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jueves, 22 de noviembre de 2012

10ª Jornada/VI año: Miércoles, 21 de noviembre de 2012


Padre Cuaderno (III)

Me permito abusar de tu confianza. Sé que la visita a mi confesionario de dos rascamanes en estas dos pasadas semanas no me da derecho a colarme en la Tertulia. Quizá pequé de osado, pero me ha podido la curiosidad, que no deja de ser una facultad que debiera tener cualquier espíritu inquieto, interesado en aprender.

Le confesé a Alberto, mientras él se confesaba conmigo, que había escrito algunos relatos, todo ficción naturalmente, basados en testimonios de los fieles que se acercan a mi confesionario a mostrarme su alma  pecadora.

Tengo una vena literaria que quiero cultivar. Por eso me permito abusar de tu confianza, Javier, como coordinador de la Tertulia Rascamán y quizá como acto meritorio, junto a esta nota, te acompaño la bitácora que he redactado del miércoles 21 de noviembre de 2012.

Pensarás que no me viste, es natural, había mucha gente en el Ruiz, por cierto, hermoso lugar para la Tertulia y la complicidad.
Javier, y no me viste porque, como buen clérigo, sé estar en los lugares en un discreto segundo plano, pendiente de la necesidad de mis devotos, pero sabiendo no inmiscuirme en sus asuntos. Ojalá todos los sacerdotes fuéramos así. Lo digo por la historia, y ya me estoy adelantando en mi crónica, que Paloma Hidalgo, escribió sobre otro clérigo.

Javier, ten a bien, recibir esta bitácora y si fuera de tu agrado, nada me haría más feliz que verla publicada en vuestro Cuaderno de Bitácora.

Os doy mi bendición y el ofrecimiento de mi amistad de este aprendiz de escritor.
Un abrazo,
Fdo.: Padre Cuaderno


Bitácora del miércoles 21 de noviembre de 2012

Reconozco los rostros de Alberto y de Rocío, que visitaron mi humilde iglesia. Y pongo rostro a algunos rascamanes de los que ellos dos me hablaron en su visita. Junto a  Alberto y Rocío, presidiendo la larga mesa de mármol está Javier, coordinador de la Tertulia. Y después han ido llegando muchos tertulianos hasta completar la veintena.
Tengo el oído fino y adiestrado en el susurro de la confidencia por eso no me costó trabajo escuchar sus nombres y tomé nota de cada uno de ellos: Cinta, Mª Antonia, Paloma Hidalgo, Isabel, María Juristo, Ismael, León, Omega, Eunice, Maribel, Alma, Ana González, Fede, Carmenfron, Vicente y Paloma Sánchez. Veinte en total.

Siento cierta envidia, he de reconocer que, según están los tiempos, en la misa de doce de los domingos difícilmente alcanzo la docena y media de feligreses.

Tomo nota con mi letra redonda y pequeña, que conservo de cuando era seminarista, de lo que aquí se habla.

Empiezan con algunas recomendaciones, quizá me anime a asistir a alguna de ellas. La primera, la de Isabel, que leerá en el Ateneo de Madrid junto a otros compañeros el domingo 16 de diciembre a las 19.30 horas. Serán poemas recitados de memoria.
La segunda recomendación, la de Javier, una exposición de fotografía “Mitografías” sobre personajes célebres que recoge imágenes de sus vidas privadas y cotidianas. Desde Picasso, Dalí, Chaplin a Ghandi, Churchill, pasando por Cela, Hemingway, hasta alcanzar la decena de personajes. Es gratuita y está en la sala de exposiciones del Canal de Isabel II de la Plaza de Castilla de Madrid, abierta hasta enero de 2013.
La tercera recomendación, la hace León, una película japonesa de dibujos animados que vuelven a poner en la Filmoteca Nacional hoy miércoles, “La tumba de las luciérnagas”.

Desde el lugar en el que estoy escucho a Javier que propone comenzar las lecturas. Comienza un conocido mío, Alberto. Lee el poema titulado “La destrucción de Manhattan”.

Ya no quedan elfos
en los bajos de Manhattan…

Paloma H. dice que irá a Nueva York a buscar elfos.

Estoy acostumbrado a guardar relación de lo narrado. Hay cosas que tomo nota y otras que mantengo en mi memoria. En el seminario tenía fama de memorioso.

“Lunaprieta”, me gustó el nombre con que Cinta tituló su relato de 150 palabras. Recuerdo el principio aunque no lo anoté, no hizo falta: “En un cuarto, de cara reidora, vive un balón…”
Dice Cinta –me interesa- que va a un biblioteca los miércoles y viernes a contar cuentos a los niños.
Para terminar lee un soneto que promete enviar a los rascamanes por correo.

Es el turno de Rocío. Aún recuerdo que le acusé de cometer toda la lista de pecados mortales cuando vino a mi confesionario. Ahora que la conozco creo que me excedí. Lee un relato que muy bien podría llevar Cinta a esa biblioteca de tema infantil: “La traviesa tilde, Matilde”.
Observo que los rascamanes, como niños atentos, no pierden atención de cada palabra del relato. Les ha gustado. Rocío completa su turno con un microrrelato, máximo 100 palabras, dice –la virtud de la contención- que habla del Metro.

Javier, que ha vuelto de Japón recientemente lee tres poemas que ha escrito allí durante el viaje. Dos breves –de nuevo la contención, empiezo a alabar a los rascamanes por esa virtud-. El primero, habla de las cicatrices de sus manos. Me lleva a interpretarlo desde el punto de vista religioso, la pasión, la entrega, el placer.
Pero la pasión es del cuerpo y yo me debo al alma, alejo de mi mente este pensamiento.

El segundo poema breve también tiene por protagonista una amantis religiosa. El tercero habla del arte y se lo dedica a León.

Es ahora Mª Antonia Copado, quien anuncia que el próximo jueves 29 de noviembre lee en Granada, dentro del ciclo de Encuentros Literarios, que coordinan los poetas Fernando Soriano y Juan Peregrina. Tomo nota de los detalles: en el Centro Artístico (C/Almona del Campillo 2, 2º) a las 20.30 h.
Es Rocío quien lee los dos poemas que ha traído Mª Antonia: “Lontananza” y “Otra noche”.

Paloma Hidalgo toma la palabra. Tiene un encargo. Gesto cristiano, este de recordar al ausente. El ausente es Luis Alfonso, narrador mexicano que anda por tierras navarras, en Anguiano. Luis Alfonso se apellida así y dice que quería saber “qué tiene que ver con él”.

Lee Paloma el relato “Lamento de gesta”. Afortunadamente nadie nota mi presencia porque de descubrirme, descubrirían también el rubor que siento con esta historia de una relación erótica de una maestra enamorada de un alumno. El rubor continúa cuando lee Paloma Hidalgo un microrrelato sobre el secreto de un niño. “Secretos de niño”. Un cura es el protagonista. Y la tentación. Me santigüo varias veces.
Alguien denomina al sacerdote protagonista como so-cerdote. Dios me perdone si caigo en la tentación.
Un segundo micro lee Paloma “¿Me tomas el pelo?”. Frases hechas en la boca del protagonista trabadas de forma genial.

Cómo me gustaría poder intervenir y leer alguno de mis relatos. Sé que hoy no será posible. Me he encomendado la redacción de esta bitácora. Si está de Dios, pronto seré uno de estos tertulianos.

No debo despistarme en mis notas. Con mi letra menuda escribo el título del relato que lee Isabel, “Seguro millonario”, que despierta las risas de los presentes. Todo ocurre durante un vuelo de regreso de Venecia. Isabel, que como anoté al principio leerá en el Ateneo el 16 de diciembre nos recita el poema que ha preparado para esa ocasión: “Y Dios me hizo mujer”, de Gioconda Belli.

Me encojo nervioso en mi silla. ¿Sabrán que estoy aquí? ¿Me parece a mí o es que hay muchas referencias a lo divino en esta Tertulia? ¿Estaré influyendo con los consejos que les di a Rocío y a Alberto?

Es curioso, anoto en mi cuaderno, cómo cambian de tema y de técnica estos rascamanes. Es el turno de María Juristo que comienza leyendo un poema. Ha traído un guión de cine que ha escrito en los últimos meses. Una productora está interesada en llevar a la pantalla grande su novela “Las falsas lágrimas de la Gioconda” y ella ha querido escribir el guión. 123 páginas. Un trabajo ímprobo del que lee la primera de ellas.

Vuelve el rubor a mis mejillas y un calor que arrasa mi espina dorsal. Ismael, de nombre bíblico, lee su relato, que él denomina pornográfico o pornofónico. “Entre melenas”. Dios me perdone al imaginar dos mujeres desnudas acariciándose. Dios me perdone. Dios le perdone.
Ismael cierra su intervención con un relato futurista: “Año 6303”.

León ha traído dos poemas, dos sonetos pensando en Luis Alfonso, de su compatriota el poeta modernista mexicano Juan José Tablada, “la Venus china” y “En el parque”.

Eunice y Omega, madre e hija, que han estado en silencio escuchando a los compañeros toman la palabra desde sus indumentarias negras. Una imagen de mis feligresas pasa por mi cabeza, sentadas en los bancos solitarias de la iglesia.

Con una voz de locutora de radio, bien entonados, lee Omega primero el relato de Eunice. Un relato de miedo, basado en la tradición oral que mantiene a todos en silencio, de nuevo como niños escuchando cuentos de la abuela al amor de una lumbre.
Lee después un poema suyo de amor “Grandeza”, de desamor también. Debe, le indican, universalizar más el sentimiento. Que no quede tan evidente, que el lector pueda sentirse reflejado, y noser mero espectador.

Miro el reloj y compruebo que están cercanas ya las nueve de la noche. Mi preocupación ahora es doble, no quiero que me descubran los rascamanes en el Ruiz y no quiero que noten mi ausencia en la parroquia. A nadie podía confesar allí mi pasión por las letras, que necesitaba escapar de la monotonía del incienso y el rosario, que necesitaba refugiarme en un café literario. Escuchar a Rocío y a Alberto despertó tanto mi curiosidad. La tentación.

Mis pensamientos se relajan cuando escucho a Maribel, recién incorporada al grupo hoy. Dice que escribe cuentos, poesía, teatro. Que es rapsoda y que está “expectante”.
En su faceta de rapsoda declama un poema dedicado a los poetas que no debemos olvidar: “Lo más imprescindible, un hombre yace todavía…”

Alma Pagés toma la palabra. Tiene dudas –las mismas que yo tendría- sobre la identidad de algunos rascamanes. ¿A quién le han dado un premio de novela? Se trata de Iñaki, compañero de Tertulia, que vive en Bilbao y no puede asistir al Ruiz como él quisiera. ¿Y Paloma, la que organizó la cena? Vuelven todos la mirada hacia Paloma Sánchez, sentada en la otra esquina del café. Alma no lee pero hace una recomendación, que anoto en mi cuaderno: visitar la exposición del Reina Sofía, dedicada a Antoine Artaud.

Estamos acabando, dice Javier, que a estas horas finales de Tertulia, como a niños revoltosos y habladores, ha tenido que mandarles silencio en varias ocasiones. Son muchos y si hablan en grupos, no se escuchan.

Ana González lee su poema “Un día de frío” y cierra Fede las lecturas con un poema (¿sabrán que estoy aquí? Empiezo a pensar que sí y que nada es fortuito) sobre un cuadro de Dalí que está en el Metropolitan de Nueva York, que representa a Cristo crucificado: “Corpus hypercubus”.

Por falta de tiempo se quedan sin poder leer Carmenfron, Vicente y Paloma Sánchez, que traía la segunda escena de su obra y ya tenía pensado los compañeros que iban a interpretar los personajes. Será la próxima semana.

Aprovecho el revuelo que se organiza al final, cuando todos se levantan, piden la cuenta, pagan, se despiden, para escabullirme.



Pregunto al camarero del Ruiz, antes de irme cómo puedo hacer llegar una carta a Javier, el coordinador de la Tertulia.
Le enviaré la bitácora junto a una nota.
La bitácora y el ofrecimiento de la amistad del Padre Cuaderno.

Javier Díaz Gil
22 de noviembre de 2012

viernes, 16 de noviembre de 2012

9ª Jornada/VI año: Miércoles, 7 de noviembre de 2012



PADRE CUADERNO 



-Ave María Purísima.

-Sin pecado concebida.

-Verá Padre Cuaderno, vengo porque me lo han recomendado. Me han dicho que usted tiene buena mano con los bitacoreros. Rocío, ha sido Rocío Díaz. Una Santa.

-Y una gran escritora. Conozco todos sus relatos.

-Vaya, qué profesional, antes la Iglesia Católica no cuidaba esos detalles.

-Ya ves, hijo.

-Pero estoy seguro de que no conoce lo último, “Católica, apostólica y románica”, un relato con muertos y una monja que se siente culpable.

-No ése no.

-¿Sabe?

-Qué.

-El Boss, Javier Díaz, ha vuelto, con sus ojos achinados y sus haikus de terciopelo. Dice que Japón es un país muy organizado. Hay un sitio especialmente reservado para quienes quieren suicidarse. Y las cosas tienen olores muy diferentes a los de aquí.

-Ay, el Imperio del Sol Naciente, otra cultura.

-¿Sabe?

-Qué.

-En la mudanza, he perdido las radiografías que me dio Aureliano para los Poesarios. Pero no se ha enfadado, dice que tiene de sobra. Ahora escribe relatos de gente que va a Lisboa resfriada.

-Ay, los cambios de tiempo.

-¡Por fin! El Carbonilla ha grabado su disco con letras de Pablo Llorente. Va a ser un éxito, me lo huelo. El flamenco tiene el futuro asegurado en Alcalá de Henares.

-Vaya.

-Yo les leí un poema titulado “De Mosqueruela a Nueva York”, de cuando vivía en la montaña.

-¿También escribes poemas?

-Sí. Es por culpa de la tertulia, no puedo leerles una novela cada semana.

-Claro.

-María Antonia Copado sigue dándole vueltas al amor. Se fue a Cuba, volvió, y aún sigue dándole vueltas.

-¿Hay algo más importante que el amor?

-No, la verdad es que no.

-¿Y cómo va la poesía de Colmenar?

-Ahí andan, señalando injusticias. A Juan Manuel le dio por ensalzar a un mendigo, en plan poético y solidario. Y Juan Antonio puso el dedo en la tragedia del Madrid Arena. Ya sabe, Padre Cuaderno, las contradicciones de los tiempos modernos no se les pasa por alto a los Juanes. Perdone el pareado.

-No importa.

-León no rugió, estaba amoroso, tirando a modernista en su poema “Diciembre”, dedicado a mares y aceitunas. Un divertimento, según dijo.

-Ay, León, León.

-Y Luis Alfonso Velasco, llegado de México y Canadá, nos obsequió un relato con aires de Poe, titulado “Dios muere, Dios nace”, que empieza: ¨¿Por qué tengo miedo?”

-Ya.

-¿Usted tiene miedo, Padre Cuaderno?

-No hijo, ni tengo miedo, ni Dios muere jamás, sólo nace.

-Vaya, se lo diré a Luis Alfonso.

-Mejor.

-Isabel Muriol recitó dos poemas: “Antídoto” y “Mientras tú te vuelves viento”. Este último recibió más elogios.

-El viento…Hay una chica rubia de Alcalá de Henares…, ¿cómo se llama?

-Paloma Hidalgo. Sigue con los microrrelatos, su genero favorito. Con cincuenta palabras dice lo que tiene que decir. Trajo dos: “Rediviva encuentra otros padres” y “Amalgama”.

-¿Y qué hay de la novelista Alma Pagés, la autora de “A la manera de James”, esa que escribe de Londres y la época victoriana?

-Nos leyó unos poemas de Antonio Martínez i Ferrer sobre la Guerra de Irak.

-Oye, y si te doy unos relatos míos basados en mis experiencias en el confesionario, ¿los leerías en Rascamán?

-Sí claro, pero espere, Padre Cuaderno, que no he terminado.

-Perdón.

-Ana Delgado trajo una lata de letras en conserva y nos leyó un relato de Patricia Esteban, de su libro “Casa de muñecas”, muy divertido.

-La gente que viene al confesionario cuenta historias muy divertidas…

-Espere, no sea ansioso, que Carmen Frontera leyó su relato “Calle Sargento Aldea”, una calle mágica de Chile, o de cualquier lugar imaginario, con generales y prostíbulos.

-¿Ya?

-Además pasaron por el Café Ruiz, Amparo, Vicky Frías, Ana González, Cinta Rosa y Leo, que prometieron obsequiarnos con su obra en futuras ediciones de la Tertulia.

-¿Y qué hay de lo mío?

-No sé, Padre Cuaderno, ¿a usted le parecería bonito revelar lo que le dicen sus amados feligreses bajo el secreto de confesión? Anda, déjese de vainas y dedíquese a lo suyo, que no lo hace nada mal.

-Tienes razón, hijo.

-Yo le prometo que no voy a contar nada de lo que ha pasado aquí. Se lo prometo, Padre Cuaderno. Esto quedará entre nosotros.

-Dios te bendiga, hijo.

-Gracias Padre, ¿esto sigue siendo gratis?

-Sí, hijo, sí. Ve con Dios y cumple tu palabra. Y si no, que Satanás te lo reclame. Y Rocío Díaz, también, por robarle sus personajes.

-Joder.



Alberto Torres
8 de noviembre de 2012

jueves, 15 de noviembre de 2012

8ª Jornada/VI año: Miércoles, 31 de octubre de 2012


Ave María Purísima...


- Ave María Purísima...


- Sin pecado concebida...

- Buenas tardes, Señor del Cuaderno de Bitácora...

- Buenas tardes nos den las letras, hija mía tú dirás...

- Ya, pues mire Señor Cuaderno, el caso es que he pecado...

- Eso está muy mal, muy mal tertuliana mía, pero a ver, exactamente, cuéntame hija “c por b”, cómo has pecado...

- Pues mire, para empezar he jurado en vano en nombre de la Bitácora...

- Pero mujer ¿Cómo se te ocurre? ¿Acaso no sabes el segundo mandamiento de este Cuaderno? O mejor dicho recordemos juntos desde el primero. A ver repite conmigo: 1º Mandamiento: Amarás el Cuaderno de Bitácora sobre todas las cuestiones literarias de la tertulia Rascamán...

- 1º Amarás el Cuaderno de Bitácora sobre todas las cuestiones literarias de la tertulia Rascamán...

- Muy bien hija. A ver el 2º, repite conmigo. No pronunciarás el nombre del Cuaderno de Bitácora en vano...

- 2º Mandamiento: No pronunciarás el nombre del Cuaderno de Bitácora en vano...

- ¿Ves hija, ves cómo lo sabes? Y a ver dime ¿A santo de qué lo pronunciaste en vano?

- Pues Padre porque dije que yo no volvería hacer la bitácora por los siglos de los siglos... amén.

- Ayayayay.... Pecaste de soberbia hija. La soberbia es el más importante de los pecados capitales, de él se derivan muchos de los otros pecados... ¿Y por qué hija mía, por qué caíste, tan de bruces, en la soberbia?

- Señor Cuaderno es que yo siento que ya la he hecho muchas veces...

- Ay Señor de todas las letras de este mundo... Yo, yo y yo... ¡Otra vez! Esa sobrevaloración del yo no es más que pura soberbia de nuevo hija... Y además no hay que ser perezosa, pues la pereza no es más que otro pecado capital hija mía...

- Si no es pereza Señor Cuaderno... Todo lo contrario, es que no quiero ser avariciosa con este Cuaderno nuestro. Es una cuestión de generosidad, de generosidad Señor Cuaderno, yo quiero compartir la bitácora como el pan y los peces...

- Claro que sí hija, y ese sentimiento te honra... Pero también has de saber que la vida literaria no es fácil, hija, no es fácil. Y si ésta pone en tu camino la piedra de hacer la bitácora, habrás de cargar con ella hija... Y qué mejor forma de cargar con ella sino escribirla... No es una tentación hija mía, no es una tentación, es una prueba que nos manda el Altísimo... ¿Acaso no nos gusta escribir?

- Ay Padre, claro que sí, claro que nos gusta. Pero es que a ver si me tenían que haber bautizado Sísifa, en vez de Rocío, que ya he cargado con ella varias veces...

- No te quejes tanto hija, no te quejes y afronta los problemas que nos dan las letras, que así crecerás en la verdadera fe de la tertulia...

- Pues eso hice... Volver a escribir la bitácora. Porque al fin y al cabo yo llegué la primera y sabía cuánto ocurrió allí desde el principio hasta el fin. Aunque he de confesar también Señor Cuaderno, que no confiaba nada en que fuéramos muchos los elegidos a la mesa de la Bitácora en la víspera de Todos los Santos...

- Ay hija cuánto descreimiento hay en este valle de lágrimas y ese cuerpo tuyo tan pecador. Cuán desconfiada estabas... Y sin esperanza, sin esperanza hija no vamos a ninguna parte, ni en este mundo de las letras, ni en el que vendrá de los números... ¿O ha llegado ya ese de los números? Oh debe ser tu influencia perniciosa hija mía, porque ya hasta yo empiezo a dudar... Anda tertuliana arrepiéntete un poquito...

- Pues sí Padre Cuaderno, entono un mea culpa y pido perdón porque lo cierto es que fuimos un buen montón de feligreses tertulianos. Pues más o menos por orden de llegada allí que nos personamos, en primer lugar una servidora: Rocío Díaz, y después fueron llegando: José León, María Antonia Copado, Aureliano Cañadas, Luis Alfonso Velasco, Ana Delgado, Alma Pagés, Vicente al que llaman “Federico Trillo”, José Mª Herranz, Alberto Torres, Isabel Muriol, Paloma Sánchez, Leo, Paloma H. Esther... Todos y cada uno al amor de la lumbre y las palabras...

- Como debe ser, como debe ser... A escuchar la palabra del otro y a compartirla...

- Sí Padre Cuaderno, pero yo que me las prometía tan felices con poquitos tertulianos, anda que no tuve que tomar apuntes de cuanto dijeron y leyeron...

- Pero hija si es que no paras de pecar... ¡Gula de palabras! ¡Otro pecado capital!

- Pero Padre es que yo tenía que escribir para luego poder contar...

- Pero hija ¿Acaso tú no has oído hablar de las parábolas? Relatos figurados de los que derivaba una enseñanza...

- Pero ¿Y el sermón de la montaña?

- ¡Hija! ¡Acaso pretendes enseñarme a mí! Ya estás con esa soberbia otra vez. Tú no aprendes, eh, tú no aprendes... No sé ya ni qué penitencia voy a ponerte, si no paras de pecar y pecar, una y otra vez...

- Pero Padre es que yo tenía que contar que allí hablábamos de que el poema es como un fogonazo pero que escribir un relato lleva mucho más tiempo. Hablamos también de que la Real Academia nos ha cambiado otra vez los acentos dichosos que me llevan por el camino de la Amargura... Que si en la palabra “solo”, que si en “este”... que si ya eran un lío para mí, ahora es que me pongo negrita de que ya no sé si ponerlos, si quitarlos o qué sé yo...

- ¿Ira, hija? ¿Ira? No tenía bastante tu alma con la soberbia y la pereza, que ahora ¿la esponjas de ira?

- Que no Padre Cuaderno, que no, que no es ira, es que es muy duro el oficio del escribiente, y más el del bitacorero...

- Cómo ya te dije antes ¿Quién nos dijo que fuera a ser fácil? Aquí a este mundo de las letras hemos venido a penar, hija, a penar. ¿Aún no te has dado cuenta? Pero el trabajo trae al final su recompensa...

- Sí Padre Cuaderno eso también lo vi el otro día, que muchos de los tertulianos trajeron el fruto de su trabajo. Alma Pagés nos trajo su nueva novela “A la manera de James”, José María Herranz nos trajo su nuevo disco “Amargo despertar”...

- ¿Y los demás tertulianos?

- Pues la primera en leer fue una servidora Padre, que traje un humilde relato titulado “En el cielo de la boca”. Después José León, que se había cortado el pelo porque decía que, como era Halloween, quería que se le viera la careta...

- ¡¡Menos Halloween, y más Tenorio hija!! Que estás en la casa de Las palabras...

- Pero Padre Cuaderno si yo solo repito lo que él decía... A la manera de uno de los cuatro evangelistas con Los Hechos de los Tertulianos...

- Esa lengua hija, esa lengua... que te pierdes...

- Perdóneme Padre Cuaderno, perdóneme y deje que siga... José León entonces, nos leyó uno de sus maravillosos sonetos, uno romántico para una noche gótica. “El velador de llama desmayada...” Luego Alberto Torres pasó palabra, solo venía a escuchar a los demás.. Y fue entonces cuando nos preguntamos hasta qué punto algunos breves poemas ¿Son poemas u ocurrencias?

- Ay qué afán por preguntarse y preguntarse el de estos tertulianos... ¿Y la fe?

- Sí Padre, sí. Pero aún preguntaron más, porque Vicente le preguntó al nuevo compañero Luis Alfonso, que era arquitecto ¿Por qué escribía? Y el dijo que escribía por el gusto de escribir. Que antes diseñaba espacios y ahora diseñaba historias. Y yo esto pues lo tenía que escribir Padre, porque me gustó mucho...

- Venga hija, venga resume tus pecados, que vamos a estar con ésta bitácora hasta el día del Juicio final...

- Paciencia, Padre, paciencia... que es otra virtud.

- ¿Otra vez? ¿Acaso pretendes de nuevo enseñarme a mí de pecados y virtudes?

- Nada más lejos Padre Cuaderno, solo se lo recordaba... Pero a lo que vamos. Después María Antonia nos leyó algunos poemas, uno sin concluir “Final de etapa” y un par más de su libro Mujer de la Lluvia... A ella la siguió en el turno de palabra Aureliano Cañadas que se puso de pie para orar mejor al dios de los versos, y en medio de su poema nos cantó “En el Café de Chinitas...” una canción de Lorca. A quién se le unió José León, en un fantástico dúo... Que ese fue uno de los momentos memorables de esta tertulia nuestra. Momentos que hay que vivir Padre, hay que vivir, que contarlo no es lo mismo...

- Ya veo, ya veo...

- Después nos leyó Leo un relato que comenzaba hablando del adoquinado de las calles... Hubo quién le aconsejó que siguiera, que tenía aliento de novela. Después le tocó el turno al nuevo compañero Luis Alfonso que nos leyó un relato sobre la hoja del Arce, que a mí particularmente Padre Cuaderno, me encantó. Y entonces Vicente le dijo que se parecía al relato “El gaucho insufrible” de Bolaño, y Paloma S. le contestó que no. Y ahí anduvieron con que sí, y con que no, que a veces los tertulianos no están de acuerdo en las letras...

- Ay estos tertulianos cuánto les gusta porfiar...

- Pues sí Padre, pero déjeme que continúe que luego me dice que nos va a dar el Juicio Final... Pues después hablamos de en que país se habla un castellano mejor. Y fue entonces cuando comentaron que el relato de García Márquez “El ahogado más hermoso del mundo” se estudia en muchas facultades y foros.

- Abrevia hija, abrevia que ya te dije antes, y si no te lo dije, te lo digo ahora, que contra la gula de palabras, templanza... Templanza hija, templanza...

- Que sí padre Cuaderno... es que hay mucho que contar. Luego leyó Ana Delgado sus poemas tan brillantes como siempre. Aunque antes nos enseñó un objeto poético que nos gustó a todos mucho: La poesía enlatada, envasada por una conservera cántabra, con un poemario de Navarro Beloqui.

- Qué interesante...

- Pues sí. A ella le siguió José María Herranz que nos leyó una poema sobre la letra “r”. Y tengo que confesar que a mí los textos sobre el lenguaje, me parecen una verdadera tentación...

- ¿Pero hija otra vez? Qué débil es tu alma...

- Sí Padre Cuaderno confieso que soy débil con las palabras. Es más, siento verdadera lujuria con ellas...

- ¡Ay Señor, señor, señor! Pero hija, el diablo está en ti sin duda alguna... Estás infectada de todo tipo de pecados capitales! Qué penitencia, ni qué penitencia, tú vas a necesitar un exorcismo...

- Bueno pues luego, porque ahora déjeme que termine. Luego leyó Isabel M. un poema titulado “Te borraré” y otro sobre la guerra del Irak. Y entonces Padre echaron a volar las Palomas...

- ¿Palomas dices hija? ¿Palomas?

- Sí Padre, como si de las del Espíritu Santo se tratara...

- ¿Acaso te estás mofando?

- Para nada Padre, que es cierto. Que primero Paloma S. nos recitó de memoria uno de sus poemas. Que ella sí que está poseída a veces por el díos de la Palabra...

- Ay hija... ¿Qué me dices? ¿Otra poseída? Ahí tenéis un filón...

- Pues sí Padre, y luego Paloma H. nos leyó un par de micros con los que nos encandiló. Y para terminar Vicente nos trajo su relato “Tormenta de Arena” que tuvo la virtud de mantener allí a los tertulianos que quedaban más allá de las nueve... Y ahí ya sí que pedimos la cuenta y nos dispusimos a marchar. Y aquí estoy Padre Cuaderno, totalmente arrepentida de haberme negado a hacer la bitácora y dispuesta a recibir la penitencia...

- Muy bien hija mía, pues te copias cien veces el “Yo pecador...” y a tu casa a poner orden en tus papeles...

- Muy bien Padre Cuaderno ¿Entonces ya me puedo ir?

- Por mi parte... si ya me has dicho todo lo que querías... ¿A no ser que... tengas algo más que contarme?

- Buenoooo, solo Padre que yo tengo muchos deseos de procreación...

- ¡¿De procreación hija!? ¿Qué me dices?

- Sí Padre Cuaderno eso he dicho...

- Bueno mujer eso no es malo, sabrás que el fin ultimo de la fornicación, según la Santa madre Iglesia, es la procreación...

- Pues eso Padre, yo tengo muchos deseos de procrear relatos, relatos padre, quiero una familia numerosa... Entonces yo querría que, antes de separarnos, usted me bendijera...

- Ay mujer después de tanto pecado capital me sales con la procreación y me habías asustado... Claro que te bendigo, te bendigo con muchos, muchos relatos. Puedes irte en paz.

- ¿Pero me ha bendecido usted ya lo suficiente Padre Cuaderno? Que yo creo que me ha bendecido muy rápido...

- Pero mira que estás temosa, va a ser rápido, anda corre a ver si te voy a bendecir además con alguna que otra bitácora más...

- No, por favor, eso no Padre Cuaderno, eso no, ya, ya me voy... Amén Padre.

- Amén, amén Hija. Amén. Ve con Dios...


Rocío Díaz Gómez
2 de noviembre de 2012

martes, 13 de noviembre de 2012

7ª Jornada/VI año: Miércoles, 24 de octubre de 2012

Una especie de huracán, un vórtice...
Estamos  pacientemente esperando en el Triangulo de las Bermudas el regreso de los desaparecidos. Anteayer, una especie de huracán, con un vórtice de 3º en forma cónica absorbió a parte de la tripulación. Visto y no visto, en un santiamén fueron arrebatados por las fuerzas cósmicas, siendo absorbidos por un "agujero de gusano" que, por lo que pudimos observar a través del catalejo, terminaba en la Galaxia Andrómeda, y con posibilidades de proseguir el viaje a través de otro "agujero de gusano", que por los informes que me acaba de pasar Rocío, desemboca en un Universo Paralelo. De momento, por más que miramos hacia las estrellas, nuestros sorprendidos viajeros estelares no dan señales de vida. Por mi parte trato de animar a la tripulación con mis rudimentarios conocimientos científicos y les trato de explicar que un viaje a través de dichos agujeros no tienen porqué terminar en una tragedia.
-¿Y eso por qué? -me pregunta Amparo- ¿Muy seguro estás?
-Porque un viaje a través de esas entidades cósmicas se hacen sin que exista el tiempo. Se pasa de un punto a otro del Universo sin que exista la dimensión temporal. Y si nuestros viajeros han tenido la suerte de haber desembocado en un Universo  Paralelo, lo mismo están bañándose en las aguas de otro mar, ahí orilla y sin que nosotros nos enteremos.
-Pues yo no oigo los chapuzones -me contestó Amparo, mirándome con esa ironía que tan divertidamente sólo ella sabe dibujar en sus labios.
-Así de sorprendente es la Naturaleza. Hace lo que le da la gana, y sin pedirnos permiso.
-¡Buaaa! -exclamaron todos. Pero a pesar del rechazo a mi hipótesis, se disolvió la tensión y preocupación  que había reinado anteriormente. Y con la intervención de León para qué contar.
-Siempre han sido unos malabaristas del espectáculo.  En cualquier momento aparecen en el fondo de una chistera.
Con eso bastó para que nos reuniéramos a tomar pacientemente el aperitivo de la tarde. Reunión que, a decir verdad, comenzó con temas bastante áridos; pero que llamaron la atención de los participantes. Infinidad de parrafadas referidas a cartílagos, articulaciones y otras cosas de anatomía o dolencias humanas, centraron la atención de los tertulianos. Toda una exhibición de saberes Occidentales y Orientales adornaron la bodega del barco, vibrando con la especial musicalidad de los dolidos pacientes, a los que se hacía referencia. Todo un saber de especialistas activó las interconexiones celulares, un tanto adormecidas con las copas de Oporto que adornaban los vasos, llenados generosamente por Paloma Hidalgo. Tras una hora de dimes y diretes Rocío lanzó una daga en la mesa e instó a los presentes a que leyeran las Cartas de  Navegación, pues eso es lo que estarían deseando que hiciéramos los desaparecidos. Y no digamos Javier.
Dicho y hecho: Paloma Hidalgo, nos lee un relato histórico acontecido en el 1100,  muy bien documentado y con una narrativa sólida, que trataba de curaciones milagrosas. Una lucha entre la superstición y la ciencia. Concluimos varios, que podría ser más que un cuento, el capítulo de una novela.
A continuación, María Jesús Briones, nos leyó su relato titulado "Una mujer". Cuento lleno de espléndidas imágenes "de aquí a volar, no hay más que un paso, en el interior de una vagina". Muy poético entre otras muchas virtudes. Un hacha.
Cinta nos leyó un cuento  titulado "¿Qué es una emoción?". No se crean que es un tratado de investigación científica ni psicológico u otras ramificaciones científicas o sesudas reflexiones orteguianas. Nada de eso. Un fino humor embebe este relato que trata sobre el Códice robado en Santiago en medio de una excelente aventura culinaria.
Paloma Sánchez nos leyó los tres últimos Cantos de su libro en preparación y nos llenó el corazón de innumerables metáforas: "en él hay un vacío/ que sólo lo puede llenar el mar". Estupendo.
Leo nos leyó una serie de Haypud, algunos muy buenos:

"En la laguna
presa está la rana
tañe el laúd."

Muy bien.
León nos leyó el primer capítulo de la novela que está escribiendo, en el que recoge determinadas leyendas populares de la Serranía de Ronda de los tiempos del Islam.
Vigorosa narrativa cargada con la emoción de la vivencia con que nos golpean tanto las tradiciones orales, como un pequeño resto de azulejo de aquella civilización, y se nos encoge el corazón al reencontrarnos con un pasado, que con tanta amor recoge en su narrativa cincelada con la suavidad de su palabra poética. León, al menos a mí me hiciste sumergir en ese cosmos de antiguos caminos, llevándome a la colina donde se divisan encendidos jinetes.  Fue la misma emoción que me llevó a escribir en mi primer visita a la  Mezquita de Córdoba 

“MEZQUITA DE CÓRDOBA

Y la Mezquita conserva el Horizonte.

Suena la luz y los tambores ,  la prolongación y el mito

Sobre una civilización otra civilización
imponiendo sus banderas.

Polvo  sobre el polvo.

En tus columnas la plegaría árabe retumba
en la silenciosa amplitud del centenario templo.

Fortificada mezquita llena de longitudes,
que victoriosa te elevas en la tarde de tu rectangular silencio.

Sobre tu vetusto tejado una tromba de agua trota
recordando cascos.

Prismático interior  que contiene infinitos.

Quietud sonora de la recta.

Tres colores y el barro para dibujar galopes.

Catedral cristiana, que a pesar de tus intentos
no consigues romper el Horizonte.”

Por mi parte, leí el poema lleno de tachaduras -como me recriminó Paloma toda explosiva-titulado Octubre del 2012, en el que relato el dolor y abandono al que se ven sometidos tanta gente desahuciada en estos tiempos de acero. Una estrofa:
"Sola te ves :
una maleta,
cuatro harapos,
y un millón de recuerdos
 golpean tu astillada espalda."

León, tras  reivindicar la labor de la poesía social en los tiempos que corren, nos leyó un soneto titulado "Hambre". Debo de reconocer que consiguió algo muy difícil: sobrepasar la musicalidad clásica del soneto, y traernos un soneto lleno de frescor. Vigorosas metáforas engarzan sus versos: "la vida antes feroz se vuelve insana"
Estupendo.
Estoy de acuerdo León, la poesía  no puede dar la espalda al tiempo que nos ha tocado vivir. Demasiada tragedia, como para permanecer indiferentes.
Rocío y Amparo no nos trajeron ninguna Carta de Navegación. Según me dijeron, las había absorbido el "Agujero de Gusano"

Juan Manuel Criado
28 de octubre de 2012

lunes, 12 de noviembre de 2012

6ª Jornada/VI Año: Miércoles, 17 de octubre de 2012


Las bitácoras del 17 de octubre de 2012


1. Rocío Díaz Gómez:

Sexto Certamen Literario “Cuaderno de Bitácora”

Género: Narrativa
Subgénero: Muy variado: Poema, cuento breve, o un pedacito de diálogo enriquecedor.
Tema: Lo que ocurrió.
Fecha límite: 17 de octubre de 2012
Fecha fallo: 17 de octubre de 2012
Integrantes del Jurado: Alberto Torres, Paloma Hidalgo., Ana Gonzalez, Fede, Omega, Eunice, Alma Pagés. Leo, Pablo Llorente, María Antonia Copado y Rocío Díaz.

Bases:
1.- Los escritos que se presentaron no excedieron del tiempo que se tarda en leer unos haikus por parte de algunos integrantes del Jurado (Paloma H., Fede, Leo, Pablo Llorente), el tiempo que se tarda en escuchar un poema (María Antonia Copado o Ana Gonzalez) o prestar atención a un cuento (Rocío Díaz).

2.- Los trabajos que concurrieron fueron originales e inéditos y no premiados en otros certámenes. Se hizo un repaso de la estructura y temática del haiku. Se comentaron un par de poemas, puliendo encabalgamientos y adjetivos, sonoridad y rima. Los trabajos se compartieron, se comentaron, se mojaron en los cafés con leche o se mezclaron con la espuma de algunas cervezas, enriqueciendo los paladares de jugosa literatura.

3. El plazo de presentación de los trabajos se abrió en torno a las seis de la tarde y el tiempo límite de admisión fueron las ocho largas de la noche. Hora en que los integrantes del jurado comenzaron a rebuscándose en los bolsillos algunas monedas (la literatura siempre fue oficio de pobres), pidiendo la cuenta y cerrando cuadernos y oídos al género narrativo por esa tarde. El envío de originales se remitió al Café Ruiz, calle Ruiz, barrio Malasaña de Madrid. 

4. El jurado valoró el silencio y la compañía. Así como la implicación de los presentes, la calidad de las obras, su personal estilo, su originalidad y especialmente aquellos argumentos que promovieron relaciones igualitarias. Se echó de menos a los ausentes, los viajeros, los convalecientes, los estudiosos y los ocupados. Estaban con nosotros en espíritu. Y además, se dio la bienvenida a dos nuevos integrantes: Omega y Eunice.

5. La entrega de premios consistió en varios presentes con que acudieron los integrantes del jurado: una flor de loto encarnada por gentileza de Leo. Un baño en una alberca por parte de Pablo. Un puñadito de tierra caliente con que nos obsequió Paloma H. Un viajecito en cayuco de la mano de Fede. El comentario de dos largos poemas con los que nos arroparon María Antonia y Ana Gonz que nos permitieron cobijarnos bajo la poesía. Y un viaje al pasado sobre unos dibujos voladores que guíaba Rocío Díaz.

6. La sociedad Rascamán queda facultada para publicar los trabajos que estime oportuno.

7. La sociedad Rascamán queda facultada para modificar posibles y futuros jurados, si resulta necesario.

8. Todos los concursantes por el mero hecho de serlo, aceptarán las presentes bases. Y no solo eso, sino que estarán deseosos de volver a participar. ¿A que sí?

Rocío Díaz Gómez
24 de octubre de 2012 










2. Paloma Hidalgo 

La primavera se ha despistado. Hoy la hemos visto por el Ruiz, paseándose entre los haikus de los tertulianos, con su frescor característico.  Durante unas horas, juguetona,  ha teñido con su energía las 5,7,5 sílabas de casi todos los presentes, ni muchos ni pocos, para después desaparecer con sutileza, como una gran dama. ¿Volverá el próximo miércoles? No sé, quizá sea el otoño quien venga a visitarnos, vestido para la ocasión de ocres y nostalgia. Por si fuera el invierno, llevaré paraguas y bufanda.

Paloma Hidalgo
23 de octubre de 2012 












3. Federico Monroy

LA SUBASTA

Éramos pocos,
pero llegaron nuevas
adquisiciones:

La voz de Eunice,
que pujaba en la tarde
su propia Omega.

Paloma Hidalgo
-en un microrrelato
medido y justo-

pintaba en sangre,
sobre sí misma, el tiempo
tan parisino.

Y quién da más:
versos amenzantes
de Maria Antonia,

que amordazó
el clítoris de Dafne.
Postor de labios.

Éramos pocos,
con Pablo en la barrera.
"Los arrayanes",

sentir de Alhambra
y patio de Carlos V.
Son en la tarde.

Haiku asesino
de Rocío. Precioso.
(Mar en cuclillas)

Y su relato:
doy cincuenta mil, plagio
por sus dibujos,

los dioses simples
de Ana González, entran...
Adjudicados.

Éramos pocos.
Javier desde Japón
suspira. Sueña.
 __
Federico  Monroy
23 de octubre de 2012










4. María Antonia Copado

Mi Bitacorina:

Estábamos los tres bajo la capa gris de titanio que todo lo escondía
Corría el año 2..... de ese milenio.
Allí estábamos los tres, rindiendo a nuestra literatura
culto y memoria.
Mañana desaparecería el parque
los últimos reductos de una cultura lejana.
Estatuas, figuras de granito polvoriento, deterioradas por los años y
por el olvido a punto de cumplir el nuevo siglo.

ROCÍO, relatista, tierna y entrañable.
ALBERTO, poeta y novelista, llano pletórico de vida.
PALOMA, relatista y poeta, decidida y creo que feliz.
ANA, poeta y relatista, dulce, mimosa, cariñosa.
FEDERICO, dulce y tierno, poeta grande poesía.
PABLO, poeta polifacético
LEO, apenas la conocí, me gustaba lo que escribía
ALMA, poeta, muy buena, la quería.
ODISEA Y EUNICE, poetas

Los tres nos amábamos.
La capa de titanio se tornó roja.
No quedó nada en aquel parque maldito
Los tres también  desaparecimos
Nuestras figuras graníticas también estaban en aquel parque          

Éramos poetas.


Mª Antonia Copado
21 de octubre de 2012

jueves, 8 de noviembre de 2012

5ª Jornada/VI Año: Miércoles, 10 de octubre de 2012

Contrato de arrendamiento


En Madrid a 16 de octubre de 2012

REUNIDOS

De una parte Dª TERTULIA RASCAMÁN DE RUIZ, mayor de edad, con DNI literario-festivo y domicilio en un añejo café de Madrid (en adelante la ARRENDADORA).

Y de otra parte, Dª ROCÍO DÍAZ, mayor de edad, con DNI de sufridora narradora y domicilio en un Madrid que huele a café recién hecho (en adelante la ARRENDATARIA).

Todas las partes, se reconocen mutua y recíprocamente plena capacidad para obligarse, por lo que mediante el presente documento

MANIFIESTAN

1º Que con fecha 10 de octubre de 2012 las partes suscribieron contrato de arrendamiento verbal sobre la finca “Cuaderno de Bitácora”, propiedad de Dª TERTULIA RASCAMÁN DE RUIZ, cuya descripción y linderos ya constan en el mencionado contrato.

2º Que con fecha 15 de octubre de 2012 se firmó un anexo a dicho contrato, cuya finalidad principal era facilitar a la ARRENDATARIA (Dª ROCÍO DÍAZ) las condiciones para el pago de la “Bitácora del día 10 de octubre de 2012”, que resultaba pendiente en dicha fecha. (Vamos que Dª TERTULIA RASCAMÁN ya estaba moviendo su invisible piececito insistentemente a modo de ¡venga hija que ya estás tardando con la bitácora…!)

3º Que a fecha de 16 de octubre la renta pendiente “Bitácora del día 10 de octubre de 2012” no ha sido saldada en su totalidad, ascendiendo la deuda a la cantidad ingente de 18 Rascamanes en círculo, locos por desatar sus escritos, ya sea en forma de verso o a modo de renglón corrido, de tal forma como ocurrió el día de autos, para que así quede plasmado de algún modo en dicho Cuaderno de Bitácora, para la posteridad. Además se produce la circunstancia de que la Sra. ROCÍO DÍAZ, sufridora narradora, ha comunicado a LA ARRENDADORA, Dª TERTULIA RASCAMÁN, su voluntad de resolver de forma unilateral el contrato de arrendamiento.

4º Que con objeto de llegar a una resolución amistosa de las relaciones arrendaticias entre ambas partes,

ACUERDAN

PRIMERO.- Con fecha de hoy se resuelve definitivamente el contrato de arrendamiento que vinculaba a las partes, la “Bitácora del día 10 de octubre de 2012 del Cuaderno de Bitácora” junto con su anexo, por falta de pago de la renta pactada.

SEGUNDO.- No obstante la terminación del contrato, se permite a la ARRENDATARIA, Dª ROCÍO DÍAZ, seguir intentando saldar su deuda (que hay que tener palabra, se comprometió a hacer la bitácora y ya le vale… ¡que estamos a martes!) así como a permanecer en la finca del Ruiz cada miércoles, sin contraprestación económica por su parte (un cafetillo no más, que la vida está muy achuchada y la de los funcionarios más…) con objeto de que pueda finalizar el curso literario 2012-2013 como un rascamán de pro. En dicha fecha, la ARRENDATARIA se obliga a desalojar completamente de enseres narrativos, personajes ocupantes y tramas escondidas la tertulia y ponerla a plena disposición de sus propietarios (los demás rascamanes que no tienen culpa de su desidia ni de ná).

TERCERO.- Además de la bitácora que no se va a percibir en su totalidad, la ARRENDADORA, Dª TERTULIA RASCAMÁN DE RUIZ, ofrece una minoración de la deuda en pocas líneas de bitácora (correspondiente a lo que viene siendo una semana con muchos trajines vitales que no permiten el desenvolvimiento natural de una bitácora como Dios y las Musas mandan). Se fija por tanto, el importe de la bitácora pendiente en la cantidad de unas pocas líneas (poquillas, poquillas… pero eso sí, con buena letra, bien derechitas y ordenadas), importe que mediante el presente acuerdo la ARRENDATARIA, Dª ROCÍO DÍAZ, reconoce expresamente adeudar y querer abonar a la ARRENDADORA, Dª TERTULIA RASCAMÁN DE RUIZ.

CUARTO.- El pago deberá realizarse antes de que llegue el miércoles día 17 de octubre de 2012, que se iniciará otra tertulia, mediante ingreso efectivo en la cuenta bancaria del Cuaderno de Bitácora, calle del mundo virtual, núm infinito, del Reino de las Letras.

QUINTO.- En caso de que en la mencionada fecha no resultara pagada dicha cantidad en su totalidad, y con independencia de la resolución de contrato que se produce desde hoy mismo, se faculta expresamente a la ARRENDADORA, Dª TERTULIA RASCAMÁN DE RUIZ, para que pueda ejercer las acciones judiciales oportunas para reclamar el total del importe de la bitácora que resulte adeudado más los intereses legales.

Anexo o minoración de la deuda:

Que no fueron uno, ni dos, los Rascamanes de ese miércoles. Pablo Llorente, Paloma H, y los de Colmenar (Juan Antonio y Juan Manuel), los Díaz (Rocío y Javier que pese al apellido solo tienen parentesco de sangre literaria), León y Leo (que se diferencian en mucho más que una letra), los poetas Alberto Torres, Laura Nuño, Alma Pagés y José María Herranz. Esther, “Vicentrillo”, Celeste y Celia, que también sus nombres se parecen, pero ellas no. Y Carmen Frontera y María Jesús. Ay, que no se me olvide nadie, que no se me olvide nadie. Ah sí, más la ausencia de todos lo que nombramos y siempre vienen o están. Y cómo olvidar a el cocodrilo. Ese cocodrilo con el que no sabemos si se atreverá Pablo, pero que debería tener toda narración que se precie.

Con aquellos deberes de un vaso y un limón, sólo algunos se atrevieron, otros no. Otros salieron por fandangos, por novelas recién publicadas, por lecturas a punto de estrenarse. Y que no se olviden los Rascamanes de repasar “La metáfora de situación”. Vacaciones Santillana. Mientras sobrevolaba sus cabezas la sombra de Chejov y Ángel Zapata.

Ay esos dientes de nácar que sobados parecen, que sobados están. ¿Las canciones son poemas? ¿Jugamos a encadenar imágenes a poemas, bueno vale, poemas a imágenes…? ¿Jugamos? No, mejor recordamos a Cernuda, “tan raro, tan elegante, tan formal”. Al fin y al cabo, tan pasional. ¿Y Harold Bloom? (Alguien me regaló un libro de él que nunca pude leer). Pero sí, claro habría que leerle.

Un hombre perplejo trae fotografías del pasado. Una poeta un poema glassé. ¿Nos gusta la rima? Total si aquí a lo que venimos es a recolocarnos, recolocarnos los versos, las rimas, las aristas del alma. ¿Y ese señor de Albacete? Que dice que se va con su libro de Cernuda, y su “déjate llevar…”. Un amargo despertar pone música a tantos poemas. Poemas sin título como el de aquel invierno cuando éramos niños. Poemas ausentes de un Rascamán oyente. Poemas presentes pensados en catalán.

Si alguien se confiesa pecador pero no culpable, terminamos buscando la etimología de las palabras. Si todo el mundo ha pagado su consumición ¿por qué falta dinero? Y otro poema sobre la rebelión del alma, otro cuento que se quedó en la fotocopiadora, otra obra de teatro surrealista…

No nos queremos ir del Ruiz. Pero un poeta se pone las manos en bocina y vuelve a pedir la cuenta. ¿Ah que ya es la hora? Qué pena que los miércoles no sean todos de papel. Qué pena tener que dejar Rascamán para seguir viviendo.



Y para que conste y se haga valer ante quién corresponda, las partes firman cada una de las páginas de las que se compone este contrato, en “n” ejemplares idénticos, uno para cada Rascamán que guste de leerla, en lugar y fecha indicados en el encabezamiento.

Rocío Díaz Gómez 
16 de octubre de 2012