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lunes, 22 de febrero de 2016

17ª Jornada/IX año: Miércoles, 17 de febrero de 2016


Bita y yo

La Gran Cafetería Santander de Madrid es grande por tres razones. La primera porque lo anuncia su título a bombo y platillo: “Gran cafetería” reza el enorme anuncio que hace esquina. La segunda razón porque, en su planta baja, da cobijo y silencio, todas las tardes de los miércoles, a los compañeros de la tertulia Rascamán para hablar de literatura. Y la tercera y más importante, porque también en sus bajos, vive la pequeña Bita.

Bita, en realidad, es el diminutivo de “Bitácora”. Se lo acortamos porque su nombre completo suena rimbombante para una criatura tan frágil como ella. Bita solo tiene unos ocho años. Y digo “unos” porque no sabemos exactamente cuál fue la fecha de su nacimiento. Las primeras fotos de nuestras caras sonrientes al lado de la suya, son de octubre de 2007, por eso debe andar rondando los ocho, nueve años. Nos la trajeron un otoño, no era más que una idea, una ilusión. Un ovillito surgido del encuentro y la memoria, a quién decidimos tutelar.  

Bita es mimosa, porque desde que llegó nunca la hemos desatendido. Es cariñosa porque nunca nos ha perdido de vista: si nos hemos mudado de café ella siempre ha venido, si nos hemos ido de vacaciones de verano o navidad, ella siempre ha estado protegida. Por eso también está muy “entertuliada”, enseguida hace pucheros si nos vamos a casa alguna semana sin ella. Tiene miedo de que la dejemos perderse. 

Pero si ya es difícil ser hija única, es más aburrido no tener otras bitácoras con quién jugar o con quién discutir por éste o cualquier relato o poema, más difícil es tener tantos padres y madres de diversa edad y condición literaria. 

Yo no sé si Bita se da cuenta de que hay miércoles que todo son problemas para hacerse cargo de ella. Que si yo ahora tengo mucho trabajo, que si yo estoy en obras, que si tengo que escribir, que si tengo que leer. Las responsabilidades dan trabajo y quitan tiempo y Bita es una más de ellas. Y aunque ojalá todas las responsabilidades de este mundo fueran así, cuando uno anda sobrado de ellas, cualquier otra por pequeña que sea, suma.

El caso es que nada más llegar la tarde del miércoles Bita nos va echando los bracitos uno por uno para que le hagamos unos cariñitos, y nos la llevemos unos días a casa. Pero hay miércoles que a la pobre le cuesta dar varias vueltas al círculo de la mesa hasta que al fin uno dice: “¡Venga Bita prepara la mochila que te vienes conmigo!”.

Entonces tenía usted que verla, con esa sonrisa de oreja a oreja que justifica su alegría y esos versitos lúdicos que se le forman en los ojos al reírse. Sale corriendo, se echa una metáfora al cuello a modo de bufanda, que ya hace frío, se arropa con varios párrafos y te da la mano y ya no te la suelta, no vayas a cambiar de opinión y la dejes allí otra vez. 

Y tú tienes que susurrarle: “Tranquila Bita que no me escapo, que aquí voy a estar hasta que nos vayamos. ¿Me escuchas? Vayamos, en plural, porque hoy te vienes conmigo sí o sí”.

Y parece que se tranquiliza y se sienta al lado de tu cuaderno, tan callada y tan  modosita ella, a esperar.

Mientras tanto va llenando su mochila de juguetes:

Y se guarda un relato, bien escrito, de María Juristo que narra una escena familiar que comienza con Caín increpando a Dios tras haber matado a su hermano Abel. 

Y se guarda dos poemas de Paco Fenoy que no tienen título pero tienen sonoridad y están escritos en Fenollés. Nos gusta que Bita aprenda idiomas desde pequeña. 

Y se guarda un relato de Rocío Díaz sobre una pareja a través del tiempo, sobre una letra que se dan y se quitan. Porque queremos enseñarle a jugar con el lenguaje.

Y se guarda otro poema, esta vez de José León  de su primer poemario: “La inteligencia azul de los delfines”. A Bita le gusta el virtuosismo de los poemas de León.

Y se guarda otro relato, esta vez de Ignacio Ferreras de su colección “Relatos con gatos”. Aunque hemos decidido que al gato le vamos a cambiar el nombre porque Carpanta no es nombre de gato para Pitiminí, ese dueño con tanto “glamour” que tiene.

Bita no solo está contenta porque ya sabe que se va a ir unos días, sino también porque hoy en la mochila va a poder llevarse poemas y cuentos. Le encanta la variedad de voces y músicas. La variedad de historias y ambientes. Qué leída nos está saliendo nuestra Bita con tantos mayores enseñándole. Mientras, ella sigue guarda que te guarda:

Y se guarda el cuento de piratas de Cinta, que disfruta con intensidad debido a su edad y lo colorista del relato. Cinta agradecida, además, le regala un poema.

Y se guarda después, algunos poemas más de José León, pero en la voz de Ignacio Tamés. Entre ellos, el primero, un poema muy bien escrito sobre Venecia del mismo primer poemario.  León, aún nos lee uno más: “El cuervo” con quién le habla a Bita del gran Poe.

Y se guarda más poemas de la voz de Isabel Morión, a quién el poema sobre Venecia de León le ha traído recuerdos y nos lee su particular visión de otra Venecia con sus elegantes cafés y sus apuestos camareros.

Y por último se guarda un par de poemas más de Primitivo sobre el paso del tiempo y la soledad con versos de bayas y piezas de puzles.

A veces los tertulianos nos enredamos en conversaciones trascendentes que saltan de la literatura a las ciudades, y de ahí a la Historia, hasta recabar en el cine. Ayer recordamos juntos tres películas que nos vinieron al hilo de nuestras lecturas: “Muerte en Venecia”, parece que la ciudad de los canales ayer nos inspiraba, “La primavera romana de la Sra. Stone” y “Del rosa al amarillo”. Hablamos de ellas y trajimos el cine hasta los bajos de la Gran Cafetería Santander. Bita los anotó cuidadosamente con su caligrafía ociosa de “apuntar las pelis a ver algún día”. 

Después también apuntó, ésta vez con su letra de persona mayor, las lecturas en público que haremos algunos tertulianos. Lo más próximo a anotar: Martes 23 de febrero coincidimos leyendo Isabel Morión sus poemas por un lado, y Javier Díaz y Rocío Díaz regalando versos y cuentos al amor, por otro. 

Bita estaba deseando salir a la calle, así que enseguida que leen todos los tertulianos, nos preparamos para irnos. “¿No te olvidas de ningún juguete?” le pregunto casi cuando ya íbamos a ponernos los abrigos. Entonces Bita me mira con sus ojos redondos y atentos, se despeina el flequillo pensativa, y me dice: “Ah, espera…” 

Y con cuidado le hace hueco en su mochilita, entre versos y relatos, a esas cosas intangibles, pero aún más importantes, que no se le podían olvidar: al asiento invariable que solemos ocupar cada uno cuando llegamos a la tertulia, la risa de Fenoy cuando nos llama “intelectuales”, el cilindro de papel que María Juristo desenrolla antes de leernos sus escritos, la forma de levantar las cejas que tiene un León de brazos cruzados cuando escucha atentamente y quiere decirte algo, el entusiasmo desbordante de Cinta por las palabras, los fantásticos relatos que Alberto ahora no nos quiere leer, la generosidad de Ignacio Tamés leyendo los poemas de León, la buena disposición a las críticas de Ignacio Ferreras tras leer su relato, lo bien que lee Isabel Morión sus poemas, el “saber estar” callado de Alma, y la presencia tranquila de Primitivo leyéndote esos poemas que parece que solos fluyen, mientras va pasando el tiempo en nuestras tertulias.

Cuando me marcho a casa, ese miércoles de mediados de febrero, todavía va resonando en mi memoria la distinción que hace León de los poemas: 1. Los que hay que dejar tal cual, 2. Los que hay que pulir y 3. Los que hay que tirar directamente a la papelera. 

Y vamos dejando atrás la “Gran Cafetería Santander” donde durante casi tres horas, porque hoy nos recogemos un poco antes, hemos rozado algo parecido a la felicidad. Una felicidad que casi se nos escapa, pero suena como el papel. Una felicidad que solo es nuestra, de los que hemos estado; pero tan intangible, tan preciosa como esas cosas que Bita ha guardado en su mochila casi al final. 

“Nos vamos a casa Bita”, le dijo bajito. La llevo de la mano mientras bajamos la escalera del metro, y me gusta sentir su manita caliente a cobijo de la mía. 

Es miércoles 17 de febrero de 2016, pienso entonces. Otro miércoles, otra tertulia, otra bitácora. Y Madrid parece menos fría que cuando llegamos.

Rocío Díaz Gómez
18 de febrero de 2016

viernes, 19 de febrero de 2016

16ª Jornada/IX año: Miércoles, 10 de febrero de 2016


EL SOPLO DE TÁNGER


En éste se ve una Cueva consagrada a Hércules, 
y más delante de ella Tingi, pueblo antiquísimo, 
fundado (según dicen) por Anteo.
DE CHOROGRAPHIA Pomponius Mela


I

Pablo tenía tertulia a las 4 todos los miércoles en Tánger, ciudad fenicia que se reflejaba en  Cádiz, al otro lado del continente, separadas las dos por el Estrecho de Gibraltar. Pero voló a Madrid porque tenía ese día una gestión con su libro Mareamor, y ultimaba detalles. Como coordinador de la tertulia “Al-qasbah”, sita en el Gran Café de París, en el centro de la capital africana, no le gustaba faltar a ninguna tertulia, y menos precisamente a ésta, porque había invitado a un poeta y músico excelente: Omar Bouri.
Una vez hechas las gestiones, cuando llegó a Madrid comió en la Plaza de Santa Bárbara; se acercó a la Cafetería Santander, y pidió un café solo. Preguntó al camarero si había conexión WIFI. Dijo que sí. También supo esa misma tarde que había ahí una tertulia, importante, coordinada por un poeta de Madrid. Miró su reloj. Daban en ese momento las 4.


II

Cuando se bebió el café, tuvo tiempo de encender su red WIFI y conectarse. Abrió su aplicación de Wassap y se unió al grupo “De Chorographia, donde se sucedían incansablemente los mensajes. En él estaban sus contertulios en directo:

León: …leo versos de mi libro “El dios exiliado”. Cuando reposa el mar en mi almohada…Por cierto, no dejéis de ver las ruinas y su jardín de muertos. Ruinas de Medina Azahara, ruinas de Bolonia…

Pablo: Yo he traído este haiku…Rompe bambúes/el camino del bosque/senda de paz (os echo de menos).

Fenoy: …porque rigen limpios colores en el cielo….Como prisma seductor, un sentimiento atractivo lo llevaba (ladino o fenoyés).

Juan Manuel: Suave viento del Este…Viajamos por la vida en un tren sin estaciones…Y tanta muerte en medio de la vida….

Rocío: No somos nosotros quienes tenemos el árbol sino que es el almendro quien nos tiene a nosotros. Mi cuento se llama “Con cerillas y paciencia…”

Ignacio Tamés: …estos son versos de León “Tendrás mi nombre escrito en cada labio…” Mi amigo Antonino Nieto tiene también estos versos de locura…”Aquí no muere nadie/aquí el amor, bendita involución,/ es sueldo o espía para un feroz suicidio, el tuyo”.

Javier: …quiero leer de Luis A. de Cuenca algún poema, de Cuaderno de vacaciones…”El amor y la muerte siempre ganan…”

Fede: Pero…¿se puede dos veces volver?

Leticia: …Malo Malón es un militar que le habla al espejo…yo creo que es un conflicto con la sentimentalidad, se vuelve muy sensible…es un relato que no he traído en papel, pero lo puedo leer en el móvil…

David: …yo no he traído nada…sigo con mi novela…

Vicente: ¿Para quién se escribe…? Yo creo que no se puede explicar lo inefable…



III

La tertulia “Al-qasbah terminó a las seis. Pablo desconectó su red WIFI y llamó al camarero…Mientras le esperaba, pensaba en los jardines de Tánger, siempre con su salida y su entrada en la paz más absoluta. Tánger era así, con un zoco grande y un zoco chico, municipium romano, auténtica tierra templada y con un gran atractivo turístico: la llamada gruta de Hércules, donde cierto geógrafo aseguraba que estaba escondido el escudo de Anteo. En ese momento, de la barra le llegaron voces de unas personas que hablaban de poesía… Se miró en el cristal de la ventana -que le reflejaba-, y a través de él, les vio bajar unas escaleras hacia el fondo…
Esa debe ser la tertulia– pensó. Rápidamente, cogió sus libros y se fue a hablarles…




Federico Monroy
19 de febrero de 2016

viernes, 12 de febrero de 2016

15ª Jornada/IX año: Miércoles, 3 de febrero de 2016


las tradicionales grutas de las Islas Caimán...

En la cubierta, mucho barullo marinero. Cada cual a lo suyo: fulanito afilando el garfio, el otro poniendo un tornillo en la pata de palo, aquella, dando crema a sus mejillas con productos recién elaboradas en altamar por nuestro grumete invisible en sus ratos libres que, por cierto, son bastante numerosos; mientras, una de nuestras corsarias se entretenía ejercitando su puntería, lanzando su daga por doquier a la altura de las diversas viseras marineras, lo que provocó el natural revuelo, sobre todo cuando una daga se llevaba de la azotea el pañuelo que disimulaba la calva de tal o cual furibundo corsario y  en un momento de descanso, Fenoy nos leyó dos poemas de su último libro lírico. El poema 1º resultó a la piratería bastante críptico, aunque lleno de interés, porque al parecer en el mismo estaban las claves para descubrir las cuevas maravillosas que, según la interpretación de algún que otro marinero codicioso, nos conduciría a las tradicionales grutas de las Islas Caimán donde toda la piratería actual tiene guardado el botín de los sucesivos abordajes a las cuentas corrientes de la clase media y del populacho en general o el producto de las estafas, trata de blancas, expoliación de los estados nacionales, ventas de armas y otras actividades de esta moderna piratería que son como la zorra, encargada de guardar el gallinero. Pues bien, como decíamos, este 1º poema resultó bastante críptico para la generalidad de los presentes; mas el 2º poema gozó del favor de la concurrencia; poema amoroso del que entresacamos los versos:

“A tener tus encantos
que tanto quiero,
el  juego de mis manos
que en lid sujeto”

A continuación, María Juristo  cortó de un tajo una cuba y el personal, restregándose los ojos llenos de chiribitas desprendidas de la referida, se arremolinó en torno de nuestra poetisa que nos anunció la publicación de su libro “La cuchimilda”, que ganó el premio Dulce Chacón de Relato corto, y de venta en La Casa del Libro, para a continuación leernos un poema lleno de magníficas imágenes:

“Vivas las horas de la noche
donde la Nada era,
palpar la niebla en su preludio
abrevando del viento solo. 

(…)

Como una diosa embriagada
de lujuria!



Por su parte León, tras aplaudir a nuestra poetisa, me preguntó cómo se hacía lo de la miel para fortalecer el pelo:

-¿Cómo lo has hecho? le pregunté
-Me rocié la cabeza con la miel. Y chico, se me quedó como antiguamente: como si me hubiese dado brillantina, pegado todo el pelo a la cabeza.
-Bajemos el optimismo: los restos que te quedan.
-Aún me valen de boina.
-Si tú lo dices…
-Bueno, menos palique, e infórmame.
-No te preocupes León, pues mi vocación oculta es hacer de recadero. Presto partiré para traerte la Buena Nueva del tratamiento del pelo a base de miel para solaz y regocijo de las generaciones futuras.

León, satisfecho, tras tomarme juramento de fidelidad poniendo su garfio sobre mi cabeza me nombró Recadero de los Mares del Sur, lo cual llenó de orgullo a mi esposa e hijos que presenciaron la escena a través de videoconferencia.

Terminada la ceremonia, León nos leyó el epílogo de su libro “Tras las huellas del Andalus”; epílogo cargado de referencias a los descendientes de los moriscos que, a su entender, continúan poblando la serranía de Ronda y otros lugares y trasmitiendo su cultura de padres a hijos sin que aún la luz traspase sus labios porque un velo de temor los selló  hace tiempo.

Por su parte, Juan Antonio cansado de perseguir en cubierta diversos personajes psicológicos, lanzando al aire su sable -que por cierto, en su caída me pasó rozando mi esbelta y nunca elogiada nariz- nos leyó un soneto titulado Legislatura, poema que  nos cuenta una de las muchas aventuras de esa señora de la compra que cuando fue ministra despidió al prestigioso doctor Matesanz (el creador del mejor modelo de trasplantes del mundo) con ese desparpajo tan cercano al pueblo; poema del que entresacamos este terceto:


“ Muchos no ven con rastas el futuro
se despiertan sus piojos de repente
protegen su cabeza con un muro.”


Muy bien, Juan Antonio, para señora tan fina como la congresista Villalobos, qué menos, ante su esmerada prosopia sobre los posibles piojos de algunos congresistas. 

Por su parte, Alberto tras dejar el catalejo con el que no paraba de importunar a Rocío confesó a la concurrencia que no estaba dispuesto a leer nada porque este miércoles le tocaba reflexionar sobre las gaviotas, a lo que contestó Rocío, tras dar  un enérgico puntapié al  dichoso catalejo:

-¡A la porra con el chisme este!, vete a popa con él a observar gaviotas.

Alberto, rápidamente echó mano de su daga y Rocío, muy brava, echó mano de la suya; pero afortunadamente Primitivo, experto en estas lides, separó  a ambos contendientes, con la elegancia espadachinesca que le caracteriza, poniendo su sable entre las dagas.

A continuación, Primitivo nos leyó el poema  titulado Estar a solas solo:


“ La he visto acurrucarse por el frío
con la mano estirada
en algún corazón adolescente.”

“Estar sólo germina soledad
cuando lleva semilla de tristeza
esparcida en el cuerpo”


Basta estas estrofas para apreciar la belleza del poema sobre la  temible soledad.

Rocío, ya calmada, nos obsequió con la lectura del cuento “Los hijos que nunca tuve”. Cuento en el que Rocío juega con tres amigas sus cuitas , tragedias, desengaños e infidelidades; pero que al final de los enredos y tragedias, triunfa la amistad de las tres amigas. 

El capitán, Javier, ante un pequeño alboroto en la tripulación, tras dar sablazos por doquier, consiguió poner orden al blandir una sartén bajo la amenaza de freír las orejas del grupo de alborotadores. Ante tan tajante reacción los insurrectos depusieron su actitud, y Javier, tras proyectar la película “Candilejas” nos leyó un excelente poema  titulado Buster Keaton dedicado a los grandes actores del cine mudo:


“ Y pienso en Keaton y su locomotora
y en Heard  Lloyd  pataleando
colgado de la aguja de un reloj,
y en Chaplin jugando con dos tenedores que bailan
entreteniendo el hambre”

(…)

“Soy un niño que crece
riendo con el Gordo y el Flaco….”


Magnífico Javier. Siempre lleno de nostalgia en la vida y por ella. 

Y a continuación, la poetisa Cinta subiéndose en la borda, nos recitó el poema, aún sin título, en el que no hay ninguna e, del que entresaco los versos:


“Si tu voz alcanzara, como un mar
todos mis poros
tu agua y tus olas alumbrarían mi frío.
Si tu voz formara una montaña
yo haría una corona para tu cima”


Qué bien Cinta; pero qué bien.


David por su parte, preso de un gran mareo provocado por el vaivén del barco, no pudo deleitarnos con algunas páginas de su libro.

Por fin, Ignacio, marinero recién incorporado a la tripulación en el archipiélago canario, con motivo de San Valentín, nos leyó un poema  titulado Amor Fu, en pie quebrado,

del que entresacamos los versos

 “Yo soy un perro
que nació para el olvido….”



Muy duro.

A continuación Iñaki Ferreras, otro marinero recién incorporado, nos leyó  el relato Sus labores, en el que una mujer maltratada psicológicamente por el borracho de su marido, lucha con el apoyo de sus hijos por sobrevivir

Los presentes consideraron que lo leído era más bien un resumen y, por tanto, había que trabajarlo.

María Jesús, por su parte, nos leyó un microrrelato sobre la radio y el famoso “teléfono de la esperanza”. Como siempre muy contundente, aunque a mi entender, tendría que ligar más los hachazos de su descripción.

Por su parte, el que describe estas famosas aventuras grabadas en la piel del mar, terminó leyendo unas pequeñas Nanas de autómatas.

A modo de ejemplo:



Ea,ea
mi  niño metálico
duérmete
ya.

Ea, ea
colorín de colores
si no te duermes
lobo imán
tus pedos virtuales
comerá.


Juan Manuel Criado Manzano
11 de febrero de 2016

jueves, 11 de febrero de 2016

14ª Jornada/IX año: Miércoles, 27 de enero de 2016

Javier Díaz Gil, poeta y coordinador de la Tertulia Literaria "Rascamán"
junto al poeta Enrique Gracia Trinidad

El poeta Enrique Gracia Trinidad en la Tertulia Rascamán

En este final de enero de 2016, nuestra Tertulia se viste de nuevo de largo celebrando una nueva Tertulia de encuentro con autor. Hoy nos visita en nuestro salón del Santander el poeta Enrique Gracia Trinidad.

En torno a la mesa un buen puñado de rascamanes hemos disfrutado esta tarde de la buena poesía y de la conversación inteligente de Enrique Gracia, a saber: Alberto Díaz, Rocío Díaz, Alberto Ramos, Isa Morión, Cinta Guil, Ignacio Tamés, María Juristo, Ana González, David Lerma, Leticia Cabeza, Paco Fenoy, José León Cano, Alma Pagés, Carlos Tejado y Vicente González.

Enrique Gracia Trinidad es poeta, divulgador cultural, conferenciante...
Leo, para dar inicio al encuentro, una breve reseña del autor, información que podéis ampliar (está bastante actualizado) en wikipedia:


Enrique Gracia Trinidad (1950 en Madrid) es un escritor y divulgador cultural. Desde 1992 se dedica casi exclusivamente a la divulgación cultural (recitales de poesía, teatro de voz, conferencias, cursos, etc.). Organiza e imparte, en este sentido, diversos talleres literarios: El arte de escribir, la Tertulia Taller independiente en Madrid; Jirones de Azul en Sevilla, el Taller de Poesía de Rivas−Vaciamadrid; tres cursos en el Escorial Poesía: Escribir y Decir, etc.

Fue coordinador de Poetas en vivo desde 1996, año de su creación. Organizado por Caja Madrid en la Biblioteca Nacional, es un programa de lecturas poéticas.

La obra poética de este autor ha sido traducida a diversos idiomas y ha conseguido varios premios en distintos concursos nacionales e internacionales.

En teatro ha creado y dirigido varios certámenes y algunos talleres.

En cuanto a su obra gráfica son de destacar las viñetas de humor improvisadas Historia secreta de Prometeo. Ilustraciones en libros, revistas, viñetas en prensa, etc.

No es ningún secreto mi admiración por la obra y la labor de Enrique Gracia. Para mí es una verdadera alegría tenerle hoy con nosotros. 
El humor y la ironía es una de las características de su poesía. "Los poetas se ponen demasiado trascendentes y serios", nos dice. La línea de humor en la poesía española es evidente desde Quevedo a Gloria Fuertes sin que por ello se abandone la trascendencia.
Quiero leer yo, como inicio de la sesión, uno de los poemas de Enrique Gracia Trinidad que es una clara declaración de principios y le define muy bien. El poema "Contrafábula", basado en el cuento de la cigarra y la hormiga:
CONTRAFÁBULA
El mundo está repleto de insectos ahorradores, 
hormigas laboriosas, 
arañas tejedoras, 
listos escarabajos que atesoran 
estiércol y otras santas inmundicias, 
y orugas que se guardan, por guardar, a sí mismas.

Así que tú, cigarra, 
cómplice del verano, prima hermana del grillo, 
no pares de cantar, rompe la tarde, 
pon música a la siesta. 
No hagas caso a la hormiga, 
que reviente de grano su despensa.

Cigarra amiga, cantaré contigo, 
que la vida no es más que lo que aquí cantemos.

(De “Siempre tiempo”)
....

Aunque había pedido a Enrique Gracia, como hacemos habitualmente en nuestros encuentros con autor, que nos hiciera una lectura cronológica de su obra, me pide que rompamos esa costumbre. Prefiere ordenar su lectura temáticamente. Por supuesto que sí, nos encantará, seguro.
En 1972 publicó su primer libro Encuentros (Accésit del Premio Adonais, 1972) y pasaron 18 años hasta que publicó el siguiente. Por eso nos dice, se diluyen las fechas de sus poemas y los reconoce mejor por sus temas.
Salvo el primer libro que está "bastante descolgado de su estilo", los demás sí guardan cierta uniformidad. "Hay poemas que he escrito hace 20 años y que podrían haber sido escritos ayer mismo". 
Pregunta Leticia que si cree que si no escribe algo en el momento en que se te ocurre, lo pierdes. "Es así", dice Enrique. Nos cuenta que durante años llevaba consigo libretas y lápices y grabadoras para dejar anotadas las ideas que se le iban ocurriendo.
- Comienza su lectura con el primer poema de su libro Encuentros, escrito con 19 años (con la intención de abarcar el mundo) titulado "Frehafen" (Puerto Libre). Nos cuenta que WithmanLeón Felipe le marcaron como autor. "Antología rota" de León Felipe, es el libro que más le marcó en su inicio como poeta.
Nos cuenta Enrique Gracia que estuvo estudiando en el seminario de Madrid durante diez años, su educación fue muy convencional. Luego conocería la obra de otros poetas, entre otros, la de Valente.
Pregunta David si estos poemas los escribiría ahora: "Le quitaría la mitad", afirma.
Hablamos de los poemas breves, del haiku y afirma Enrique que "donde esté una buena soleá que se quite el haiku".
- Lee ahora una poética: su poema "Razón de escribir"
RAZÓN DE ESCRIBIR
A Juan Van-Halen

Escribir para un tiempo
en el que no estaremos para nadie,
y en el más favorable de los casos
seremos una máscara de polvo
maquillando los libros de alguna estantería.

Escribir para un siglo, si es que llega,
menos oscuro y torpe que este siglo.
Dejar impresa la memoria:
papel, disquetes, vidrio, cerámica esmaltada,
ámbar, cuarzo o moléculas de gas.

Hacer que las palabras naveguen al futuro
como si fuesen barcos de papel
que sobrevivan hoy a su naufragio.

Escribir por si alguien, algún día,
tiene un dolor de corazón idéntico

o sufre una alegría semejante.
....
Esa es la razón por la que el poeta escribe.
"Cuando escribo, lo hago poco como catarsis, pongo el foco fuera, lo pienso como forma de comunicación". Nos recuerda lo que dice la poeta Francisca Aguirre, "Poesía, qué hermoso oficio, para dejarse en él la vida entera".
"La vida, en definitiva, es el tema fundamental de la Poesía: el amor, el tiempo, el enfrentamiento con la realidad, la angustia, el deseo... son facetas de la vida", noS dice Enrique.
- Comienza Enrique Gracia su lectura temática con el AMOR con el poema:

SI TÚ NO ESTÁS
(A Andrea Navas)

El Paraíso debe estar vacío.
Si tú no estás, quién va a querer estar.
Sé que andan de tertulia por la puerta,
incluso Dios mira el reloj y fuma
y se hace el remolón hasta que llegues.
Entonces todos entrarán de golpe.

(De “Juego de Damas”)

Decía Bécquer que "cuando siento, no escribo". Enrique Gracia es partidario de escribir "separándose" del momento de la emoción y volver al poema ya "en frío" para corregirlo. 
- Nos lee a continuación el poema "Lo perdurable" 

Su corazón no tiene curvas, 
el de ella no sabe de esquinazos, 
y se mueven al ritmo de un bolero 
cogidos de la mano, junto el rostro.
(...)

Nos cuenta Enrique Gracia que él se sienta a escribir cuando hay que escribir prosa, un artículo... "Si estás atascado escribiendo prosa, escribe". "La poesía viene cuando ella quiere", dice que desde este verano no ha escrito un solo verso. Lo podemos escuchar en este vídeo:



Leticia pregunta si la temporada sin escribir tiene que ver con estados de ánimo, estar en un periodo de vida más placentera. Nos aclara Enrique que en esas fases de más tranquilidad corrige lo ya escrito.

- Cambiamos del amor a la NOSTALGIA, Nos lee un nuevo poema: "Por una vez" dedicado a Luis Alberto de Cuenca, lo podemos escuchar en este vídeo:



Podemos decir que Enrique Gracia usa de la nostalgia pero no es un poeta elegíaco.

- De la nostalgia pasamos a un nuevo tema: los CUENTOS Y LEYENDAS 
Y nos lee un poema de "ranas": "Saltando de Jacobo a Guillermo Grimm":



La ironía es un mecanismo de defensa, le digo.

- Cambiamos de tema: MÁS VISIÓN DE LA VIDA.
Nos lee un poema inédito: "¿Qué te hace falta?", que formará parte de un nuevo libro titulado ¿Por qué? (Sobran millares de palomas anunciando imposibles...)

Le pregunto a Enrique si antes de escribir el poema decide la forma (verso libre, versículo, prosa poética, estructura clásica...). "El poema te pide su forma". Le gustan los eneasílabos acentuados en 4ª ("si no, no funcionan", dice).

- Nos ponemos ahora más trascendentes con el tema de DIOS.
Comienza Enrique con el poema "Más allá del bien y del mal"



Y continúa con el poema 

"Sic transit gloria mundi"

Camelot no era más que una pocilga
con aires pretenciosos.
Jerusalén un templo amurallado
rodeado de míseras casuchas.
Babilonia un jardín para unos pocos
y un pedregal para la mayoría.
Samarcanda un puñado de azulejos
en medio de camellos y de cabras.
Londres, Paris, Madrid, Berlín, Atenas
antes de hacerse grandes en su tiempo
fueron miseria y pulga y rata y hambre.

Ozimandías un paleto lleno
de joyas que el desierto se tragó,
Alejandro un vicioso con orgullo,
César un vanidoso con poder,
Atila y Genghis Kan unos salidos
dispuestos a casarse con cualquiera.
Maquiavelo un cotilla, Carlomagno
un burro con corona y con espada;
Los Médici, los Borgia, los Orsini,
tribus de pretenciosos sanguinarios;
y el segundo Felipe, rubio y serio,
rey de las oficinas y los huesos.

Da igual la época y el rango,
el trono, la sotana o los caudales.
Al final nadie encuentra la tumba,
apuñalan los hijos y los deudos,
la descendencia acaba por perderse,
todo lo que pensaron que era suyo
se deshace en las manos del olvido.

La Historia es un rufián indecoroso,
una vieja malvada y traicionera
que se muerde las uñas y bosteza.

(Del libro "Doble Juego")

....

Nos cuenta Enrique Gracia que le gusta mucho la Historia, el 60% de sus conferencias son sobre Historia y no de Literatura.
Aclara que los primeros poemas que escribía eran quizá cosmogónicos, organizando su universo, ahora son más narrativos.

Le pregunto por su dedicación en exclusiva a la Literatura y a la divulgación cultural. Nos habla de que a los 42 años dejó su trabajo y después de ese despido decidió cambiar dinero por felicidad. Esa decisión le costó el matrimonio, nos confiesa. Su decisión era dar conferencias, hacer radio, etc. Pudo vivir de ello desde entonces, pasión que comparte junto a su actual compañera Soledad (Andrea Navas).

Para cerrar el tema de DIOS nos lee "Tercera crónica del Guardián"


TERCERA CRÓNICA DEL GUARDIÁN

(El Hechicero)

"...Ma se senza ingiuria vostra io potessi fruirlo, rendetevi certo
che saria in me quella letizia ch'essere in alcun uomo sia possibile." (1)
(Ludovico Ariosto, Il Negromante)


El hechicero acaba su tarea,
acaricia su barba satisfecho
y sus labios se curvan en lánguida sonrisa
-la que debe tener todo alquimista que aprecie su trabajo-.
La luna se despide como un guiño
de los últimos juegos de la noche.
La lechuza es un bus que aún lleva luces
y susurra un final, como Louis Armstrong, de Jazz expresionista.


Recoge los papeles, guarda todas las fórmulas en verso
tras el aparador de palisandro
mientras un gato insomne y circunspecto,
con el lomo de azúcar y de miel, afirma silencioso
que él ya lo sabe todo
Va tapando los frasco uno a uno,
los matraces de esencia,
las redomas con uña de lagarto y ese polvo amarillo de mandrágora
que hace azules los sueños.

El horizonte empieza a recitar
una canción de cuna para la espalda de la noche.
Es hora de acabar los sortilegios,
que descanse el mercurio en su probeta y el ala de murciélago en el aire.
Los Rollings sustituyen al Cármina Burana.

El hechicero cuelga el mandilón,
se cambia de zapatos, deja su gorro frigio en un estante,
anuda su corbata de seda milanesa,
y se va a la oficina como todos los días.

(1) "...Pero si yo pudiera disfrutarlo sin ofenderos, estad seguros de
que sería dueño de la mayor alegría que hombre alguno pueda poseer."
(Ludovico Ariosto, Il Negromante)


De "Crónicas del laberinto" 1991
(Premio Feria del Libro de Madrid, 1991)

.....

- La MUERTE.

Dice Enrique Gracia que los poetas actuales no escriben casi sobre la muerte. Cuando él cumplió los 58 empezó a escribir sobre la muerte. Nos lee un poema titulado "La visita oscura", nos recuerda la película "El séptimo sello" de Ingmar Bergman. Me trae recuerdos del romance del enamorado y la muerte, le comento. Podemos escuchar el poema en este vídeo:





- El CINE.

Enrique tiene bastantes poemas sobre cine. Como muestra nos lee:
"Viva Zapata" (Elia Kazan)
"El séptimo sello"

EL SÉPTIMO SELLO (Ingmar Bergman)

Da igual que viéndote perdido
derribes el tablero de ajedrez,
la muerte nunca olvida
dónde estaban las piezas.

(De "Butaca de entresuelo")


Y nos añade un toque de cine negro en el siguiente poema: "Desconsuelo"



- Hablamos de su libro "VER PARA VIVIR". 

Escribió una especie de bestiario actualizado de objetos, unos "de interior" de la casa y otros del paisaje. Disfrutamos del buen humor de Enrique, en cómo ha tratado los objetos que nos lee esta tarde:

- "Ojos de aguja"
- "Calcetín"
- "Cine de barrio"
- "Cuarto trastero"
- "Cenicero"
- "Mesa camilla"
- "Imán de la nevera"

Estos tres últimos están recogidos en el siguiente vídeo:



- Poemas de REPULSA SOCIAL Y POLÍTICA.

El poeta no es ajeno al momento en que vive y toma partido. Enrique es un poeta también comprometido.
Nos lee el poema del libro "Al final de la escalera", "Llega otra carta de la Reina invitando a un recital en el Palacio de Oriente" (dedicado a Concha Zardoya).

Hoy no acudí a Palacio...


Y el poema "No", su respuesta ante el terrible atentdo del 11-M en Madrid:

NO

No hay bandera que valga un sólo muerto.
No hay fe que se sujete con el crimen.
No hay dios que se merezca un sacrificio.
No hay patria que se gane con mentiras.
No hay futuro que viva sobre el miedo.
No hay tradición que ampare la ignominia.
No hay honor que se lave con la sangre.
No hay razón que requiera la miseria.
No hay paz que se alimente de venganza.
No hay progreso que exija la injusticia.
No hay voz que justifique una mordaza.
No hay justicia que llegue de una herida.
No hay libertad que nazca en la vergüenza.




- Poemas de HUMOR

La ironía y el humor es un terreno en el que Enrique Gracia se desenvuelve como pez en el agua. Buen ejemplo es este poema "Peregrino a la fuerza"



O este "Soneto apócrifo a una vecina de L. A. de Cuenca harta de conspiraciones de opereta en su descansillo" Lleva como epígrafe el soneto de L. A. de Cuenca "Nuestra vecina".

NUESTRA VECINA
(A Javier del Prado)

Tiene, Javier, nuestra vecina un talle
que resucita a un muerto, y unos ojos
que derriten el plomo y dan antojos
a quien se los tropieza por la calle.
Hay que trazar un plan que no nos falle
para descerrajarle los cerrojos
y pasear en triunfo sus despojos
cuidando hasta el más mínimo detalle.
Tú en el portal y yo en el descansillo,
siempre al acecho, cristalina media
velándonos la cara y un cuchillo
afilado. Si Dios no lo remedia,
de la vecina haremos picadillo
y de un cuento vulgar una tragedia.”
(Luis Alberto de Cuenca) 



Menudo vecindario me ha tocado
en suerte. No me explico cómo puedo
salir del ascensor, bajar sin miedo
la escalera, si un tal Javier del Prado

y un poeta famoso y descarado
andan urdiendo planes con denuedo
para hacerme escabeche. Y lo hacen quedo,
huidizo el cuerpo, el rostro enmascarado.

En el portal ocultan su colmillo
acechando el palmito de mi menda
y dicen que han de hacerme picadillo.

Mujer al fin, decido la contienda:
No hagáis más el canelo en el pasillo
y pasad a mi casa que hay merienda.

....

Con Luis Alberto de Cuenca le une la amistad, el gusto por la métrica clásica, los tebeos, la ironía. Nacieron el mismo año también.

Nos lee después otro ejemplo de humor: "Con la bolsa en la mano", de su libro "Juego de damas"

CON LA BOLSA EN LA MANO

Nos vimos ante el puesto de verduras.
En el de congelados
ya compartíamos sonrisas;
dos más allá, consejos y recetas,
en los ultramarinos un roce de antebrazo,
tras la fruta y el pan, cerca ya de la puerta,
números de teléfono...

Y no volví jamás a aquel mercado,
mi número era falso, no sé si lo era el suyo.
Un simple kilo de cebollas
no podía costarnos
toda la vida.
...

Nos da a elegir Enrique Gracia entre nuevos temas: "la ciudad", "los surrealismos", "los gestos"... Elegimos LOS GESTOS.

Y nos lee su poema "Tratado de los gestos"

Un poema largo que comienza:

Algunos gestos son arrojadizos, están llenos de furia, listos para que el aire se ilumine y sepa la distancia, la infinita distancia miserable que separa a los hombres de la vida. (...)

Le pregunto sobre la diferencia entre leer ante un público habituado (poetas) o ante público que acude a sus actos en centros culturales, por ejemplo. "La poesía interesa siempre, hay que saber cómo presentarla". "Es cierto que la poesía ahora es minoritaria". Antes se recordaban los romances. Las 1000 mejores poesías españolas era un libro que estaba en casa de Enrique Gracia y que su padre le leía.

Cinta recuerda que sus abuelos le contaban romances... La base de la cultura es oral.



- El TIEMPO.

Cambiamos de temática con estos dos poemas sobre el tiempo:
"Cinta de Moebius"
"Tiempo que está por llegar", nos recuerda el verso de Ángel González: "Te llaman porvenir / porque no vienes nunca."

María Juristo dice que la poesía de Enrique Gracia es una gran reflexión. El poeta toma partido, añado yo.


- TRISTEZA, sobre la tristeza escuchamos los poemas:

"Tristeza vegetal"
Hay algo triste en la terraza...

Pregunta Cinta si ha escrito más sobre Naturaleza. "Soy poco paisajista", nos dice "soy de Madrid". El poema "Umbrío" es lo más parecido a la conocida "poesía del paisaje" que he escrito, dice.

La primera vez que empezó a leer en público, fue con 12 años, en el seminario. Existía entonces la costumbre de que alguien leía mientras los demás comían.


- Nuevo tema: "MADRID", la ciudad donde vive es la protagonista  de su libro Mentidero de Madrid.
No se siente muy cómodo con el surrealismo, eso de dejar volar la imaginación... Pero sí que puede usar imágenes surrealistas. Ejemplo de ello es el poema "Cuando no tuve nada importante que hacer"

“Trabajé en muchos sitios imposibles, / en oficios absurdos y ridículos. / He sido porque sí: / Restaurador del cuarto menguante de la Luna, / crupier en una mesa en que jugaban / a la ruleta rusa o al simple desamparo…”.


Pregunto a Enrique sobre los talleres de poesía que él da presenciales y los on line. Una faceta que lleva años desempeñando por los que han pasado multitud de alumnos y buenos poetas.


Nos lee un poema que él considera totalmente surrealista:
"William Wordsworth dice..."
(Yo paseaba...)


- Estamos casi completando nuesto tiempo de Tertulia pero da tiempo a un par de temas poéticos más, el primero es LAS DROGAS, y nos lee como ejemplo "Una niña de azul con un plumier de pino" (escrito antes de los 30 años)


UNA NIÑA DE AZUL CON UN PLUMIER DE PINO  

Ha muerto en Conde Duque
una niña de azul con un plumier de pino.

Es una vieja estúpida la noche de Madrid, una mueca sin dientes que
                                           
recuesta su rictus de sonrisa en las aceras.
A lo lejos,
detrás de tanta fiebre de tejados,

hay un jardín con úlceras, con hambre, que golpea el perfume de café,

la tos de una muñeca
que se perdió en el fondo de la tarde. Jeringuilla de plástico y mentiras.


Me subo el cuello del abrigo,
no hay nada que decir, poco que hacer. Fatiga.

Pasa un ruido descalzo de autobuses
que dibuja la sangre para fotografías de turismo.

Cerca quizás, para qué buscar lejos, hay alguien que se gana la piel

                                                                                     
tostada y limpia
con el pálido labio
de esta niña sin horas que cambiaba sus sueños por un grito en el brazo.


Me detengo a buscar por los bolsillo cualquier cosa,
un poco de tabaco, calor para las uñas,

refugio contra el miedo,
y esas muchachas tímidas pasan corriendo como siempre,

novias tontas que han de llegar a casa sin mirar las paredes don-de

                                             
todo se vende con rápida sonrisa.
Calle de la Princesa, veloz la luz, el aire, el agua que mañana llegará

                                                                                      
hasta la plaza.
Pero la niña azul no corre.

De "Crónicas del laberinto" 1991
....


y el segundo de los temas: LA PATRIA que lleva como epígrafe en latín la cita de Horacio: Dulce y decoroso esa morir por la Patria.

No sé cuál es mi patria...

Ya no se dedica a corregir textos profesionalmente, aunque lo hizo en años pasados y en su página web, "está desactualizada" siguen apareciendo sus tarifas de corrector. En relación con Internet, usa mucho las redes sociales: Facebook especialmente, nos confiesa.

No quiero terminar el encuentro con Enrique Gracias sin que nos hable un poco de su libro "Mentidero de Madrid". De sus conferencias, de poemas que tenía con nombres de calles... pensó que podía escribir un libro que reuniera la historia de la calle y un poema escrito por él a esa misma calle.

Le pedimos que nos lea alguno de esos textos:

- "Calle de San Opropio" (hoy calle Serrano Anguita)
- "Calle de la Pista" (Casa de Campo) y su poema "El día que hubo que matar a los pájaros"

Enrique Gracia es un poeta generosísimo. Ha venido cargado de ejemplares de sus libros para regalarnos. Por eso, antes de que nos den las nueve de la noche y cerremos el tiempo de Tertulia, agradezco a nuestro querido poeta y amigo Enrique Gracia Trinidad su compañía esta tarde y le pedimos que nos firme los libros, cosa que hace dejándonos en cada libro su dedicatoria, su firma, a la vez que dibuja con sus rotuladores de colores nuestra caricatura. Hemos disfrutado enormemente con tu poesía, tu conversación y hemos aprendido, sobre todo, aprendido a tu lado esta tarde.

Gracias Enrique por compartir con los rascamanes Tertulia esta tarde en el Santander.

Javier Díaz Gil
11 de febrero de 2016












Algunas imágenes más de este encuentro de hoy: