Páginas

martes, 1 de marzo de 2022

17ª Jornada/XV año: Miércoles, 23 de febrero de 2022




NUESTRA SEÑORA DE PARIS

VICTOR HUGO

Edición de Luis González Miguel



Hace hoy trescientos cuarenta y ocho años, seis meses, diecinueve días que los parisinos se despertaron al ruido de todas las campanas, repicando a todo repicar, en el triple recinto de la Cité, de la Universidad, y de la Ville.


Aure. Tribulaciones de un abuelo con el COVID. Alien 26. Deja de ser testigo de mi agonía. Enséñame a vivir como si eyaculara. ¡Qué me importa a mí que la memoria triste desaparezca! Sobre todas las cosas has amado las flores. Aunque su forma sea contínua e inextinguible su color y su aroma, son los de la eternidad. Alien 23. Ese modo que tiene de llegar la primavera. Quede la lluvia del agua de los ríos. Los fines de semana el Andarax lejano perdía su recuerdo. Mi juventud encadenada. El ingenio azucarero era la prisión franquista en Almería. Alien 21. Mira sus bordes tan puros. Por muchos golpes recibidos. Nadie te habrá hecho daño como ella, ni siquiera tus padres te enseñaron a escapar a esta herida.


En primer lugar, zumbidos de orejas y deslumbramiento en los ojos.


Carlos Ceballos. Quizá recuperar la mañana, Los héroes tendidos al sol. Peces nadando en círculo heridos en un costado. Trinos que salpican el espacio. El mundo sin mi esfuerzo. Un hablar pequeño, algo nervioso. Por qué creen que me alejé de ellos.


La famosa mesa de mármol, tan larga, tan ancha, tan gruesa como jamás se vio -dicen los viejos pergaminos en un estilo que hubiera provocado el apetito de Gargantúa. 


Montse. De pronto un entorno adverso, desarraigo. La vida se diluye en serpentinas. La vida seguirá su curso sin ti. Desarraigo que provoca el primer llanto. Septiembres con exacta puntualidad como si un árbol se derrumbara sobre tus huellas. La muerte saluda. En los párpados la perspectiva. Muescas de plata en las retinas. La dama del alba me destruye.


La muchedumbre crecía por momentos y como el agua que rebasa el nivel, empezaba a trepar por los muros, a agolparse en torno a las cornisas, y en todos los salientes y relieves de la fachada.


Elena Peralta no lee nada. Javier reproduce a su petición un poema que ha grabado Elena de Aureliano. Los restos del naufragio de los sábados. 


…Sobretodo la imprenta, esa peste negra de Alemania. Ya no se hacen libros ni manuscritos, la imprenta hunde a la librería. Esto es el fin del mundo.


Chelo. Me ha llamado rata y me ha gustado. Se ha trabado en el verbo. Sin nombre.


Nada menos que la intervención de Júpiter fue, pues, necesaria para salvar los cuatro desdichados guardias del bailío de palacio.


Rocío. Adivinar la foto. El día que murió mamá. Dejamos a mamá con un montón de desconocidos. Un desconocido que llegaba con una etiqueta de tío, primo, etc. La virgen no debía ser tan buena. Se disponía a desayunar como si tal cosa. Tenían miedo de las palabras. La habían repeinado demasiado. Que nos dejaran en paz. Se ponía a hacer el pino contra una pared. Fuimos callados acera adelante durante un buen rato. Me dejé guiar tranquilo y en silencio. Vamos a un concierto de los Beatles. 


Aplaudían alegremente al dúo tan original que acababan de improvisar, en medio del prólogo, el estudiante con su voz chillona y el mendigo con su imperturbable salmodia. 


Ignacio. Nuevos políticos de las derechas ibéricas. Obtener la nacional danesa. Zonas geográficas el comportamiento de los daneses.


Considerando que la entidad de un poeta pueda estar catalogada con la calificación de 10, al ser analizada por un químico o fármaco -politizada como diría Rabelais- la encontraría compuesta por una parte de interés y nueve de amor propio.


Carmen Padin. La historia de un poeta que encuentra una sirena dentro de una lata de sardinas. Salí a dar un paseo, deambulé. Aún hacía frio. Era tan bonita. Unas tablas con mis libros. Dejé de sentirme sola. El frasco le quedaba pequeño, ¿estaba creciendo? Vámonos al mar. Cuando las olas mojaron mis pies, la solté. Gotas de soledad inundaban mi buhardilla. Baños de mar para un poeta. Nadie a mi lado. 


Por otra parte, como el cardenal era un hombre apuesto y llevaba un hermoso ropaje de color rojo, que le iba muy bien. tenía de parte suya a las mujeres; es decir a la mitad del auditorio.


Alberto está superado.


Los estudiantes, por su parte, seguían con sus palabrotas, era su día, la fiesta de los locos, sus fiestas saturnales; la orgía anual de la curia y de las escuelas, ese día no existían salvajadas a las que no se tuviese derecho como si de cosas sagradas se tratara.


Juan Calderón. Escucharlos con máxima atención. Mensajes de doseles más queridos. En remotas ciudades invisibles al ojo de los vivos. Os digo que debemos escucharlos con la máxima atención. 


desde la entrada del cardenal Gringoire no había cesado de preocuparse por su prólogo, primero había pedido a los actores -que se habían quedado cortados-, que continuasen y que alzasen su voz y después al ver que nadie escuchaba, les había hecho callar y desde entonces, ya prácticamente más de una hora, andaba agitándose, moviéndose de un lado para otro; pero todo era en vano, pues nadie dejaba de mirar al cardenal, a la embajada flamenca y al estrado, centro de atención único de todas las miradas.


Juan Raña. Canción de la esperanza. Su llamada desde la lejanía. Los misterios ocultos. Un hombre prisionero del miedo. 


Después de todo, tanto en el estrado como en la mesa de mármol, tenía lugar el mismo espectáculo, el conflicto entre Trabajo, Clero, Nobleza y Mercancía.


Paloma. Le falta conflicto. Filípides era un mensajero griego enviado desde Maratón a Atenas para anunciar la victoria de su ejército frente a los persas en la Batalla de Maratón (490 A.C). La distancia es de 40 kilómetros y, si no llegaba a tiempo, los atenienses iban a quemar la ciudad y matar a los niños ante la creencia de haber sido derrotados. Filípides logró la hazaña, y luego de correr los 40 kilómetros con sus últimas fuerzas, se habría desplomado frente a Atenas ante el grito de nenikhamen o nike, que significa "hemos vencido".


Todo aquello era insoportable para un Gringoire, aquel extraño cortejo que impedía por completo la representación, le indignaba tanto más cuanto que se daba cuenta, de que el interés por la obra iba acrecentándose y de que solo faltaba para el éxito el ser oída.


Isa Morión. Mahmud Sobh, traductor de Sadam Hussein. Los disparos en la frente. Parad en nombre de tantos civiles muertos. Ha llegado la hora de fundir la noche con el alba. Palestina en el corazón.


Y pensar que aquella multitud -a mí me habían hablado de otra cosa- me habían prometido una fiesta de locos con la elección de un papa.

Iñaki no ha traído nada. 


La primera cara que apareció por aquel agujero con párpados enrojecidos y con la boca tan abierta como unas fauces, y con tantas arrugas en la frente como las botas de los húsares del imperio, provocó tan ruinosas risotadas que el mismo Homero habría confundido a aquellos villanos con dioses del Olimpo.


Celia va a sacar un libro. No está escribiendo. Tiene tres partes. Mester de rebeldía.


Su bello rostro seguía, con una agilidad singular, todos los caprichos de su canto desde la inspiración más original hasta la más casta dignidad, parecía a veces una loca y a veces una reina.


Luis. José Ángel Valente. Cuando la dureza del día es aun extraña. Reconozco tu oscura transparencia. Señor de lo indistinto. Serán ceniza. Ceniza a modo de esperanza.


La canción transpiraba una alegría singular y la muchacha daba la sensación de estar cantando como lo hacen los pájaros despreocupada y con serenidad.




Paloma Sánchez
25 de febrero de 2021







No hay comentarios: