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domingo, 30 de enero de 2011

16ª Jornada/IV Año: Miércoles, 26 de enero de 2011

"...cuando hablas en portugués se te adelgaza la voz, se te hace más niña".


La tarde del miércoles 26 de enero de 2011 en el café Ruiz, la Tertulia se llenó de voces y de amigos. La tarde que nos visitó la poeta Begoña Montes y nos leyó sus poemas en castellano y también en portugués.
¡Qué dulce suena la poesía en portugués!

Alrededor de la mesa de la Tertulia y junto a Begoña Montes estuvimos sentados esa tarde Rocío, Mª Antonia, David, León, Celia, Carmenfron, Vicente, Ismael y su hermana Tamara, Aure, Paloma, Ana González, Laura Nuño y yo mismo.

Y se habló del encuentro de Guadalajara del 12 de febrero con el Taller de Jesús Aparicio y Pepe Callejas. Y Begoña nos anunció que hay otro encuentro también en Guadalajara programado para el día 26 de febrero organizado por Amelia Peco.

Y se habló del recital del viernes 21 de enero que compartimos Rocío y yo.

Y se habló también de la Tertulia que coordina Begoña el primer y tercer lunes de cada mes en "La trastienda", en la c/ Martín de los Heros. Prometemos acercarnos uno de estos próximos lunes.

Y antes de comenzar a leer nuestros textos hablamos también de cosas que para los rascamaneros tienen sentido como: "el guerrero con la espada", "el mar y la escritura", "Chile y Neruda", "Málaga y José León Cano".

Y nos leyó Begoña varios poemas breves en castellano y uno más largo en portugués.
Le dice León que "cuando hablas en portugués se te adelgaza la voz, se te hace más niña".

Celia lee un poema titulado "porque no estuve allí" y Aure le da la réplica con un poema que le ha dedicado a ella: "Didáctica para un joven gallardo".

Un poema que acaba con estos versos:

escribir así de libremente

como si nadie hubiera de leerte jamás.

Y aquí, León proclama el duermevela como uno de los momentos más proclives para la creación. Iros a la cama siempre con un cuaderno y un bolígrafo.

Y nos leyó María Antonia otro de los poemas de su serie de amor lésbico: "Sigo a tu lado".

Y un poco de narrativa ahora, que la poesía está ocupándolo todo, cada rincón del café Ruiz se estaba tiñendo de poesía.

Es Rocío, que nos lee su relato: "Te rendiste a mis pies". Una historia de amor con sorpresa.

Y regresamos a la poesía porque Paloma está dispuesta (y lo consigue) a conmocionarnos con un largo poema de 200 versos. En él ha estado trabajando las últimas semanas, se titula "La envidia de los dioses". No nos deja indiferentes, no. Yo la felicito. Es un gran poema.

León, nos aligera la conmoción con intensos haikus, sabios haikus como éste:

Gota de lluvia,
ojo que inventa el cielo
para mirarse.


Y entre lectura y lectura hablamos de los certámenes literarios. "¿Por qué no te animas, Paloma, a mandar tu poema a un certamen?"
"Es que es muy cansado", nos dice. Haz no sé cuántas copias, encuadérnalas, envíalas por correo... qué pereza.

Ana González nos lee unos microrrelatos en los que quiere reivindicar los acentos que ha eliminado la Real Academia de la palabra sólo/solo.
Hay veces que no se pueden distinguir los significados por el contexto.

Cierra Carmenfron la lectura con un relato sobre el barrio de Maravillas. El barrio en el que está nuestro café Ruiz.

Ya recogemos, pero antes, un aviso de Celia: el martes 1 de febrero de 2011 en la Biblioteca Manuel Alvar de Madrid se presenta el último número de la revista Luces y Sombras, en el que ha publicado Celia algunos poemas. No faltaremos a la cita, allí estaremos acompañándola y escuchando sus versos.


Javier Díaz Gil
30 de enero de 2011

sábado, 29 de enero de 2011

15ª Jornada/IV Año: Miércoles, 19 de enero de 2011



Cita: ¿por qué estamos aquí? Por las patatas”- Todos-...


Fue la primera expresión de poesía que surgió en la tarde de enero en el Ruiz, sin humos, pero sí con buen humor

(Cita : “soledad de la buena, que es puro alimento- María Juristo-)

Fue la siguiente expresión de poesía.

(Cita: “leédmelo…”- Mª Antonia-)

La tercera expresión vino de la mano de nuestra poeta sensual por excelencia, nuestra alentadora de intimidades, con su “Caldo Vivo”, erótico y embriagador:

“Yo soy tu. Mujer distinta, mujer de mi principio.

Resbala tu savia por mi pubis utópico

…………

Tengo miedo del aguijón que pudre mi pecho”

(Cita: “Nací totalmente en Albacete”- El Cano-)

Cuarta expresión poética, en forma de librito, plena de historia, de nuestro “árabe” cano preferido, con su “Dios Exiliado”, Alá, y el resto de los dioses iluminándole, incluso para nacer entero en Albacete. Un gusto

Canta el juglar de Medina Azahara

“Amar en el jardín:

Dos lágrimas que ruedan al rubor

…………………………………..

Aquí ya no es posible envejecer

Aquí ya no es posible envejecer”

Más Cano: “Tajos de Ronda”

“Sabe la piedra

Pero siempre calla

…………………

Huye, huye

Dame las rocas hondas

…………..

Los pájaros que picotean

Los ojos de la muerte”

Volvemos al erotismo con Cano, esta vez al pasado y de la mano de su Abderramán III, pero haciéndose siempre presente. “Libro del Agua, canto derramado”.

Abd- Rahman III

“Libro de agua, canto derramado

Que al universo dulcemente canta,

…………………………………….

Imita luego el canto del milano

Y el toro en el cénit de su bravura

Lleno de luz el cuenco de la nada”

Nos quedamos discutiendo sobre el personaje de Abderramán III, el gran Califa de Córdoba, el que consiguió aunar y entrelazar las diferentes culturas presentes en su reinado, y el que elevó a la ciudad de Córdoba como el “ornamento cultural de occidente”. Un genio de la cultura.

Abderramán III reflexionó sobre su vida, y dejó este testamento:

"He reinado ahora por más de cincuenta años en la victoria o en la paz; amado por mis súbditos, temido por mis enemigos, y respetado por mis aliados. Riqueza y honores, poder y placer, han aguardado mi llamada, tampoco parece haber faltado ninguna bendición terrena en mi felicidad. En esta situación, he enumerado diligentemente los días de felicidad pura y genuina que me han tocado en suerte: Suman catorce: - ¡Ah, hombre! ¡No pongas tu confianza en este mundo presente!"

Pero todo este final de la tarde no desmerece al principio narrativo de la misma, de la mano del relato de Roberto Bolaño: Sensini, que empieza así:

La forma en que se desarrolló mi amistad con Sensini sin duda se sale de lo corriente. En aquella época yo tenía veintitantos años y era más pobre que una rata. Vivía en las afueras de Girona, en una casa en ruinas que me habían dejado mi hermana y mi cuñado tras marcharse a México y acababa de perder un trabajo de vigilante nocturno en un camping de Barcelona…Vivía con lo que había ahorrado durante el verano y aunque apenas gastaba, mis ahorros iban menguando al paso del otoño. Tal vez eso fue lo que me impulsó a participar en el Concurso Nacional de Literatura de Alcoy, abierto a escritores de lengua castellana, cualquiera que fuera su nacionalidad y lugar de residencia.

Los comentarios sobre el relato de Bolaño de unos y otros rascamaneros:

La motivación del lector. La frase del comienzo pudiera dar pie a algo extraño, interesante, que provoca intriga, pero al final no lo es tanto. Pero esos principios, propios de Bolaño, incitan a seguir el relato hasta el final. Simpleza en la narración y en el actuar se sus personajes. Ágil en su estilo, es fácil de leer. Te lleva.

Cuando el premio se falló trabajaba de vendedor ambulante en una feria de artesanía en donde absolutamente nadie vendía artesanías…..

La indiferencia: con esta frase se diría que vislumbraba pesimismo. Quizás deja un poso de fracaso, de absurdo, de sinsentido en lo vivido.

Pero lo que realmente me sorprendió fue encontrar en el mismo libro a Luis Antonio Sensini, el escritor argentino, segundo accésit, con un cuento en donde el narrador se iba al campo y allí se le moría su hijo o con un cuento en donde el narrador se iba al campo porque en la ciudad se le había muerto su hijo, no quedaba nada claro, lo cierto es que en el campo, un campo plano y más bien yermo, el hijo del narrador se seguía muriendo………………..

Mi favorito, de más está decirlo, era Sensini, y el hecho de alguna manera sangrante y de alguna manera halagador de encontrármelo en un concurso literario de provincias me impulsó a intentar establecer contacto con él, saludarlo, decirle cuánto lo quería.

La intriga: sorpresa del escritor (y que hace compartir al lector), el cual se presentaba a certámenes literarios para sobrevivir, por saber que uno de los grandes y admirado por él, Sensini, y que es el centro del relato, podía estar en una situación semejante, en certámenes de provincias, descubriendo que además era “humano” además de genio, ya que hacía trampas para ganar los certámenes con el mismo relato, pero con diferente nombre. Nos sigue llevando hacia la intriga y nos inmiscuye de una manera natural en una historia real con trazas de ficción que la engrandece.

El mundo de la literatura es terrible, además de ridículo, decía. Y añadía que ni siquiera el repetido encuentro con un mismo jurado constituía de hecho un peligro, pues estos generalmente no leían las obras presentadas o las leían por encima o las leían a medias

La crítica: descrédito del mundo literario. Vocacionalmente triunfadores, pero en un mundo embriagado de fracaso.

Con el tiempo fui sabiendo más cosas de él. Vivía en un piso de Madrid con su mujer y su única hija, de diecisiete años, llamada Miranda. Otro hijo, de su primer matrimonio, andaba perdido par Latinoamérica o eso quería creer. Se llamaba Gregorio, tenía treinta y cinco años, era periodista. A veces Sensini me contaba de sus diligencias en organismos humanitarios o vinculados a los departamentos de derechos humanos de la Unión Europea para averiguar el paradero de Gregorio……………... También me pregunté por el nombre y no sé por qué llegué a la conclusión de que había sido una suerte de homenaje inconsciente a Gregorio Samsa. Esto último, por supuesto, nunca se lo dije. Cuando hablaba de Miranda, por el contrario, Sensini se ponía alegre. Miranda era joven, tenía ganas de comerse el mundo, una curiosidad insaciable, y además, decía, era linda y buena. Se parece a Gregorio, decía, solo que Miranda es mujer (obviamente) y no tuvo que pasar por lo que pasó mi hijo mayor.

Realidad y ficción: las entremezcla sabiamente, otra de sus características. La historia del hijo no le provoca desazón, pero sí el nombre, y se va inconscientemente a pensar que el nombre se lo puso quizás en honor a Gregorio Samsa, el personaje de Kafka, en “La metamorfosis”. En su narrativa, da la impresión de sentir una especial querencia por los personajes que sitúan su existencia en los límites.

Y aquí no sólo se habla de literatura, sino de la vida misma, y de las vías de comunicación (las cartas) y también de la incomunicación que muchas veces nos rodea, y que aceptamos como normal.

Una noche le escribí pidiéndole una foto de su familia. Sólo después de dejar la carta en el correo me di cuenta de que lo que quería era conocer a Miranda.

La ilusión: se desvía la intención de la literatura y da paso al interés de lo humano, de lo real, del amor, poniendo la foto de la familia donde se encontraba la hija de Sensini en su mesilla de noche. Le escribe poemas a la hija. Así nos sorprende, conmociona, y nos hace reír de una forma extraña.

Dos o tres meses después me llegó la noticia de que probablemente habían encontrado el cadáver de Gregorio en un cementerio clandestino

La obsesión: la búsqueda desesperada de un hijo. Habilidad para suturar biografía y fantasía

Poco a poco me fui haciendo a la idea de que Sensini había vuelto para siempre a la Argentina y que si no me escribía el desde allí ya podía dar por acabada nuestra relación epistolar

La resignación a la incomunicación nuevamente. Lo ve como algo natural.

Uno o dos años después supe que había muerto. No sé en qué periódico leí la noticia.

La aceptación de lo irremediable, de lo real.

Al abrir me encontré a una mujer de pelo largo debajo de un gran abrigo negro. Era Miranda Sensini, aunque los años transcurridos desde que su padre me envió la foto no habían pasado en vano

Contrapunto entre realidad e imaginación: relaciones que se puede establecer entre personas.

Según Miranda, Sensini nunca se repuso de la muerte de Gregorio. Volvió para buscarlo, aunque todos sabíamos que estaba muerto. ¿Carmela también?, pregunté. Todos, dijo Miranda, menos él. Le pregunté cómo Ie había ido en Argentina. Igual que aquí, dijo Miranda, igual que en Madrid, igual que en todas partes. Pero en Argentina lo querían, dije yo. Igual que aquí, dijo Miranda. Saqué una botella de coñac de la cocina y Ie ofrecí un trago. Estás llorando, dijo Miranda. Cuando la mire ella desvió la mirada. ¿Estabas escribiendo?, dijo. No, miraba la tele. Ouiero decir cuando Sebastián y yo llegamos, dijo Miranda, ¿estabas escribiendo? Sí, dije. ¿Relatos? No, poemas. Ah, dijo Miranda. Bebimos largo rato en silencio, contemplando las imágenes en blanco y negro del televisor. Dime una cosa, Ie dije, ¿por qué Ie puso tu padre Gregorio a Gregorio? Por Kafka, claro, dijo Miranda. ¿Por Gregorio Samsa? Claro, dijo Miranda. Ya, me lo suponía, dije yo

Las incertidumbres: la búsqueda de respuestas.

Clave: el texto es narrado en primera persona, ganando así profundidad y veracidad en el relato.

Me imagino por qué, dije, aunque creo que el verdadero cazarrecompensas era tu padre, yo solo le pasaba uno que otro dato. Sí, él era un profesional, dijo Miranda de pronto seria. ¿Cuántos premios llegó a ganar?, Ie pregunté. Unos quince, dijo ella con aire ausente. ¿Y tú? Yo por el momento solo uno, dije. Un accésit en AIcoy, por el que conocí a tu padre. ¿Sabes que Borges Ie escribió una vez una carta, a Madrid, en donde Ie ponderaba uno de sus cuentos?, dijo ella mirando su coñac. No, no lo sabía, dije yo. Y Cortázar también escribió sobre él, y también Mujica Lainez. Es que el era un escritor muy bueno, dije yo. Joder, dijo Miranda y se levantó y salió al patio, como si yo hubiera dicho algo que la hubiera ofendido. Dejé pasar unos segundos, cogí la botella de coñac y la seguí. Miranda estaba acodada en la barda mirando las luces de Girona. Tienes una buena vista desde aquí, me dijo. Le llené su vaso, me llené el mío, y nos quedamos durante un rato mirando la ciudad iluminada por la luna. De pronto me di cuenta de que ya estábamos en paz, que por alguna razón misteriosa habíamos llegado juntos a estar en paz y que de ahí en adelante las cosas imperceptiblemente comenzarían a cambiar. Como si el mundo, de verdad, se moviera. Le pregunté que edad tenía. Veintidós, dijo. Entonces yo debo tener más de treinta, dije, y hasta mi voz sonó extraña.

Final abierto. No completa, sino que desarrolla. Cada uno continúa su camino….Vuelta a la vida, a lo real. Quizás Impotencia para traspasar la cima de la incomunicación sentimental. Lo extraño escondido en el juego de la narración.

Sobre Roberto Bolaño, alguien dejó escrito:

“Destaca su precisión y suspicacia para contar cualquier cosa, desde una perspectiva cargada de ironía, pero hábilmente solapada, sin caer en la tentación de convertir a sus personajes en caricaturas, sino conservando hasta último momento su condición de personajes literarios, y dejando el trabajo de la caricatura para la propia imaginación del lector. Bolaño va directo al hueso, configurando un universo narrativo cargado de voces comprometedoras que aluden a una realidad conocida. Sus personajes literarios aman lo mismo que odian, sin dobleces ni culpas de ninguna especie. No cabe la menor duda que fue un escritor sin temor a emitir opiniones personales en sus relatos, pero sin salirse por un solo instante del plano literario, respetando y separando así la realidad de la ficción. Su literatura resulta de esta manera en una constante provocación, y allí radica su originalidad y su aporte a las letras”

Conclusión: ¿en qué se parecían Abderramán III y Roberto Bolaño? Que los dos fueron directos al hueso……..

Abderramán III Roberto Bolaño

Y así, entre todos lo que estábamos esa tarde -Javier, Rocío, Carmen Fron, Celia, León, María Juristo con su primer libro recién editado y que nos enseñó el ejemplar que había recogido aquella misma tarde, y a la que bombardearon a preguntas sobre el camino que había seguido hasta su publicación, María Antonia, David, Vicente, Juan Antonio, Sagrario, la compañía corta de Paco Sevilla, al que le gusta mucho Roberto Bolaño, y yo- , desgranamos a unos y a otros, a narradores y a poetas, a personajes históricos y a los que han dejado historia, a los compañeros de mesa y a los de fuera…..todo por un puñado de patatas y por muchas letras.

¿por qué estamos aquí? Por las patatas……..Y por las palabras. Volveremos, eso engancha.


Ana González
19 de enero de 2011

viernes, 28 de enero de 2011

14ª Jornada/IV Año: Miércoles, 12 de enero de 2011

TV1RUIZ

18:00 Carta de ajuste.

La sala está en silencio. Un perchero a la entrada parece estar esperando el apretado abrazo de un abrigo, el beso de una bufanda. Una barra al fondo ofrece una bandeja de pequeñas palmeras. Dos saloncitos, cuyos sillones pegados a la pared dibujan una L(iteratura), comparten la sala. Alguna mesita redonda con sillas para dos personas junto a la otra pared.

Por fin entra Rocío que se sienta en el vértice de los sillones del primer salón. El perchero sonríe a su llegada. La camarera, una chica recién llegada que no entiende nada de nada, la atiende tímida. “Un café y un bollo, mientras espero, jo, siempre me toca esperar a mi”.

18:15 Amar sin cigarros ni ceniceros.

Un hombre se acerca a Rocío. “¿Esta es la tertulia de TV2Ruiz?”. “NO, no. Esta es TV1Ruiz”. “¡Claro! Si en la mía no hay mujeres!”.

Después de la gracia, el hombre se va al saloncito del fondo y comienzan a llegar hombres y más hombres, tenía razón, en TV2Ruiz no hay mujeres, pero chillaban como sólo las mujeres tienen fama de hacerlo.

“¡Es que no hay derecho!¡sólo se les oye a ellos!” Y Rocío se levanta a llamar la atención.

“Es que son fumadores cabreados” dicen Vicente.

Y es que este año ya no se puede fumar en ningún lugar público.


18:30 Cuestión de sexo y espejos.

“Maldigo el sexo y los espejos porque multiplican el número de hombres” Dijo Borges.

Parece ser que al inmortal escritor le quiso iniciar su padre en el sexo llevándolo a visitar a una prostituta, lo que le conllevó a tal trauma que a partir de entonces no soportaba entrar en un lugar con muchas habitaciones recordando a aquella en que tuvo su primera experiencia.

Más divertida, Ana nos cuenta su experiencia en un Hotel de carretera en Santo Domingo dónde se amuermó sola en una cama redonda con espejos por techo y paredes.

Continúan las interferencias con TV2Ruiz.

19:00 La Dieta.

Relato del compañero……

Dentro de una familia de contrastes, padre de campo, madre delgada, la hija de 98 kg apretados de carne, una dama de Rubens del siglo XXI , cada vez que piensa en su cuerpo le preocupa el futuro. Tras un programa en EEUU para adelgazar 30 Kg en poco tiempo, surge el drama.

19:25 Debate. Redacción y lengua.

Periodiqués: estilo literario caracterizado por la abundancia de expresiones o frases hechas.

Vicente opina que hay que desnudar la redacción, evitar gerundios, y periodiqués.

Paloma pone como ejemplo de este estilo desnudo una novela casi desconocida, corta y fría, descriptiva de Checoslovaquia antes y después de la invasión rusa.

“Lo que nos queda por vivir” el último libro de Elvira Lindo, con el fondo de la muerte causada por cáncer de un amigo se analizan relaciones con los hijos, de pareja dentro de un ambiente de excesivo melodrama, opinamos.

Continúan las interferencias con TV2Ruiz. Javier se levanta a dar un toque de atención (la nueva camarera es muy tímida).

19:50 El Palacio de Aranjuez.

León llega pletórico porque ha estado en el Palacio de Aranjuez. Viajó en tren y llegó envuelto en una espesa niebla hasta que surge el Palacio y se adentra en él. Es allí dónde le sorprende un piano Isabelino que tocó por última vez el Maestro Joaquín Rodrigo en el año 1994.

“De la aridez surge la música

Como el oasis hijo del desierto

De las teclas de un poema isabelino

Más de cien años que nadie pulsaba

Su corazón recién abierto.

La niebla y el silencio roto por fin

Por dedos que alumbraron

Lo único cierto. “

20:15 En esta casa no hay quien viva.

TV2Ruiz está muy revuelta. No se sabe bien si es eufórica alegría o profundo enfado, lo cierto es que “En esta casa no hay quién viva”.

David nos recuerda a Antonio Orejudo Fabulosas narraciones por historias (novela), Premio Tigre Juan, en la que habla de un lugar en que se reúnen dos tertulias que no dejan de discutir y con el tiempo acaban juntándose y llevándose de maravilla.

Francamente no creo que terminemos así con el “Sólo hombres” de TV2Ruiz.

20:30 Todo tiempo pasado fue mejor.

Ha llegado el momento de recoger los belenes.

“Recoger el Belén es recoger la ilusión” nos lee Rocío, y nos pasea por un suelo de hojas crujientes de las que “te gustaba pisar con tus botas de goma”.

Y termina con la cruda realidad: “La vida de los adultos es como un zoológico en el que todos los animales están sueltos”.

20:45 Crónicas lunáticas.

RARO de Ana.

“… era un desguace, como lo decía Internet …en una fábrica y durmiendo de coche en coche. Se reconoció como un extraterrestre, se desmayó.

Después regresa al desguace. No volvió a acercarse a Internet”.

Luego Ana también nos habla de la preferencia de Abderramán III por las gallegas, como son rubias. ¡Caramba con el moro! Y con Ana que es gallega, rubia y no es tonta.

21:00 Callejeros

JAULAS de Vicente. Nos lee Rocío la historia de ese hombre que en casa tiene un canario enérgico y crítico del que opina “Nunca le he hecho caso… si le hiciera caso, algo ocurre…” .

21:15 Despedida y Cierre. Una señora con falda larga y una raja por detrás, una musa, un cuadro, Marraquech, Al-Andalus, Abderramán III, una gallega, cualquier cosa puede llegar a ser un poema o un relato. Lo importante es la palabra.

Si continúan yendo los de TV2Ruiz, habrá que cambiar de estudio.


Carmen Frontera
8 de febrero de 2011

viernes, 7 de enero de 2011

13ª Jornada/IV Año: Miércoles, 29 de diciembre de 2010

Y tú, hombre, ¿a qué te dedicas? (...) A no ser menos de lo que parezco.


El bitacorero es el típico individuo que primero se ofrece y luego se lo piensa. Que dice que lo hace porque él opina, mejor dicho, está convencido, de que con sólo un bolígrafo y un cuaderno puede describirse la realidad, o eso que se entiende por realidad. Aquí viene lo más sorprendente de todo: el bitacorero cree además que puede modificarla. Pero no es verdad: lo hace así (primero se ofrece, segundo se lo piensa) porque si lo hace al revés, sabe que no se ofrecería nunca. ¿Es un iluso? ¿Acaso se autoengaña? ¿O es un tonto de capirote? ¡Nooo del tooodo! Quizás el bitacorero sólo padezca ciertas fobias y complejos, y un sentimiento de culpabilidad generalizada, provocado por el hecho de no haber escrito. Entre los motivos que mueven al bitacorero a ofrecerse, tampoco debería descartarse el masoquismo.

El bitacorero llega a la tertulia del Café Ruiz con las fobias, los complejos, la culpabilidad, el masoquismo, el bolígrafo y el cuaderno a cuestas, a eso de las 18:15 horas de un miércoles que será el último del mes, del año y de la década (¡cómo le gusta al bitacorero recalcar lo que se termina!). Y allí, en el reservado del Café Ruiz, se encuentra con Adriana, Marina, Javier y Rocío, otros bitacoreros en potencia que, como él, también creen que con sólo un bolígrafo y un cuaderno podrán captar la realidad, o al menos eso tan extraño que se entiende por realidad, y si les apuran, modificarla. Y enseguida llegan José María Herranz, Ángel, Celia, Carlos Fajardo, José León y Aureliano Cañadas. Y sobre la mesa vuelan los primeros cafés, infusiones, vasos de agua y alguna cerveza para los Rascamanianos que, como el bitacorero, quizás consideran que cada vez se hace más difícil vivir sin beber o sin medicarse. Y desde ese momento se inicia el tiempo de las lecturas, y el bitacorero, que en verdad es un poco iluso y se autoengaña, empieza a sentirse menos solo y acomplejado, cuando escucha atónito los versos maestros del poema "Didáctica", de Aureliano Cañadas: Deja las perlas / en el fondo del mar o en el fondo del alma. O esos otros que recita Adriana: Cada día tengo más soledad y menos memoria, que parecen desmentir su juventud como nidal de ilusiones intocadas. O los de Marina, en los que se podría resumir gran parte de la agonía que padecen los enfermos de las letras: Escribir más o morirme. Llegados a este punto, el bitacorero supone que una sensibilidad insólita y/o un alto grado de talento debe habitar en el almacerebro de estos Rascamanianos, capaces de describir la realidad pero sobre todo de modificarla, convirtiéndola de ese orco que es en el paraíso digerible y tantas veces bello que muestran sus versos.

Son más de las 19:00 horas y el bitacorero saluda la llegada de nuevos Rascamanianos con el mismo ánimo con el que ya ha empezado a despedir el mes, el año, la década, a poco más de 48 horas de su final: Paloma, Vicente, Ana González, Cristina Rojo, Carmen Frontera. El Café Ruiz es un hervidero y no precisamente de marisco; en él se practica con energía esa afición tan antigua como el fuego que es hablar. El bitacorero es de los que juzga que se habla mucho por la necesidad que hay de comunicarse, de los que se plantea preguntas absurdas como: ¿cómo sería entonces una tertulia de sordomudos? Sin embargo, en medio de la algarabía, el bitacorero mantiene su silencio: ¿Por qué? ¿Porque es un amargado? ¿Un gaznápiro? ¿Porque acaso es el suyo un flagrante caso de falta de integración social? O más concretamente: ¿es un inadaptado?. Taaampoco del tooodo. Simplemente es que José María Herranz ha inaugurado la segunda tanda de lecturas con su homenaje a Pier Paolo Pasolini, y el bitacorero escucha absorto sus versos: ...la danza, el sexo, la mujer, la serpiente, el león, el joven semidiós hermafrodita / Son sagrados, son santos. Más absorto aún cuando José María Herranz, alentado por la concurrencia, comienza a leer su poema más triste: Mi ojos, incapaces de abarcar la extensión de este océano, perplejos contemplan otro sol distinto. Más absorto y más rendido todavía a causa de la empatía que el bitacorero experimenta hacia toda forma de tristeza. Aunque rápidamente él se advierte: ¡mucho cuidado con la tristeza!, no tiene clase ni consideración, es una hija de puta a la que das la mano y te coge el brazo. Tras la lectura de José María Herranz, Carlos Fajardo blande un e-book cuya pantalla contiene un poema con Adán y Eva como protagonistas, y declama: ¡Las sirenas ansían siempre ser humanas! El bitacorero da la bienvenida al futuro con aspecto de libro electrónico y augura, de alguna manera aguarda, que llegue el día en que algún artilugio metaliterario haga que no sea él quien tenga que leer los libros, sino que sean los libros los que le lean a él, lo que será bastante más descansado. Después de Carlos, es José León quien eleva su voz para leer sus versos más anacreónticos, de los que el bitacorero caza dos al vuelo, como dos mariposas de amor y vino: qué textura de luz/qué melodía . En su silencio de huraño el bitacorero se siente momentáneamente feliz, pero a la vez piensa que está triste, y aunque sepa que eso no es más que una contradicción, lo hace porque sospecha que cada nuevo año que pasa sólo consigue que poner más en evidencia lo mucho que ha echado a perder su vida. Y de ese modo se convence de que le hubiera salido más a cuenta una empatía dirigida hacia la felicidad o el dinero, no hacia la tristeza y tonterías así. Y entonces se reprende a sí mismo, y se dice que sí, que un poco gaznápiro sí que es. Y un inadaptado. Y un gilipollas.

Llega Celeste. Y detrás de ella, procedente de la tertulia vecina, Enrique García Trinidad. Enrique habla a los Rascamanianos de un proyecto de comunidad virtual de escritores que se denominará Netwriters; también, de alcaldes que escriben. Algún Rascamaniano se lanza a pedir a Enrique que nos lea algo, y él, ocurrente, responde con una afirmación rotunda, que antes que una amenaza, encierra un espejo: "¡No me leas que te leo!". A continuación, es Paloma, irresistible novia de musas inspiradoras, la que se coloca las gafas y lee en voz alta sus versos arrolladores: Tu sexo se acerca con el protagonismo de una ventanal abierto (...)/ Quiero estar a tu lado la próxima luna llena, es urgente. Detrás de Paloma, le llega el turno a Celia Cañadas, poetisa por voluntad y convicción y vía genética. Celia dixit: Diré más: no reconozco como mía la firma de mi último poema. Celia asume que su poema es triste y aclara que para el día de hoy tenía pensado traer un poema alegre, pero que lo ha olvidado en casa. El bitacorero se pregunta qué suerte de poder, qué influjo absorbente, ejerce la tristeza que siempre lo copa todo, e inmediatamente se explica que igual que el Max Estrella de Valle proclamaba, como poeta, su derecho al alfabeto, el bitacorero proclama, como hombre, su derecho a la tristeza. A continuación, es Cristina Rojo la que retoma el carrusel de lecturas, recitando un poema navideño ad hoc con estas fechas, en el que se invita a Aspirar el polvo del desencanto o a Cantar algún villancico al niño chiquirritín. Para cerrar la memorable tarde literaria, no habían de faltar los versos del poeta Javier Diaz Gil, Rascamaniano de honor, alma verdadera de la tertulia, artífice de este sueño de libertad que ensancha la vida, que es Rascamán. Javier lee su poema "Papanoeles rampantes", que él tilda de viejo pero que el bitacorero se atreve a calificar de eterno: No existe refugio que aisle,/sueño prolongado/(ese es el drama)/que nos despierte/dentro de seis semanas. El bitacorero siente que el corazón le palpita con fuerza, y ese tamborileo introspectivo le devuelve a la memoria la frase que un día se encontró en la novela de Gabriel García Márquez que narraba el otoño de un patriarca: "El corazón es el tercer cojón", decía. En ese preciso instante, el bitacorero grita: ¡Eureka!, saliendo por fin de su ensimismamiento. Y se repite: ¡Corazón y cojones, claro que sí: esas y no otras son las armas que se necesitan para ser feliz en el nuevo año que comienza!

Son cerca de las 21:00 horas y la última tertulia del mes, del año y de la década, termina. Un grupo de Rascamanianos se dirige a La Gata Flora con intención de llenar la parte de sus estómagos que no han logrado llenar antes sus versos. De camino, el bitacorero va rumiando en su mente el diálogo shakespeariano en el que el Rey Lear le pregunta al Conde de Kent: ¿quién eres tú?, y el Conde de Kent, en una demostración de sumisión y humildad, le contesta: un hombre, señor. Y el Rey, no contento seguramente con la respuesta, puede que incluso interesado en saber más, vuelve a preguntarle a su súbdito: Y tú, hombre, ¿a qué te dedicas?. Y entonces, el Conde de Kent, o tal vez el hombre que es el Conde de Kent, le responde: A no ser menos de lo que parezco. A las puertas del restaurante el bitacorero decide comprometerse para el año 2011 a no estar nunca más triste de lo que en verdad esté. O, al menos, a no parecerlo. ¿Es un fantasioso? ¿Un cínico? ¿O un iluminado? ¿Acaso se ha caído de un guindo? El bitacorero opina que de tooodo un poooquito. Aunque él no lo sepa a ciencia cierta. Porque el bitacorero nada sabe a ciencia cierta. Sólo que tiene hambre y que le espera la cena.


David Lerma Martínez
6 de enero de 2011

12ª Jornada/IV Año: Martes, 21 de diciembre de 2010

Bitácora del 21 de diciembre de 2010 ó De cómo nuestra heroína que quería ir a por pepinillos acabó escuchando como “Nacho Vidal hizo una película porno porque supo de sus posibilidades y...”


Qué curioso eufemismo... Pero mejor comenzaremos por el principio. De puntillas llegaba la Navidad, era martes, eran otras mesas ¿Quizás sería por eso? Porque nada cuadraba, sin embargo, teníamos tertulia, y allí estábamos los tertulianos, todos muy cansados, todos muy ocupados, pero queriendo compartir un rato ameno de letras y lecturas.

Llegué yo y pisando a mi maltrecha musa llegó Javier casi al mismo tiempo. Tomamos sitio en nuestras mesas de siempre pero nada más hacerlo vino nuestra camarera favorita para decirnos por favor que nos cambiáramos al fondo, que lo sentía pero no se acordaba de que los martes allí se reunía otra tertulia.

“No importa, tranquila, no pasa nada, al fin y al cabo es su día...” dijeron nuestras voces de martes. Y nos levantamos con todos nuestros bártulos, y nuestras maltrechas musas nos empujaron levemente por la espalda para ayudarnos a llegar hasta las mesas del fondo. Coincidíamos en el cansancio, en la preocupación por tener todos los regalos para el día previsto, y en el ansia de querer estar en muchos sitios a la vez viviéndolo todo. Cuando llegó Celeste.

Javier tenía familia de fuera en casa esperándole, Celeste tenía otras ocupaciones laborales a las ocho y media, y yo ¿no os lo he dicho? tenía que ir a por pepinillos... Sin embargo ahí estábamos los tres arañando al tiempo un rato para hablar de intercambio de energía, de reencarnación, de que todo pasa por algo y de que hay una energía superior que entre todos mantenemos con pensamientos positivos para superar lo que venga. Que ocurre algo malo, hay que pensar “Todo pasa”. ¿Estoicismo? Quiere Celeste hacer una poesía encaminada a confiar en uno mismo.

Pero ahora que lo pienso ¿Quién llegó primero María Juristo diciendo que se tenía que ir a Cádiz, o Ana Gonz hablando de la locura de las conversaciones de móvil en el metro? Creo que la primera. A estas alturas vuelvo de la reencarnación para entrar en un vagón de metro donde todos hablan a voces y comienzo a no saber ni que apunto en el cuaderno de anotar la vida de estos tertulianos locos.

Alguien habla de unos pelagatos. Cómo me gusta esa palabra y la apunto rápidamente con hambre de secuestrarla, trocearla y comérmela con ansia de tertuliana con palabritis aguda. Y de pronto se había sentado con nosotros un peluquero que tocaba la guitarra. ¿De dónde vino? Corta el pelo para ganarse la vida, pero se alimenta de música... Sin embargo se tuvo que ir deprisa y corriendo porque llegó Sagrario y quería un hueco, su hueco intermitente pero eterno en la tertulia de siempre... ¿Llegó antes de que habláramos de lo que aportan los premios o llegó después?

Comienzo a tener un lío de... palabras.

Celeste comienza a leer: “Aires de libertad”

Alma viajera de las estrellas

Peregrino de la inmensa noche

Enséñame el camino...

Sale el profesor de dentro de Javier como un “alien” benévolo y corrector de poemas que no puede quedarse callado: “Tú escribes con el sentimiento, pero después tiene que haber una parte racional de corrección”. “No puede ser que haya tres rimas consonantes en un poema que no rima... Otra cosa es que tú quisieras que rimara todo, entonces por ejemplo harías rima en los pares...” ¿Estoy anotando esto bien? ¿Al fin y al cabo qué entiendo yo de rimas? Si yo lo que quiero es llegar a tiempo de comprar mis pepinillos...

“Pues yo lo que quiero es hacer una poesía sencilla, que le llegue a todo el mundo, porque los poemas esos tan complicados luego no los entiende nadie...” (¿Sabe Celeste lo que he pensado de los pepinillos?) “Pero lo sencillo también lleva detrás un trabajo, tú tienes que preguntarte ¿Cuál es mi intención al escribir un poema? Una reflexión o que tenga valor poético... ¿Quiero mejorar como escritora de poemas? Porque la fase de corrección sirve para intensificar más el mensaje”.

Copio, copio, copio, que no me quede ni media sílaba flotando en el Ruiz, que pueda atrapar todas las palabras como a mariposas volanderas como mi bolígrafo y las puedas dejar prendidas para siempre en mi cuaderno. Nooo, que de mariposas hablaremos luego, todavía no. Pero al fondo la otra tertulia está entusiasmada, son muchos, no debe faltar nadie, y leen en voz muy alta. El alien de Javier se vuelve a esconder dentro porque me dice en voz baja: “Yo creo que los de la otra tertulia son de novela...”.

Pero un momento, atención que nos dice la camarera que abramos por la puerta falsa a Aureliano, para que no tenga que atravesar el gentío que hay hoy en el café... Me alegro de verle, hacía ya algunas semanas que no se dejaba caer por aquí. “¡Cuánto tiempo Aureliano, que bien...!” “Sí niña, si es que he estado muy ocupado con el libro de mi hermano, y mis males, es que estoy muy pocho...”. “¿Cómo estás? Le preguntan a mi lado. “Regular nada más...”

Bueno lo importante es que está aquí, pienso, y no acabo de hacerlo cuando María Juristo nos lee su poema “Se agachó mi boca”

Se agachó mi boca

y pudo lamer

la estrella errante

en el suelo de la muerte.

¿Por qué acabamos todos unos minutos después sacándonos los novios con los dedos? ¿Os acordáis de cómo lo hacíamos de niños? ¿Por qué estamos respirando siete veces por la nariz para recuperar la energía? Si estábamos corrigiendo el primer verso de María... Si andábamos que si primero “mi boca” o si primero “se agachó”... ¿Qué le pasa a esta tertulia? ¿Qué andan hablando ahora estos locos que escriben?

Que si reflexología podal, que si los puntos sexuales del pie, que si así te irán mejor los ovarios... ¡Los ovarios! ¿Los ovarios han dicho? Me está quedando una bitácora preciosa, preciosísima...

Lo peor es que no termina ahí la locura. Porque se fue Celeste con su reflexología podal, pero había llegando Ana cascando nueces con las puertas. Porfavorporfavorporfavor ¿Qué alguien ponga orden aquí? ¿Cómo voy a contar todo esto? ¿Cómo se puede hilar este desorden?

Menos mal que Ana nos lee su micro “Se puso guapa a rabiar”. ¿Este era el título o era la primera frase? Y aquello vuelve a colorearse de literatura.

Ah ¿Pero qué te creías frustrada compradora de pepinillos que ahí iba a terminar el despropósito? Inocente... Éste recién acababa de empezar.

Sagrario del Peral es un hombre. Acaba de confesarlo a pleno pulmón y a mi lado. Creo que se ha ido ya María corriendo a Cádiz... Porque Sagrario está sentada a mi lado, donde antes estaba sentada María y acaba de confesar que es un hombre. ¿Pero qué importancia tiene esta declaración? Si resulta que casi al mismo tiempo una voz femenina que está un poco más allá dice que es la uretra contra la próstata lo que ocasiona “la alegría matutina sabanera...” ¡¿De qué estamos hablando?! ¿De qué estamos hablando? Ay los eufemismos qué curiosos son...

Sagrario sigue diciendo que Paco Sevilla colecciona auténticas vírgenes, subraya el “auténticas”, que adora. “Vírgenes de devoción” vuelve a subrayar. La conversación se ha vuelto a desviar de la literatura y ahora es necesario recalcar bien lo que uno quiere decir para que no se preste a un doble sentido... Pero ¿Al fin y al cabo qué es la literatura sino un doble sentido de la realidad? Me pregunto. Pero... ¿Fue aquí cuando hablamos de cuando Nacho Vidal se dio cuenta de “sus posibilidades”...? Ay, sí, maravillosos eufemismos que haríamos sin ellos...

“Todo eso se pasa con la edad” apostilla Aure... ¡Haaaalaaa! ¿Quién da más? Porfavorporfavorporfavor que lea alguien, que lea alguien algo mínimamente literario claro, que yo necesito poner algo coherente en la bitácora de ¿esta tertulia literaria?

Viene Aure a salvarme y lee un cuento de su hermano el pintor Luis Cañadas. Precisamente así se titula el libro de relatos “Cuento de un pintor” que acaban de publicarle en Almería. El cuento se titula Navidad y dice así: “Salgo a la calle y paro a la primera máquina del tiempo que viene libre, con luz verde. Le digo al conductor: “A Belén en el siglo primero”. Qué buen principio pienso. Qué buen arranque... Todo el cuento es una delicia.

Sagrario entonces le coge el testigo literario y nos lee: “Acostumbrada a vivir infiernos”

Acostumbrada a vivir infiernos

arranco mariposas de los espejos

El agua ya no sacia

Tan solo ahoga y asfixia...

Volvemos a ser los tertulianos literarios que leen relatos y poemas. Me relajo y anoto tranquilamente. La locura se ha escondido entre las patatas fritas. Ana lía sus propios cigarrillos mientras recordamos que las mariposas para los griegos eran el alma. ¿Y los caballos? Los caballos son la fuerza, el símbolo de la virilidad, el galopar...

Hubo un momento en que llegó Celia Cañadas y se nos unió, con la efervescencia de frases no he anotado cuándo, pero ya está aquí, entre nosotros.

Vuelve a desbocarse el caballo, pero esta vez no es el metafórico sino el de nuestra tertulia, y hablamos de nuevo de pepinillos y calabacines. De Nacho Vidal y la alegría mañanera sabanera...

Nos traen más patatas, mejor, pienso, así se puede volver a esconder dentro esta locura que tenemos hoy. Parece que sí, porque Sagrario nos lee ahora un poema de Paco Sevilla titulado “Por razones de seguridad”. Dudo, ahora no sé si se titulaba así el poema o el libro de poemas, un librito menudo y gris. Pero dice así:

...Coito de avestruz, desplegable búcaro de anémonas,

indivisible fornicación brutal.

Efervescencia de luz

y morfina que llevarse a los vasos comunicantes

de la yugular por razones de seguridad.

Tremendo el poema. Impactante. La guinda que nos faltaba... Ahora ya verás, porque como necesitamos poco, entonces dos tazas con este poemas de fornicaciones y coitos varios... Ay, madre mía, que esto va a volver a empezar...

Bendita Celia que quiere ordenarnos otra vez y saca el ejemplar de la revista Luces y Sombras donde le han publicado tres poemas. Y nos lee uno de ellos:

A deshora

Ya sé de la tristeza infinita

de un oficio

escrito a doble espacio

y en una sola cara

Por cierto

Siempre la misma...


Y luego nos lee otro:


¿En qué boca parpadean

los versos de otro tiempo

cuando viene el silencio

a repetir silencio?

Solo soy gerundio en tránsito...


Me gustan mucho estos poemas de Celia. Este último sobre todo.

Noooo. La locura ha escapado del fondo del bol de la patatas fritas, Sagrario “desde su experiencia de hombre” reclama un chocolatito que le pide: Cómeme, cómeme. Celia entonces confiesa que ella lo que quiere es bailar. ¿Bailar? Pero calla que ahora estamos ya en “Epifanía de un rodaje porno” de Ramiro Lapiedra... ¿Por qué? ¿Por qué hemos comenzado a hablar de esto otra vez?

¿Quién habla de que hagamos todos una tertulia en traje de baño? ¿Quién dijo que a las mujeres pequeñitas se las quiere más en el cine porno? Porque en nosequé lectura una pornostar cada vez que leía el poeta un poema le enseñaba un pecho. “Para ya, para ya...” le dice Ana a Sagrario...

Javier y yo nos miramos ¿Dónde estamos? ¿Qué hacemos nosotros de excitante a la vista de ésto? Y Javier me aclara: “No sé, quizás lo que hacemos más excitante es colarnos en el metro...” “Y ahí vaya si “os correis” ¿no?”

¿Es esto una bitácora de una tertulia literaria? Esta bitácora podría parecer erótica y casi lo es... ¡Qué digo erótica... si todavía sobre nuestras voces está Nacho Vidal “viendo sus posibilidades...”!

No hay quién reoriente esto, esta tertulia se nos va de las manos, se nos va, se nos va... Claro si es que no son nuestras mesas, si es que no es uno de nuestros miércoles, si es que llega de puntillas la navidad... ¿Será por eso?

Feliz Navidad, feliz navidad, lo siento, os dejo, no puedo más con esto, no puedo más, ¿no os lo había dicho? es que yo me tengo que ir a comprar pepinillos.


Rocío Díaz Gómez
25 de diciembre de 2010