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martes, 31 de marzo de 2009

23ª Jornada/II Año: Miércoles, 25 de marzo de 2009

"El Pabellón nº 6", Anton Chejov


Jueves, 26 de marzo de 2009

UN GRUPO DE RASCAMANEROS SE REÚNE EN MADRID PARA HABLAR DE CHEJOV Y ACABA DISCUTIENDO SOBRE RADIOGRAFÍAS

La cita, en el Café Galdós, iba a ser un monográfico sobre la obra “El pabellón nº 6”, escrita por el autor ruso.

D. L. M. Madrid. A la tertulia, convocada para la tarde del día de ayer, 25 de marzo, acudieron, por este orden: Javier, Vicente, David, Rocío, Celia, Laura, Sagrario y Ángeles. Javier abrió el debate lanzando al aire la siguiente pregunta: “¿Quién cuenta la historia de El Pabellón nº 6?”, a lo que David contestó: “Pues Chejov, ¡quién va a ser!”. Fuentes consultadas por este periódico aseguraron a nuestra Redacción que con su respuesta el tal David pretendía hacerse el gracioso. Javier subsanó el desatino de su compañero argumentando que la idea de Chejov fue la de hacer lo que técnicamente se conocía como “novela en marcha”, según la cual, el narrador pasaba por ser un personaje más de la obra, aunque sin serlo en realidad.

Por su parte, Laura, la participante que había llegado a la reunión con su título de recién licenciada universitaria bajo el brazo, prefirió incidir en el aspecto enfermizo del personaje que el autor ruso denomina meschanín: Laura informó a la concurrencia de rascamaneros que la afición de este individuo por coleccionar medallas no escondía sino el mal de los delirios de grandeza. Un mal que, en opinión de esta Redacción, ni el paso del tiempo (ha transcurrido más de un siglo desde que Chejov escribiera El Pabellón nº 6) ni el progreso de la Medicina han logrado erradicar de nuestra Sociedad.

En su ponencia, Ángeles hizo referencia a la densidad y la repetición excesivas que, bajo su punto de vista, acusaban las descripciones de los personajes que realizaba el autor ruso. “Debes tener en cuenta que se trata de una obra del siglo XIX”, replicó Vicente, quien además insistió en la vertiente “creacionista” del relato, estimando que en la base del mensaje de El Pabellón nº 6” palpitaba la necesidad de creación que acompañaba siempre a todo ser humano. Este comentario propició en el seno del Galdós el primer debate encendido, germen de lo que vendría después, acerca de lo que debía entenderse como creatividad o no. ¿Acaso se podía considerar como forma de creatividad la realización, por ejemplo, de flores de papel?, se preguntaron unos. ¿Acaso sólo había de considerar creatividad a la producción que nacía de la siempre elevada, distinguida y hermosa cual sirena Poesía?, se preguntaron otros. Vicente remató su alegato comentando que las verdaderas víctimas de la pluma de Chejov no eran otras que la sociedad y el primitivismo imperante en la Rusia de entonces. Al hilo de su observación, todos los presentes coincidieron en que, trasladado al momento actual, era ese aspecto del relato lo que desgraciadamente le confería vigencia plena

A continuación, Javier volvió a tomar la palabra para afirmar que el principal conflicto que Chejov planteaba en su relato era entre la Fe y la Razón, aunque también se hablase en él de la Culpa. “En todo país católico”, intervino entonces Sagrario, “la culpa viene impuesta desde fuera”. La opinión de Vicente al respecto fue que lo bueno de la Culpa era que podía ser considerada como un método perfecto de limpieza interior. “Yo creo que en el Pabellón nº 6 se habla de la condición humana, pero en general”, soltó de pronto David, lo que pareció dejarle tan a gusto. Para cerrar la discusión, Javier concluyó que los dos personajes principales de El Pabellón nº 6, a saber, el enfermo Iván Dimítrich Grómov y el Médico Andrei Efimich Raguin “no eran sino dos almas gemelas”.

Todos los allí reunidos dieron por terminada la primera parte de la tertulia a eso de las 20:00 horas. Seguidamente, se pasó a las lecturas. Sagrario recitó dos bellos poemas. El primero comenzaba con dos versos que eran toda una declaración de intenciones: “Restos del naufragio / amenazan con salir a la superficie”. El segundo de los poemas contenía un verso que trajo a la memoria (nunca mejor dicho) de los contertulios la figura del escritor uruguayo Mario Benedetti: “Memorias llenas de Olvido…”

El último turno fue para Rocío. Esta rascamanera leyó un relato que ya había traído en una sesión anterior, aunque inconcluso. La obra hablaba de las dudas que perseguían a una adolescente y que gustaban de esconderse en su fondo de armario. El periodista que suscribe este artículo quiere rescatar ahora una frase del relato que le conmovió profundamente al escucharla: “La adolescente cree que a cierta edad ya no se tendrán esas preguntas ni otras, porque todo será cierto, será seguro”, decía. La historia escrita por Rocío se resuelve con una radiografía de la protagonista, lo que encendió la chispa que prendió el fuego que quemó la mecha que hizo explotar la bomba en la tarde-noche en el Café Galdós: a partir de ese momento se inició por parte de todos los rascamaneros una acalorada discusión entre los que estaban a favor y los que estaban en contra. De las palabras finas se pasó a las palabras gruesas, y de ahí, a los hechos: el resto de la clientela que a esa hora permanecía en el Café se alineó de una parte o de otra, por lo que de lado a lado del Galdós comenzaron a llover tazas, vasos, botellas, azucarillos, donuts, pinchos de tortilla, entre los dos bandos enfrentados. Por suerte, una de las camareras del local, Lady Noise, estuvo presta y avisó a la policía. Los antidisturbios acudieron en menos tiempo del habitual y en pocos segundos desalojaron el local a porrazos. De madrugada, el juez que instruye el caso dictó el secreto del sumario y dictaminó la prisión provisional sin fianza para los participantes en estos altercados.

A la hora de cierre de esta edición, la última información que ha llegado hasta la Redacción, enviada por nuestro corresponsal desplazado al Centro Penitenciario, es que Javier, Vicente, David, Rocío, Celia, Laura, Sagrario y Ángeles han ingresado en él sin llegar a ponerse de acuerdo acerca de si el relato de Rocío requería un final con radiografías o quedaba mejor sin ellas.


David Lerma Martínez
29 de marzo de 2009


domingo, 29 de marzo de 2009

22ª Jornada/II Año: Miércoles, 18 de marzo de 2009

El puente va a hacer daño...


Como salido de un viejo programa de Paco Lobatón, Rocío me anuncia que "Inma Lasala ha aparecido en El Corte Inglés de Nuevos Ministerios".

Inma estuvo en el Taller de Alameda pero le perdimos la pista. Anoto rápido su email para darle de alta en nuestra lista de correo. Inma recuperada, qué alegría. Ojalá contemos con ella en la Tertulia.

En Madrid este miércoles es inicio de un puente festivo, el de San José. "El puente va a hacer daño", dice Vicente. Aure y Celia ya han avisado de que no vendrían.

Vicente tiene una teoría sobre los puentes: "Cuidado con los puentes, porque cuando se tiende un puente para unir dos civilizaciones, una de las dos queda destruida".
"¿Quién destruye a quién? El que promueve el puente es el que vence".

Se nos cuela una recomendación cinematográfica (esta Tertulia es multidsiciplinar), "The visitor". No es bonita, es buena, apunta Vicente.

Llega David, (ya de momento somos cuatro). Rocío nos dice que se le ha hinchado el dedo meñique, está preocupada. Los males conviene siempre relativizarlos.

Hablamos del corto de Almodóvar, "La concejala antropófaga". Está en el Youtube. Dice David que merece la pena verlo, es el Almodóvar provocador de los 80. Está a punto de estrenarse su nueva película "Los abrazos rotos".

Más recomendaciones de cine:

- La Ola (ésta ya ha salido en la Tertulia más veces)
- Slumdog millonaire (una merecida colecciónd e Oscars para esta peli, sí señor)

David nos dice que ha pasado esta última semana con conjuntivitis. (Parece que lo de relativizar los males empieza a ser menos relativo).
Con esto del puente, David se veía hoy en la "Tertulia del Solitario", porque no esperaba ver a "nadie".
Pensamos que cómo estará Ana en su nuevo destino de Canarias. No sabemos nada de ella. Hoy hay ausencias de puente y ausencias anunciadas para tiempo más largo.

Cambiamos de tema y Vicente defiende (con el peligro que significa generalizar le advertimos) que la gente que hace carreras de ciencias no son felices porque cuando se jubilan terminan escribiendo o haciendo actividades creativas. Puede ser que las carreras técnicas den más dinero que las Humanidades, eso es cierto y ese puede ser un motivo de elección. Pero discrepamos, hay gente feliz haciendo números y números...

Rocío ha traido el libro de Juan Cortés, una amiga suya escritora de relatos y premiada por ello en multitud de ocasiones. Ese libro es su primera novela y la acaba de publicar: "Memorias de un ahogado". Rocío está muy orgullosa de que Juana sea su amiga.

Vicente propone que repitamos la experiencia del año pasado y hagamos una visita al Taller de Poesía de Jesús Aparicio en Guadalajara. Tomo nota y prometo escribirle para proponérselo.

Vicente regresa a su teoría de "la felicidad y las carreras de ciencias". Aunque creemos que no hay que ser categóricos porque la gente que estudia ciencias necesita también expresarse: escribiendo, plantando rosas o caminando por la montaña.
David reflexiona que es curioso cómo hay mucha gente a nuestro alrededor que escribe. Un compañero de su trabajo le contó que escribía relatos. David dice que en su trabajo no saben que él escribe. Esta cosas no se pueden compartir con todo el mundo. Hay quien no lo entiende. Cuando hablas de ello cambian de tema.

El tema deriva en la consabida idea de que en España se escribe más que se lee y se compra más que se lee también. Pensamos que quienes compran libros o se los regalan es gente que le gusta leer.
La gente que no lee no se compra libros. En sus casas hay más DVD de películas o discos e incluso juegos de ordenador. Pero eso no importa. No todo el mundo tiene que leer. Defendemos la felicidad. Lo que hace falta es que la gente disfrute con las cosas que le apetecen.

Hablando de leer, Vicente recomienda la Libreria "Tres rosas amarillas" que está en la Plaza del Dos de Mayo, en Malasaña, en Madrid y está especializada en libros de relatos cortos. El nombre de la tienda es el de un relato de Raymond Carver (San Carver).

David me ha traido un regalo. Todo un detalle. Es un ejemplar de la revista Litoral que ha encontrado en el VIPS. Un número de 1992 que publica una selección de poesía hispanoamericana entre 1492 y 1992: "Memoria de América en la Poesía". Toda una joya. Se lo agradezco de veras.

David cuenta que ha enviado una novela a un concurso. Le deseamos suerte. Nos cuenta la anécdota de la pelea, del tira y afloja con el funcioanrio de correos para convencerle de que no tenía que poner el remite en el sobre al tratarse de un certamen literario. Después de casi media hora (con gente esperando en la cola y el apuro de David), el funcionario ha hecho una llamada y le ha dado la razón dejándole enviar así su carta. Nos ha pasado lo mismo a alguno de los que nos sentamos hoy a la Mesa.

Como el Guadiana, regresa la Teoría de la felicidad y la ciencia. Recuerdo que el matemático John Forbes Nash (Recibió el Premio Nobel de Economía de 1994 por sus aportes a la teoría de juegos y los procesos de negociación), del que se hizo una película protagonizada por Russel Crowe "Una mente maravillosa" vivía para la ciencia y la combinatoria. Dentro de la Teoría de Juegos y la Negociación planteó soluciones posibles al Dilema del Prisionero. Para los interesados os invito a visitar Wikipedia. Verdaderamente curioso.

Entra Ángeles Yagüe en el Galdós mientras Vicente le roba una de las patitas del croissant a Rocío. Hablamos de las minusvalías. Ángeles nos cuenta que sufrió la polio de pequeña y desde entonces se ayuda sus bastones. Hablamos sobre cómo vivir con minusvalías, de las barreras arquitectónicas y de la falta de conciencia de mucha gente.

Llega Sagrario (ya estamos todos los de hoy). Viene de un funeral (Dejo definitivamente de relativizar los males por hoy). Hoy toca bitácora negra.
Completamos las bebidas de la mesa con un té verde con un poco de agua con gas que coge de mi botella y que se tomará Ángeles.

¡Qué bonito es el cementerio de Fuenlabrada!, dice Sagrario. El comentario nos lleva a recordar la fantástica película de Berlanga "El verdugo".
Nos cuenta Ángeles que su padre trabajaba en la cárcel, era funcionario de prisiones. Ella le visitaba allí y hablaba con los presos. Era otra época. Dice que no sentía temor.

(Hoy pinta que vamos a leer poco. No hemos escrito casi nada esta semana).

Se desencadena una charla sobre psicópatas que están en la cárcel porque han llevado una vida sobradamente delicitva. Y hablamos de la gente "normal" que llevada al límite comete un delito: un asesinato, por ejemplo. ¿Somos todos delincuentes en potencia?

"No me gustan los hielos", dice Rocío. "Yo tampoco puedo con ellos", apostilla David, "los odio".

El hielo hace de frontera con el siguiente tema de discusión: el ego crecido de algunos autores. El ego enfermizo que se convierte en el maltrato psicológico de Juan Ramón Jiménez a Zenobia o el mal genio de Valle Inclán con sus compañeros de generación por citar lo primero que se nos viene a la mente.

Sagrario lee textos suyos que aparecieron hace ya unos cuantos años en la revista "Rascamán" que publicábamos con caracter trimestral en el Taller de Creación Literaria de "Ágata". Lee "Eros", un relato que apareció en el número dedicado a "Eros y Thanatos".

"Al menos cuando la penetraban se sentía menos sola", dice el narrador hacia el final del relato.

Recojo a vuelapluma la frase que dice Sagrario (¿cuál fue el motivo?): "A mí me dan miedo lo bebedores de absenta y de ayahuasca".

Lee después Sagrario dos poemas eróticos de ese mismo número.

La absenta y la ayahuasca te llevan a un estado de pérdida de conciencia, casi como el de la anestesia. A la salida de la anestesia uno dice frases ininteligibles. David y Vicente aportan las suyas (no diremos cuál es la que pertenece a cada uno, lo dejaremos para lo adivinéis):

- ¡Estoy de puta madre!
- ¡Vivan las alcarreñas!

Las dos frases exclamativas por cierto.

Rocío lee el principio de un futuro relato que está por terminar y que comienza con la frase:

"Ella tenía una queja de fondo de armario"

Ángeles nos lee su poema "Hueso"

Paso piel,
dejo carne,
llego al hueso...

"El hueso sólo quiere ser hueso y sostenernos" acaba el poema.

Son casi las nueve, la Tertulia que casi nos roba el puente toca a su fin.
A los españoles nos cuesta despedirnos y a estos tertulianos aún más.
Feliz puente y cuidaos de los males que nos acosan.


Javier Díaz Gil
29 de marzo de 2009

jueves, 19 de marzo de 2009

21ª Jornada/II Año: Miércoles, 11 de marzo de 2009

...por mucho que haya estado al loro, no ha habido un momento de descuido


Qué puta vida. Se cansa uno de recorrer todas las líneas del metro y nada, ni un mal monedero. Será también por esto de la crisis. Y luego toda esa panda de sudacas y morenos, que no llevan en las mochilas más que la tartera vacía o los zapatos y el mono del curre. Hasta la línea 6 está imposible. Ni un puto extranjero que pille al descuido, nada. Y además esos desgraciaos de seguratas, metiendo los hocicos por todas partes. Los muy cabrones, qué oficio. La última vez que me entrullaron fue por culpa de uno de esos hijoputas, que me pilló abriendo una cremallera, me sacó al andén a empujones, me llevó a un rincón donde no había cámaras y empezó a darme. Qué cabrón. Esposado y todo como estaba, me tiré pa él y le arranqué media oreja de un mordisco. Todavía recuerdo el sabor de su sangre. La que se armó. Vino la pasma estuve unos mesesitos alojao y alimentao…

Bueno, los autobuses están mejor. Ahí siempre puedes encontrar a una vieja que no puede soltarse de la barra, a un guiri despistado… Pero hoy, ná de ná. Así es que me he metido en este café, a tomarme una cañita, a ver qué pasa. A mi lado, ha llegado un tío, con chaqueta vaquera, mochila y gorra, ¿qué edad tendría? Pero cuando se la ha quitado, se ha descubierto el pastel: un carcamal. Ha cogido una mesa y ha pedido un café. Luego ha llegado una tía, bastante buena, por cierto, y después un tío, al que han saludado como al maestro. Qué cosa más rara, se han puesto a hablar de hacer una editorial, que si es muy complicado, que si debían hacerlo, que las editoriales son unas rácanas, que no apuestan por nadie, no hacen más que pedir pasta. Luego ha llegado uno al que han saludado como Federico Trillo y ese, en seguida ha soltado que lo de la editorial estaría bien, que “como sabes que no te vas a hacer rico, puedes hacer lo que te salga de los cojones”. Luego el tío ha sacado de su mochila un libro y se lo ha regalado a alguien, que se lo ha pasao al viejo. Éste ha leido. Bukowski, Erecciones, eyaculaciones, exhibiciones: relatos de locura cotidiana”. Anda, y yo que pensaba al principio que era un grupo de esos de nuevas religiones o algo así, como hay tanta gente rara…

Llegan dos tías más, una con la noticia de que se va a Tenerife a trabajar, y la otra que le pide al viejo que le traiga su libro. Acabáramos, resulta que son escritores o poetas o eso. Vaya mierda, de aquí no voy a sacar nada, seguro que no llevan en las mochilas más que libros y papeles. Bueno, luego la primera tía, que por lo que parece se llama Sagrario, cuenta el escándalo que se ha producido en Italia, porque una fulana ha sido enterrada junto a un payo que se llama Italo Calvino. En ese momento llega la camarera y pregunta "¿Falta algo?" Y el viejo, el que no corre, vuela, responde que sí, que falta testosterona, y dinero. Pues estamos apañados. Lo que yo digo, de aquí, aunque pille algún descuido, no saco ná. El viejo lee una cosa muy rara, de uno que se despierta y encuentra un bicho, parecido a un cocodrilo, que se ha zampao a su mujer. Y llega uno muy largo, al que saludan como a José María, que dice que ya ha leío ese cuento, yo no lo entiendo, ¿eso es un cuento?, pero que falta explicar por qué aparecen esos monstruos, pero que es sensitivo, que le gustan los elementos sensoriales, qué palabrejas, no cojo ni una. La Sagrario cuenta que ha celebrado su cumpleaños en el Cementerio de Yunquillos (Toledo). Ya decía yo que ésta es gente rara, mira que celebrar un cumple en un cementerio, hombre, si hubiera sido el viejo, para irse acostumbrando… Y encima va y dice : “ me inspiran más las almejas picantes que me comí después”. Luego va y se pone a leer unos papeles, la verdad es que dice cosas bonitas, como “ábreme despacio” o cuenta cosas sobre el paraíso de la infancia, u otra cosa, que yo tengo buena memoria, “hurgo en el dolor del insomnio/ donde siempre llueven espejos”, pero de eso ya no entiendo na. Los demás aplauden y dicen que esos poemas están bien. Vaya, ¿esto es poesía? Pues si no pegan unas palabras con otras. A continuación, el Javier saca una foto y la va pasando para que todos la vean. Resulta que es de cuando era pequeño y estaba con su abuela en un río. Parece también gustar a todos. A continuación el Federico ese lee un cuento de un tal Tomeo con el que parece que explica lo de la justificación de los monstruos del viejo, yo no entiendo ni mus, ese cuento es de unas muñecas colgadas, creo. Y saca después de la mochila, lo que yo digo, estos tíos no llevan más que libros y papeles, un libro de un japonés, vaya nombrecito, Kawabata, y dice que se suicidó un poco tarde, a los 72. Qué lástima, con lo bien que me caen a mí los japoneses. Ya no tanto, parece que han espabilado, pero de todas formas, cuánta cámara, cuánta cartera, bolso, ha pasado al descuido de sus manos a las mías. Llega una, muy maja, que el viejo besa y rebesa, qué cabron, y el Javier, no sé a cuento de qué, perdi el hilo, cuenta un chiste, de un niño que le pregunta a su padre: “papá, papá, mamá dice que tienes cuernos” y el padre responde: “¡Yo que sé, niño, tengo tantas cosas en la cabeza!”. Bueno, y el José María lee una cosa que dice que es un soneto, vaya menos mal, éste si pega, pero qué cosa más rara, sigo sin entender, a esta gente no hay quién la entienda, aunque todo el mundo asiente, como si hubiera disfrutado de una hamburguesa doble o de un canuto. Dice que es de un libro que se llama “Hijos de la miseria”. Pues a mí me gustaría leerlo, a ver si aparezco yo, porque para miseria, la mía, que conozco todos los comedores de Madrid: el de la calle Martínez Campos, que dan las zorronas de las monjitas, otro que está por Moncloa, allí se come bien pero hay que estar muy pronto, siempre hay cola, los putos moros, los rumanos, los morenos, y tanto parao ahora, otro que está por Cuatro Caminos… Lo malo es que en las colas se forma la de Dios es Cristo. Lee otra cosa, “nazco como un círculo”, de lo que está escribiendo ahora, dice, y otra más, “el calor de la danza”, y to el mundo dice que es muy sensual o sexual o algo así, vaya usted a saber. Entonces el viejo y este Jose se levantan y se van, los otros siguen hablando un ratillo más, después pagan, y ya está.

Total, que por mucho que haya estado al loro, no ha habido un momento de descuido. Las tías con los bolsos sobre la falda, los pibes sin dejar la mochila ni para ir a mear. Total, para lo que hubiera encontrado dentro: papeles, papeles, papeles, ni un putísimo euro. Voy a coger el 61, a ver si hay suerte, aunque a estas horas ya las abuelas no salen. Y mañana, a las colas del Museo del Prado, a ver qué pasa.


Aureliano Cañadas
16 de marzo de 2009

20ª Jornada/II Año: Miércoles, 4 de marzo de 2009

nosotros imaginamos, el hombre es un ente simbólico


Ay, el Galdós, que tío, que lugar, y allí que estamos. Embebidos en nuestras cosas de la semana, cuando vemos que se acerca un muchacho, que se presenta como Tomás. No tardamos en darnos cuenta de que se trata de un integrante de la Tertulia del Círculo. Joder, eso de círculo suena como a logia de los libros del plomo ese del Dan Brown, pero no, se trata del Circulo de Bellas Artes. Todos contentos.


Esta vez me da por leer. El argumento del cuento trata de un acontecimiento pasado que decidí metaforizarlo. Aún hay cosas que desbrozar. Rocío me echa una cuerda de la ropa y me indica que el principio, unas 8 líneas, sobran. Las quito del relato y tiene la misma textura. Eso es. Le sobraban a conciencia.


Tomás lee un poema que a mí me resulta muy interesante. Se llama las plantas de mi salón, y esta bien eso de bajar a la tierra, como los griegos cuando bajaron a la tierra a los dioses y se rieron de ellos, conceptos tan difíciles de comprender sin la ayuda de lo sencillo. Mas tarde leería otro, de temática erótica. Ambos tuvieron no solo éxito de crítica sino de público.


De pronto Rocío nos da una noticia; ha ganado un premio, otro, en una tierra muy lejana, lejos, a unos 400 kilómetros pa´rriba.


A estas alturas, y en vista de la noticia de que hoy vendría otro miembro de la tertulia del Circulo, imaginamos (la raza humana es así: vemos símbolos allí donde los animales ven comida, nosotros imaginamos, el hombre es un ente simbólico) envuelto en esa imagen, a una muchacha que lleva tiempo sentada a unos 3 metros de nosotros y que lee. El hecho de que lea, ya casi la hemos incluido en el asunto. Y es que es raro, que la gente lea, así, a secas, aunque sean prospectos médicos, que a mí tanto me gustan.


Llega Aureliano. Y nos lee un prólogo a un libro de poemas. No hay que quitar nada. No lo hagas Aure.


Llega, por fin, el miembro perdido de la tertulia del Círculo. Es Ángeles Yagüe. Toma asiento y lee sin esperar. Bien. Me gustan las gentes sin miedo, de tirón. Tira hacia lo místico. Hay abundancia de objetos, perfecto, asienta lo terrenal frente a lo intangible, que no se puede agarrar. Lo que más me llama la atención, junto con lo de hacer agarrar lo etéreo, es la forma de narrarlo; inflexión de voz correcta a la antigua usanza, y pausas sepulcrales. Bien.


Mientras lee Rocío otro miembro del Círculo llega. Es Ana Delgado. Toma asiento, y sí, lee. Me da por pensar que la gente del Círculo es muy lanzada. Sus poemas tratan de Lisboa, que la crítica de la tarde asume como figurativo, y el segundo tira para el lado cubista. Yo me limito a escribir, tomar nota.


Queda poco para finalizar el asunto. Rocío nos dice, así, con un balonazo que tiene un obrero en casa que le va a desatascar el sumidero. No digo nada. Una vez más, el asunto de que el hombre es un animal simbólico cobra vida.


Salimos del Galdós. Y nos cuesta una vez más, como buenos españoles, despedirnos.


Vicente González

11 de marzo de 2009

domingo, 1 de marzo de 2009

19ª Jornada/II Año: Miércoles, 25 de febrero de 2009

Paco Sevilla.


Varios varían en volanderas


Hay un mundo paralelo dónde las asonancias son delitos de Estado. Dónde las certezas son absolutas, la vida exacta y matemática."Bollos dentro de un orden, sin crema"... "Cómo dijo Hegel...". Rumiar pensamientos sería absurdo, para alguien tan amante de la buena literatura Carver, San Carver ,Carver. Vicente dijó Carver, sí.
Dueño de las certezas absolutas, cómo no de la palabra. Con el don del talento, el ingenio fácil que atropella la duda y "el derecho a equivocarse".

No sabe cómo calificar desprópositos, imprevistos que como la vida fluyen sin control. No niego su generosidad en compartir libros y conocimientos, de interrumpir constantemente, arrebatar la palabra, criticar los decibelios ajenos, sin darse cuenta de los propios.

Buscador de la psiquiatría desaforado encuentra tertulia, recta a su medida y semejanza. "Le gustan las multicolores de Chueca" y para él "el deseo es una carencia". Ya sea carnal o de cualquier otro tipo, porque si hay que justificar lo injustificable ya lo dijo Hegel, pongamos por caso." Armas como crecimiento personal" por supuesto citó a nuestro incombustible Vicente.

David nos habló de la perdida de inocencia a medida que la infancia queda atrás. De la teoría de que siempre amamos a las mismas mujeres, hombres en diferentes personas.

Hoy, nuestro sitio estaba desubicado como todos nosotros, desplazados una y otra vez. Hasta encontrar el primer rincón de la primera tertulia en nuestro Café. Observó como Pepe Viyuela cómico y poeta tiene amor en sus ojos, en otra mesa tan lejana.

Rocío afable nos traslada a nuestras infancias, plasmadas en fotos viejas llenas, entonces, de esperanza.

A veces, la esperanza espera a las siete de la tarde, cuando Javier, cansado, llega a la silla del Galdós.

Elena lee, Paco Sevilla llama, aparecerá más tarde con Olalla, Fernando y David Llosa.


David el nuestro, el de siempre en Ágata, en Amargord, en el Galdós. Apunta cargado con armas memorables de género negro.

"congela las puntas de mis uñas..."
"la cruda realidad que se escondía tras los Reyes Magos"
"Hice blanco en la cara del primer patito, comenzó la pubertad"
"Soledad de los cementerios la cara de mi amor se deshizó con una bala entre sus ojos"

Vicente, verborreico toma café descafeinado.
Eramos muchos hoy: Ana, Aureliano, Celia, David, Vicente, Javier, Rocío yo misma. Pero los invitados estaban por llegar.


Paco Sevilla no venía sólo, sino en compañía de otros. Se rompieron algunos vasos, alguna cerveza cambió de dueño. Yo me encontraba leyendo algo de la infancia y la mujer que camina hoy.

Cuando el surrealismo y la ebriedad tomaron cuerpo.
Innegable talento de Paco, en su poemario 120 páginas sin lluvia, hacedor de imágenes, mágico, caótico polemista e inefable. Prologado por el maestro Juan Carlos Mestre, Mestre citaba "La poesía es la conciencia de algo, que no saldría de otra manera".

Cuando hablan de sus asociaciones encadenadas cómo relampágos, de su irracionalidad el contesta."No creo que los lagartos, irracionales, puedan escribir poesía".

"El hombre que ha perdido la inocencia espiritual no debería escribir poesía"
"La poesía es el fracaso permanente de la esperanza"
"La desobediencia a la objetividad, grasa de la realidad"
"Las palabras tienen ADN" Mestre, Mestre, MESTRE...

Dieron las 8. Javier y yo abandonamos tertulia desamparada con invitados imprevisibles, para buscar otras voces.

Gracias al absurdo, lo imprevisto, tertulianos heridos recuerdan los años setenta, a los progres románticos sin un duro y con mucha cara. Atormentados , que amanecen en fiesta...
Da mucho de sí una visita que desordena, el paraíso de los miércoles, temiendo invasión continúa.
Me pregunto ¿por qué el desorden, el caos, lo diferente intimida tanto cuando se le invita a pasar a tu casa?
Sin él no podríamos apreciar la antítesis.
!Tranquilidad hermanos, la tertulia no ha muerto!

Decía Jesús Munárriz:


1)Emoción
2)Precisión
3)Oficio (y sus trucos)
4)Arte (llenalo de belleza)

y yo añadiría un poquito de amor con algo de humor !hasta los miércoles !


Sagrario del Peral
28 de febrero de 2009