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domingo, 30 de diciembre de 2007

11ª Jornada: Miércoles, 26 de diciembre de 2007

Tarde buñuelesca-daliniana



La tarde-noche se presenta extraña, Buñuelesca-Dailiniana-Surrealísssssssssstica. Por un lado tengo el tiempo suficiente para aparecer en el café Galdós con una hora de antelación, y por el otro la sospecha y alegría de que la camarera rubia de corte atazonado, compuesta en un noventa por ciento de ruido, no se encuentre allí. A los minutos, mientras leo a Lacan, sentado, conciencia aterciopelada por el vaivén de las cortinas, aparece, me pregunta qué deseo. Menos mal que después sugen Javier y Rocío, y mi miedo a una jornada de estridencias decibélicas, al menos, se atenúa.


Tras saludarnos, se recuerda el tema de la jornada; “De lejos veo tarde”. Frase que me recuerda una característica de los caballos cuando van a saltar una valla; no ven de lejos, por la disposición de los ojos, y a escasos metros, focalizan el objetivo, en este caso una valla, teniéndola ya memorizada y la saltan.


En esto que surge un Rincón para momentos Cuéntame, y Javier cuenta cómo conoció a Rocio. Me entero de que se conocieron en un viaje a Rusia, allá por el curso 1997-98. Comento que todo gran hombre tiene algo de ruso.


Comienza el momento de la tertulia y Rocío nos obsequia con un relato titulado el Caza-argumentos. Me doy cuenta de que el tamaño del relato no superan las dos páginas, y eso desde mi perspectiva literaria es todo un acierto. En cuanto contenido del relato he de decir que al ser del tipo-vuelta-de-tuerca me gustó. Bravo Rocío.

Al rato aparece Sagrario, se sienta y comenta que ha leído la Bitácora de la pasada jornada, pero sólo a medias.


Y cuando creemos que la multitud asistente a la tertulia no crecería mas, va y aparece Carmen (Fron).


Como es habitual en las últimas semanas, nos desviamos del tema literario, y ahí empieza lo bueno (viva Buñuel), porque he de decir que ésta es de las jornadas más surrealistas que he vivido en esta tertulia. Y como muestra de este primer intento salta la frase de que Chiquito de la Calzada es la victoria de escritores desaprensivos. Javier nos obsequia con una imitación Chiquitenesca del no puedo, no puedo.


Recordando viejos tiempos del taller de escritura de Villaverde, el mismo imitador de Chiquito nos cuenta la anécdota de un hombre con orejas de soplillo que se subió al escenario del centro cultural a recitar coplas, emocionándose incluso. Ya lo dijo Ray Bradbury: cualquier hombre puede hacer poesía, tan solo tiene que interiorizar una pasión y expresarla como un chorro de fuego hacia afuera. En la misma consecución de personajes de la Plaza Ágata aparece en el anecdotario otro integrante de un grupo anterior que, al igual que el hombre-copla, se subió al escenario, despotricando contra el poder, mientras el que contaba la anécdota intentaba cavar un agujero al centro de la tierra.


En esto que aparece la mujer-amplificador, sirve una caña a Carmen y tira dentro del vaso una aceituna del aperitivo. No solo ruidiza, sino que tiene capacidad de enceste. Siguiendo con el Rinconcito Cuéntame, aparece en el anecdotario una señora que narró una historia de un bombero, un manguera y no sé qué de apagar un fuego. Y cuando digo señora me refiero (según los presentes) a alguien muy antiguo y usado.


La jornada transcurre esta vez en el terreno de los refranes, y mientras Carmen comienza su bestiario, esta vez el asunto se encuentra entre el hierro colado y las profundidades de la ciudad: las tapas de las alcantarillas. Me entero de que en algunas partes tales artilugios se están empezando a construir de plástico duro, lo que las hace mas económicas, pero alejadas de la nostalgia ferruginosa. Intento no perder detalle de lo que ocurre en la tertulia, escribiendo con un Parker azul en una libreta ya escrita con lápiz, Rocío me dice que cómo puedo enterarme de lo que pongo encima de lo que ya puse. Es como el asunto Windows; lo que escribo es el Xp, y lo anterior el 98. A mi derecha Sagrario comenta que a escasos metros están Fefa y Fefe, que a falta del grupo mixto nos hacen las veces de Personalidades-San-Pablo-Ceu-hacemos-el-mismo-ruido.

Estamos de acuerdo en que nos hemos desviado del tema principal de la tertulia, y a estas horas ya debemos estar más o menos por Tres Cantos.


Carmen termina sus narraciones. Una de las cosas que más me ha impresionado del asunto de las alcantarillas es la del hallazgo que se hizo hace años en la Puerta del Sol; cuerpos de soldados franceses que los españoles tiraron durante la guerra de la independencia. IMPRESIONANTE.


Vuelven los comentarios surrealistas. Esta vez hacen relación, tras la lectura, de una palabra que no se sabe si dejarla o sustituirla; el atolladadero se llamaba “defecar”. La cosa se resuelve con Fecal (para agua) y Pluvial (para lluvia).


Mientras, Sagrario, poseída por el espíritu de Artaud, cruza el papel con líneas rápidas, espasmódicas, cuchillas con la forma de un bic.


La tertulia esta llegando a su fin, creo, a Javier se le ocurre una idea de caracterización de personajes. Nos sugiere que nos inventemos tres características que pudieran darse en un personaje. Cada uno deberá elegir la que más le gusta del compañero de su derecha, y con ellas construir un personaje, único, Flaubertiano. Escuchamos un poco más a los impostores de Grupo Mixto, la mujer-decibelio choca vasos cada vez que intentamos leer, y sobrevuela rasante, animalando a Félix Rodríguez de la Fuente, inventando ruidos que no son de este mundo.


Comentamos los flecos para la cena del próximo día 2, así como el asunto del amigo imaginario, juego cuyo regalo no debe pasar de los cinco euros, y toca el turno de pagar a Lady Noise.


Salimos y una nueva anécdota parece esperarnos escondido en el frío nocturno. Un paquete-bolsa a la puerta del Café Galdós. No creemos que sea una bomba, pero esta atada a la pizarra de precios del exterior. Javier entra en el Galdós. Sale Lady Noise, sin pensar demasiado, coge la bolsa, camina hacia un cubo de basura y allí lo suelta. Mientras vuelve mas roja que un tomate, ríe. Pienso que menos mal que no era un artefacto de esos que estallan al mínimo ruido.


Nos despedimos, tirando en diferentes direcciones.



Vicente González

30 de diciembre de 2007

jueves, 27 de diciembre de 2007

10ª Jornada: Miércoles, 19 de diciembre de 2007

¿Os están dando plantón?
Pues se merecen sentarse en el suelo...



Ahora sabemos que el café Galdós puede tener más personas que sillas. Muchas más. Pero lo primero que vi cuando llegué la tarde del diecinueve de diciembre a nuestra tertulia es que nuestras mesas estaban ocupadas. Todas. Rodeadas de personas con ánimo de querer quedarse mucho, mucho tiempo, en ellas. Me di la vuelta, busqué hueco en la sala de fuera, miré, algunas mesas libres, escuché, pero había demasiado ruido. Volví a entrar a la de dentro y más despacio advertí que en el otro lado quedaba una mesa en un rincón que antes yo no había visto. Encogida, fumando el humo que la rodeaba, haciéndose la distraída, mirando al infinito allí estaba. “Lo siento bonita pero...” me dije en un segundo y me tiré a ella como un náufrago a un trozo de madera redondo con cuatro patas... No le di otra opción que la de acogerme en su seno conglomerado. Han cambiado la exposición, pensé, mientras me sentaba. Las fotografías de Colombia dieron colorido a mi espera. Las voces animadas de mis compañeros de café, los ruidos de sus vasos, me hicieron compañía hasta que llegó la cara amiga de Javier.

Bueno, ya éramos dos.

Después de ponernos al día de nuestras cosas, después de pedir la merienda, después de adaptar el volumen de nuestras voces al elevado y festivo del resto, nos mimetizamos como camaleones y empezamos a hablar de literatura.

Hemos cambiado las ventanas
para que miren al mar.
Las paredes las hemos pintado
de sal y hay peces
nadando en la bañera.

Pero aún
tiene esta casa
voluntad de barco
y de naufragio.


Javier venía con este poema bajo el brazo. Este poema que me gustó tanto y que me pareció tan aparentemente sencillo, pero en el fondo tan sugerente y profundo.

Llegado este punto de nuestra mini tertulia Javier ya me había hecho algunas sugerencias a un relato mío anterior “Creo que empiezo a entender” que lo mejorarán seguro. Y también ya habíamos establecido los deberes para el próximo miércoles. Escribir un relato o un poema con el anacoluto: “Yo de lejos, veo más tarde”. Me cuenta Javier que le llegó a sugerencia de Fátima, que ya nos está debiendo su compañía hace unos cuántos meses.

Más o menos fue en ese momento cuando nos damos cuenta de que ya ha pasado más de una hora de tertulia y no viene nadie... Y no acaba Javier de decirme que se teme que nos van a quitar las dos sillas en las que habíamos sentado a nuestra mesa a un par de esos espíritus atormentados y hambrientos, de esos transparentes que nos suelen acompañar en nuestras tertulias, cuando llega una chica hasta nuestra mesa para pedirnos educadamente señalándolas si las necesitábamos... Nosotros, viendo que pasaba lo que nos estábamos temiendo, envolvemos una cortés negativa en un silencio cerrado, le ponemos el lazo de unos ojos implorantes... y más o menos le decimos que quizás aún venga alguien... pero sin decírselo. Ella, saca su vena pizpireta y nos dice aquello de: “Pobres... ¿Os han dado plantón...?” con voz muy lastimera... por no decir teatrera. Y nosotros, embaucados por su tono amable, contestamos con nuestras cabezas que sí... otra vez sin emitir sonido alguno. Ella, seguramente ya muy peleada en estas guerras de bar, se crece en nuestra desdicha, y contesta ya llevándoselas: “Pues entonces se merecen sentarse en el suelo...” y antes de que nos demos cuenta nos hemos quedado sin nuestras preciosas sillas.

Con la llegada de CarmenFron, nuestra tertulia alcanza el número astronómico de TRES PERSONAS. Pero como tres ya son multitud, animamos a Carmen a que sea ella ahora quién se busque silla y proseguimos con nuestra tertulia...

Después de que Carmen se pida una cervecita “...para demostrarnos que está viva” y no es uno de nuestros espíritus y después de volver a confesar que el bestiario se lo ha dejado en el trabajo, nos enseña la revista de “Poeta de cabra” porque ella sí fue a la presentación y abordamos los aforismos sobre el ruido. Javier nos dice “Grita más la conciencia que el mayor de los ruidos”. En el fondo teme que eso ya se le ocurriera hace tiempo a Benjamín Franklin o alguno de esos señores que sacan en el Google y que un día dijo alguna frase muy importante que seguimos repitiendo por los siglos de los siglos... Pero no, esa se le ha ocurrido a él.

Y seguimos charlando, y charlando y charlando... mientras de vez en cuando volvemos a la literatura a golpe de frase “Vamos a leer porque si no, no hacemos nada...” que es siempre el gong mágico que alguno da al aire para que volvamos sobre nuestros temas.

Decidimos que para el próximo miércoles conservamos “tapas de alcantarilla” para nuestro bestiario. Y entonces me toca a mí leer mi relato.

Es corto, dos páginas, raro en mí. Pero nos da para muchas discusión sobre su final... Lo he titulado “El caza-argumentos” aunque no sé si éste será su titulo definitivo y comienza así:

“Todos tenemos algo que esconder. Tú también. Y yo lo sé”. Eso llevaba escrita la nota que aquel hombre, ciudadano ejemplar que pagaba sus tributos, conductor ... sacó de su propio buzón”.

Llega Ana entonces. Y ya somos los cuatro contertulios que terminaremos siendo.

Carmen lee también su relato titulado “Luna Pastora” y que comienza así: Todo el mundo tiene algo que esconder, y lo esconde como los piratas que esconden el cofre en el que depositan sus tesoros. De eso no sabía nada Pastora, cuando tenía 17 años y tenía los ojos brillantes...” Lo comentamos hacemos sugerencias y Carmen vuelve a leer un segundo relato: “El balón de Nivea”. Este segundo relato es mucho más cotidiano y cercano que el anterior. En la variedad está el gusto.

Retomamos el tema de los aforismos con uno que traía Ana: “El ruido de los silencios es el que más me inquieta”.

Y aún charlaremos mucho más tiempo, y hablaremos con y de los espíritus de muchos escritores y poetas, y después de felicitarnos la Navidad y desearnos los unos a los otros lo mejor, a eso de las nueve menos algo nos despedimos en la puerta del café Galdós.

¿Vendréis el día 26? Bueno yo creo que sí... yo es que aún no sé... sí supongo que sí... bueno pues nada hasta entonces... Feliz Navidad, Feliz Navidad.

Rocío Díaz Gómez
26 de diciembre de 2007

lunes, 17 de diciembre de 2007

9ª Jornada: Miércoles 12 de diciembre de 2007

"Soy como Nixon, que sólo hablo con los chinos" (Vicente)


Una vez acabada la Tertulia de hoy me doy cuenta de que voy a tener que recoger en nuestro Cuaderno de Bitácora un libro de citas más que una sucesión de actividades, que también las hay. Este día doce de noviembre de 2007 se sentaron alrededor de nuestra mesa Rocío, Sagrario, Carmenfron, Ana, Vicente y yo. En la mesa de al lado (cuando llegábamos al café Galdós veíamos salir a los diputados del Congreso) un grupo que por su indumentaria y por las cañas que pidieron definimos como "la marcha del grupo mixto".
Con este decorado humano comienzo leyendo yo dos poemas, uno, el de los deberes del fin del mundo, que terminamos leyendo a dúo Rocío y yo, interpretando las dos voces del poema, la voz del narrador y la de quien escribe la carta. Y un segundo poema, no era de deberes, sobre la ciudad y la memoria. Después leo mis aforismos, que debían tratar sobre el tema de las manos, después de una pequeña discusión decidimos ordenarlos de esta manera, siendo el primero el que más nos gusta:

1º La mano que tiembla esconde una palabra.
2º Las manos tienen memoria.
3º Cortarás la mano, pero no el deseo.

Quizás llevados por la marcha del grupo mixto o por la inercia navideña proponemos celebrar una cena rascamanera. ¿Qué tal el 2 de enero? Decidimos que podemos, ese día, tener la Tertuilia y después cenar por la zona. Ana propone un vasco, El Galopín. Aceptamos la idea que trasladaremos a todos, tertulianos presentes y virtuales.


Ana lee un aforismo que ha escrito que empezó siendo "las manos son como los paracaidas, emjor abiertas que cerradas", que ha quedado en "las manos y los paraguas, mejor abiertos". En plan urbano lo traducimos a "las manos y los bares, mejor abiertos".

Y lo anunciado y prometido es deuda porque empezaron las citas:

"¿Azucena, Julia, Feli y Almudena, dónde están?" (Sagrario)
"El próximo miércoles voy a traer algo escrito" (Sagrario)
"Y tráeme el 7" (Sagrario, refiriéndose al número 7 de la revista Rascamn)
"Es que soy como Nixon, que sólo hablo con los chinos" (Vicente, quejándose de que no le escuchábamos).

Hoy hemos superado la fase de los cafés porque por la mesa han desfilado cervezas y un par de vinos de Rueda.
Con este despliegue enológico, "Carmenfron, lee", le pedimos todos. Y comenta Ana: "La vulnerabilidad de Carmen" (esto que lo explique Ana)
"El bestiario me lo he dejado en casa" (Carmenfron)
"Somos completitas pero no perfectas que lo perfecto es enemigo de lo bueno" (Carmenfron)

Carmenfron nos lee su relato "Café caliente con poemas de renta antigua". Creemos que los poemas que la protagonista escribe en el relato y que define como de renta antigua deben ser poemas de techos altos, largos pasillos y familias tristes.
Carmenfron acepta el comentario y corregirá su relato.

Hablamos sobre el relato de Herman Melville que envió Vicente la semana pasada "Bartleby, el escribiente" y decidimos que lo leeremos todos y dedicaremos una Tertulia en enero para hacer un comentario del libro. Propondremos una fecha para ello.
Sagrario nos lee un poema que acaba de escribir:

Al fin, el fin de ti
el pájaro contó
que una lámpara
con coletas sonreía el golpe.

"Sagrario, no lo toques más, una rosa es una rosa" (Juan Ramón Jiménez y Javier)

"El que es bonito es el `poema de Ángel González que habla de la rosa que destrozó Juan Ramón Jiménez" (Rocío). Y por no dejarnos a todos con la sganas del poema al que se refería Rocío lo he buscado y aquí lo pongo para completar el comentario:

JRJ
Debajo del poema
-laborioso mecánico-,
apretaba las tuercas a un epíteto.
Luego engrasó un adverbio,
dejó la rima a punto,
afinó el ritmo
y pintó de amarillo el artefacto.
Al fin lo puso en marcha, y funcionaba.
-No lo toques más,se dijo.
Pero no pudo remediarlo:
volvió a empezar,
rompi
ó los octosílabos,
los juntó todos,
cambió por sinestesias las metáforas,
aceleró...
mas nada sucedía.
Soltó un tropo,
dejó todas las piezas en una lata malva,
y se marchó,
cansado de su nombre.

(Ángel González)

Dicho esto empezamos a proponer al autor del próximo día. Nos recomienda Vicente a Antonio Orejudo y su libro "Ventajas de viajar en tren".
"Prodigioso" (Vicente)
Otro libro más que nos propone "Crónicas urbanas" de Manuel Vicent. Ed. Debate

"El 17 me traes el 7" (insiste Sagrario)

Sagrario propone otro autor, para dentro de dos semanas, "Fragmentos de amor furtivo", de Héctor Abad Faciolince (Colombia). Otra novela que nos propone es "La virgen de los sicarios", del que no recuerda el autor "Fernando nosecuántos", dice Sagrario. (Pero como Google es así de generoso, lo he buscado y me dice que es Fernando Vallejo, que por cierto hicieron también una película del libro).

"Un vasito de agua" (Ana)
"Pero con mucho ruido" (Vicente)
"En Amargord teníamos más frío pero menos ruido" (Javier)

Rocío nos lee su relato que ya nos atraopa con el título "Esos ocho yogures a punto de caducar".

"Muy buen título " (Vicente)

Empieza el relato con la pregunta

¿Tienes tiempo?
¿Para tomar o para llevar?, dijo él.

Nos ha gustado mucho el relato, concluyo que Rocío, a partir de un hecho cotidiano (eso es lo difícil), ha escrito "El estudio de la psicología del hombre y de la mujer y sus distintas visiones de la relación de pareja" (Javier).
Más citas.
"La diferencia entre uno que escribe y un escrito es que el segundo elige las palabras" (Vicente)
Y Vicente nos saca a Raymond Carver, de nuevo. Nos enviará relatos de él a nuestra lista. Son relatos cortos pero intensos.

"El rueda te ha pasado por encima" (Vicente a Carmenfron)
Y es que notamos que son más de las 8 y media y se nos empieza a ir un poco la pinza.

"Los cortitos para el metro me gustan" (Rocío)

Y no sé (o sí lo sé) por qué extraña asociación de ideas Ana nos habla de una tienda de juguetes eróticos para mujeres en Lavapiés ("Los placeres de Lola") en la que venden vibradores para el metro como barras de carmín.

Tendremos que tratar estos temas con más detalle, hoy se nos acaba el tiempo.
Antes de irnos, las propuestas para el próximo día: aforismos, bestiario y las pautras para el relato y/o poema.

"La marcha del grupo mixto" hace un rato que se disolvió, nosotros lo hacemos ahora, guardando la sana costumbre de pagar lo consumido.




Javier Díaz Gil
17 de diciembre de 2007

jueves, 13 de diciembre de 2007

8ª Jornada: Miércoles 5 de diciembre de 2007


El fin del mundo...

Son las seis cuando entro en el café Galdos. Es un poco pronto, aunque me imagino que ya habría alguien. Y no me equivoco. En la última mesa, ya sabeis, la que esta mas pegada a los servicios, están sentados en amena charla Javier y Rocio. Nos saludamos.
Al poco rato, Javier saca una fotografía del último bar del mundo (no es que hayan desaparecido todos de golpe y sólo quede ese, es que la susodicha tasca se encuentra en Ushuaia, el extremo más meridional del mundo). A mi la foto me recuerda el interior inhospito de los personajes de Raymond Carver. Ahora, mientras escribo la bitácora, la estoy viendo y me reafirmo. Es una foto que muestra una caseta de madera, con un puente de finos tablones, también de madera, que muere, adentrándose, en el mar. De fondo, los glaciares argentinos y unos nubarrones que, me imagino, a las pocas horas descargaran sobre dos personas que se sientan en un par de sillas.
Mientras Javier nos explica los acontecimientos que ilustraban la instantanea, nos sugiere la idea de un relato que de fondo tuviera la fotografía, con el añadido de una mancha de café sobre el paisaje Ushuaiesco. Esto me recuerda otro relato en el que aparecía una ventana abierta, un mantel y un vaso encima volcado.
Escuchamos un hola y aparece Mercedes (creo que se llama). Le enseñamos la fotografia, y al rato también aparece Sagrario y Carmen, creo que ese fue el orden. Comenzamos.
Javier prorrumpe con un aforismo sobre la Navidad: La navidad no hace prisioneros. Y , en un ataque de inconsciente freudiano (ya parece ser una marca de la casa), creo entender que la navidad nos hace prisioneros. Javier me dice que es un aforismo acertado, aunque se que la idea original es lo difícil de ejecutar, la modificación es un trabajo sencillo. El aforismo es tuyo, Javier. Después, nos lee un poema relacionado con la frase que, la semana anterior, tuvimos a bien seleccionar para el trabajo de este miércoles (das besos de antigua). Tras analizar y opinar sobre el poema surgen comentarios relacionados con el lugar donde celebramos las tertulias. Mercedes dice que en su barrio (Méndez Alvaro) hay un lugar maravilloso de la cadena de cervecerias irlandesas Guiness que podría ser el lugar perfecto para una de las tertulias. Rocío dice que para ella cualquier lugar está lejos de su casa, y Javier y yo decimos que con una pértiga puede ir haciendo haciendo transbordos en diferentes lugares del trayecto hasta llegar a Méndez Alvaro. Javier ha traido un libro de Alessandro Barico, lo hojeo. Tiene buena pinta.
Rocío toma el testigo y, amparándose en la frase de los besos de antigua, le toca el turno. Lee un relato sobre una pastelera y un aprendiz. Y ahí surge, de nuevo, lo misterioso del café Galdos, y es que mientras no leía nadie, allí no se oía un alma, pero al rato cuando comenzabamos a leer, prorrumpían efectos extraños de un par de tipos de al lado que manipulaban un portátil, o bien un tío con un teléfono móvil que no paraba de decir en voz alta lo mismo que podía decir en la calle. Y tan pronto como nos callábamos (en este caso Rocío) allí no gritaba ni Dios. Cuando acaba el relato le llega el turno a las interpretaciones. A mi me sale la vena freudiana y digo que lo que le pasa al aprendiz es que busca una madre, además de que la pastelera es un poco egoísta, Javier suelta que el brazo de gitano que al final aparece en el relato quiere decir algo. Sagrario y Carmen comentan que los relatos de Rocío son de psicoanálisis, y ésta última comenta que cada vez que lea un relato irá con cuidado. Javier tiene la idea de que, en lugar de que ambos (pastelera y aprendiz) brinden con cava en una escena del relato, lo hagan con anís. Mercedes acierta diciendo que podrían hacerlo con sidra.
Me toca el turno y leo un relato del libro de Angel Zapata La Vida Ausente. Trata de un padre y un hijo tumbados en la cama de un motel. Este último le pregunta al padre una serie de incoherencias que, hasta bien llegado el final, no toman la forma de comprensión total del relato. Y de nuevo mientras se lee (cómo no) aparece la camarera y nos pregunta que qué deseamos. Es que no podía haberlo preguntado antes mientras callábamos. Sospecho que hay una conjura para que nos mantengamos callados. Carmen acierta de pleno en la interpretación del relato.
A Sagrario se le ocurre un poema que de inmediato escribe con un Pilot azul en su libreta. Nos pide consejo sobre cómo continuarlo. Escuchamos, mientras Javier intenta ayudar en la composición del mismo.
Se acerca la hora del final de la jornada tertuliana, pagamos, y lo que en un principio pudiera ser el comienzo del ahorro de dos euros y medio en la factura resulta que al final pagamos lo debido.
Salimos a la calle y Sagrario coge unas tarjetas donde pone Bartleby, el escribiente. Es el título de un relato de una maravillosa novela corta de Herman Melville, que pongo a disposición de los que leen en este momento los trasuntos que acontecieron ese dia.
Nos despedimos tirando cada uno en una dirección distinta.

Vicente González
8 de diciembre de 2007

domingo, 2 de diciembre de 2007

7ª Jornada: Miércoles 28 de noviembre de 2007

Besos de antigua...

Allí estábamos las dos: Mi miedo a que no venga nadie y yo, como dice Javier, esperando a que llegara alguna cara conocida. Allí estábamos en el Café Galdós despidiendo noviembre. Mi miedo a que no venga nadie se pone nerviosa cuando llegamos y encontramos nuestras mesas vacías, no dice nada, pero yo la veo que le tiemblan las piernas, y no para quieta, sin querer sentarse, no vaya a ser que nos tengamos que levantar tan solas como nos sentamos. Intento convencerla de que lo mejor es esperar dentro, es noviembre, hace frío, las esperas son más cortas con un café caliente frente a nosotras. Pero hay días que está imposible, como ayer, y no la puedo convencer... Y allí me tuvo delante de la puerta del café, amenazándome con que diez minutos, diez, y si no, nos íbamos. Cuando vi aparecer las alegres caras de Adriana y Marina, como si fuéramos niñas chicas y enfurruñadas me volví hacia Mi miedo a que no venga nadie y en un absurdo y vengativo desplante autodañino le contesté: “¿Ves? Te lo dije...”

A partir de ese momento ella y yo dejamos de hablar, porque Marina, Adriana y yo acaparamos todas las conversaciones. Tres ya son multitud, dicen. No pasó demasiado tiempo cuando nos llamó Javier para estar con nosotras en la distancia. Ni tampoco demasiado, antes de que llegara CarmenFron con sus deberes hechos. Ni Vicente con sus libros, ni Ana envuelta en su enfado contra la Comunidad de Madrid y su prisa. Aún no lo sabíamos pero ya estábamos todos. Y éramos más que suficientes.

Quizás fue entonces cuando dijo Marina: “Los relatores nos superan en número”. CarmenFron nos contó su paso por El Escorial, donde fue premiada, enhorabuena, y pasamos a leer los aforismos de esa semana sobre “escribir”. A propósito de ello Adriana nos leyó uno de Julia Oxoa, que había enviado Mercedes y que le había gustado: “El secreto de la poesía pertenece más al náufrago que al navegante”. CarmenFron nos leyó su aforismo:

“Escribir: Necesidad para el escritor, obligación para el estudiante, frustración para el analfabeto”. Carmen Frontera

A mí me costó acordarme del que había pensado pero al final lo conseguí:

“Escribir es descontarse con muchas voces”. Rocío Díaz

Y volvimos a comentar aquello de lo difícil que es inventarse aforismos. Para la siguiente semana el tema elegido para ello es “La Navidad”.

Ya de paso también elegimos el protagonista de la nueva entrega del Bestiario Urbano: “Las luces navideñas”. Le habíamos dado un descanso de una semana, pero se acabó, hay que continuar...

Y seguimos con las lecturas. CarmenFron nos leyó su relato: “No todas las bruxas fueron buenas” a propósito del ejercicio del miércoles anterior, el que había que escribir sobre un mesa con el mantel puesto, y una ventana abierta. El relato empezaba así: “En el castillo que habitaba en la alta colina, hacía muchos años, ...”. Carmen había vuelto a su tema preferido de brujas y lo había hecho a lo grande. Fue la excusa perfecta para que Ana nos recitara en gallego un conjuro y nos hablara de su cansado y peligroso pasado entre queimadas...

Y de queimadas a besos. Entre Ana y Vicente nos dieron el principio del relato o poema para la semana que viene: “Él le dijo que ella daba besos de antigua, ella contestó que nadie se le había quejado hasta entonces...” Se admiten variaciones sobre el texto, y puede ser principio, o cuerpo o fin del relato o poema. Por supuesto. Del resto de frases u ósculos que allí se dieron o se hablaron o se imaginaron, esta escribiente, prefiere no comentar... se queda para los que allí los disfrutamos.

Volvimos a la literatura con los versos de Marina que nos leyó su poema que había titulado “Aullidos” y que comenzaba así:

Odio las palabras,

y cuando las odio,

hago hincapié en la ira que destilo...

Este último verso nos cuenta que surgió de una conversación entre Adriana y Marina y que ambas han escrito con él un poema. Adriana nos leyó también un poema titulado “Herencia” que arrancaba con estos versos:

Ninguno de ellos esperaba esto de mí.

Vengo de un nido cálido cubierto de estrías,

Mi madre...

¿No os apetecería seguir escuchándolos? Realmente mereció la pena poder disfrutar de todo lo que ayer se leyó.

Pero aún Adriana nos deleitó con otro poema que definió como “ligeramente erótico”. Al oír esto todos nos levantamos alborotados y gritamos a viva voz haciendo la ola con los folios en las manos : Sí, sí...que lo le-a, que lo le-a... No, claro, es broma... Se trataba de un poema breve para los que últimamente acostumbra a escribir Adriana, y venía encabezado por una cita muy, muy sugerente del grupo Placebo: “Protégeme, protégeme de mis deseos” y que comenzaba así:

Cuando al buscarme tu soledad bajo las sabanas,

Nos embarcamos juntos en la impaciencia,

...

Fue en ese momento cuando Adriana se prestó voluntaria para buscar poeta para la semana que viene.

Y después nuestras chicas, las poetas, se nos fueron: Marina con su metro y medio de estatura, sus 70 cm. de melena, y un montón de versos bajo los pies con tanta fuerza e intensidad que parecen hacerla crecer a cada paso. Adriana a su lado, sacándole una cabeza llena de números, pero vestida de largos poemas narrativos coloreados de imágenes, pura sensibilidad de matemática.

Y nos quedamos los relatores, ahora sí. Vicente nos comentó que estaba leyendo: “El espinoso sujeto. El centro ausente de la ontología poética” de Slavoj Zizek. Ahí queda eso. Y nos trajo “El gran sueño del paraíso” de Sam Shepard, “Centuria” de Giorgio Manganelli y “¿Quieres hacer el favor de callarte, por favor?” de Raymond Carver, del que nos leyó un relato breve: “El padre” que luego estuvimos comentando.

Y la tertulia transformó la literatura en dietética y ejercicio físico para poner su punto final. Sobre unas copas de vino blanco y un portaminas regalado empezamos a despedirnos.

Último miércoles de noviembre de tertulia en el Café Galdós. ¿Nos vamos? Le pregunté a Mi miedo a que no venga nadie, pero ella no me contestó, ya se había ido, aburrida de nosotros... Quise pensar que no se había despedido por no interrumpir, porque me vio entretenida, a gusto, porque me vio disfrutar de los relatos y poemas de mis compañeros, lo que siempre es un verdadero lujo.


Rocío Díaz Gómez
29 de noviembre de 2007

6ª Jornada: Miércoles 21 de noviembre de 2007

Benedetti: "El olvido está lleno de memoria"

Son las tres de la tarde y todavía no he decidido si por fin iré a la tertulia, a pasar la tarde con esos amigos, viejos y nuevos que hace tanto tiempo que conozco y que tan poco veo últimamente. Aunque dije que iría, aún no sé si es buena idea dejar a Álvaro con los abuelos y tomarme una tarde de relax que tanta falta me hace, ¿y por qué no? De repente cojo el teléfono y decido que sí que necesito ser algo más que madre, al menos esta tarde. Que disfruten un poco los abuelos de niño y de deberes, uffff, qué peso me he quitado de encima. Es estupendo el primer día de clase, o de tertulia, aunque ya nos conocemos todos, sigue siendo igual de emocionante, quizás más cuando echas tanto de menos a la gente. Nuevo sitio aunque las mismas caras. Llego al café Galdós sobre las 6 menos cuarto mas o menos, pregunto dónde suelen ponerse y al entrar me encuentro a Carmen, sola frente a una cerveza, a continuación llega Rocío, y Javier, y CarmenH y Sagrario, y ya estamos todos. Javier me ha preguntado por el soneto ese que tenemos a medias y no sé por donde seguir, pronto lo acabaremos. Cafés, alguna cerveza, la tarta de chocolate de Sagrario. Y leímos a Lucía Aldao, que a mí no acaba de convencerme, aunque la descubrí allí con lo cual tampoco me he parado a leerla demasiado, aunque su biografía al menos era un poco más divertida de lo habitual. Y luego llegó Sam Sephard, propuesto por Vicente, pero los que allí estabamos no acabamos de encontrarle la gracia, y un poema que Javier interpretó como misógino y los demás no encontramos apenas el porqué. Y Luego Jesús Aguado que fue bastante mejor que el anterior. Estoy pensando que debería ir más a menudo aunque eso me suponga llegar a 100 por hora y regresar a 200, pero creo que merece la pena.

Llega el momento de los aforismos, nueva sección de la tertulia, patrocinada supongo que por Javier, que siempre tiene nuevas y buenas propuestas que hacernos. El tema sobre el que había que escribir un aforismo era: “la memoria” y aunque sólo los leyeron Javier y Rocío, a mí me andaba rondando uno por la cabeza que no es mío (que más quisiera yo) que ya he utilizado en algún poema y que es del sr. Benedetti:

“El olvido está lleno de memoria”,

y que me parece precioso además de una verdad como un templo. Javier nos dio dos versiones del suyo que aquí están:

No puedes cambiar la memoria pero si el presente que la alimenta” y

No culpes a la memoria sino al presente que la alimenta”,

a mí particularmente me gusta más el segundo, lo veo más contundente, más reflexión. Y luego Rocío nos dijo:

“¿a quién no arropa un buen recuerdo?” y

“Somos lo que la memoria no quiere olvidar”.

La verdad es que tanto unos como otros nos hacen pensar en lo que realmente la memoria pueda ser.

A continuación Javier propuso escribir aforismos sobre eso: “Escribir

Llegó el momento de los relatos, como siempre las más aplicadas, Rocío y Carmen nos leyeron unos preciosos relatos. Coincidieron las dos en sendas cartas, la de Ro se titulaba “No hay libertad como la música ni música como la libertad”, trataba y nos dejó a todos con ganas de más, Porfa, porfa, Rocío, cuéntanos que decidió Gregoria y si contestó a esa carta a ese admirador secreto que tenía después de tantos años. Y luego llegó Carmen con esa carta a un maltratador que recibe de su hija una vez puesto en libertad, después de años de cárcel por haber matado a su mujer y a su otra hija. “Nadie había muerto todavía” se titulaba. Qué bien escribís chicas, y qué aplicadas sois siempre, y hasta le poneis título a los relatos, cosa que a mí me cuesta tanto. Carmen también nos leyó relatos anteriores del bestiario urbano, una sobre patios interiores, y la otra sobre grafittis, (de lo cual, según comentó, sabe bastante).

Rocío propuso que a partir del próximo día se leyeran los relatos y los deberes al principio de la tarde porque siempre nos falta tiempo, y yo creo que es una buena idea.

Y se acabó la tertulia, qué pena, siempre dura tan poco, aunque sean dos horas. CarmenH es la encargada del autor de la semana, y yo del poeta, al que sigo dándole vueltas. Ah, y los deberes de la próxima semana son:

- Esta casa no es habitable

- Yo no he salido nunca del cine

- Balon de nivea

Estas son las frases que propuso Javier para escribir pero lo que no recuerdo es si sólo había que elegir una o varias.

Y por lo demás solo queda deciros, que esto ha sido un placer chicos, y que aunque se me olvidan algunas cosas, seguro, estoy deseando poderme hacer otro huequecito cualquier otro miércoles para estar con vosotros, aunque ya sabéis que si algún día decidís cambiar de sitio a la puerta de mi casa hay un irish pub que seguro estaría encantado de acogernos (yo echo la pelota por si cuela).

Mercedes Codesal Manzano

26 de noviembre de 2007