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jueves, 29 de septiembre de 2016

3ª Jornada/X año: Miércoles, 28 de septiembre de 2016


Composición para una tarde de sonetos y libres...


Suena la campana... Y empieza el concierto... Los músicos, dispuestos en sus asientos, contemplan misteriosamente la música, que el director de orquesta, Javier Diaz, hace que baje, para que no distorsionen las notas... El coro está dispuesto:

- Juan Manuel, Juan Antonio, León, Paco Fenoy: Tenores.
- José María, David: contratenores...
- Vicente: barítono.
- María Juristo, Isabel Morión, Ana González, Amelia Peco, y Feli Martinez, sopranos liricas...

Comenzó delicadamente la cadencia de palabras hechas soneto que Juan Antonio deja deslizar: "Subsaharianos a la deriva, en las partidas cuerdas de una vida, mientras el corazón gime y bascula." Aquí la nota, salta... Sugieren la palabra "ulula".

Para León, Juan Antonio es el Emilio Salgado de Colmenar.

Paco Juan Manuel interpreta otro soneto de Fenoy y éste dice que si lo hace Blas de Otero,  ¿por qué no él?

Mientras José María pide leer el soneto de Fenoy: "Mira largamente el horizonte, de un silencio que no muere, de sangre y vino fuerte".

Orden... Se oye la varita-campana del conductor de la orquesta. Le dicen a David, que es buenísima su novela Tiempo de Orquídeas. Realmente lo es.

Mientras Fenoy reclama: Hay que introducirse en Góngora y en Fray Luis de León, y dice que lo próximo que haga serán Haikus.

Maria Juristo, soprano templada, interpreta "Mi tiempo"... "Henchidos de esplendor y de misterios..."

El director de orquesta nos dirige cómo jugar con las palabras polisémicas y cómo argumentar el Haiku.

Ana González que acaba de venir de las Azores nos trae un aire renovado a la orquesta, nos habló de poesía lésbica, nos sugirió un plato culinario: alcatre -pez congrio- comida típica de allí con lapas, (parecidas a las zamburiñas). Vicente añade que las lapas, son los separados de las discotecas, él es un baritono astuto y también dice que los hombres portugueses son muy aburridos. Ella deja caer sus atinados versos: "El hilo recto... El blanco de mi pecho... La culpa..." 

Hacemos un receso, y alguien dice: Ya se han cargado a Pedro Sánchez, estaban tardando, y curiosamente, de vuelta a la melodía, Juan Antonio, como rapsoda, nos interpreta: Queridas máquinas:

"Todo es felicidad contigo camarada, yo te acompaño con amor electrónico, no hay arte, ni igualdad..." Se discute, si podría ser un poema teatralizado.

Y hoy, tarde de sonetos, no podía ser más importante José León, digno tenor: habla de amor andalusí (en la calle Larios) de Afrodita... y dejando su nota más alta. cierra: "Como si fuera a terminarse el mundo.. Besé tu nuca.". Silencio arrebatador, la obertura estaba dando sus frutos, la elaboración de aquel ensayo, estaba haciendo que cada nota fuese asentándose en su lugar del pentagrama.

José María: El Manantial; Fuente y luz esconde mi canto, celebro el nacimiento de cada nueva estrella... En su partitura poética, el manantial cerraba el poema, pero... se le dice que ahí le resta potencia al poema, que por qué no abrir mejor con ese título.

Javier maestro y conductor, le dice que debería hacer más poemas cortos, que se le da muy bien.

Y llega la soprano lírica que sabe estar en escena como una gran maestra, Isabel Morión. Se le da la bienvenida ya que ha estado un tiempo de baja por un accidente. Nos interpreta haikus, de su nuevo poemario Líneas paralelas. No es fácil hacer Haikus, que es toda una filosofía de la la naturaleza. Y nos deleitó con uno entre muchos: "Cuando paseas / los árboles se mecen / como abanicos". Sus poemas, recuerdan en este libro a Alfonsina Storni, le dice el director, la intérprete dice que la ha leído.

Justo en este momento, nuestra orquesta sinfónica se queda en orquesta de cámara, ya que algunos de sus miembros tienen otros compromisos contraídos... El premio Poeta de Cabra, nos sugiere José María, está representado por algunos miembros de la Orquesta Rascamán, pero no dice nada más...

Amelia nos contó un poco la historia de su novela, en la que está poniendo mucho empeño. Volver al vientre se llamará, donde su abuela es el personaje central, y el gran vientre es la dehesa, esa dehesa de las entrañas de la infancia.

Vicente, gran lector, nos indica como sugerencia a Valle-Inclán y a Edgar Allan Poe. Concretamente, de este último El cuervo. Estas dos lecturas era una conversación que un barítono díscolo, pero sabio como es él y un gran tenor como León, estuvieron comentando y a los que escuchamos fervientemente.

Feli Martinez, leyó la partitura de una futura melodía en construcción.
Abrir los recuerdos es ser... No encontrarás ahí el recuerdo, misión de lo vivido.

Es un poema difícil para la autora, ya que expresa la ligereza de las tecnologías actuales y las tangibles del pasado y se abre a un gran numero de instrumentos a ver con qué sonido podría ir mejor. Como el móvil es un instrumento visual... podrías cambiarlo por visión de lo vivido, sugiere Amelia.

El director de esta gran orquesta sinfónica empieza a desgranar su partitura: Pero en el sur, el viento no deja, que se pudran los árboles... Erguidos como fantasmas... Soledad del hielo... Pecios de luz azul a la deriva arrancados de la fría sangre... Lo supe antes, lo supe sufriente glacial azul antes de haberte contemplado.
Su poemario: Regresar a Chile.

Así hicimos el ensayo de un mes posterior, que vendría plagado de éxitos de unos grandes rapsodas que moldearon una tarde de sonetos y libres en una gran obertura.


Feli Martínez
27 de noviembre de 2016

martes, 27 de septiembre de 2016

2ª Jornada/X año: Miércoles, 21 de septiembre de 2016


Habíamos anclado el buque en una de tantas islas del Pacífico...


Habíamos anclado el buque en una de tantas islas del Pacífico, más bien un islote, en un descuido de los guardacostas, y de esta forma librarnos de pagar la comisión que tienen por costumbre cobrar por atracar el barco en los puertos regidos por las leyes de la piratería.

Habíamos pasado el día entre vaporosos tugurios frecuentados por gentes de postín que iban y venían cargadas con el botín, que habían robado a los ciudadanos de sus respectivos países, como es habitual desde que los corsarios se adueñaron de las islas Caimán y otras no menos relevantes; yendo y viniendo de acá para allá, de banco a banco, de sucursal a sucursal, provocando crisis económicas  por doquier; o juega que te juega, lanzando dimes y diretes en los mercados bursátiles sobre la próxima subida del kilo de trigo, o cualquier otro rumor que les reporte suculentos beneficios, mientras se desencadenan temerarias caídas de la bolsa, provocadas por la venta de papelitos , cuyo valor han inflado artificialmente.

Pero como decíamos, habíamos pasado el día en dichos tugurios festejando el hecho de estar vivos, con ruidosas canciones de altamar. Estaba anocheciendo y al llegar a nuestra nave, varios guardias de aspecto feroz nos apuntaron con sus fusiles impidiéndonos subir a nuestra embarcación. La confusión y el barullo se extendió por la marinería y cada cual parloteaba lo que le parecía, “que si esto nos pasaba por haber burlado a los guardacostas”, ”que no, que lo que sucedía es que nos habían confundido con narcotraficantes”, ”quita ya, si aquí estaban los mayores narcos, ocultando el producto de sus crímenes”, en fin, que cada cual soltaba lo suyo, y los guardias erre que erre sin dejarnos pasar.

-Pero si tenemos permiso para atracar los miércoles en este muelle, voto a bríos
-Mis instrucciones es que ese privilegio se ha terminado.
-Por cien mil tiburones, protestó León, tras dejar boquiabierto al insolente guardián, al recitar el soneto andalusí, del que entresacamos los versos:

“Hallé tu lengua, el corazón latía
Como si fuera a terminarse el mundo.
Mordí tus labios y por un segundo
Se disolvió tu alma con la mía.
(…)”

Terminando de esta suerte:

“No hay mañana ni ayer, afán ni prisa,
Se fueron para siempre de repente
En la noche más bella de mi vida.”

Tan magnífico, que a los embelesados guardianes se les cayeron los fusiles en el suelo de cubierta.
Indescriptible confusión que aprovechamos para arrojarnos sobre los mismos y amenazarlos con el mismo aspecto de pocos amigos con que nos recibieron.

.¡Quieto ahí!- amenazó nuestra corsaria Mª Juristo con su daga al capitán de los feroces guardianes desarmados que se había atrevido a dar un paso en falso. Y tras poner las cosas en su sitio, nos obsequió con la lectura del poema Donde:

“Donde los hilos de mis dedos
empaparon de miel
tu labio oscuro,
donde el sudor de mi hueso
derramó la jícara de plata.
(…)”

Muy bueno.

Un guardián semidormido provocó el balanceo de un barril vacío que, al caer al suelo y rodar por la cubierta, originó una estridente confusión que terminó con la toma de los fusiles por los furiosos guardianes del islote, cosa que no impidió a Fenoy la lectura de dos poemas. Uno dedicado a su poeta preferido Fray Luis de León- Sí, se lo dedico a Fray Luis, porque él era rojo aunque fuese fraile. Un auténtico rojo.

Entresacamos la estrofa:

Y desnuda su ritmo
de amor dulce a un mundo descubierto:
nervio a nervio subido
con ojos de mañana,
de los que todavía no han nacido

Y tras leerlo, dirigiéndose a los estupefactos polis, y echarles en cara que eran siervos de la gleba, nos leyó el poema social, del que destacamos los versos:

“Sus miserias, sentencia, suben a lo más alto.
Lo que vive no está en la nube fétida
sino en la que respira y fluye el agua
donde late la vida roja y siembra.” 

Para a continuación, Omega, tras decirnos que su nombre además de simbolizar el Fin, tiene origen egipcio -el ojo de Horus-, nos leyó el relato titulado Agripa Póstumo, que más bien nos pareció  el comienzo de una novela, durante el reinado del emperador Tiberio; relato en el que nuestra compañera consigue trasladarnos a la Roma imperial con singular maestría.

Nuestros guardianes, hartos de tanto mareo poético, tras agarrar violentamente al que escribe esta bitácora, nos conminaron a abandonar el barco hasta nueva orden. A regañadientes y soltando algún taco que otro, acompañado de gritos marineros, abandonamos la cubierta, no sin antes interpelar al jefecillo de los guardianes, el cual nos contestó, apretando el puño y mordiéndose los dientes:
-En este islote sólo se permite la entrada a delincuentes y gentuza similar, salvo raras excepciones; naturalmente, con el correspondiente permiso de la autoridad competente y si el tiempo no lo impide. 
-¿Pero qué se habrá creído este menda? -gritaba uno.
- Y si no lo hacen las tormentas mi daga hará buena cuenta de ellos.
-Bocadillo de tiburones.
-¿Qué es este alboroto?- preguntó nuestro capitán, asombrado por el ruidoso espectáculo, que estábamos originando. 
-Nada, nada, que no nos dejan subir, por lo visto no somos delincuentes; vamos, que somos unos piratas de pacotilla; una cosa como entre gilipollas y cómica -le respondí , al tiempo que recogía tres magníficos poemas de su libro “Regresar a Chile”, que a nuestro capi se le habían caído en el suelo, y del que resalto del poema Octubre:

“---------------------------
El tiempo y el espacio
 se conjuran,
inventan recetas para acabar
con el miedo,
------------------------------------------“

O

“Por las venas  
de la ciudad
se deslizan lentamente
los automóviles”

U otro poema  dedicado a Salvador Allende, que termina

“En el cementerio general 
de Santiago,
tu nombre, Salvador,
sobrevive a la muerte.” 

Siempre habrá en este mundo gentes que, como Javier, recuerden con ligeros gestos o palabras, la permanencia en el planeta de los hombres honrados, a pesar del intento de un grupo de canallas de borrar su memoria después de acabar con su vida en una mañana de tambores.

Javier, tras apaciguarnos y subir a cubierta, provisto de una autorización del inmediato superior del jefecito de los guardianes, éste, tras fruncir el ceño contrariado, ordenó bajar a los milicos, señalando, que él se limitaba a cumplir órdenes.

Resuelto el conflicto, nos enfrascamos, no sé por qué, en una ruidosa conversación sobre atropellos en carretera: cruces con jabalíes, zorros, una rueda de coche, y otras aventuras de los cuatro ruedas, que David redondeó con la pena que le produjo atropellar a una lechuza una aciaga noche y que recordaba con ese tono de tristeza tan especial de este joven escritor que, a petición de León, nos obsequió con la lectura de uno de los episodios de su novela Tiempo de Orquídeas, en el que se nos presentan a dos personas de diferentes edades, que trabajan en la misma empresa, y que poco a poco se van conociendo, en el contexto de los asesinatos de los abogados de Atocha. Muy bien conseguido.

A continuación Juan Antonio, tras apretarse un tornillo oxidado de la prótesis de la rodilla, que hacía poco le habían hecho aprovechando un viaje a Cuba, nos sorprendió con el magnífico poema Queridas Máquinas, en el que se establece un diálogo entre el conductor y el móvil, que termina con un trágico accidente, del que entresaco:

“-El mercado me quiere digital,
vida maravillosa...
a mi lado te pongo.

-El mundo es arcaico,
vive en el desenfreno de tus dedos,
saborea imágenes
escucha en tu burbuja mis canciones….

-El odio está en tu plástico escondido,
tu quieres verme inmóvil…
………………………………………………………….”

Muy interesante, Juan Antonio.

Por otra parte, el que esto relata, tras sacar la espada de la vaina, limpiarse el sudor que acosaba su frente y lanzar su daga por los aires, estrellándola en el centro de una diana situada a 20 metros, y de un radio de dos centímetros, leyó el poema titulado 

Armónicos

“Ser. Estar. Vivir…
y temblar como una nota
sumergido en sus vibraciones,
intercambiando mensajes
en un espacio-tiempo en expansión.
Mero violin plagado de armónicos
de sutilezas gravitacionales,
de concavidades
pandeadas por la sinfonía cósmica
rica en resonancias.
Este es el universo que me envuelve
y al que inexplicablemente
trato de entender”

A continuación, María Jesús tras salir airosa de dentro de un barril, que no sabemos por qué artilugios de los hados malignos había ido a parar ahí y, tras sortear diversas aventuras en las que el peligro era el protagonista de sus talones,  nos leyó  el siguiente relato breve:

“Este hijo no será buey de bueyes, piensa, encorvada hacia la mies.
Una mina olvidada revienta sus entrañas”.

Así, sin más. Como siempre tan certera, fulminante y cortante en tus pequeños relatos. Genial


Juan Manuel Criado Manzano
26 de septiembre de 2016   

jueves, 22 de septiembre de 2016

1ª Jornada/X año: Miércoles, 14 de septiembre de 2016



1. EL FINAL DEL VERANO 


Así comenzaba una de las canciones más populares del Dúo Dinámico allá por el año 1963. Aunque su titulo original era “Amor de verano”,

Como todos sabemos, esta canción recrea en sus notas la nostalgia que supone la despedida de un amor de verano donde no existe la certeza de volver a ver. 

En cambio, los RASCAMANES, sí sabemos que volveremos a encontrarnos pasada esta época estival. 

Algunos de los compañeros se quedaron en Madrid a pasar el duro verano entre los coches, el asfalto, las terrazas amadas y las piscinas que componen esta ciudad tan cosmopolita en la cual vivimos y a la que volvemos, una y otra vez cuando marchamos, como si fuera uno de esos amores de verano que nunca olvidas. 

Así comenzamos un nuevo curso como estudiantes fieles a las letras. Con nuestro amor de verano bajo el brazo: Poesía y relatos frescos y calurosos.

* Así abre tertulia nuestro amigo Paco Fenoy, con la piel y la boca abrasando con nuevos poemas de su libro “De un silencio que no muere”. Y también, como siempre, la polémica está servida en este primer plato de sopa hirviendo con el que recibiremos el otoño. La defensa de Paco ante la crítica es implacable. Pero también como siempre, se llega a conclusiones ya que el fin que nos mueve a todos es que cada una de las líneas que escribimos vayan alcanzando la calidad que merece la poesía. 

* Miguel Paico nos sorprende con un bello poema de amor: “Luciérnagas azules”, parece ser, nos explicó Miguel, que la luciérnaga azul es casi imposible de fotografiar. Ante esa curiosidad metafórica del titulo se intuye en el poema por un lado, la belleza del amor y por otro, la fugacidad y lo difícil que puede ser, a veces, mantener dicho amor.

* Le llega el turno a María Juristo, nuestra rubia de ojos azules que nos hace rememorar una y otra vez el mar y el cielo del verano. María lee un relato corto donde vemos cómo un padre le trasmite a su hijo una serie de valores sobre la paz, desde la personalidad de Nelson Mandela.

* Carlos Tejado nos presenta un relato donde la acción transcurre en un cine. Una pareja está viendo una película de guerra. Ella, ensimismada en la pantalla, él, ardiendo entre sus muslos con la imaginación mientras que lo único que hace es comer palomitas y mirarla. Dos seres humanos frente a dos mundos: el amor y la muerte como dos fuerzas que se funden.

* Aureliano Cañadas nos ha traído pasteles, ¡guauuuuuuu, qué ricos! Ha querido festejar con nosotros su 80 cumpleaños, eso se llama vitalidad y amor por el arte. Aureliano nos lee un poema de su libro “La isla de la nada”. La poesía de Aureliano siempre es reflexiva, breve pero intensa. En este caso nos habla de la fugacidad del tiempo:

“El jardín de las delicias
está siempre detrás…"

Aquí termina mi intervención en esta Bitácora compartida. 

Cedo los trastos a nuestro Jefe de este Campamento de Verano. 



Amelia Peco
20 de septiembre de 2016











2. EL FINAL DEL VERANO (Recojo los trastos y continúo)

Se marcha Amelia y tomo papel y bolígrafo para continuar dejando testimonio de lo acontecido en este primer día del nuevo curso de la Tertulia Rascamán, la que hace ya la número 11.

Mientras Amelia sale, Aureliano nos cuenta que ha mandado la obra "Calacas", (obra conjunta, con imágenes de Juan Ortíz de Mendívil y poemas del propio Aureliano Cañadas) al poeta granadino Francisco Domene que a su vez se la ha enviado a una amigo editor que está interesado en publicarla. Nos cuenta también que tiene en proyecto publicar un libro de entrevistas a las personas que conocieron a su hermano, el pintor  Luis Cañadas. Sería un hermoso homenaje, sin duda.

* Es mi turno de lectura y como vengo haciendo en semanas anteriores, durante nuestra Tertulia veraniega "de guardia", leo algunos poemas de un libro que estoy revisando tiulado "Regresar a Chile".

* A continuación Leo Varela, que viene con una muleta por culpa de un socavón urbano en la calle San Mateo y que le ha producido una fractura de tobillo nos dice que ha escrito una cosa rara después del accidente. Se titula "Miedo"

Dieu, Hótel Dieu
Seguramente agradable
no tengo miedo
Lo espanto

Y termina con...

Dieu, Hótel Dieu
Poderosamente concurrido
en la habitación 001

Allí, muere Miedo.

Dios, los dados, el miedo... ¿muere el miedo?

* Juan Manuel Criado lee "Instantes". Juan Manuel, poeta y científico no puede abstraerse de unir en ocasiones ambos temas en un poema. "En este columpio del tiempo / sin retorno... "
Discutimos sobre la expresión "pequeño tiempo" que ha incluído en un verso. Decide que sustituirá pequeño por otra palabra, quizá se decida por minimal. Hermoso poema.

* Ana Gonz cierra las intervenciones de esta primera Tertulia del nuevo curso. Trae un poema breve  que se convertirá, probablemente, en uno más largo; "Agujas".

Atinaste
(...)
acertaste el blanco
reflejo de la culpa.

Hablamos de los movimientos reflejos, esos que desvelan en su automatismo involuntario otras verdades.

Nos marchamos con la alegría de retomar la cita de cada miércoles en el Santander con la mente poblada de luciérnagas azules, el rostro de Mandela y el del actor Peter O'Toole que nos recordaba Carlos Tejado protagonizando "La noche de los generales" (ha visto la película unas 20 veces, nos ha dicho), dl sabor de los pasteles de Aure, sus 80 años y su "Jardín de las Delicias", el aire de Chile, el miedo y el tiempo...

La tertulia de "Rascamán" está llena de imágenes. Estas fueron las de este primer día. 
Queda un año entero por delante que, seguro, no dejará de sorprendernos.

Javier Díaz Gil
22 de septiembre de 2016