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martes, 4 de diciembre de 2012

11ª Jornada/VI año: Miércoles, 28 de noviembre de 2012


Tú no sabías Paloma cuántas cosas habíamos vivido ya en Rascamán cuando tú llegaste.



Bitácora del 28 de noviembre. 1ª parte

Rocío Díaz Gómez
1 de diciembre de 2012


Tú no sabías Paloma quién estaría en el Ruiz cuando llegaras. No lo sabías pero, estuviera quién estuviera, tú harías la bitácora de ese miércoles. Porque te lo habías propuesto, aunque pensaras que los buenos propósitos tienen fecha de caducidad. Te lo habías propuesto aunque pensaras que la buena voluntad de estar más callados en la tertulia, hacer la bitácora y demás, durarían quince días escasos, porque después uno se relaja y se olvida...

Tú no sabías Paloma que ese miércoles que tú escribiste la bitácora, la tertulia había casi comenzado cerca de las seis y en la otra parte del café. Allí se habían reunido León, Juan Antonio, María Juristo, Isabel Moirón y otra persona que luego se identificaría como Juan Mainez, cuando llegara Javier. Aunque al mismo tiempo Juan Manuel ya estaba cogiendo sitio en el lugar acostumbrado y Rocío se unía a él. Con todos ellos juntos ya en el lugar de siempre comenzó aquella tertulia del miércoles 28 de noviembre de 2012.

Tú no sabías Paloma que cuando llegó Javier, León presentó a aquella persona nueva en el Ruiz, pero conocida de casi todos de otros foros: Juan Mainez, de forma curiosa. León dijo aquello de que “es Don Juan un manchego preclaro, de escritura tersa”. Definición que, al menos a Rocío, le robó una sonrisa. El interpelado siguió su propia presentación como alguien que se considera más Sancho que Quijote. Y se sentó con nosotros.

Tú no sabías Paloma porque aún no habías llegado, que allí ya estábamos hablando de revistas literarias mientras tú te preparabas para unirte a nosotros. Juan Mainez trajo un ejemplar de una revista literaria: “Troquel”, que comenzaba su andadura. Revista que iba a ser semestral y a la que se accedería por rigurosa invitación de los que la coordinaban. Isabel Moirón mostró su ilusión por salir en ella, aunque afirmó que ella escribe en “Trampolín”, que sale cada dos meses.

Tú no sabías Paloma que la primera media hora de cada tertulia es diferente pero está muy bien. Entonces todo es más relajado. Entonces el humo de los cafés recién puestos sobre la mesa de mármol anticipa el sabor a la buena literatura, anticipa el ruido de las voces que vendrán al cobijo de las palabras. Y es esa primera media hora la delicia del placer anticipado. Porque aún no hay prisa por leer, aún somos un grupo reducido de Rascamanes. Y se habla de aquí y de allá, de lo humano y lo divino, de dónde surgió el nombre del pueblo de Jorquera, o de la presentación del último libro, “El pulso de las nubes”, del escritor Lostalé en la tertulia Montesinos. León nos cuenta que acaba de comprarse “Como agua para chocolate”, justo antes de indicarle al cabizbajo Aure, que termina de llegar, un remedio casero infalible para no constiparse: dormir con calcetines de lana. ¡Y mucha miel! Dice otro. ¡Mucha miel! Qué familiar es entonces la tertulia. Qué cercana.

Tú no sabías Paloma lo agradable que suele ser esa primera media hora o algo más de la tertulia. Cuando aún se hacen cábalas de si seremos muchos o solo llegaremos a constituir “Lo que queda de Rascamán”. Ese tiempo sin tiempo, como dice María Juristo, cuando cada uno se presenta diciendo si le duele esto o lo otro, si ha tenido un buen o mal día. Y aunque una de nuestras máximas, es que a la tertulia hay que venir llorado, en ese tiempo sin tiempo no importa verbalizarlo para desahogarse un poco, porque la tertulia aún no ha empezado del todo. Y Juan Manuel confiesa que ha estado malo, y luego Aure también. Y María se queja de su espalda, y Rocío no se queja pero lo haría, vaya si lo haría. Javier teme que le tocará de nuevo hacer la bitácora y a Isabel le apena una noticia doméstica que le han dado hoy. Y es la vida, la vida Paloma, antes de la literatura, la vida que no puede estarse callada.

Tú no sabías Paloma que antes de llegar tú al Ruiz, León nos leyó el último poema de su primer libro. Un primer libro con un título tan sugerente como: “La inteligencia azul de los delfines” donde había versos como “Signos de mar encuentro en tu saliva”.

Tú no sabías Paloma que hubo mucho debate metaliterario justo después, porque los Rascamanes que allí estábamos nos preguntamos: ¿El poeta escribe un solo poema a lo largo de su vida? Y alguien dijo: “El poeta mira más allá que el resto de los mortales”. Y otro contestó: “El poeta escribe lo que no es, ni va a ser. El poeta está en una actitud de búsqueda. Es una necesidad para él hacer versos”.Porque, según contestó otro, cada persona tiene siempre sus obsesiones, su tema, que al final sale más o menos disfrazado tras su escritura. ¿Y quién dijo aquello de que en poesía de pronto viene el Demiurgo que comunica a los hombres con los dioses y te sopla al oído el primer verso? Creo que fue León. Aunque todos estuvimos de acuerdo en que ese primer verso, esa primera frase para un relato pensé yo, puede venir de pronto, o escuchando música, o leyendo un libro... en cualquier momento. Aunque en el fondo del escritor prevalece una predisposición a cazarlo, una búsqueda.

Tú no sabías Paloma que María Juristo habló de aquella película “Descubriendo a Forrester” de Sean Connery, donde se habla del escribir... Tú no lo sabías, no, pero debatimos mucho sobre el proceso de escritura. Y ya nadie hablaba de lo que le afligía, sino que ya era solo literatura lo que nos robaba la voluntad y nos centraba y nos unía.

Tú no sabías Paloma que Juan Manuel también leyó su poema “Las horas”. Un poema que tenía tanta música... Un poema implacable, donde los versos caían con contundencia de tiempo pasado, en una gradación creciente de significado. El poema que nació de la enfermedad, confesaba Juan Manuel con esa voz queda y pausada.

Tú no sabías Paloma que poco a poco dejamos de ser “Lo que queda de Rascamán”, porque fueron llegando más Rascamanes al Ruiz. Y se nos fue uniendo Alma Pagés, Ana Gonz, Esther, José María Herranz, Carmen Fron...

Tú no sabías Paloma que luego leyó Juan Antonio un relato titulado “Pasarela” inspirado en el cuadro “El almuerzo” de Velázquez donde se representan las tres edades. Y en algún momento llegaste tú Paloma, y nos viste desde la ventana, anticipando una charla con cerveza. Y llegó Vicente también, poco después.

¿Sabías Paloma que Juan Mainez nos leyó el poema “Solo deseos”? Ese que decía: Quiero tallar mi biografía... ¿Sabías que María Juristo leyó un relato hiperbreve titulado“Las cámaras”? ¿Cuándo llegaste Paloma? ¿Cuándo te dijo alguien ¡Cuánto has leído Paloma!? ¿Cuándo fue que tú contestaste: “La lectura es un acto trascendente, ni follar es así de importante...”? Qué revuelo se organizó. Qué revuelo tan divertido. ¿Cuántos no estuvieron de acuerdo? Desde luego León no lo estaba.

¿Sabías Paloma que Isabel Moirón nos recitó de memoria un poema de Gloria Fuertes titulado “La vida es una hora”? Creo que sí, que ya estabas...

En algún momento te nos uniste a los Rascamanes. Y entonces Javier nos preguntó qué poemas pensábamos que podía leer en su lectura de Oporto. Y él ya había elegido los dos que a mí me gustan: El de la contorsionista y el de las ventanas que miran al mar... Y los demás dijeron: El de los suicidas, el de los suicidas...

Tú no sabías Paloma cuántas cosas habíamos vivido ya en Rascamán cuando tú llegaste. Ni yo sabía todas las que viviríais después de irme yo. Porque qué lástima tener que irse y dejar allí a todos los Rascamanes. Pero al menos me iba con el tacto de la arena en los dientes, ¿Te vas ya Panocha? decía Vicente, me iba haciendo malabares con los tres versos de un pequeño poema que nos leyó Javier:

Mi casa

Te y arroz

La serenidad.

Y allí quedabas tú Paloma, allí quedabas tomando el testigo del Cuaderno de Bitácora, comenzando tu bitácora de ese miércoles, esa bitácora que continúa a ésta, esa que comenzaba con la frase con la que yo termino la mía:



Bitácora del 28 de noviembre de 2012, por más señas luna llena. 2ª parte

Paloma Sánchez
29 de noviembre de 2012

Desde la ventana veo el salón del Ruiz y ya anticipo una charla con cerveza. Me arrellano en mi silla y escucho. Escuchamos…

Necesito tu cuerpo entero, dámelo ya, que tengo prisa... En plena calle absolutamente libre parece más pequeña que su bolso.

Aure dice estar medio muerto de gripe. Fue peor el año pasado cuando le enfermó la vacuna



La vida sabe a poco al final se escoge la punta de un cuchillo para pasar la noche

Y también

Me pica el culo de la música. Mi hermano experimenta con células madre de batracios.

Alma: Ayer el mundo fue nuevo. A las nubes les gusta ser castillos. Los ojos estrenan las puertas secretas de la vida. Las nubes dudan entre sirenas o elefantes. La luz hace y deshace para regresar a la oscuridad

Javier alza su voz templada y dulce lee a Amelia

Todo se hace visible cuando la abeja convierte el azar en la miel que tus labios saborean…

Un poco de zen

Mi casa, té y arroz

La serenidad

Cuanto puedo ofrecerte

Lo que nos sirve de alimento

Lo que nos guarda

Qué poema elegir para Oporto?

Suicidios en el bosque

Nadie entra por respeto a los cuerpos en descanso

Nada le queda salvo su vida

Siempre habrá alguien en quien confiar

El tacto de la arena entre sus dientes

Ana ha escrito el poema en el Metro

No me quiero descalzar desde hace años nunca tuve casa.

Aquí algo tiene que ver un teléfono

Al otro lado del hilo hay un baño de espuma de lavanda, siento que me mareo

La voz de Rocío…si es de mucho comer los inviernos le harán daño. Mejor suavizar el miedo que cambiar de lugar. No hables más del invierno que me duele.

Es José María quien dice que el sujeto poético tiene varias voces en este poema social

Los poetas olvidados, el pecho desnudo de amor, ni siquiera las bombas. Nadie quiere hablar en los cementerios nadie sonará con mi cuerpo nadie

Carmen se acerca difuminada, se cae en la abismal negrura y toma las manos de Pulgarcito. El camino de regreso es posible. Los coches patinan.

María Jesús

La lengua no se rebozó de arena. Es un ejemplar extraordinario, no sabe escribir pero sabe pegarse a las hembras. El griterío en el país de los cohetes. Vientos guerreros, ya solo quedaba el paisaje, las carnes se aflojaban atacadas de parálisis. Un estruendo lo aniquiló.

Le toca a Paloma que trae una escena. Reparte los papeles. Se oye decir…

Bendito el que viene en el nombre del amor

Y también

Has excitado todas mis palabras en el bosque abstracto de los árboles viejos solo te necesito para saber quién soy



Ajetreo de sillas y dineros, últimos comentarios, cada uno sale en una dirección

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