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sábado, 26 de marzo de 2022

21ª Jornada/XV año: Miércoles, 23 de marzo de 2022

El doctor Rask


PSIQUIATRICO RASCAMÁN

ENTRE RÍOS Y EL 77




Hoy dará consulta el doctor Rask Amán, eminente médico que utiliza  la hipnosis para llevar la mente del paciente a un estado alterado, hasta el inconsciente para que los recuerdos y las vivencias que lo atormentan salgan a la luz y puedan ser sanadas.



Juan Antonio Un suceso secular lo inquieta en lo profundo. Ocurrió en 1977, en una España que despertaba a la democracia, la transición, los eventos sangrientos de la matanza de Atocha 55. Las escaleras, las calles con sangre absurdamente derramada, tan absurdo como la directora de escuela, doña Modélica encerrando a cal y canto su escuela hasta que todos hubieran asistido a misa y entonado los himnos. Bien decía Machado: españolito  que vienes al mundo, te guarde Dios, una de las dos Españas ha de helarte el corazón…


Juan Calderon La hipnosis también ha revelado lo traumático del 77. Un chico que leía El País, en medio de la calle, el mismo que arañaba las paredes por si acaso le robasen las palabras, por si acaso lo afixiara la mordaza, pensando que podía evadir las heridas de la vida. 


Juan Raña ¡No más morriñosos! —declara antes de entrar con el doctor Amán. Amán, aman, amantes, amor ciego. Para cuando Raña termina su historia de amor bajo los cielos de África, el viaje en globo, los animales pastando libres en la sabana, Alberto sugiere tirar a la chica de la cesta y el doctor quiere comprar billetes para un viaje a la jungla, se le ha terminado el tiempo. Ya lo hipnotizará en otra ocasión. Sin duda el amor es buen remedio.


Aureliano. Quien de amarillo se viste, en su hermosura confía, comenta el doctor Raska con una sonrisa, pero el paciente trae un asunto serio entre las manos. Cuando los poetas hablan de la guerra, sangran los corazones, se viste la razón de silencio, no nos queda más remedio que tratar de arrancar alegrías a los días. Habla por Serguéi Esenin, por Mayakovski, por esa Rusia que quería ser y no fue, que arrancó de cuajo la ilusión de los poetas y tantos más. Por Abuseliano nos lee un poema sobre Passolini y aquel joven de ojos brillantes. Es artritis: tiene arte en su inconsciente, su consciente y subconsciente, dictamina el médico.


José Antonio. Se le borró el poema. Pero otro sale del subconsciente: El 77, sí, una vez más el doble siete. Cuando el futuro era un sueño, el pasado nos pisaba los talones. En Atocha se escribía libertad, 5 rosas, 5 muertes, Trauma colectivo, bien diagnostica el doctor. La nueva guerra nos remite a la metralla del pasado. Afloran los traumas aparentemente superados.


Carlos Ceballos, También es víctima de las musas borradoras. Pero decide preñarnos de mariposas blancas, de una  primavera que aleja el abandono del invierno, la ceniza de las ramas. El octavo mandamiento de belleza. ¿Cuál es el octavo mandamiento? Me pregunto. No dirás falso testimonio ni mentirás. Me contestan. Un jardín circular con hojas que dialogan consigo mismas. La naturaleza lo tiene hipnotizado, dice el doctor Rask un poco receloso.


Rocío nos invita a pasar una tarde de cine en el Doré, donde entran dos y salen tres. El Palacio de las pipas, ella, la más delicada del barrio, lo suyo, el jamón de primera; él, carnicero con encanto, sabedor de carnes buenas. La madre amargada, la película romántica, el espacio oscuro, íntimo. ¿Por qué en el cinematógrafo las manos se vuelven largas y los labios buscan besos? Reminiscencias de la edad las cavernas —comenta el psiquiatra— cuando pasábamos horas en cuevas oscuras. En algo habría que entretenerse, pienso yo. ¡Menuda regresión la de Rocío!


Javier. Alberto me trajo una manzana, brillante y roja, que cierra heridas, basta el silencio dulce, corazón que sabe silenciar a las tormentas. Las manzanas son recomendables para el estrés postraumático, para reconocer al maestro y para hacer tartas. Ana Gonz dice que son mejores las sardiñas.


Ignacio canta de nuevo. Hay un trauma musical en su pasado, dice el expediente. Esta vez, un poema amoroso de Quevedo a una tal Lisi, quien levanta en él una pasión inquietante.

¡Oh, en el reino del amor, huésped extraño!

Sé docto con la pena y el tormento

De un ciego, sin ventura,  fiel amante.


Alberto dibuja en su cuaderno de Bichos del alma: me ha pedido el médico que recopile los trazos para ser interpretados. Padre lombrices. A Miguel, hacia los 11 años, le buscaron una tarea en la iglesia. El padre Ángel se ocuparía de ello después de su siesta. Sentó su 63 años en una silla, le pidió que pusiera la cabeza en su regazo, empezó a acariciarle los cabellos y a contarle por dónde pasaban los ríos, El Duero, el Ebro, el Tajo y los ríos bajaban las caricias por su cuerpo, y era tanta orografía que buscó en la copa de las hostias las restantes para comérselas y encontrar el sabor del sacrilegio, regó por los suelos el agua bendita buscando la ira del Señor, que un rayo terminara con el padre lombrices antes de que desabotonara su pantalón.  La hipnosis sacó a este bicho rastrero del fondo del estrato. Habrá que fumigar.


Carmen Padín La hipnosis la ha llevado al ras del suelo. Solo ve los pies y los zapatos y desde ahí quiere interpretar al mundo. Tendrá que ver más alto, concluye el médico, ese complejo de limpiabotas no siempre es sano;  el mundo también es barro.


José León carga su poesía con bombas de paz. Esperemos estallen en mil flores.

¿Y  dónde están las lilas?

¿Y la metafísica cubierta de amapolas?

Venid a ver la sangre por las calles

Venid a ver

La sangre


Insiste Neruda

Venid a Kiev y traed a Gandhi.

Regresión hipnótica suspendida.  Hay dolor.


QR José Antonio propone colocar QR´s por todo Madrid que lleven en su ADN un poema de paz para que cualquiera con un teléfono pueda leerlos. Un poético aporte para la paz. Mola.


Cinta Rosa sueña con Faros, volcanes y corceles; manos y dedos de paseo por la piel, buscando dónde esconderse y el agua que apague su sed. Cuadrúpedos galopantes, corceles de bocas y lenguas. Muy freudiano, interpreta el doctor Rask Amán. Un armisticio sacude y lo hacer rodar. Apúntela para otra cita, insiste el galeno.


Como los pájaros del poema de Ceballos, salen los pacientes en desbandada hacia la lluvia y la noche de una recién estrenada primavera madrileña.


Queda en en su río apacible Ana Gonz. Que vive de tiempo y agua, que mira a la otra orilla y al día que borbotea rezumando gotas de esperanza. Lo mira en gallego y el río fluye manso, lo observa en castellano y no olvida su cauce.

La paciente se resistía a regresar del trance hipnótico, me comenta el doctor. Es un apego gallego, difícil de curar. A esta, no la voy a medicar. (Vaya, de tanto tratar poetas el médico ya rima las frases al recetar). 


Mariana se asoma por la ventana. La tristeza, por sus pupilas. En duelo.

 Poema a mi madre el 11 de marzo de 2022

De día no me importabas, de noche tampoco

Vamos tú  y yo entre lágrimas,

La última tuya, la mía de insomnio cernido.


Enciendo el televisor, una orquesta interpreta  El Moldava, obra de B Smetana, estrenada en la primavera de 1875, donde evoca los sonidos de este gran río de Bohemia a lo largo de su curso, desde su nacimiento, los rápidos y su paso tranquilo por Praga. ¡Qué fluya de igual manera el alma de la madre de Mariana a su nuevo recinto, la paz en Ucrania y las musas entre los poetas y narradores! El doctor Rask Amán se despide complacido. Buena sesión de hipnosis, comenta.




Carmen Padín

25 de marzo de 2022






viernes, 18 de marzo de 2022

20ª Jornada/XV año: Miércoles, 16 de marzo de 2022

 


PSIQUIÁTRICO RASCAMÁN

ENTRE GUERRAS Y BICHOS



No piensen que el psiquiátrico ha cerrado para siempre. Simplemente cambió de lugar. Ahora estamos cerca del Palacio, los jardines y la música. Ha llegado el  doctor. Los pacientes van llenando la sala. 


 Chelo, la primera, siempre elige irse temprano, está convencida de que los humanos podemos elegir todo, la ropa, un libro, el tinte para el pelo, la música, la izquierda o la derecha, pisar o dejar vivir, cosas que el mercado y la supuesta democracia nos permiten, pero al escribir un poema, el asunto de elegir se complica, opinan los demás y le ponen un pero. Un caso de bipolaridad emocional.


José Antonio. Ha estado sometido al martirio de una sonda. No voy a explicarlo. Pero ahora que la tormenta ha pasado, viene con renovados bríos, en son de paz y las musas en la proa. LA VIDA NO ENTIENDE LAS RAZONES DE UNA BALA. No hay peros para Jose. Los demás me piden sondas para encontrar inspiración. ¡Anda y que te sonden!, se escucha en la sala. A pesar del buen ánimo tengo que poner orden -qué diría Matilde- y hacer pasar al siguiente.


Aureliano. Ya no es una dragona, ahora son alienígenas los que ve Aure a su alrededor. Pero el tratamiento va dando resultado. Estos seres espaciales son pacíficos, quiere irse con ellos, despertar algún día con otro nombre, en otro planeta, ardiendo en cualquier sol, helado en cualquier luna, sin guerras, sin dolor, pero eso sí, con el mismo sexo triunfante. El asunto despierta las envidias, el nivel prostático clama que el sexo se destriunfe, desaparezca de esa galaxia ilusoria. Aure se resiste, si busca un mejor planeta, tendrá que ser con sexo. ¡En qué mejor planeta!


Ignacio Tamés, está más plantado que Rodrigo en el cadalso y canta a capella versos de Góngora a la injusta muerte de Rodrigo Calderón Aranda, decapitado en la Plaza Mayor de Madrid en octubre de 1621.


Arroyo en qué ha de parar

Tanto anhelar y morir

Tú por ser Guadalquivir

Guadalquivir por ser mar…


Cantar le sienta bien. Deberíamos formar un coro: El coro Rascamán. Por algo la Traviata nos acoge.


Juan Raña. —¡Ya basta de poemas, es hora de retomar la sala con narrativa! —retumban las paredes del consultorio con su voz sonora. El doctor se asoma por la puerta, le hago una señal de que todo está bien. Pero la emoción nos lleva sin remedio a un infarto en amarillo. El corazón de Liu lo ha traicionado y yace en la escalera; hombre con suerte (yo opino que su corazón sabía lo que hacía), su vecina, la chica que es enfermera, le salva la vida. Liu agradecido, cultiva NARCISOS AMARILLOS, para agradecerle cada día su buena acción y verla sonreír. A Raña le ha hecho bien la recomendación del médico de tomar el sol y pasear por los jardines floridos. 


Hoy es 16 de marzo y Alberto ha traído, por fin, un cuento para leer. Todos felices por ello. También ha estado en los jardines, pero buscando bichos entre los matorrales, entre los hatos de rosas. Nos muestra una caja llena de saltamontes sin las patas traseras. La escena horroriza. —No he sido yo, es del hijo de la Juana,  ese que dicen le gusta torturar animales, matar cachorros, que mató a su padre y su madre se dejó morir ante la  vergüenza de haber engendrado un demonio. La pobre Juana no era más que otro saltamontes sin las patas de atrás— nos aclara. 

Alberto dice estar curado de su necrofilia, pero aún disfruta ponernos tensos con tanto muerto. Eros y Thanatos. El psiquiatra estará feliz con la historia.


Rocío en cuerpo y alma después de una ausencia que han padecido sus compañeros, no les basta con oír su voz. Viene a defender el verdadero yo. Un pequeño se justifica con los Reyes Magos. No quiere ser reparador de ollas y porcelanas, implica escuchar las mismas frases y regaños de su padre día tras día, en cambio, ser limpiabotas es conocer el mundo y sus alrededores. Necesita una caja de madera, cepillos y betún. ¿Sabrán escucharlo esos Reyes Magos? ¿O terminará recostado en el diván freudiano? 


Carlos, el de los calzones largos.  Desde el sanatorio de Plasencia, con baños helados de aguas del Jerte, para calmar su mente sin freno, para fertilizar su creatividad rodeado de insectos, busca excusa de entomólogo, que no es, para mitigar el instinto de aplastarlos. Decide hacerlos merecedores de sus poemas. Las hormigas, las primeras, ellas también libran batallas, unas grandes y feas, otras, pequeñas morenas y feroces. Los ACONS se mueven como escarabajos boca arriba y temen los mordiscos de otros bichos antropófagos. Me pregunto por qué la vida come vida. A Ceballos le recetan respirar aire puro de la montaña, dejar aquél enrarecido.


Javier viaja a otros poemas por la escalera de incendios. Sí, viaja por la escalera de incendios del edificio de poemas de Sara Martín, joven poeta que ganó el XXI Premio Nicolás del Hierro. 

Nos recuerda que el miedo, la crueldad, la intolerancia matan el alma y es el alma la que conecta el cuerpo con el pensamiento, las emociones y el hacer, no importa cuando en el tiempo. 

Con su chaqueta amarilla, como los narcisos de Raña, como los bomberos, el Boss ha sabido apagar el fuego que, muy de vez en cuando, incendia  la sala. 


José Leon. Libromaniáco —me parece que en esta sala abundan— encuentra tomos abandonados por quiensabequienes en un rastrillo de  Albacete, los recoge con ojo clínico y compasivo. Ha descubierto una historia no contada que lo lleva al delirio. Ha encontrado una pista en un libro de Mark Twain: Guía para viajeros inocentes. Quizás deba ser medicamentado. La manía de viajar y adquirir libros no cede con facilidad y es contagiosa.


Montse quiere volverse agua, vaho, calima, sustancia brumosa.. Como esta tarde en la plaza de la Ópera de Madrid. El agua, en su adentro, no sabe que moja. ¿Será que Montse no sabe que ya es de agua, voz de agua que baila al son de la luna? Un caso de disolución  en aguas salinas de identidad, de locura selénica. Ya la diagnosticará el doctor. Por lo pronto, nos quedamos con el estruendo del cantar con la mirada, sin ver la paja en el ojo ajeno.


Carmen Padín escribe y garabatea en una libreta verde. Se debate entre el lápiz o el pincel. Hoy ha decidido no leer, solo escribir. Un saltamontes brinca por la libreta. Habrá que mandarla a tomar baños de mar.


Luis decide que es hora de prender el televisor, hay una magnífica serie histórica. Ya vimos el primer capítulo la semana pasada. La masacre de los Bóers. Un puñado de ellos parte en un barco de vela bajo el mando de un capitán inglés. Enfermedades, un mar agitado, un cielo con nubarrones tan negros como las intensiones de los británicos. Únicamente algunos lograrán llegar a salvo al puerto de Nueva York. Qué complicado es querer el territorio de los otros. ¿Será un instinto como el de los depredadores? ¿Psicosis?¿O simple ambición desmedida? 

Por lo pronto, todos los pacientes aguardan tranquilos su turno pendientes de la saga. Luis es heroinómano, padece una pasión obsesiva por los héroes. No estoy segura del término, debo consultarlo con el especialista.


Ana Gonz también se va al frente a buscar poetas de guerra. Encuentra uno, pero su nombre ha quedado enterrado en los escombros esparcidos por las bombas. Ha leído que quien quiera escribir sobre la guerra encontrará siempre buen material. Triste realidad. ¡Y luego les extraña que este psiquiátrico esté saturado!




Carmen Padín

18 de marzo de 2022







sábado, 12 de marzo de 2022

19ª Jornada/XV año: Miércoles, 9 de marzo de 2022

Bitácora de la reunión literaria
Rascamán de fecha 9 de marzo de 2022

                         


El profesor González Tocinillos en su domicilio de la pensión Aranda de Madrid tras ser informado de una tensa reunión de la tertulia literaria Rascamán este miércoles 9 de marzo en el Café La Traviata de Madrid.




Valoradas las informaciones recibidas, el Profesor J. M. González Tocinillos ha decidido en ejercicio de sus funciones como director del Departamento de Filosofía Agropecuaria, elaborar la bitácora de la citada reunión literaria. Y después de la preceptiva deliberación con su equipo de asesores emite la presente acta de bitácora de la citada reunión literaria de fecha de 9 de marzo de 2022 celebrada en el Café La Traviata con las siguientes calificaciones para los asistentes, las cuales son las siguientes:

 


Chelo Santa Bárbara: aprobada, por comparecer y marcharse.


Ignacio Tamés: aprobado, por leer su relato.


Aureliano Cañadas: sobresaliente, por terminar su poemario.

  

Juan Calderón: No presentado, por causas de fuerza mayor.


Paloma Sánchez: No presentada, por causas ajenas a su voluntad.


Juan Bautista Raña: notable, por leer su relato en circunstancias difíciles.


José León Cano: notable, por sus constructivas palabras sobre la esencia de una reunión literaria.


Iñaki Ferreras: aprobado, por comparecer.


Cinta Guil: sobresaliente, por su interés en leer textos legales. 


Alberto Ramos: notable, por su desinterés en los partidos políticos.


Carlos Ceballos: notable, por su síntesis de la reunión.


Rocío Díaz Gómez: notable, por su espíritu constructivo.


Carmen Padín: notable, por su discreción.


Luis: notable, por sus palabras constructivas.


Omega: aprobada, por comparecer.


Isabel Morión: notable, por sus palabras constructivas.


Juan Pulgar: aprobado, por comparecer.


Ana Gonz: aprobada, por irse a ver el fútbol.


Mariana Feride:  sobresaliente, por su espíritu constructivo.


Javier Díaz Gil: notable por su moderación en la coordinación de la reunión literaria. 



Emitidas las referidas calificaciones, el Profesor González Tocinillos recomendó prudencia en la exposición de los textos que tengan contenido sexual en un país tan pendiente de esas materias respecto a las que él mismo ha tenido que poner orden en los ofrecimientos sexuales que se le realizan, tal y como quedó de manifiesto en su Curso Acelerado sobre Erótica del Poder.



Si alguno de los asistentes desea subir nota se le comunicarán las horas de tutoría en las que el asistente podrá exponer los motivos de su disconformidad con la calificación recibida.


Y eso es todo, reciban en todo caso un cordial saludo de la Secretaría del Departamento. 

    



  

                                    Fdo: J. M. González Tocinillos

                                         Director del Departamento de Filosofía Agropecuaria.                                                                   

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PROPAGANDA ELECTORAL EN FAVOR DEL PROFESOR GONZÁLEZ TOCINILLOS


              SOMOS TODOS LOS IMPLICADOS


     Basta con que hagas tu doctorado en Filosofía Agropecuaria para que puedas percibir cómo reconocer las grandes oportunidades. No seas indiferente a esa realidad. La Filosofía Agropecuaria en su rama comparativa no tiene una realidad presupuestaria directa aunque su organigrama institucional ya se encuentra verbalmente desarrollado en el bar de la Facultad. Algunos microcréditos de amigos de los verdaderamente circunstanciales o la adquisición al fiado en grandes almacenes son algunas de las fuentes de ingresos con las que es necesario familiarizarse. Los recortes sociales nos parecen perjudiciales para el conjunto de la disciplina, aunque nuestra posición es casuística y, llegado el caso, flexible. La humanidad no hace más que desprestigiarse con su comportamiento diario, mientras que una digna puercosofía es terreno inexplorado.


                    Quiérete un poco y apoya a González Tocinillos.


                                 Mañana te puede pasar a ti


                       Fdo: La Junta Directiva del Comité de Apoyo a González Tocinillos





secretaría departamental

12 de marzo de 2022

viernes, 4 de marzo de 2022

18ª Jornada/XV año: Miércoles, 2 de marzo de 2022

Romance sonámbulo
Federico García Lorca




Verde que te quiero verde.
Verde viento. Verdes ramas.
El barco sobre la mar
y el caballo en la montaña.



Mariana. Lee Javier. Tan lejos y todavía. Mi piel dormida a la fuerza. La oscuridad fría se instala en mis entrañas. La tierra se hizo hoz. El tiempo te llevó sin piedad. Por decir NO. Soy gorda y torpe pero soy. No quiero que me pegues.



Con la sombra en la cintura
ella sueña en su baranda,
verde carne, pelo verde,
con ojos de fría plata.



Carlos Ceballos. Los héroes tendidos al sol tras una noche de insomnio. Perros asediados por el agua. Hay insectos relojeros y trinos. Una discoteca sin su audio. Para después marcharme a mi pobreza. Con sus respuestas prepara una antología del disparate. Pánico y obstetricia. Cuadrafónicos pájaros. Diosas de un abrazo. El río lame el cauce. La finca más acaudalada del valle. Roturar las horas con su furor inapacible. Me pregunto cuándo voy a desobedecer a la vida.



Verde que te quiero verde.
Bajo la luna gitana,
las cosas la están mirando
y ella no puede mirarlas.



Ignacio. Las amigas de Laura. Desnuda debajo de un vestido de organdí. Me peinaría cien veces. Hay que saber perder. Así dejé de ser dramaturgo. Una vez había tocado un apéndice de una de las amigas de Laura. Resultó ser la policía. Debo decir que es un amante frío. Continuará.



Verde que te quiero verde.
Grandes estrellas de escarcha,
vienen con el pez de sombra
que abre el camino del alba.



Chelo presenta el martes su libro. Podríamos estar en todo el universo. Lo suficiente para ser de sobra. Caí al vacío sin pensarlo.



La higuera frota su viento
con la lija de sus ramas,
y el monte, gato garduño,
eriza sus pitas agrias.



Joselyn y Alberto se tienen que marchar.



¿Pero quién vendrá? ¿Y por dónde?
Ella sigue en su baranda,
verde carne, pelo verde,
soñando en la mar amarga.



Paloma. Todas las demás, especialmente la anciana, corren hacia el tocadiscos a bajar el volumen, mientras la hippie, desnuda, baila como una bacanal para la luna llena. “La que escribe” se acuerda de Dostoievski que en “Los hermanos Karamazov” -borracho perdido- discutía consigo mismo. “La que vive” no se quiere enterar de que ha estallado la guerra en nuestro continente.



-Compadre, quiero cambiar
mi caballo por su casa,
mi montura por su espejo,
mi cuchillo por su manta.



Carmen Padín. Encadenado. De paseo atado con una correa. Los chirridos de los frenos. Prefería correr tras los caniches. Busco en su yugular el mismo ritmo. Un parto difícil antes del término. Podía perderme en el bosque. El bosque no duerme. Las hormigas cortando hierba. No soy un trastornado, la echo de menos.



Compadre, vengo sangrando,
desde los puertos de Cabra.
-Si yo pudiera, mocito,
este trato se cerraba.



Juan Raña. No ha traido nada.



Pero yo ya no soy yo,
ni mi casa es ya mi casa.
-Compadre, quiero morir,
decentemente en mi cama.



Juan Calderón. Bajo la tela sus blancos senos. Una niña jugando en clave de sol. La voz asombró a los asistentes. El publico entendió cada nota. Se volvió loco al tenerla cerca.



De acero, si puede ser,
con las sábanas de holanda.
¿No ves la herida que tengo
desde el pecho a la garganta?



Elena. Llueve tristeza los martes en mi alcoba donde la soledad vence de nuevo. De qué hablar esta tarde compañero de celda. El dolor es tan grande cuando se abren las puertas. De qué hablaré esta tarde que no huela a miseria.



-Trescientas rosas morenas
lleva tu pechera blanca.
Tu sangre rezuma y huele
alrededor de tu faja.



Javier. Objetivo trabajo decente y crecimiento económico. Niños soldados. Un niño no elige la guerra. Niños que cargan dolor y culpa. La guerra nos hace esclavos.



Pero yo ya no soy yo,
ni mi casa es ya mi casa.
-Dejadme subir al menos
hasta las altas barandas,



León. Hijos del silencio. Como sabéis yo hablo con mi padre, aunque esté muerto. La Legión Cóndor. Último y más grave de ocho bombardeos. Un bulldog con monóculo. Los fuegos se elevaban como fallas macabras.



¡dejadme subir!, dejadme
hasta las verdes barandas.
Barandales de la luna
por donde retumba el agua.



Rocío no ha traido nada.



Ya suben los dos compadres
hacia las altas barandas.
Dejando un rastro de sangre.
Dejando un rastro de lágrimas.



Luis. Un relato. Profanación. Me apetece bucear. Las islas griegas del Egeo. Agua más fría de lo esperado. Depredadores de pecios. Un ánfora, medio metro de longitud. Le faltaba un asa. Un pulpo de cuatro metros.



Temblaban en los tejados
farolillos de hojalata.
Mil panderos de cristal
herían la madrugada.




Juan Pulgar entra en el Zoom y sale luego.


Verde que te quiero verde,
verde viento, verdes ramas.
Los dos compadres subieron.
El largo viento dejaba
en la boca un raro gusto
de hiel, de menta y de albahaca.



Anagonz. Soldado. El soldado ruso influencer sueña con una hamburguesa y una serie de Netflix. Las lágrimas son de verdad. No hay trincheras. No puede llorar.



-¡Compadre! ¿Dónde está, dime?
¿Dónde está tu niña amarga?
¡Cuántas veces te esperó!
¡Cuántas veces te esperara,
cara fresca, negro pelo,
en esta verde baranda!

Sobre el rostro del aljibe
se mecía la gitana.
Verde carne, pelo verde,
con ojos de fría plata.
Un carámbano de luna
la sostiene sobre el agua.
La noche se puso íntima
como una pequeña plaza.
Guardias civiles borrachos
en la puerta golpeaban.
Verde que te quiero verde,
verde viento, verdes ramas.
El barco sobre la mar.
Y el caballo en la montaña.



Aure. Trae un collage. Los ojos de Atzumori. I. La batalla. Habíamos ganado la batalla. Celebración y duelo. II. El duelo. Los Taiga huían como fila de hormigas. Lo débil de la fuerza de su espada. III. El monasterio. No sin recordar antes, los ojos de Atzumori.



Pero yo ya no soy yo,
ni mi casa es ya mi casa
dejadme subir al menos
hasta las altas barandas.

Compadre, quiero morir,
decentemente en mi cama.
De acero, si puede ser,
con las sábanas de holanda.

Compadre donde está dime,
donde está esa niña amarga
cuantas veces la esperé
cuantas veces la esperaba.

(1928)



Paloma Sánchez
2 de marzo de 2021












Javier Díaz Gil
4 de marzo de 2022





martes, 1 de marzo de 2022

17ª Jornada/XV año: Miércoles, 23 de febrero de 2022




NUESTRA SEÑORA DE PARIS

VICTOR HUGO

Edición de Luis González Miguel



Hace hoy trescientos cuarenta y ocho años, seis meses, diecinueve días que los parisinos se despertaron al ruido de todas las campanas, repicando a todo repicar, en el triple recinto de la Cité, de la Universidad, y de la Ville.


Aure. Tribulaciones de un abuelo con el COVID. Alien 26. Deja de ser testigo de mi agonía. Enséñame a vivir como si eyaculara. ¡Qué me importa a mí que la memoria triste desaparezca! Sobre todas las cosas has amado las flores. Aunque su forma sea contínua e inextinguible su color y su aroma, son los de la eternidad. Alien 23. Ese modo que tiene de llegar la primavera. Quede la lluvia del agua de los ríos. Los fines de semana el Andarax lejano perdía su recuerdo. Mi juventud encadenada. El ingenio azucarero era la prisión franquista en Almería. Alien 21. Mira sus bordes tan puros. Por muchos golpes recibidos. Nadie te habrá hecho daño como ella, ni siquiera tus padres te enseñaron a escapar a esta herida.


En primer lugar, zumbidos de orejas y deslumbramiento en los ojos.


Carlos Ceballos. Quizá recuperar la mañana, Los héroes tendidos al sol. Peces nadando en círculo heridos en un costado. Trinos que salpican el espacio. El mundo sin mi esfuerzo. Un hablar pequeño, algo nervioso. Por qué creen que me alejé de ellos.


La famosa mesa de mármol, tan larga, tan ancha, tan gruesa como jamás se vio -dicen los viejos pergaminos en un estilo que hubiera provocado el apetito de Gargantúa. 


Montse. De pronto un entorno adverso, desarraigo. La vida se diluye en serpentinas. La vida seguirá su curso sin ti. Desarraigo que provoca el primer llanto. Septiembres con exacta puntualidad como si un árbol se derrumbara sobre tus huellas. La muerte saluda. En los párpados la perspectiva. Muescas de plata en las retinas. La dama del alba me destruye.


La muchedumbre crecía por momentos y como el agua que rebasa el nivel, empezaba a trepar por los muros, a agolparse en torno a las cornisas, y en todos los salientes y relieves de la fachada.


Elena Peralta no lee nada. Javier reproduce a su petición un poema que ha grabado Elena de Aureliano. Los restos del naufragio de los sábados. 


…Sobretodo la imprenta, esa peste negra de Alemania. Ya no se hacen libros ni manuscritos, la imprenta hunde a la librería. Esto es el fin del mundo.


Chelo. Me ha llamado rata y me ha gustado. Se ha trabado en el verbo. Sin nombre.


Nada menos que la intervención de Júpiter fue, pues, necesaria para salvar los cuatro desdichados guardias del bailío de palacio.


Rocío. Adivinar la foto. El día que murió mamá. Dejamos a mamá con un montón de desconocidos. Un desconocido que llegaba con una etiqueta de tío, primo, etc. La virgen no debía ser tan buena. Se disponía a desayunar como si tal cosa. Tenían miedo de las palabras. La habían repeinado demasiado. Que nos dejaran en paz. Se ponía a hacer el pino contra una pared. Fuimos callados acera adelante durante un buen rato. Me dejé guiar tranquilo y en silencio. Vamos a un concierto de los Beatles. 


Aplaudían alegremente al dúo tan original que acababan de improvisar, en medio del prólogo, el estudiante con su voz chillona y el mendigo con su imperturbable salmodia. 


Ignacio. Nuevos políticos de las derechas ibéricas. Obtener la nacional danesa. Zonas geográficas el comportamiento de los daneses.


Considerando que la entidad de un poeta pueda estar catalogada con la calificación de 10, al ser analizada por un químico o fármaco -politizada como diría Rabelais- la encontraría compuesta por una parte de interés y nueve de amor propio.


Carmen Padin. La historia de un poeta que encuentra una sirena dentro de una lata de sardinas. Salí a dar un paseo, deambulé. Aún hacía frio. Era tan bonita. Unas tablas con mis libros. Dejé de sentirme sola. El frasco le quedaba pequeño, ¿estaba creciendo? Vámonos al mar. Cuando las olas mojaron mis pies, la solté. Gotas de soledad inundaban mi buhardilla. Baños de mar para un poeta. Nadie a mi lado. 


Por otra parte, como el cardenal era un hombre apuesto y llevaba un hermoso ropaje de color rojo, que le iba muy bien. tenía de parte suya a las mujeres; es decir a la mitad del auditorio.


Alberto está superado.


Los estudiantes, por su parte, seguían con sus palabrotas, era su día, la fiesta de los locos, sus fiestas saturnales; la orgía anual de la curia y de las escuelas, ese día no existían salvajadas a las que no se tuviese derecho como si de cosas sagradas se tratara.


Juan Calderón. Escucharlos con máxima atención. Mensajes de doseles más queridos. En remotas ciudades invisibles al ojo de los vivos. Os digo que debemos escucharlos con la máxima atención. 


desde la entrada del cardenal Gringoire no había cesado de preocuparse por su prólogo, primero había pedido a los actores -que se habían quedado cortados-, que continuasen y que alzasen su voz y después al ver que nadie escuchaba, les había hecho callar y desde entonces, ya prácticamente más de una hora, andaba agitándose, moviéndose de un lado para otro; pero todo era en vano, pues nadie dejaba de mirar al cardenal, a la embajada flamenca y al estrado, centro de atención único de todas las miradas.


Juan Raña. Canción de la esperanza. Su llamada desde la lejanía. Los misterios ocultos. Un hombre prisionero del miedo. 


Después de todo, tanto en el estrado como en la mesa de mármol, tenía lugar el mismo espectáculo, el conflicto entre Trabajo, Clero, Nobleza y Mercancía.


Paloma. Le falta conflicto. Filípides era un mensajero griego enviado desde Maratón a Atenas para anunciar la victoria de su ejército frente a los persas en la Batalla de Maratón (490 A.C). La distancia es de 40 kilómetros y, si no llegaba a tiempo, los atenienses iban a quemar la ciudad y matar a los niños ante la creencia de haber sido derrotados. Filípides logró la hazaña, y luego de correr los 40 kilómetros con sus últimas fuerzas, se habría desplomado frente a Atenas ante el grito de nenikhamen o nike, que significa "hemos vencido".


Todo aquello era insoportable para un Gringoire, aquel extraño cortejo que impedía por completo la representación, le indignaba tanto más cuanto que se daba cuenta, de que el interés por la obra iba acrecentándose y de que solo faltaba para el éxito el ser oída.


Isa Morión. Mahmud Sobh, traductor de Sadam Hussein. Los disparos en la frente. Parad en nombre de tantos civiles muertos. Ha llegado la hora de fundir la noche con el alba. Palestina en el corazón.


Y pensar que aquella multitud -a mí me habían hablado de otra cosa- me habían prometido una fiesta de locos con la elección de un papa.

Iñaki no ha traído nada. 


La primera cara que apareció por aquel agujero con párpados enrojecidos y con la boca tan abierta como unas fauces, y con tantas arrugas en la frente como las botas de los húsares del imperio, provocó tan ruinosas risotadas que el mismo Homero habría confundido a aquellos villanos con dioses del Olimpo.


Celia va a sacar un libro. No está escribiendo. Tiene tres partes. Mester de rebeldía.


Su bello rostro seguía, con una agilidad singular, todos los caprichos de su canto desde la inspiración más original hasta la más casta dignidad, parecía a veces una loca y a veces una reina.


Luis. José Ángel Valente. Cuando la dureza del día es aun extraña. Reconozco tu oscura transparencia. Señor de lo indistinto. Serán ceniza. Ceniza a modo de esperanza.


La canción transpiraba una alegría singular y la muchacha daba la sensación de estar cantando como lo hacen los pájaros despreocupada y con serenidad.




Paloma Sánchez
25 de febrero de 2021