Contrato de arrendamiento
En Madrid a 16 de octubre de 2012
REUNIDOS
De una parte Dª TERTULIA RASCAMÁN DE RUIZ, mayor de edad, con DNI literario-festivo y domicilio en un añejo café de Madrid (en adelante la ARRENDADORA).
Y de otra parte, Dª ROCÍO DÍAZ, mayor de edad, con DNI de sufridora narradora y domicilio en un Madrid que huele a café recién hecho (en adelante la ARRENDATARIA).
Todas las partes, se reconocen mutua y recíprocamente plena capacidad para obligarse, por lo que mediante el presente documento
MANIFIESTAN
1º Que con fecha 10 de octubre de 2012 las partes suscribieron contrato de arrendamiento verbal sobre la finca “Cuaderno de Bitácora”, propiedad de Dª TERTULIA RASCAMÁN DE RUIZ, cuya descripción y linderos ya constan en el mencionado contrato.
3º Que a fecha de 16 de octubre la renta pendiente “Bitácora del día 10 de octubre de 2012” no ha sido saldada en su totalidad, ascendiendo la deuda a la cantidad ingente de 18 Rascamanes en círculo, locos por desatar sus escritos, ya sea en forma de verso o a modo de renglón corrido, de tal forma como ocurrió el día de autos, para que así quede plasmado de algún modo en dicho Cuaderno de Bitácora, para la posteridad. Además se produce la circunstancia de que la Sra. ROCÍO DÍAZ, sufridora narradora, ha comunicado a LA ARRENDADORA, Dª TERTULIA RASCAMÁN, su voluntad de resolver de forma unilateral el contrato de arrendamiento.
PRIMERO.- Con fecha de hoy se resuelve definitivamente el contrato de arrendamiento que vinculaba a las partes, la “Bitácora del día 10 de octubre de 2012 del Cuaderno de Bitácora” junto con su anexo, por falta de pago de la renta pactada.
SEGUNDO.- No obstante la terminación del contrato, se permite a la ARRENDATARIA, Dª ROCÍO DÍAZ, seguir intentando saldar su deuda (que hay que tener palabra, se comprometió a hacer la bitácora y ya le vale… ¡que estamos a martes!) así como a permanecer en la finca del Ruiz cada miércoles, sin contraprestación económica por su parte (un cafetillo no más, que la vida está muy achuchada y la de los funcionarios más…) con objeto de que pueda finalizar el curso literario 2012-2013 como un rascamán de pro. En dicha fecha, la ARRENDATARIA se obliga a desalojar completamente de enseres narrativos, personajes ocupantes y tramas escondidas la tertulia y ponerla a plena disposición de sus propietarios (los demás rascamanes que no tienen culpa de su desidia ni de ná).
TERCERO.- Además de la bitácora que no se va a percibir en su totalidad, la ARRENDADORA, Dª TERTULIA RASCAMÁN DE RUIZ, ofrece una minoración de la deuda en pocas líneas de bitácora (correspondiente a lo que viene siendo una semana con muchos trajines vitales que no permiten el desenvolvimiento natural de una bitácora como Dios y las Musas mandan). Se fija por tanto, el importe de la bitácora pendiente en la cantidad de unas pocas líneas (poquillas, poquillas… pero eso sí, con buena letra, bien derechitas y ordenadas), importe que mediante el presente acuerdo la ARRENDATARIA, Dª ROCÍO DÍAZ, reconoce expresamente adeudar y querer abonar a la ARRENDADORA, Dª TERTULIA RASCAMÁN DE RUIZ.
CUARTO.- El pago deberá realizarse antes de que llegue el miércoles día 17 de octubre de 2012, que se iniciará otra tertulia, mediante ingreso efectivo en la cuenta bancaria del Cuaderno de Bitácora, calle del mundo virtual, núm infinito, del Reino de las Letras.
QUINTO.- En caso de que en la mencionada fecha no resultara pagada dicha cantidad en su totalidad, y con independencia de la resolución de contrato que se produce desde hoy mismo, se faculta expresamente a la ARRENDADORA, Dª TERTULIA RASCAMÁN DE RUIZ, para que pueda ejercer las acciones judiciales oportunas para reclamar el total del importe de la bitácora que resulte adeudado más los intereses legales.
Anexo o minoración de la deuda:
Que no fueron uno, ni dos, los Rascamanes de ese miércoles. Pablo Llorente, Paloma H, y los de Colmenar (Juan Antonio y Juan Manuel), los Díaz (Rocío y Javier que pese al apellido solo tienen parentesco de sangre literaria), León y Leo (que se diferencian en mucho más que una letra), los poetas Alberto Torres, Laura Nuño, Alma Pagés y José María Herranz. Esther, “Vicentrillo”, Celeste y Celia, que también sus nombres se parecen, pero ellas no. Y Carmen Frontera y María Jesús. Ay, que no se me olvide nadie, que no se me olvide nadie. Ah sí, más la ausencia de todos lo que nombramos y siempre vienen o están. Y cómo olvidar a el cocodrilo. Ese cocodrilo con el que no sabemos si se atreverá Pablo, pero que debería tener toda narración que se precie.
Con aquellos deberes de un vaso y un limón, sólo algunos se atrevieron, otros no. Otros salieron por fandangos, por novelas recién publicadas, por lecturas a punto de estrenarse. Y que no se olviden los Rascamanes de repasar “La metáfora de situación”. Vacaciones Santillana. Mientras sobrevolaba sus cabezas la sombra de Chejov y Ángel Zapata.
Ay esos dientes de nácar que sobados parecen, que sobados están. ¿Las canciones son poemas? ¿Jugamos a encadenar imágenes a poemas, bueno vale, poemas a imágenes…? ¿Jugamos? No, mejor recordamos a Cernuda, “tan raro, tan elegante, tan formal”. Al fin y al cabo, tan pasional. ¿Y Harold Bloom? (Alguien me regaló un libro de él que nunca pude leer). Pero sí, claro habría que leerle.
Un hombre perplejo trae fotografías del pasado. Una poeta un poema glassé. ¿Nos gusta la rima? Total si aquí a lo que venimos es a recolocarnos, recolocarnos los versos, las rimas, las aristas del alma. ¿Y ese señor de Albacete? Que dice que se va con su libro de Cernuda, y su “déjate llevar…”. Un amargo despertar pone música a tantos poemas. Poemas sin título como el de aquel invierno cuando éramos niños. Poemas ausentes de un Rascamán oyente. Poemas presentes pensados en catalán.
Si alguien se confiesa pecador pero no culpable, terminamos buscando la etimología de las palabras. Si todo el mundo ha pagado su consumición ¿por qué falta dinero? Y otro poema sobre la rebelión del alma, otro cuento que se quedó en la fotocopiadora, otra obra de teatro surrealista…
No nos queremos ir del Ruiz. Pero un poeta se pone las manos en bocina y vuelve a pedir la cuenta. ¿Ah que ya es la hora? Qué pena que los miércoles no sean todos de papel. Qué pena tener que dejar Rascamán para seguir viviendo.
Y para que conste y se haga valer ante quién corresponda, las partes firman cada una de las páginas de las que se compone este contrato, en “n” ejemplares idénticos, uno para cada Rascamán que guste de leerla, en lugar y fecha indicados en el encabezamiento.
16 de octubre de 2012
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