiste a volver al metro y la poesía suena de nuevo entre las cajas luminosas
de en estos mundos que se recorren sin patas, sin necesidad de alimento y con el dulce consuelo de tener experiencias extrasensoriales inducidas por una máquina.

Paloma Sánchez
11 de marzo de 2021


6. Aureliano Cañadas:


Querido Javiboss:
Como estoy un poco alterado, okupado quizá, no desmelenado, atromentado, quién pudiera, me permito comenzar por lo que debería ser
el final de mi bitácora:

Que no hay derecho, a pesar de tu precioso poema, de la chispa de los sonetos de José Antonio y de mi poema, tengo la impresión de que los prosistas nos han metido un gol, nos han tumbado, nos han machacado, nos han superado, (iba a decir una grosería, pero no me atrevo, que hay que dar buen ejemplo, es lo que tiene contar con una familia literaria), esta puñetera vez:

La calidad de la lectura de lo leído por Paloma, su desgarrado costumbrismo, su fidelidad a la época que narra; el relato de la pareja de vulcanólogos de Rocío, le robo una cosa suya, "En qué momento la pasión se convierte en enfermedad"; el del maestro Alberto y sus zapatos sanguinolentos; el de Iñaki, qué sorpresa, porque esta vez ha encontrado la justa medida, qué bueno, qué gracia tiene, y el del maestro Braña, misterioso, precioso, con ese buenísimo final, no dejan lugar a dudas. ¡¡¡¡Yo también quiero escribir narrativa como vosotros, cabrones y cabronas!!!!!! (perdón, perdón).

Un abrazo grande o muchos pequeñitos, escoged.

Aureliano Cañadas
13 de marzo de 2021 

viernes, 5 de marzo de 2021

19ª Jornada/XIV año: Miércoles, 3 de marzo de 2021

Atraco de poetas

(Artículo extraído el El Caso)



El pasado miércoles 3 de marzo ocurrió un hecho insólito. Un estrafalario grupo atracó un banco a golpe de poesías y relatos. 


Llegaron montados en bicis, acompañados de niñas con gatos en brazos e incluso hubo quien tuvo el temple de viajar hasta el lugar en metro, a cara descubierta, y volverse del mismo modo. 



La primera en pronunciarse fue Isa, derrapando en una bicicleta roja y con la ropa de faena, escapada de su trabajo de pediatra en el hospital para perpetrar la fechoría y salir de nuevo corriendo. 


No cargaba su arma con una poesía, como se hubiera esperado, sino que disparó un relato, según dijo, antiguo. 


“Todo el mundo quieto, esto es un atraco, y vais a tener que escucharnos mientras os robamos las palabras”. Intimidados por el atuendo de pediatra hospitalaria, escucharon el texto “El ensamblaje de la bicicleta roja”, que trata el difícil asunto de la donación de órganos y cómo la memoria celular puede ensamblar historias de la manera más insospechada. 


Tras extraer las palabras necesarias para su próximo relato, corrió a cumplir con su profesión de nuevo. 


Se sospecha que son seres con super poderes, por eso no debe sorprenderse quien esto lea, por las situaciones atípicas como la que se relata a continuación. 



Una voz en off irrumpió en la sala de espera del banco y algún tiempo después, tras la confusión inicial, Jose María se materializó y saludó amablemente a los asistentes. Este individuo, sospechoso de viajar en el tiempo con diferentes velocidades para la voz y el cuerpo,  se esfumaría de nuevo sin dejar rastro antes de que se consumara la fechoría grupal. No robó ninguna palabra para su poema o historia. Parece que el vínculo del grupo es fuerte y disfrutan escuchándose y no sólo hablando. Ya les avisé que eran seres estrafalarios. 



Cintarosa llegó cabalgando uno de los pecados capitales con peor fama, la envidia, e hizo ostentación de su temple y fortaleza sobre la bestia que domeñaba.  


En su relato “Ojos negros”, disparó 700 palabras, una a una, con pulso firme y pausado, a un ritmo constante que convertía sus palabras-balas en ineludibles. Con música de los Beatles de fondo, contra la armonía dulce y pegajosa de un joyero, consiguió que los usuarios del banco se tirasen al suelo en un intento de protegerse.



Juan Calderón llegó acompañado de una niña con gato. Atacó con un relato titulado “Fotografía en blanco y negro”. Breve y certero, extrajo todo lo que había en la caja fuerte mientras exponía su historia y dejó al público con el aliento retenido. El drama permaneció en el ambiente tiempo después de hacerse el silencio.  


Antes de irse, amenazó con cambiar el título.



Susana, toda dulzura y sonrisas deleitó con su relato ¡Oh, Fortuna! 


Invitó a su personaje a que mostrara su colección de cepillos de dientes, y mientras éste los colocaba en impoluto orden de mayor a menor, ella se apropió de los fondos reservados. 


Cuando los responsables del banco se quisieron dar cuenta, no sólo les habían desplumado, sino que tenían el miedo helado en el cuerpo con el relato del asesino en serie que la autora les había contado. A uno que intentó hacerse el héroe, Susana, con su mejor sonrisa, le preguntó: ¿te gusta el Carmina Burana?



Rocío abandonó la sala justo cuando era su turno y dejó a sus compañeros desolados. Tendrían que esperar otra semana para escucharla. Es una dama y no roba palabras. 



Juan Bautista pidió luces y con un chasquido de dedos montó el escenario para dar vida al último capítulo de su novela. 


Si en el capítulo anterior Nicanor había debutado en el Tropicana, ahora se le veía en el centro del escenario con los ojos llenos de euforia. 


Relajó el ambiente un tempo impecable y dulces acentos cubanos. Mitad escritor, mitad actor, deleitó a los atracados que a esas alturas ya habían sido convertidos en público domesticado. 


Desapareció el pánico y dejó la sala hecha revolución cubana.


Pero esa dulzura se vió amenazada en el epílogo del libro, cuando las manos temblorosas de la marquesa de Altamiranda abrían el sobre color manila. 



Iñaki llegó acompañado del personaje de su novela en progreso; un transexual que regresa a su pueblo en tiempos de pandemia para liberarse del confinamiento asfixiante de la gran ciudad. 


Si bien su protagonista no consiguió que le produjeran su obra en Nueva York, al menos se ligó al productor americano, que viajó hasta Almería para declararse. Habrá que ver en próximos capítulos si la decepción se transforma en genuino gozo.



José Antonio entró amenazando con sus poemas a modo de mangual.


Los señores de traje gris repetían frases sueltas anonados, como si estuvieran asistiendo a una homilía. 


 “No es tiempo de llorar ni de quejarse” y todos repetían al unísono: “No es tiempo de llorar ni de quejarse” y asentían cuando el poeta enunciaba “está bien equivocarse” Sí, murmuraban por lo bajines “está bien equivocarse”


Anunció que la vida es un arma inerme, que se carga con los sueños. 


Y pasó a las fotos de fogones y las zanahorias despistadas, a barlovento de los sueños. 


Dejó al público encantado, atado a la mayor, quieto.   



Juan Antonio invitó a Lorca a que presentase la estampa dos, escena novena, de la obra Mariana Pineda. Federico se animó al verse otra vez tan vivo que prosiguió con la estampa 3. 


Juan Antonio se hizo acompañar de la misma niña que Juan C, pero curiosamente la niña no era una niña, sino una madre, y la hija resultó ser el gato. 


Todo quedó debidamente aclarado en el relato “Mi hija”, de creación propia. 


Permítanme que señale aquí la inmoralidad, a mi juicio, de llevar niñas a los atracos, aunque sea de bancos de palabras



Mayte hechizó a la audiencia con un relato de amnesia, disculpen que no le llame demencia. La madre que confunde a las hijas con enfermeras y se ofusca porque dudan de que sepa administrarse la insulina que tan bien ha llegado a conocer en 50 años de diabetes. 


“Que no me llames mamá”, le dijo a la cajera el personaje de su relato. “Y venga, dale las mejores palabras a esta chica tan maja que me ha traído aquí a conocer a sus amigos.”

 


Lurdes, madre amorosa, compartió su poema “Y tan alta” (para María).


Aros, pelotas y cintas volaban por todas partes sin temor; y con volteretas que asustaban llegó hasta el lugar donde se escondían las joyas y los tesoros más preciados. 


Dijo con la boca pequeña que en vez de rimas, lo haría relato. 


Cerró su ataque con “Tus cuatro elementos” (para Jaime) y se hizo perdonar el hurto cuando materializó, a través de sus palabras vivas de amor, a su hijo de niño, gateando entre pucheros y ordenando en cosmos los cuatro elementos, hasta entonces disgregados no se sabía dónde.



Ana desplegó para su audiencia un poema amoroso como quien abre la caja de los tesoros. “Aquellos ojos grises” que la amaron y le clavaron sus espinas, hablaba del amor que se va como se iba ella con las más exquisitas joyas del banco de palabras.


Pero antes de salir con las arcas llenas dejó fluir el relato que había construído sobre Emily Dickinson. Y se despidió con una lectura de la poeta “Sabré el por qué cuando termine el tiempo”



Alberto estuvo supervisando, no disparó palabras ni en forma de verso ni en forma de relato. Comprobaba con generosidad que todo estuviera en orden y que las sacas de sus compañeras y compañeros se llenaran de las mejores palabras.



Cerca del final, Javier, discreto, extrajo las palabras con exquisito gusto y las colocó de tal manera que los dueños del banco sólo pudieran agradecérselo. Así da gusto que nos roben palabras, comentaban, para esto llevamos toda la vida ahorrando. 


Apenas robó las palabras estrictamente necesarias para su poema “Acostumbran a mentirme los recuerdos”


Y finalmente confesó que acostumbra a mentirle a sus recuerdos y teme que algún día no vuelvan a su lado. 


Los empleados afirmaban con la cabeza, reconociéndose en esa manipulación insidiosa de la memoria. 


Los clientes del banco presentes en el atraco, pedían que el próximo miércoles volvieran a robar más y de paso les mostrasen lo que los poetas y relatistas habían hecho esa semana con lo robado.



Por último leyó Almudena, que se deshizo en disculpas. Ella no quería robar, pero ya que estaba ahí, leería algo. Y mientras compartía su relato “El cazador de momentos”, una empleada del banco, que entró esa mañana siendo una mujer moderadamente atractiva, salió con paso firme por la puerta giratoria convertida en diosa inalcanzable.


Subitamente salieron en desbandada. Dieron las nueve y el hechizo se deshizo. Las atracadoras que quedaban y sus compañeros, se distribuyeron a través de redes de información y aparecieron, cual cenicientas y cenicientos; de nuevo en sus casas como inofensivos ciudadanos, dispuestos a pisar la tierra un día más, ya al día siguiente, después del sueño. 



Almudena Sipos

5 de marzo de 2021







Un momento de la Tertulia, la intervención de José Antonio Carmona: