PADRE CUADERNO
-Ave María Purísima.
-Sin pecado concebida.
-Verá Padre Cuaderno, vengo porque me lo han recomendado. Me han dicho que usted tiene buena mano con los bitacoreros. Rocío, ha sido Rocío Díaz. Una Santa.
-Y una gran escritora. Conozco todos sus relatos.
-Vaya, qué profesional, antes la Iglesia Católica no cuidaba esos detalles.
-Ya ves, hijo.
-Pero estoy seguro de que no conoce lo último, “Católica, apostólica y románica”, un relato con muertos y una monja que se siente culpable.
-No ése no.
-¿Sabe?
-Qué.
-El Boss, Javier Díaz, ha vuelto, con sus ojos achinados y sus haikus de terciopelo. Dice que Japón es un país muy organizado. Hay un sitio especialmente reservado para quienes quieren suicidarse. Y las cosas tienen olores muy diferentes a los de aquí.
-Ay, el Imperio del Sol Naciente, otra cultura.
-¿Sabe?
-Qué.
-En la mudanza, he perdido las radiografías que me dio Aureliano para los Poesarios. Pero no se ha enfadado, dice que tiene de sobra. Ahora escribe relatos de gente que va a Lisboa resfriada.
-Ay, los cambios de tiempo.
-¡Por fin! El Carbonilla ha grabado su disco con letras de Pablo Llorente. Va a ser un éxito, me lo huelo. El flamenco tiene el futuro asegurado en Alcalá de Henares.
-Vaya.
-Yo les leí un poema titulado “De Mosqueruela a Nueva York”, de cuando vivía en la montaña.
-¿También escribes poemas?
-Sí. Es por culpa de la tertulia, no puedo leerles una novela cada semana.
-Claro.
-María Antonia Copado sigue dándole vueltas al amor. Se fue a Cuba, volvió, y aún sigue dándole vueltas.
-¿Hay algo más importante que el amor?
-No, la verdad es que no.
-¿Y cómo va la poesía de Colmenar?
-Ahí andan, señalando injusticias. A Juan Manuel le dio por ensalzar a un mendigo, en plan poético y solidario. Y Juan Antonio puso el dedo en la tragedia del Madrid Arena. Ya sabe, Padre Cuaderno, las contradicciones de los tiempos modernos no se les pasa por alto a los Juanes. Perdone el pareado.
-No importa.
-León no rugió, estaba amoroso, tirando a modernista en su poema “Diciembre”, dedicado a mares y aceitunas. Un divertimento, según dijo.
-Ay, León, León.
-Y Luis Alfonso Velasco, llegado de México y Canadá, nos obsequió un relato con aires de Poe, titulado “Dios muere, Dios nace”, que empieza: ¨¿Por qué tengo miedo?”
-Ya.
-¿Usted tiene miedo, Padre Cuaderno?
-No hijo, ni tengo miedo, ni Dios muere jamás, sólo nace.
-Vaya, se lo diré a Luis Alfonso.
-Mejor.
-Isabel Muriol recitó dos poemas: “Antídoto” y “Mientras tú te vuelves viento”. Este último recibió más elogios.
-El viento…Hay una chica rubia de Alcalá de Henares…, ¿cómo se llama?
-Paloma Hidalgo. Sigue con los microrrelatos, su genero favorito. Con cincuenta palabras dice lo que tiene que decir. Trajo dos: “Rediviva encuentra otros padres” y “Amalgama”.
-¿Y qué hay de la novelista Alma Pagés, la autora de “A la manera de James”, esa que escribe de Londres y la época victoriana?
-Nos leyó unos poemas de Antonio Martínez i Ferrer sobre la Guerra de Irak.
-Oye, y si te doy unos relatos míos basados en mis experiencias en el confesionario, ¿los leerías en Rascamán?
-Sí claro, pero espere, Padre Cuaderno, que no he terminado.
-Perdón.
-Ana Delgado trajo una lata de letras en conserva y nos leyó un relato de Patricia Esteban, de su libro “Casa de muñecas”, muy divertido.
-La gente que viene al confesionario cuenta historias muy divertidas…
-Espere, no sea ansioso, que Carmen Frontera leyó su relato “Calle Sargento Aldea”, una calle mágica de Chile, o de cualquier lugar imaginario, con generales y prostíbulos.
-¿Ya?
-Además pasaron por el Café Ruiz, Amparo, Vicky Frías, Ana González, Cinta Rosa y Leo, que prometieron obsequiarnos con su obra en futuras ediciones de la Tertulia.
-¿Y qué hay de lo mío?
-No sé, Padre Cuaderno, ¿a usted le parecería bonito revelar lo que le dicen sus amados feligreses bajo el secreto de confesión? Anda, déjese de vainas y dedíquese a lo suyo, que no lo hace nada mal.
-Tienes razón, hijo.
-Yo le prometo que no voy a contar nada de lo que ha pasado aquí. Se lo prometo, Padre Cuaderno. Esto quedará entre nosotros.
-Dios te bendiga, hijo.
-Gracias Padre, ¿esto sigue siendo gratis?
-Sí, hijo, sí. Ve con Dios y cumple tu palabra. Y si no, que Satanás te lo reclame. Y Rocío Díaz, también, por robarle sus personajes.
-Joder.
8 de noviembre de 2012
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