La gente estuvo muy confiada, muy tranquila, como si no hubiera peligro ninguno. Sólo cuando el virus mutó y comenzó a hacer estragos, todo el mundo empezó a protegerse. Y una de las primeras medidas, acogida sin protesta ninguna, fue la supresión de cualquier reunión pública o privada que no fuese absolutamente necesaria y autorizadísima por la autoridad competente. Adiós tertulia, adiós querida tertulia del Galdós, “donde no hay piques ni zancadillas”, ni órdenes tajantes, y sí sabiduría y amabilidad de todos y cada uno de nuestros compañeros, que los virus respeten, amén. Así es que hoy nos reunimos por última vez, los dioses saben hasta cuándo, ya con un poco de miedo.
jueves, 16 de julio de 2009
39ª Jornada/II Año: Miércoles, 15 de julio de 2009
La gente estuvo muy confiada, muy tranquila, como si no hubiera peligro ninguno. Sólo cuando el virus mutó y comenzó a hacer estragos, todo el mundo empezó a protegerse. Y una de las primeras medidas, acogida sin protesta ninguna, fue la supresión de cualquier reunión pública o privada que no fuese absolutamente necesaria y autorizadísima por la autoridad competente. Adiós tertulia, adiós querida tertulia del Galdós, “donde no hay piques ni zancadillas”, ni órdenes tajantes, y sí sabiduría y amabilidad de todos y cada uno de nuestros compañeros, que los virus respeten, amén. Así es que hoy nos reunimos por última vez, los dioses saben hasta cuándo, ya con un poco de miedo.
domingo, 12 de julio de 2009
38ª Jornada/II Año: Miércoles, 8 de julio de 2009
¡Cómo llegó Aureliano! Tenía la gorra y las manos llenas de sangre, acababa de matar a un chino. Seguirá matando, el presidente de su comunidad debe de andar con mucho cuidado. José María le cogió metafóricamente del cuello y le recriminó con un poema sobre la muerte. Nada más os contaré de lo que pasó este primer miércoles de Julio en un lugar llamado Café Galdós; mejor que quede entre los que estuvimos allí. Además, no estoy inspirado y corro el riesgo de hacer una simple relación de piropos sobre las lecturas que hicimos. Hablaré de mí. Sí, creo que estuve muy bien… hice comentarios ingeniosos… escondí bien mis miserias, no se notó nada que llevaba un día triste, o tal vez dejó de serlo escuchando expresiones como “donde el agua ríe”.
“Me aterra la frialdad del espejo/idéntica a la del dinero” nos recitó Enrique López Clavel, mientras el nieto de un barba azul escrutaba el espectáculo; efectivamente, fue una actuación llena de sinestesias. Después de las últimas experiencias, tenía miedo a que nos obligaran a cambiarnos de mesa para poner el futbol… esta vez no lo iba a permitir… Aureliano podía matar y haría bien. Confío en que llegue el día en que un grupo de personas esté viendo el futbol en el café y, al llegar los tertulianos, la camarera les apague la televisión y les invite a sentarse en otro sitio. O mejor y más equitativo todavía: en un estadio, donde se está jugando un partido, dejen de jugar para retransmitir en directo una tertulia literaria cualquiera. El futbol en el estadio, y la plática en la cafetería.
Fulgentes compañeros de planeta, andad con cuidado que los fantasmas siguen echando carácter, los ángeles están distraídos y los demonios miran suspicaces a la luz: ¡qué laberinto la luz!
Por cierto, he optado por el tipo el tipo de letra Arial, sencilla y atractiva.
Pequeña nota final: Los sinestésicos perciben colores al probar sabores, oyen melodías al tocar texturas o ven auras de colores alrededor de las personas. Muchos con gran creatividad y sorprendente memoria. David Eagle
Ismael Constantinopla
12 de julio de 2009
jueves, 2 de julio de 2009
37ª Jornada/II Año: Miércoles, 1 de julio de 2009
Aure dice que no ha traido al "poeta vagabundo". Un hermano peruano que le ha salido. Lo traerá algún día.
Habríamos jugado
"¿Es tiempo ahora de escribir sonetos?", dice Jesús. Es difícil aportar algo nuevo. En lo que se escribe últimamente, suena más la música del soneto que la letra. "José Hierro fue una excepción, afirma Jesús.
Yo
(Se cruza en el aire el comentario de una inolvidable película, digna de "recordar": "Los albóndigas en remojo").
Contínúan los comentarios de "Los diablos...": cambios de escenario: sofá, tarima de pie, en una silla, cambios de luces. Estuvo Miguel Pastrana.
Mañana jueves cenaremos en e la Taberna "La Badila", C/ Cabeza nº 7 en Tirso de Molina para celebrar el fin de curso de la Tertulia, aunque continuemos lo que queda de julio reuniéndonos.
Hablamos del blog de Sagrario, es de reciclaje. Y va publicando fotos, noticias. El blog de Valdemingómez, dice Vicente.
Hablamos también de la Tertulia de hace dos semanas a la que vino Emilio Gastón. Coincidimos en que nos cayó muy bien a todos.
Los dos ojeadores de la Tertulia, afirmamos, son Aure y Sagrario.
Sagrario nos cuenta que Ángel Guinda fue profesor de instituto de Paco Sevilla.
Nos lee Rocío su relato: "Tertulianos de renta antigua".
separando las lentejas malas de las buenas...
inclinada sobre la nada...
Aure se va pero no se va. Se despide tantas veces porque no se quiere ir.
Los españoles, por ese motivo, inventamos la frase: ¿Nos tomamos la penúltima?
Surge la propuesta de la próxima semana. Un relato en el que aprezca la frase: "era una letra de cuerpo 12, arial se llamaba".
Lee Charo un relato: "Cinema laberíntico".
Lo ha leído ya alguna vez en otros foros y ha gustado mucho, nos dice. Ha ido hilando títulos de películas. El relato lo publicó en la revista "Alborada" de Bilbao.
Se ha visto todas las películas del relato que cita. "Soy una actriz frustrada y una cinéfila empedernida".
Cita Vicente a Carson McCullers, y su novela "Reflejos en un ojo dorado".
Hablamos de Vivien Leigh, Marlon Brando, Paul Newman, Liz Taylor, Katherin Hepburn, Grace Kelly, Ava Gardner...
Cuando veo Mogambo, me cabreo, dice Sagrario.
Lee Vicente su relato "El círculo de hombres fríos". Un relato que ya nos leyó pero que ha reformado.
El hombre imperturbable y los miembros del círculo de hombres fríos.
A mi espalda una mujer, me lo descubre David, ha llorado durante toda la tarde. David lo ha estado viendo.
Surge la conversación en torno a la tristeza y a la necesidad de que te escuchen y de compartirla.
"tu jefa necesitaba un abrazo"
"yo creo que era de amor"
Lee Sagrario un poema de Rafael Montesinos, una primera edición de su "Poesía. 1944-1979". Edición de 1979, Plaza y Janés. El poema se titula: "El poeta pide a su mujer que no piense en la muerte".
Me tengo que marchar. Les dejo en el rincón del Galdós terminando conversaciones y compartiendo imágenes. Hasta el próximo miércoles de julio.
Javier Díaz Gil
11 de julio de 2009
36ª Jornada/II Año: Miércoles, 24 de junio de 2009
De todos modos, tampoco sabría a quién culpar por ello. ¿A esos cuadros que no estaban? Porque yo me suelo esconder detrás de alguno de ellos. Pero ese día las paredes estaban lisas y vacías. ¿A las palabras que salían de aquel humano que llamaron mi atención? "Aquí no hay zancadillas, ni piques ni nada de eso…" Mira que me extraña, pensé yo, siendo humanos… "¿Os habéis leído "Tortilla Flat"? ¡Tortilla! Y se chocaron en el aire una contra otra mis dos antenas de pura felicidad. ¿O al cruasán que visualizaron mis ojos sin párpados? Uhhhmmmm cómo se frotaron mis seis patitas, dos a dos, relamiéndose de gusto. ¿A quién echar la culpa? Supongo que a todo un poco.
Pero… nosotras irresistiblemente vamos hacia la luz, por eso yo acabé en aquella mesa mejor iluminada que las demás. Sobrevolando aquel cruasán que me hacía guiños y sobre el que toda yo estaba ansiosa por posarse. Pero por alguna extraña razón que nunca se había visto en mi especie la conversación que flotaba sobre sus cabezas me atrapó como si se tratara de pura miel. ¿No dicen aquello de "Más moscas se cogen con miel que con hiel"? Pues eso me pasó a mí. Había dulces en la mesa y había otra sustancia incolora e invisible uniéndoles a ellos que también era pegajosa y atractiva. "En boca cerrada no entran moscas" pero sin embargo sus bocas no dejaban de emitir palabras que se posaban bajo mis patas, que me mantenían sospechosamente en vilo. Sin dejar que volara fuera de allí y sin dejar que me posara. ¿Por qué?
Me aprendí sus gestos, me aprendí sus nombres y fui revoloteando encima de cada una de esas frases que les unían como si fueran una tela de araña invisible que me tenía atrapada sin remedio.
Comenzó aquel que se jactaba de que allí no había piques ni zancadillas, un tal Aureliano que les leyó una especie de música hecha de sílabas y palabras (me río yo del cuento ese de los humanitos "El flautista de Hamelín"…) que me fue hipnotizando…
Petrucco Saltimbanqui (Aureliano Cañadas)
Y después otra: "El hijo del minero"
Justo después fue cuando sacó la tortilla a relucir, asestándome de ese modo un cazamoscas tan verbal como fatal que acabó por dejarme allí, atontada del todo. "Me ha encantado la traducción portuguesa de "Tortilla flat". En portugués se titula "El milagro de San Francisco"…" Y otro que llamaban Vicente, empezó a hablar con él de aquello de la tortilla. ¡Dios de las moscas no lo podía soportar…! Y aunque yo tenía miedo de que en cualquier momento me diera un manotazo a juzgar por el ímpetu que ponía al hablar, allí estaba sin reaccionar. "… son de aliento largo. Como en inglés que apenas hay comas. La épica española es también de aliento largo…"
"Qué bonita frase…" dijo la humana del cruasán con los carrillos llenos. ¡Cómo la envidié…! "De aliento largo…" La humana no paraba de escribir y escribir, claro que eso fue después de comerse el cruasán… Fíate de las "Mosquitas muertas"…
Entonces le tocó el turno a otra humana, una que yo nunca había visto por allí y a quién llamaban Charo. Y fue ella la nueva flautista del Galdos. Y con sus versos yo de nuevo sentí que algo inexplicable me retenía. Que me habían cazado a fuerza de palabras e imágenes. Pues aquella humana decía dedicarse a los poemas de películas. Y allí recitó de "Dublineses":
"Por qué esta noche Greta querida…
Justo después de aquello llegaron dos humanos más: Jose Mª Herranz y Emilio López Clavel. Éste último también leyó "Comprendido" de su libro "Licántropo aterido" y sus palabras fueron éstas:
"Porque cruzo descalzo el horizonte
"Ahora me dicen "Eres bueno" y yo me acuerdo de aquel tiempo en que me decían "Estás bueno". "La camarera ¿está embarazada?" "Jara Bedmar es muy buena…, la estuve escuchando la otra tarde…" "Sí hace un tipo de poesía social del estilo de Ana Delgado..." "Sí… y luego había una canaria: Verónica García…"
De pronto durante unos segundos se hizo el silencio, y debería haber aprovechado, debería haber levantado rauda el vuelo y escapar de allí. Pero fue entonces cuando la tal Sagrario comenzó a recitar un poema de Alfonso Pascal de un libro titulado "De aquellos mares estos sueños" y ya tampoco conseguí huir:
Y fui presa de aquella tristeza pegajosa… Y casi sin descanso comenzó a leer una humana a la que llaman CarmenFron, lo que llevaba escrito en un papel y que se titulaba "Danza Macabra: Ella era morena y bajita…" Y se quitaban la palabra los unos a los otros y la estiraban y se la tiraban los unos a los otros como puentes levadizos por encima de mí, y yo seguía chocándome entre los vasos y las jarras, sobre las galletas y los panchitos, atontada de versos. Porque justo fue después, cuando uno de los recién llegados, José Mª Herranz, cuando comenzó otro relato: "Hasta siempre Vladimir".
Pero Rocío, la humana que escribía y escribía, la humana que "me" había quitado el cruasán leyó "Fábula de un poemita feo".
"Te noto diferente…" "¿Quizás más guapo….?" "Es que estoy moreno"… "Por eso te quiero…" "He mandado hoy un correo pensando en ti David…"
De ahí saltan a un tal Muñoz Molina que allí no estaba, pero del que algunos hablan con pasión.
Y tras ello le toca el turno al humano David que les hipnotiza con una historia titulada "El poema": "Había conseguido escribir el poema de un tirón. La búsqueda de la certeza, la vanidad, la identidad…"
Es justo después el turno del humano Javier que saca dos poemas de una pequeña libreta. Uno de la serie "Fotografías de Azucena".
"El ángel
Después de aquello, tras largas horas allí, por fin se fueron, parándose cada tres pasos, sin dejar de hablar y hablar y hablar. Hasta el miércoles dijeron.
Sí, ellos volverán. Y yo estaré aquí. Esperándolos. Pero ya seré otra.
Vértigo siento al darme cuenta. ¿Una mosca con vértigo? Una atrocidad. Pero también sé que ya no hay remedio. ¿Quién tiene la culpa? ¿Esos cuadros que no estaban? ¡¿La Tortilla?! ¿El cruasán que acababan de traer? ¿O sus palabras? Quizás todo un poco. El caso es que aquellos humanos que allí andaban "cazando moscas" acabaron cazándome a mí. "No te equivoques. No es a esa extraña armonía, a esa rara belleza de historias y versos, adonde tienen que volar las moscas" me dicen mis compañeras, con sus seis patitas en jarras.
Pero un encogimiento incomprensible sacude mis antenas porque aunque pienso como ellas, sé que no podré reaccionar de otro modo. Ahora ya cada miércoles tendré que jugarme la vida revoloteando y revoloteando sobre sus cabezas, chocando contra sus vasos, quedándome pegada para siempre a su tertulia. Consumida de versos e historias. Ya no sabré vivir de otro modo.
¿Falta mucho para el siguiente miércoles? Se preguntan a escondidas mis antenas.