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jueves, 27 de diciembre de 2012

14ª Jornada/VI año: Miércoles, 19 de diciembre de 2012





VERS LES NUAGES (Hacia las nubes)




-Madrid, 20 de julio de 1808, días antes de la designación de José I como Rey de la España ocupada por los franceses-



El futuro rey José I es anunciado en el Café Ruiz. En un círculo de hermandad, entre sorbo y sorbo, allí se reúne parte de su séquito que siempre le acompaña: Monsieur Javier, Mademoiselle Rocío, la Parisienne Paloma, la Grand Poéte Marie Antoine, el Capitaine León, el Garcon Fede y las “trois petites filles”: Paloma S., Ana G. y Alma P. Más tarde, se unirían otras personalidades…

El rey había llegado de Bayona, y antes de seguir con sus compromisos políticos (le esperaba la coronación el día 25) había citado a sus consejeros en el mejor Café de la capital del reino. Ya que Napoleón, su hermano, le había encargado la difícil misión de dirigir la patria de Cervantes in situ –no en vano, se lo había agradecido en una carta no exenta de efusividad, poniendo los puntos sobre las íes -, se sentía plenamente un Bonaparte.

Los allí presentes se habían enfrascado en una conversación variopinta. Eran consejeros distinguidos, venidos a Madrid con los apuntes de la nouvelle de José: “Pablo y Virginia”, que según el Capitaine León, iba a dar mucho que hablar. El rey José quería terminarla, y para ello se iba a rodear de lo más distinguido de la ciudad castiza. Quién lo iba a decir, un rey que se dedica a la literatura… Preparaban el terreno, apartaban los moros de la costa. Eran sus chambelanes de palacio, ansiosos de que el rey entrase por la puerta del Ruiz. La Grand Poète Marie Antoine saca sus sales, por si pudiera desmayarse, porque también lamenta no dar sus versos a Luis Alfonso, cierto personaje distinguido, venido de la patria mexicana que conquistara, años después, los archiduques Maximiliano y Carlota.

-Un roi qui a fait une nouvelle!-exclamó León. Señores-continuó el consejero, hay que tapar el rumor de la gente. Dicen por ahí que nuestro José es Pepe Plazuelas y Pepe Botella. Propongo salir a las plazas para conquistar al pueblo, pero con buena literatura. Esto es: suelta de palomas, globos y diversos panfletos para darle a conocer; conquistar sí, pero con educación, no con alevosía. Hay demasiados tiros en esta ciudad. Hubo hace poco en Madrid un fusilamiento masivo, el 3 de Mayo…me lo acaban de decir.

La Parisienne Paloma -¿o era la Mademoiselle Rocío?-contesta que se discuta otra cosa, por ejemplo, “La absoluta ingravidez de los tiovivos”. Todos aplauden la ocurrencia. Oh, lá, lá…Un certamen de microrrelatos, cuyo tema debía ser un viaje en calesa, fue tema de discusión enaltecido. Se propone contactar con los no premiados, para dotar de ideas a la nouvelle, aunque al final habría que buscar un traductor o traductora para que se publicase en España. Se pensó entonces en una tal traductora Gutiérrez…

On y est!- exclama Monsieur Javier.

Monsieur aprovecha para leer un poema de Tiago Nené, en portugués, que nos traslada a Oporto de repente. Y también a Japón, con el poema titulado “El bosque de Aokigohara”. Templa su voz con otros dos: “Música de carrusel y despedida…” y “Rodea la taza de café con las manos…” Toda una Babel de lenguas. Y olor a café, a tisana y a pommes de Paris. Nada de alcohol. Le Capitaine apostilla: “El robo es válido si va seguido de un asesinato”. ¡De Victor Hugo! Las frases para nutrir la nouvelle aumentan, y parecía construirse un centón con cada palabra, con cada sorbo, con cada reflexión:



Las estaciones de autobús son paréntesis que se abren,                            de Monsieur)

barro que se te pega a los pies.               (también de Monsieur, robado de la Parisienne).

A quién agradecer esta alegría,                                                                 (de Capitaine)



como Irene: sin trabajo, sin pareja, sin futuro.                                    (de la Parisienne)



La petite fille Paloma S. lee en voz alta: L, homme et la femme philosophent sur la table…

Vers les nuages!!

El Garçon Fede ha de marchar mientras la petite Ana G. avanza un verso futuro del siglo XX de un poeta español, Manuel Altolaguirre: “Escucha mi silencio con tu boca”. Será el poeta-editor de la Generación del 27.

Poésie espagnole.

L'autre Ana, Ana Delgado, lee con su voz cadenciosa e hipnótica, bellos poemas de su poemario dedicado a Scherezade.

El propio rey José I, todos son testigos de su emoción, abraza a los poetas presentes, su séquito. Pide para llevar en su memoria un último poema a Ana Delgado, que el propio monarca repite mientras sale del Ruiz y sube el peldaño de su calesa:

“Si me hubieses dicho, Scherezade”

Alguien, quizá el Capitaine León o todos al unísono, grita un rotundo Vive la France, Vive le Roi.





Federico Monroy - Javier Díaz Gil
27 de diciembre de 2012

martes, 18 de diciembre de 2012

13ª Jornada/VI año: Miércoles, 12 de diciembre de 2012

el Ruiz se convierte en una sala de música..

Cuando me vienen las sombras del presente, procuro diluirlas con el Arte. Es como si me diera un baño de belleza, lo que mejor hay dentro de cada ser humano, su forma especial y única de entender el mundo. Así, el Ruiz se convierte en una sala de música en la que puedo bañarme a gusto todos los miércoles, y la palabra, que es también música, tiene su aposento en todos y cada uno de los que asistimos.

José León, con su LUNA LLENA adquiere sonoridades de saxo, y "donde todas la sombras callan" crea la estructura de un universo de sensualidad que, aliado con el misterio nocturno, nos hace cerrar los ojos e imaginar habitaciones entrando en el ocaso.

(¿Qué pasaría si la luna se convirtiera en hombre, en protagonista masculino de un relato breve? Paloma lanza el guante a los que les gusta el campanilleo de pocas palabras para plasmar realidades....)

Luis Alfonso nos coge de la mano para llevarnos al enrevesado mundo de los habitantes de la Grámatica, pegados al ENTRAMADOR, tan abrumado por su laberínto, que necesita ayuda de una hada, de la niña del sur y de todas las genealogías que nos hablan de verbos, sustantivos, adjetivos... toda una orquestación en la que resuenan timbales, maracas y guitarrones. Su imaginación no se hubiera conformado con otro tipo de instrumentos, para sus explosiones, sus acentos gauchos y sus reflejos de diamante. Seguro que Benedetti le hubiera ayudado destrozando muchas normas con su solo de batería.

¿Y qué decir del DESORDEN de Federico? Sólo un extraordinario pizzicato de violín hubiera podido ponerse a la altura de su poema y de sus imágenes aparentemente opuestas en el espacio, el vuelo de alguién que ama...

(Y vaya búsqueda del origen de la palabra flamenco: una palmadas llevando el compás nos aclaran que el fuego (flamma) ya lo dicen los romanos, pero también nos llegan el ruido de las batallas de los tropas flamencas que hace siglos llegaban a España. )

Alberto lee un poema de María Antonia, la oposición entre la libertad y naturaleza pétrea que quedó del pasado, tambor y oboe en connivencia.

Isabel mece la copa de todos los árboles que la hechizan, con un deslumbramiento que nos trae sonoridades de cascabeles.

Y la sombra del tejo, nos trae la música del acordeón. Me debato entre los juegos en el ocaso, y un espejismo que me ha hecho errar en el ritmo de los versos, con estridencia de platillos, que debo moderar...

Paloma cuenta la historia de un joven que vuelve a la casa de sus padres, inicio de su novela en agraz. Y sobre el piano bailan sólo dos dedos con notas lentas y espaciadas.

Alma, con las trompas de caza de Artemisa, atrapa en las redes a Acteón, pieza a abatir por la virginidad enfurecida de la Diosa.

Javier y su semblanza de Berlín, en sus momentos oscuros, hace resonar a Wagner.

Los caballos hermosos de Carlos nos regalan el sonido agudo de la flauta de Pan, esperándolos para galopar con ellos.

María Juristo, saliendo de la nada, termina en una hermosa voluta que nos habla de la esperanza.....y las notas de su arpa fortalece nuestro impulso de buscadores de almas...


Y finalmente, un poema de Garcia Lorca, en los labios de Ana, cierra con el broche de amores prohibidos el final del concierto.

Leo llegó sin tiempo para disfrutar de la música. Despedidas a nuestro mejicano que regresa a su tierra, y que seguro, seguro, que vuelve para hablarnos de sus h, de sus z, y de sus c.


Cinta, que os saluda a todos.
Sábado, 15 de diciembre de 2012

miércoles, 12 de diciembre de 2012

12ª Jornada/VI año: Miércoles, 5 de diciembre de 2012

El huérfano que perdió su rosa y ganó un puñal



Hace tiempo que vengo al bajel y sé a lo que vengo:

A que se me desplieguen las velas de la imaginación, a que mi pulso dirija el vuelo de las mariposas, a que me baje el colesterol de la tristeza.

De modo que siempre salgo del camarote de los Hermanos Ruiz mucho más rico de lo que entro.

Pero el último periplo superaría todas las expectativas.

Pues a pesar de lo que está cayendo, la briosa banda del Rascamán –nave veloz y marinera como pocas– realizó una de sus más enriquecedoras travesías, en el Mar de la Intranquilidad y en la calma chicha, arrebolada de tempestades, que precede al fin del mundo previsto por los mayas.

Quien esto escribe subió a bordo antes que nadie, para intentar leer un rato (perdón, un ratito y con minúscula) antes de que fuera llegando el resto de la piratería. Sin embargo, su deseo se vio felizmente frustrado por el abordaje de una de las dos palomas que nos traen mensajes del paraíso portando en el pico una rama de olivo. Y poco a poco, tras Paloma Hidalgo, fueron apareciendo los demás, según se va relatando en este cuaderno de bitácora de modo desordenado, montaraz y libertario:

Que es mi barco mi tesoro, que es mi dios la libertad...

No me queda más remedio que empezar por lo más importante. El grumete Andrés París, huerfanillo parisino recién incorporado a la tripulación, mozalbete de bachillerato, con el aspecto recatado de quien parece no haber roto un plato en su vida, ni violado a monja alguna, nos mojó a todos la oreja, y de qué modo, con su maravilloso poema sobre Los Miserables. A él se debe el título de esta crónica, extraído de su poema, que ya conocemos, publicado en nuestro rinconcillo cibernético.

Porque hay que ver cómo escribe el imberbe, que no implume:

“Las mariposas de hierro afilan sus trompetas
bajo la atenta mirada de los fusiles descorazonados…”

Voy a proponer al boss que nombre a París vigía de sirenas desde la atalaya que sostiene el palo de mesana.

Y como soy el más veterano de cuantos acudimos aquella noche memorable, me arrogo el privilegio de nombrar a dicho grumete Caballero de los Mares del Sur, amén de Emisario de Rimbaud y Lugarteniente de Huidobro. Si no lo desbaratan los años, las envidias y las vanidades, mucho se oirá de él en los próximos tiempos, si es que hubieran próximos tiempos y los mayas no tuvieran razón.

(Espero que no la tengan, que la primavera está a la vuelta del equinoccio, y los arbolillos que veo desde mi ventana, ignorantes de presagios, han comenzado a verdear capullos).

Si he de hablar de mí, diré que solté dos sonetos (¡Qué le vamos a hacer!) en cuanto levamos anclas. Son antiguos, como uno mismo, y hablan de la terminación de los tiempos, precisamente:

“Suave temblor, hermosa desventura
de la hoja desprendida; zigzaguea
rubricando su muerte, cuando crea
una ilusión de vuelo, pero oscura…”

O este otro, que comienza así:

“Clamando por un vaso en el ocaso
que fuera por mitad vino y cicuta
dictaminó al final que toda ruta
en la amargura acaba de un fracaso…”

Más vale que soltemos primero las lágrimas y dejemos luego paso a la alegría; para que los nuevos tiempos comiencen han de acabarse los viejos, y en eso estamos.

La primera alegría llegó en la voz de Paloma, como no podía ser de otro modo, al contarnos un mini relato en el que, tras citar “universos perpendiculares”, se trata de un recién nacido cuyo cordón umbilical salva la vida de su hermano mayor, por uno de esos milagros de la genética.

Paloma es de las que deja que nos deslicemos por sus palabras, sin entender nada, hasta que la última nos abre de golpe las puertas de la percepción. Una maestra. Tiene un gancho con el que borda los abordajes como nadie, a golpe de certero trinquete.

No rielaba la luna en parte alguna, pues estaba el cielo encapotado y comenzó a soplar un Norte aterrador por los mares de Malasaña.

Pero aunque crujiera el maderamen del Rascamán, allí estábamos todos juntitos, tan calentitos, mientras la bucanera Copado, mujer que ama interminablemente, me daba para que leyera en voz alta uno de esos poemas suyos que combaten al otoño juntando a partes iguales el sexo y la ternura “y nada más…”. Chapó, María Antonia, cómo nos atraviesas y qué bien nos desnudas con las cavilaciones de tus sueños para mayores de dieciocho años. Larga es la noche, y a veces larga la travesía de la vida, pero nos acunan los poemas de la bucanera.

Javier, nuestro jefe, que tiene más de Peter Pan que de Capitán Garfio (le voy a regalar una campanita –no una Campanilla, que le tengo echado el ojo a una y me la reservo- una campanilla, digo, para cuando se desbande la banda de la bandera negra); Javier, repito, aprovechando un leve amaine de la tempestad, nos leyó un poema melancólico que suscitó comentarios favorables y algún pero de este servidor, pues es el capitán grandísimo poeta –especialmente desde que realizó su maravilloso periplo por el Japón y nos trajo soberbias perlas- y no debe bajar la guardia. Pero qué hallazgo soberbio ese suyo, cuando compara ojos femeninos con “dos peces en mitad de la noche…” ¡Chapeau!

Amparo, que sabe traducir los versos de la Pérfida Albión como nadie, nos llenó, ya que no las gargantas sí los oídos, con el más fogoso ron caribeño, y levantó la euforia de la manada tras verter su vena poética en el lustroso tonel de Góngora; ahí es nada su poema, encabezado por un metálico verso gongorino: “Infame turba de nocturnas aves”:

“El ojo negro del silencio en llamas…”

¿Y qué más decir? Que José María Herranz nos leyó un bello poema homófilo, con ciertos resabios villenenses muy bien colocados; que María Jesús Briones deleitó a la eufórica concurrencia con un gracioso entremés, el diálogo entre el conserje y un visitante a sitio oficial y nos partimos de la risa, y recordamos aquella frase memorable suya en la que se cita la sequedad de una vergüenza masculina tras haber sido exprimida, vaya usted a saber por quién y con qué lúbricas intenciones.

Que Alma y Ana, esas dos rehenes que capturamos de otros buques de menor arboladura, dejaron en el aire el aroma exquisito de la poesía más alta, un ejemplo del poemario de la primera “Las ciudades del agua”, y un poema de la segunda que transcurre en el metro, del que recuerdo “si tu olor es tan dulce, suponía que tu voz lo sería más…”

Otrosí digo, que nuestra última incorporación, el mexica Luis Alfonso, nos deleitó hasta las cachas con su Conversación con el Albañil, un relato digno de Juan Rulfo en el que se retrata espléndidamente el alma sufrida y explotada del pueblo azteca. Ahí no más, pos oigan: “Me petateo de hambre –dice el Albañil en su “Oración pa' muchos”- a puro frijol y masa…”

¡Órale, manito Luis, que esta es casa! Y vuelva a navegar con nosotros cuando quiera.

También diré que a nuestro estupendo Vicente le dio un algo (¿Tal vez un mareo, pese a lo bragado marinero que es?) y saltó de inmediato por la borda sin decir esta boca es mía.

Espero que no lo hayan devorado los tiburones.

Otros más estuvieron y dijeron, y bregaron y lucharon. Alberto, el vasco; la otra Ana de mis pecados, la gallega; Leo con su “Isla mía” y su lectura de León Felipe; Juan Antonio: “Dineros y amores, fuegos de artificio…” ¡Brava tripulación!

Pido perdón a todos, por mis olvidos, que flaca es la memoria del anciano y larga su melancolía.

José León Cano
11 de diciembre de 2012

martes, 4 de diciembre de 2012

11ª Jornada/VI año: Miércoles, 28 de noviembre de 2012


Tú no sabías Paloma cuántas cosas habíamos vivido ya en Rascamán cuando tú llegaste.



Bitácora del 28 de noviembre. 1ª parte

Rocío Díaz Gómez
1 de diciembre de 2012


Tú no sabías Paloma quién estaría en el Ruiz cuando llegaras. No lo sabías pero, estuviera quién estuviera, tú harías la bitácora de ese miércoles. Porque te lo habías propuesto, aunque pensaras que los buenos propósitos tienen fecha de caducidad. Te lo habías propuesto aunque pensaras que la buena voluntad de estar más callados en la tertulia, hacer la bitácora y demás, durarían quince días escasos, porque después uno se relaja y se olvida...

Tú no sabías Paloma que ese miércoles que tú escribiste la bitácora, la tertulia había casi comenzado cerca de las seis y en la otra parte del café. Allí se habían reunido León, Juan Antonio, María Juristo, Isabel Moirón y otra persona que luego se identificaría como Juan Mainez, cuando llegara Javier. Aunque al mismo tiempo Juan Manuel ya estaba cogiendo sitio en el lugar acostumbrado y Rocío se unía a él. Con todos ellos juntos ya en el lugar de siempre comenzó aquella tertulia del miércoles 28 de noviembre de 2012.

Tú no sabías Paloma que cuando llegó Javier, León presentó a aquella persona nueva en el Ruiz, pero conocida de casi todos de otros foros: Juan Mainez, de forma curiosa. León dijo aquello de que “es Don Juan un manchego preclaro, de escritura tersa”. Definición que, al menos a Rocío, le robó una sonrisa. El interpelado siguió su propia presentación como alguien que se considera más Sancho que Quijote. Y se sentó con nosotros.

Tú no sabías Paloma porque aún no habías llegado, que allí ya estábamos hablando de revistas literarias mientras tú te preparabas para unirte a nosotros. Juan Mainez trajo un ejemplar de una revista literaria: “Troquel”, que comenzaba su andadura. Revista que iba a ser semestral y a la que se accedería por rigurosa invitación de los que la coordinaban. Isabel Moirón mostró su ilusión por salir en ella, aunque afirmó que ella escribe en “Trampolín”, que sale cada dos meses.

Tú no sabías Paloma que la primera media hora de cada tertulia es diferente pero está muy bien. Entonces todo es más relajado. Entonces el humo de los cafés recién puestos sobre la mesa de mármol anticipa el sabor a la buena literatura, anticipa el ruido de las voces que vendrán al cobijo de las palabras. Y es esa primera media hora la delicia del placer anticipado. Porque aún no hay prisa por leer, aún somos un grupo reducido de Rascamanes. Y se habla de aquí y de allá, de lo humano y lo divino, de dónde surgió el nombre del pueblo de Jorquera, o de la presentación del último libro, “El pulso de las nubes”, del escritor Lostalé en la tertulia Montesinos. León nos cuenta que acaba de comprarse “Como agua para chocolate”, justo antes de indicarle al cabizbajo Aure, que termina de llegar, un remedio casero infalible para no constiparse: dormir con calcetines de lana. ¡Y mucha miel! Dice otro. ¡Mucha miel! Qué familiar es entonces la tertulia. Qué cercana.

Tú no sabías Paloma lo agradable que suele ser esa primera media hora o algo más de la tertulia. Cuando aún se hacen cábalas de si seremos muchos o solo llegaremos a constituir “Lo que queda de Rascamán”. Ese tiempo sin tiempo, como dice María Juristo, cuando cada uno se presenta diciendo si le duele esto o lo otro, si ha tenido un buen o mal día. Y aunque una de nuestras máximas, es que a la tertulia hay que venir llorado, en ese tiempo sin tiempo no importa verbalizarlo para desahogarse un poco, porque la tertulia aún no ha empezado del todo. Y Juan Manuel confiesa que ha estado malo, y luego Aure también. Y María se queja de su espalda, y Rocío no se queja pero lo haría, vaya si lo haría. Javier teme que le tocará de nuevo hacer la bitácora y a Isabel le apena una noticia doméstica que le han dado hoy. Y es la vida, la vida Paloma, antes de la literatura, la vida que no puede estarse callada.

Tú no sabías Paloma que antes de llegar tú al Ruiz, León nos leyó el último poema de su primer libro. Un primer libro con un título tan sugerente como: “La inteligencia azul de los delfines” donde había versos como “Signos de mar encuentro en tu saliva”.

Tú no sabías Paloma que hubo mucho debate metaliterario justo después, porque los Rascamanes que allí estábamos nos preguntamos: ¿El poeta escribe un solo poema a lo largo de su vida? Y alguien dijo: “El poeta mira más allá que el resto de los mortales”. Y otro contestó: “El poeta escribe lo que no es, ni va a ser. El poeta está en una actitud de búsqueda. Es una necesidad para él hacer versos”.Porque, según contestó otro, cada persona tiene siempre sus obsesiones, su tema, que al final sale más o menos disfrazado tras su escritura. ¿Y quién dijo aquello de que en poesía de pronto viene el Demiurgo que comunica a los hombres con los dioses y te sopla al oído el primer verso? Creo que fue León. Aunque todos estuvimos de acuerdo en que ese primer verso, esa primera frase para un relato pensé yo, puede venir de pronto, o escuchando música, o leyendo un libro... en cualquier momento. Aunque en el fondo del escritor prevalece una predisposición a cazarlo, una búsqueda.

Tú no sabías Paloma que María Juristo habló de aquella película “Descubriendo a Forrester” de Sean Connery, donde se habla del escribir... Tú no lo sabías, no, pero debatimos mucho sobre el proceso de escritura. Y ya nadie hablaba de lo que le afligía, sino que ya era solo literatura lo que nos robaba la voluntad y nos centraba y nos unía.

Tú no sabías Paloma que Juan Manuel también leyó su poema “Las horas”. Un poema que tenía tanta música... Un poema implacable, donde los versos caían con contundencia de tiempo pasado, en una gradación creciente de significado. El poema que nació de la enfermedad, confesaba Juan Manuel con esa voz queda y pausada.

Tú no sabías Paloma que poco a poco dejamos de ser “Lo que queda de Rascamán”, porque fueron llegando más Rascamanes al Ruiz. Y se nos fue uniendo Alma Pagés, Ana Gonz, Esther, José María Herranz, Carmen Fron...

Tú no sabías Paloma que luego leyó Juan Antonio un relato titulado “Pasarela” inspirado en el cuadro “El almuerzo” de Velázquez donde se representan las tres edades. Y en algún momento llegaste tú Paloma, y nos viste desde la ventana, anticipando una charla con cerveza. Y llegó Vicente también, poco después.

¿Sabías Paloma que Juan Mainez nos leyó el poema “Solo deseos”? Ese que decía: Quiero tallar mi biografía... ¿Sabías que María Juristo leyó un relato hiperbreve titulado“Las cámaras”? ¿Cuándo llegaste Paloma? ¿Cuándo te dijo alguien ¡Cuánto has leído Paloma!? ¿Cuándo fue que tú contestaste: “La lectura es un acto trascendente, ni follar es así de importante...”? Qué revuelo se organizó. Qué revuelo tan divertido. ¿Cuántos no estuvieron de acuerdo? Desde luego León no lo estaba.

¿Sabías Paloma que Isabel Moirón nos recitó de memoria un poema de Gloria Fuertes titulado “La vida es una hora”? Creo que sí, que ya estabas...

En algún momento te nos uniste a los Rascamanes. Y entonces Javier nos preguntó qué poemas pensábamos que podía leer en su lectura de Oporto. Y él ya había elegido los dos que a mí me gustan: El de la contorsionista y el de las ventanas que miran al mar... Y los demás dijeron: El de los suicidas, el de los suicidas...

Tú no sabías Paloma cuántas cosas habíamos vivido ya en Rascamán cuando tú llegaste. Ni yo sabía todas las que viviríais después de irme yo. Porque qué lástima tener que irse y dejar allí a todos los Rascamanes. Pero al menos me iba con el tacto de la arena en los dientes, ¿Te vas ya Panocha? decía Vicente, me iba haciendo malabares con los tres versos de un pequeño poema que nos leyó Javier:

Mi casa

Te y arroz

La serenidad.

Y allí quedabas tú Paloma, allí quedabas tomando el testigo del Cuaderno de Bitácora, comenzando tu bitácora de ese miércoles, esa bitácora que continúa a ésta, esa que comenzaba con la frase con la que yo termino la mía:



Bitácora del 28 de noviembre de 2012, por más señas luna llena. 2ª parte

Paloma Sánchez
29 de noviembre de 2012

Desde la ventana veo el salón del Ruiz y ya anticipo una charla con cerveza. Me arrellano en mi silla y escucho. Escuchamos…

Necesito tu cuerpo entero, dámelo ya, que tengo prisa... En plena calle absolutamente libre parece más pequeña que su bolso.

Aure dice estar medio muerto de gripe. Fue peor el año pasado cuando le enfermó la vacuna



La vida sabe a poco al final se escoge la punta de un cuchillo para pasar la noche

Y también

Me pica el culo de la música. Mi hermano experimenta con células madre de batracios.

Alma: Ayer el mundo fue nuevo. A las nubes les gusta ser castillos. Los ojos estrenan las puertas secretas de la vida. Las nubes dudan entre sirenas o elefantes. La luz hace y deshace para regresar a la oscuridad

Javier alza su voz templada y dulce lee a Amelia

Todo se hace visible cuando la abeja convierte el azar en la miel que tus labios saborean…

Un poco de zen

Mi casa, té y arroz

La serenidad

Cuanto puedo ofrecerte

Lo que nos sirve de alimento

Lo que nos guarda

Qué poema elegir para Oporto?

Suicidios en el bosque

Nadie entra por respeto a los cuerpos en descanso

Nada le queda salvo su vida

Siempre habrá alguien en quien confiar

El tacto de la arena entre sus dientes

Ana ha escrito el poema en el Metro

No me quiero descalzar desde hace años nunca tuve casa.

Aquí algo tiene que ver un teléfono

Al otro lado del hilo hay un baño de espuma de lavanda, siento que me mareo

La voz de Rocío…si es de mucho comer los inviernos le harán daño. Mejor suavizar el miedo que cambiar de lugar. No hables más del invierno que me duele.

Es José María quien dice que el sujeto poético tiene varias voces en este poema social

Los poetas olvidados, el pecho desnudo de amor, ni siquiera las bombas. Nadie quiere hablar en los cementerios nadie sonará con mi cuerpo nadie

Carmen se acerca difuminada, se cae en la abismal negrura y toma las manos de Pulgarcito. El camino de regreso es posible. Los coches patinan.

María Jesús

La lengua no se rebozó de arena. Es un ejemplar extraordinario, no sabe escribir pero sabe pegarse a las hembras. El griterío en el país de los cohetes. Vientos guerreros, ya solo quedaba el paisaje, las carnes se aflojaban atacadas de parálisis. Un estruendo lo aniquiló.

Le toca a Paloma que trae una escena. Reparte los papeles. Se oye decir…

Bendito el que viene en el nombre del amor

Y también

Has excitado todas mis palabras en el bosque abstracto de los árboles viejos solo te necesito para saber quién soy



Ajetreo de sillas y dineros, últimos comentarios, cada uno sale en una dirección