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martes, 20 de enero de 2015

14ª Jornada/VIII año: Miércoles, 21 de enero de 2015


La Hermandad Rascamán

En Madrid, a los veintiún días de enero de dos mil quince, la Hermandad Rascamán, consagrada a la perfección literaria de sus cofrades, celebra su tercera reunión ordinaria del año en la Sala capitular del Santander.
Javier Díaz, el hermano coordinador, luego de verificar que el hermano turiferario encendiera las velas y esparciera el incienso, y de tañer la campanilla llamando a sosiego, da por comenzada la tenida.

José León Cano trae aires moriscos y lo hace en verso: “El regreso del califa”; y en prosa: con el capítulo de La casa de Blas Infante de su libro de viajes. León, consustanciado con el gran andaluz, discurre por el texto y su estilo nos arrebata, un contrapunto entre el lenguaje neutro, más bien elevado, y el tono coloquial de un “perronaje”. Una línea basta para dar cuenta de la situación existencial y dramática de Blas Infante, y por la que pagó con su vida: “Mirar hacia el sur causa dolor”.

Juan Manuel Criado ha tramado una sociedad jerarquizada de autómatas en la que cada uno cumple su rol con eficacia.  Sin embargo, Jim les comunica a sus superiores, con venteo escatológico, “que no todo está controlado”.

Paco Fenoy, en cuatro haikus, entreteje elementos de la Naturaleza con el tiempo, la paz y la oposición movilidad-inmovilidad.

Llega de visita a la tertulia la poeta hispano argentina Adriana Serlik, que vive en Gandía y está de paso por Madrid para presentar Frágil, su último libro de poemas. Javier será uno de sus presentadores y hoy la ha invitado a la tertulia. A pesar de que Serlik da la impresión de ser una poeta vital y en busca de la luz, destila en sus versos la bilis melancólica: “Hay días en que mi voz se oculta entre los pliegues de la soledad”.

Aureliano Cañadas nos convoca a una “subastas de paraísos”, en sociedad con “angelicales drones”, y luego nos somete a un vértigo de selva-mazmorra-olvido-equipaje-negritud-orgía.

Horacio Herrera que hoy oficia de amanuense, en su deriva, menciona al poeta boliviano Jorge Campero, de quien Javier lee un poema publicado en Internet.

Rocío Díaz, en su relato “Puntos suspensivos”, devela las relaciones de poder en ciertas instituciones, que se basan en la ambivalencia y la perversión de los discursos y lo hace a través de un personaje que seguramente será memorable: una mujer inconclusa para burocracia mecánica, que ha merecido como apodo el título del cuento.

David Lerma lee dos reseñas críticas: de El olvido que seremos, la novela del colombiano Héctor Abad Faciolince sobre su familia, en especial sobre su padre, médico asesinado por sicarios; y de El síndrome de Ulises, del también colombiano Santiago Gamboa, que cuenta sobre los inmigrantes desclasados de París. La pericia crítica de David se mantiene intacta, pese a que en esta ocasión ha tenido que limitar la extensión para cumplir con los requisitos del concurso organizado por el suplemento Babelia de El País. Los vates vaticinamos su triunfo.

Amelia Peco pronuncia la condena: El “amante será una araña”. Y “en días que solo son silencios”, la figura insectil dejará traslucir que “bajo el limo no hay sueños”. La protagonista, en trance de soledad y oscuridad, en agonía de domesticación, asume que “todo es simulacro” y esto más que parecer algo negativo, nos trae cierto alivio; así suena menos dramático el enunciado: “no veo la línea recta de mis actos”.

            Leonor Varela habla de Lápiz y papel, el cartel y la intervención que presenta por estos días en Matadero Madrid, en el acceso de entrada a Extensión AVAM. En su trabajo, unos lápices enmarcan un portarretratos que “conjuega” el verbo escribir y termina con la significativa aserción de “Ellos NO escriben”, a manera de un borrón apocalíptico-onírico de la escritura y la lectura.

Federico Monroy parece recusar este mundo atiborrado de mensajes: “caen duras palabras”, que apenas permite intuir que “por cesárea nace un silencio”, y que exige carácter para salvaguardar la identidad: “mañana me disfrazo del que soy y a disparar”.

Ana Gonz lee su poema en gallego, reminiscencia de cantigas, melodías de “una noche de media luna”, para expresar la sensación, tan moderna, de que todo tambalea y “el presente ya no es real”.   
    
           Jorge  Díaz Leza parece preconizar una vuelta a los orígenes a través de la desilusión: “Lo que creía zafiro supo que era aire”, y la precocidad: “Como una juventud con arrugas en la cara”.


Y así, cumplida la ronda de lectores, con la premura del caso, los cofrades se retiran, gozosos de haber compartido sus trabajos literarios.


Horacio Herrera
4 de febrero de 2015



domingo, 18 de enero de 2015

13ª Jornada/VIII año: Miércoles, 14 de enero de 2015

Imagen: Reconstrucción del Foro romano
Bajo la atenta mirada de Prometeo



1. Paloma Sánchez. Crónica de las alas:


Hoy ha venido Horacio. Ha hecho un largo viaje, es tribuno militar, por luchar antaño en el bando del emperador. No quiso servirle, solo sirve a Minerva y en noches silentes se entrega con Febo a escondidos delirios. Está leyendo, el texto tiene música de fondo, su voz; y vuela y hace quiebros. Un ángel y sus reflexiones. Puro discurso poético, se diría alguien flota y piensa… 

Ahora que es famoso en el Mare Nostrum por la publicación de sus Odas. Confiesa bajito que le gusta escribir la primera versión a mano y después corrige en arcilla. Añado una oda.

…No me permiten ejercer de ángel custodio, pero y si la palabra es un adorno más del intelecto humano…estoy curioso, quiero saber cómo me sale…las palabras esenciales están tan unidas a la cosa que son la cosa misma…Yo nada deseaba en mi candor de mensajero…¿de dónde viene mi voz?…¿en qué me convertiré? …Ya no sé si quise o no, ser hombre…


Y Argantonio al salir del túnel encuentra la mirada en los recuerdos de una niña. Parece que su centro llega lejos y la tierra es arrasada por gritos y silbidos.

María, cabeza patricia, en su escueto poema comprime la angustia existencial de siempre, en unos versos puros de forma. Cuenta al auditorio elevando su voz y girándose para que todos la oigan, que escribe a lápiz, que ignora esos adelantos de escribir en arcilla.

El Cónsul de la Bética, que se encuentra al oeste hacía las Columnas, ha encontrado un solarium en la tierra del garum. Está satisfecho de ser escritor de café y por supuesto lo hace a mano. Ha desbloqueado dos capítulos de su libro de viajes.

El tribuno de la plebe, Antonino Pío hoy lee con voz broncínea su poema. Reacciona con enfado ante los gritos. En su disertación ha pretendido meter los pedos del señor con tirantes en el libro de los autóamatas. -Está bien-, dice el primer cónsul mientras sale a la palestra y se recoge sobre el hombro la toga. Se hace el silencio en las gradas ante el gesto airado de su mano que amenaza tocar la campana. Como un gladiador que evita a las fieras cambia un verso de sitio y por arte de magia el poema cambia y entra en el libro. 

Y de mi lectura no puedo decir nada…me emborracho de palabras y ya no doy pie con bola.

Paloma Sánchez
17 de enero de 2015










2. Javier Díaz Gil. Crónica de la casa:

La poeta alada abandona el ágora. Le cede su sitio a Xavierius, recién llegado de Ática. Quedan flotando sus palabras, su relato autobiográfico, el trabajo, las oposiciones... Fluyen la palabras que se convertirán en libro.

Trae la fábula desde la alta Andalucía el escritor Fenoy, que ha revisado en la que el amo nombra a  la marioneta que es quien directamente ordena al pueblo. Fran Fenoy lee unas máximas y cuatro epigramas sobre el terror, el poder del dinero, la tecnología.

Interviene el soldado Vencedor, aporta el concepto de esticomitia: el ritmo versal se acompasa con ritmo sintáctico. La esticomitia hispana es de octosílabos.

Caminando por el foro pasa Sue Ellen, la alcohólica de Dallas, ¿sólo el escriba la ve? ¿Un agujero espacio-tiempo?

En el Extremo Oriente no se creen que puedan existir personajes tan malos. El soldado Vencedor nos dice que se escribirán obras donde haya personajes realmente malos, La Celestina, dice.

En el foro están sentados aquellos cuyos nombres significan el amado o querido y el que habla del rocío, y la que está ligada a Dios. Escuchan hoy con la intención de intervenir en la próxima asamblea. David, Rocío, Cinta. 

De la Galia toma la palabra Ana para decirnos que su manuscrito azul se quedó en el lar, los poemas escritos en lengua galaica.

Amelia, enérgica, activa, desgrana los poemas de su libro "Mi amante es una araña". Hermosa historia y certeramente escrita.

Carlos, el que sabe, exclama que para vencernos habéis cambiado el calendario. Lee unos poemas De Gema Palacios, del libro "Compañeros del crimen". El que sabe afirma que le parecen muy buenos. Crimen número 6: "La luna vaciándose de luz entre mis piernas".

Leo, pintora, escultora, escritora, la que en su nombre lleva la compasión, habla de su obra "Nonatos", que ha sido preseleccionada para la Bienal de Venecia. En tierras romanas hablarán de su arte.

Cierra la asamblea la que une en su nombre a la elegida y amada por Dios y al Salvador. Son sus cincuenta precisas palabras bajo el título de Festejos, bien merecedora del premio que ha obtenido.

Pido que transcriban sus nombres en mi palimpsesto al salir. Queda así el testimonio de esta asamblea: María, León, Juan Manuel, Horacio, Javier, Paloma Sánchez, Juan Antonio, Paco Fenoy, Rocío, David, Ana Gonz, Amelia, Cinta, Carlos Ceballos, Leo, Vicente y María Jesús.

El que en su nombre encierra una casa nueva o un castillo da fe de lo que ocurrió y da por terminada la asamblea que aquí se ha narrado. Se despeja el foro y por la vía decumana y el cardo máximo se pierden los hombres y mujeres libres bajo la mirada atenta de Prometeo.

Vendrán otras asambleas y las contará la Historia.

Javier Díaz Gil
18 de enero de 2015 

viernes, 9 de enero de 2015

12ª Jornada/VIII año: Miércoles, 7 de enero de 2015

La "manga de gitana" de Amelia Peco


MANGA DE GITANA


Hoy, reunidos en pequeño comité, la que esto escribe junto con Javier, Paco Fenoy, Amelia, David y Carmen Frontera.

La manga de gitana de Amelia envuelve hoy los espacios en desarrollo y mejora de textos narrativos y poéticos. 

Paco nos trae su fábula política, en cuyos recovecos y laberintos teatrales aparecen, convertidos en risible rey de la selva, tontos de baba y vampiros de diversa "castaduras", los protagonistas del poder que nos vapulea. Parece que su indignación se materializa en las ásperas laderas de un lenguaje-enigma. Entre todos, intentamos descifrarlo, no sin dificultades. Creo que faltan algunos bastones de preposiciones y crampones de sintaxis... 

Pero, bueno, deshacemos, pues, la manga por hombro del lenguaje fenoyés. 

Amelia aporta su texto, siempre en evolución, inscrito en la trampa sutil de la araña-amante. 

Pero su víctima revela también su estrategia. Una gota de miel, para atraer el amor y no el sexo. 

En la narración de este combate, las imágenes del desvío, la condena y una cierta luz para continuar con el empeño de deshacer la tela que la ahoga, nos muestran el cincel poético de Amelia, con proyectos medidos y autoexigentes para este año. 

Javier dibuja en su poema el balance del año que termina. ¿Cómo no traer en este día el recuerdo del pasado más cercano? 

Carmen Frontera regresa desde Accra. Vivencias en las que desfilan los avatares de los visados, las infraestructuras nulas, los alimentos desconocidos y quizás peligrosos. Pero destaca también la bondad de sus gentes, su apego extraordinario a las religiones cristianas. El tiempo libre de la población, entregado al culto divino. Un proyecto: para dentro de poco, un destino en otro país. 

¿Será que su frontera no es tal, sino un camino siempre abierto?. 

Estoy leyendo ESTIGMA Y ARTIFICIO, de Juan Peregrina Martín, y CENTROS DE CURVATURA, de Fernando Soriano Bensusan. El libro se me aparece como una campana, que en cada vuelo me lleva desde el hilo sin cese de la poesía en música ininterrumpida hasta el otro vuelo, romances de contenido actual, pero con aroma lorquiano y sonetos gongorinos. Paisajes de palabras transmutadas en todas las especies: palabra pez, palabra flor, palabra playa. El torrente de la creación vertiéndose hacia fuera, como la semilla que aguarda el calor del sol, de quien se complace en reconocerla como la dádiva inesperada y bella de los poetas. 

El deseo de saber que nos falta se materializa en la palabra. Lacan traza el camino del lenguaje para poder atisbar esos sones, tan fugaces como profundos, las piedrecitas blancas que sólo brillan en la luz nocturna del inconsciente. 

Fernando y Juan construyen una obra que debe conocerse poco a poco, como los bosques mágicos o los manantiales escondidos en las más altas montañas. 

Ya nos advierte de ello Cristina Hernández González en su introducción, con mapas que nos dan la clave de estos caminos, las espirales, el dentro-fuera, el deslizarse en un continuo ir y volver, sin Ítaca donde preservarse de la tempestad de los recuerdos. 

Tarde para no olvidar. Incluso para las huellas del aquí y del ahora. El caballo y la niña de David. El método de trabajo de Paco, la rutina diaria de Amelia y su regalo de la espiral tierna rellena de dulce. Los colores africanos de Carmen, el rastro evanescente de las huellas de Javier. 

Echamos de menos a Rocío, Aureliano, José León, María Antonia, Alma. También a la gente de otro continente como Joselyn. Esperamos a Horacio..... 

La manga de la gitana se termina y su sabor cierra esta tertulia que nos parece corta.





Cinta Rosa Guil Redondo
9 de enero de 2015