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viernes, 7 de enero de 2011

12ª Jornada/IV Año: Martes, 21 de diciembre de 2010

Bitácora del 21 de diciembre de 2010 ó De cómo nuestra heroína que quería ir a por pepinillos acabó escuchando como “Nacho Vidal hizo una película porno porque supo de sus posibilidades y...”


Qué curioso eufemismo... Pero mejor comenzaremos por el principio. De puntillas llegaba la Navidad, era martes, eran otras mesas ¿Quizás sería por eso? Porque nada cuadraba, sin embargo, teníamos tertulia, y allí estábamos los tertulianos, todos muy cansados, todos muy ocupados, pero queriendo compartir un rato ameno de letras y lecturas.

Llegué yo y pisando a mi maltrecha musa llegó Javier casi al mismo tiempo. Tomamos sitio en nuestras mesas de siempre pero nada más hacerlo vino nuestra camarera favorita para decirnos por favor que nos cambiáramos al fondo, que lo sentía pero no se acordaba de que los martes allí se reunía otra tertulia.

“No importa, tranquila, no pasa nada, al fin y al cabo es su día...” dijeron nuestras voces de martes. Y nos levantamos con todos nuestros bártulos, y nuestras maltrechas musas nos empujaron levemente por la espalda para ayudarnos a llegar hasta las mesas del fondo. Coincidíamos en el cansancio, en la preocupación por tener todos los regalos para el día previsto, y en el ansia de querer estar en muchos sitios a la vez viviéndolo todo. Cuando llegó Celeste.

Javier tenía familia de fuera en casa esperándole, Celeste tenía otras ocupaciones laborales a las ocho y media, y yo ¿no os lo he dicho? tenía que ir a por pepinillos... Sin embargo ahí estábamos los tres arañando al tiempo un rato para hablar de intercambio de energía, de reencarnación, de que todo pasa por algo y de que hay una energía superior que entre todos mantenemos con pensamientos positivos para superar lo que venga. Que ocurre algo malo, hay que pensar “Todo pasa”. ¿Estoicismo? Quiere Celeste hacer una poesía encaminada a confiar en uno mismo.

Pero ahora que lo pienso ¿Quién llegó primero María Juristo diciendo que se tenía que ir a Cádiz, o Ana Gonz hablando de la locura de las conversaciones de móvil en el metro? Creo que la primera. A estas alturas vuelvo de la reencarnación para entrar en un vagón de metro donde todos hablan a voces y comienzo a no saber ni que apunto en el cuaderno de anotar la vida de estos tertulianos locos.

Alguien habla de unos pelagatos. Cómo me gusta esa palabra y la apunto rápidamente con hambre de secuestrarla, trocearla y comérmela con ansia de tertuliana con palabritis aguda. Y de pronto se había sentado con nosotros un peluquero que tocaba la guitarra. ¿De dónde vino? Corta el pelo para ganarse la vida, pero se alimenta de música... Sin embargo se tuvo que ir deprisa y corriendo porque llegó Sagrario y quería un hueco, su hueco intermitente pero eterno en la tertulia de siempre... ¿Llegó antes de que habláramos de lo que aportan los premios o llegó después?

Comienzo a tener un lío de... palabras.

Celeste comienza a leer: “Aires de libertad”

Alma viajera de las estrellas

Peregrino de la inmensa noche

Enséñame el camino...

Sale el profesor de dentro de Javier como un “alien” benévolo y corrector de poemas que no puede quedarse callado: “Tú escribes con el sentimiento, pero después tiene que haber una parte racional de corrección”. “No puede ser que haya tres rimas consonantes en un poema que no rima... Otra cosa es que tú quisieras que rimara todo, entonces por ejemplo harías rima en los pares...” ¿Estoy anotando esto bien? ¿Al fin y al cabo qué entiendo yo de rimas? Si yo lo que quiero es llegar a tiempo de comprar mis pepinillos...

“Pues yo lo que quiero es hacer una poesía sencilla, que le llegue a todo el mundo, porque los poemas esos tan complicados luego no los entiende nadie...” (¿Sabe Celeste lo que he pensado de los pepinillos?) “Pero lo sencillo también lleva detrás un trabajo, tú tienes que preguntarte ¿Cuál es mi intención al escribir un poema? Una reflexión o que tenga valor poético... ¿Quiero mejorar como escritora de poemas? Porque la fase de corrección sirve para intensificar más el mensaje”.

Copio, copio, copio, que no me quede ni media sílaba flotando en el Ruiz, que pueda atrapar todas las palabras como a mariposas volanderas como mi bolígrafo y las puedas dejar prendidas para siempre en mi cuaderno. Nooo, que de mariposas hablaremos luego, todavía no. Pero al fondo la otra tertulia está entusiasmada, son muchos, no debe faltar nadie, y leen en voz muy alta. El alien de Javier se vuelve a esconder dentro porque me dice en voz baja: “Yo creo que los de la otra tertulia son de novela...”.

Pero un momento, atención que nos dice la camarera que abramos por la puerta falsa a Aureliano, para que no tenga que atravesar el gentío que hay hoy en el café... Me alegro de verle, hacía ya algunas semanas que no se dejaba caer por aquí. “¡Cuánto tiempo Aureliano, que bien...!” “Sí niña, si es que he estado muy ocupado con el libro de mi hermano, y mis males, es que estoy muy pocho...”. “¿Cómo estás? Le preguntan a mi lado. “Regular nada más...”

Bueno lo importante es que está aquí, pienso, y no acabo de hacerlo cuando María Juristo nos lee su poema “Se agachó mi boca”

Se agachó mi boca

y pudo lamer

la estrella errante

en el suelo de la muerte.

¿Por qué acabamos todos unos minutos después sacándonos los novios con los dedos? ¿Os acordáis de cómo lo hacíamos de niños? ¿Por qué estamos respirando siete veces por la nariz para recuperar la energía? Si estábamos corrigiendo el primer verso de María... Si andábamos que si primero “mi boca” o si primero “se agachó”... ¿Qué le pasa a esta tertulia? ¿Qué andan hablando ahora estos locos que escriben?

Que si reflexología podal, que si los puntos sexuales del pie, que si así te irán mejor los ovarios... ¡Los ovarios! ¿Los ovarios han dicho? Me está quedando una bitácora preciosa, preciosísima...

Lo peor es que no termina ahí la locura. Porque se fue Celeste con su reflexología podal, pero había llegando Ana cascando nueces con las puertas. Porfavorporfavorporfavor ¿Qué alguien ponga orden aquí? ¿Cómo voy a contar todo esto? ¿Cómo se puede hilar este desorden?

Menos mal que Ana nos lee su micro “Se puso guapa a rabiar”. ¿Este era el título o era la primera frase? Y aquello vuelve a colorearse de literatura.

Ah ¿Pero qué te creías frustrada compradora de pepinillos que ahí iba a terminar el despropósito? Inocente... Éste recién acababa de empezar.

Sagrario del Peral es un hombre. Acaba de confesarlo a pleno pulmón y a mi lado. Creo que se ha ido ya María corriendo a Cádiz... Porque Sagrario está sentada a mi lado, donde antes estaba sentada María y acaba de confesar que es un hombre. ¿Pero qué importancia tiene esta declaración? Si resulta que casi al mismo tiempo una voz femenina que está un poco más allá dice que es la uretra contra la próstata lo que ocasiona “la alegría matutina sabanera...” ¡¿De qué estamos hablando?! ¿De qué estamos hablando? Ay los eufemismos qué curiosos son...

Sagrario sigue diciendo que Paco Sevilla colecciona auténticas vírgenes, subraya el “auténticas”, que adora. “Vírgenes de devoción” vuelve a subrayar. La conversación se ha vuelto a desviar de la literatura y ahora es necesario recalcar bien lo que uno quiere decir para que no se preste a un doble sentido... Pero ¿Al fin y al cabo qué es la literatura sino un doble sentido de la realidad? Me pregunto. Pero... ¿Fue aquí cuando hablamos de cuando Nacho Vidal se dio cuenta de “sus posibilidades”...? Ay, sí, maravillosos eufemismos que haríamos sin ellos...

“Todo eso se pasa con la edad” apostilla Aure... ¡Haaaalaaa! ¿Quién da más? Porfavorporfavorporfavor que lea alguien, que lea alguien algo mínimamente literario claro, que yo necesito poner algo coherente en la bitácora de ¿esta tertulia literaria?

Viene Aure a salvarme y lee un cuento de su hermano el pintor Luis Cañadas. Precisamente así se titula el libro de relatos “Cuento de un pintor” que acaban de publicarle en Almería. El cuento se titula Navidad y dice así: “Salgo a la calle y paro a la primera máquina del tiempo que viene libre, con luz verde. Le digo al conductor: “A Belén en el siglo primero”. Qué buen principio pienso. Qué buen arranque... Todo el cuento es una delicia.

Sagrario entonces le coge el testigo literario y nos lee: “Acostumbrada a vivir infiernos”

Acostumbrada a vivir infiernos

arranco mariposas de los espejos

El agua ya no sacia

Tan solo ahoga y asfixia...

Volvemos a ser los tertulianos literarios que leen relatos y poemas. Me relajo y anoto tranquilamente. La locura se ha escondido entre las patatas fritas. Ana lía sus propios cigarrillos mientras recordamos que las mariposas para los griegos eran el alma. ¿Y los caballos? Los caballos son la fuerza, el símbolo de la virilidad, el galopar...

Hubo un momento en que llegó Celia Cañadas y se nos unió, con la efervescencia de frases no he anotado cuándo, pero ya está aquí, entre nosotros.

Vuelve a desbocarse el caballo, pero esta vez no es el metafórico sino el de nuestra tertulia, y hablamos de nuevo de pepinillos y calabacines. De Nacho Vidal y la alegría mañanera sabanera...

Nos traen más patatas, mejor, pienso, así se puede volver a esconder dentro esta locura que tenemos hoy. Parece que sí, porque Sagrario nos lee ahora un poema de Paco Sevilla titulado “Por razones de seguridad”. Dudo, ahora no sé si se titulaba así el poema o el libro de poemas, un librito menudo y gris. Pero dice así:

...Coito de avestruz, desplegable búcaro de anémonas,

indivisible fornicación brutal.

Efervescencia de luz

y morfina que llevarse a los vasos comunicantes

de la yugular por razones de seguridad.

Tremendo el poema. Impactante. La guinda que nos faltaba... Ahora ya verás, porque como necesitamos poco, entonces dos tazas con este poemas de fornicaciones y coitos varios... Ay, madre mía, que esto va a volver a empezar...

Bendita Celia que quiere ordenarnos otra vez y saca el ejemplar de la revista Luces y Sombras donde le han publicado tres poemas. Y nos lee uno de ellos:

A deshora

Ya sé de la tristeza infinita

de un oficio

escrito a doble espacio

y en una sola cara

Por cierto

Siempre la misma...


Y luego nos lee otro:


¿En qué boca parpadean

los versos de otro tiempo

cuando viene el silencio

a repetir silencio?

Solo soy gerundio en tránsito...


Me gustan mucho estos poemas de Celia. Este último sobre todo.

Noooo. La locura ha escapado del fondo del bol de la patatas fritas, Sagrario “desde su experiencia de hombre” reclama un chocolatito que le pide: Cómeme, cómeme. Celia entonces confiesa que ella lo que quiere es bailar. ¿Bailar? Pero calla que ahora estamos ya en “Epifanía de un rodaje porno” de Ramiro Lapiedra... ¿Por qué? ¿Por qué hemos comenzado a hablar de esto otra vez?

¿Quién habla de que hagamos todos una tertulia en traje de baño? ¿Quién dijo que a las mujeres pequeñitas se las quiere más en el cine porno? Porque en nosequé lectura una pornostar cada vez que leía el poeta un poema le enseñaba un pecho. “Para ya, para ya...” le dice Ana a Sagrario...

Javier y yo nos miramos ¿Dónde estamos? ¿Qué hacemos nosotros de excitante a la vista de ésto? Y Javier me aclara: “No sé, quizás lo que hacemos más excitante es colarnos en el metro...” “Y ahí vaya si “os correis” ¿no?”

¿Es esto una bitácora de una tertulia literaria? Esta bitácora podría parecer erótica y casi lo es... ¡Qué digo erótica... si todavía sobre nuestras voces está Nacho Vidal “viendo sus posibilidades...”!

No hay quién reoriente esto, esta tertulia se nos va de las manos, se nos va, se nos va... Claro si es que no son nuestras mesas, si es que no es uno de nuestros miércoles, si es que llega de puntillas la navidad... ¿Será por eso?

Feliz Navidad, feliz navidad, lo siento, os dejo, no puedo más con esto, no puedo más, ¿no os lo había dicho? es que yo me tengo que ir a comprar pepinillos.


Rocío Díaz Gómez
25 de diciembre de 2010


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