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viernes, 29 de marzo de 2024

21ª Jornada/XVII año: Miércoles, 27 de marzo de 2024

Una reunión secreta...


 

Crónica de un encuentro
 
El pasado 27 de marzo de 2024 hubo una reunión secreta digna de la más secreta cofradía. La presenciaron unos pocos servidores encapuchados que, lejos de la intemperie, se inmolaron sin demora a la causa.

Algunos cobardes no quisieron presenciar el acto al sentirse como leones en una jaula con forma de pantalla. Se fueron a la calle gobernados por el miedo, se sentían más seguros pisando la dura selva del cemento.

Otros tertulianos presentaron mil excusas: unos pocos eligieron el sexo al azar de un encuentro esporádico, otros prefirieron un frasco de barbitúricos para curar todos sus males y finalmente tres sacrílegos agrandaron el camino de unos fieles. Esos viles pecadores huyeron merendando la herejía de una excursión gratuita hacia un convento: conformes a lo ortodoxo de las redes regalaron su doctrina por un lavado del cerebro.

El mismo dueño del café, sin ir más lejos, y tras oír el sonido metálico del Zoom, se fue de vacaciones con el miedo de disolverse entre palabras.
 
Fuimos pocos, sí, pero disfrutamos de una ceremonia íntima y solemne: seis fieles y un servidor como en aquellos días de encierro que no quiero recordar.

A las 17.30 cada uno babeaba por comenzar. Cada asistente adoraba la liturgia del verso, lidiaba con la condena del dogma y con la atmósfera demoníaca que a menudo esconden las palabras.

Todos decidimos resistir con una letra cosida en el pecho. Era una letra grave, Capital, que nos garantizaba el anonimato.

Cada miembro estuvo a la orden del anfitrión, le llamaban Jota, que, con tono solemne, se explayó sobre la tarde con el eco altisonante de sus palabras rotundas. Mencionó la posible venta de acciones de la sociedad Rascamán, pero todos optaron por recordar la pérdida de A. Mata, periodista y poeta, recientemente fallecido.

Tras un largo silencio, Jota cedió la palabra a S quien deleitó nuestro círculo con la lectura de “Cruz de carne viva”, un texto de invocación inspirado en esos días cortados por la lluvia.

Intervino MF que alabó su obra y sobre todo la gran mejoría que tuvo como narradora y poeta.

Poco después tomó la palabra CR que leyó su “Desierto” plagado de “otoños imposibles” y de mares inconclusos, realidades paralelas de un mundo en el que nos alcanzan “fauces inesperadas”.

Intervino R relatando una historia muy original sobre el amor visto a través de unos ojos adolescentes. En ella, una sombra a ratos invisible sobrevuela la escena (“le llamábamos Sombra porque apenas se hacía notar”) y permanece a la espera.

Poco más tarde, retomó la palabra Jota que leyó “Cómo vencer la derrota” incluido en la antología titulada “Grito poético” que se presentó hace unos días. Él remarca que, pese a que “las heridas son sombras que se alargan” y que “correr no detiene el tiempo”, la pasión por la vida y el amor por la palabra vencerán esa derrota. Porque la vida es energía y esfuerzo, unión y cooperación, añade MF.

pide religiosamente su turno y da vida a una charla telefónica irreal y entretenida entre una loca dicharachera consumida por la rabia y una enfermera asediada por la culpa.

Poco después, y sin salir del asombro, procedo a exponer mi encuentro con la infancia.

Finalmente toma la palabra MF que como siempre nos deleita con sus versos.
 
Tras ello, un silencio en tromba acaba con nosotros.
La reunión termina con la melodía de un suicidio colectivo.
Son duros tiempos para los herejes del verso.
Quien escribe es un fantasma.

                                            M.


Matteo Barbato
28 de marzo de 2024





martes, 26 de marzo de 2024

20ª Jornada/XVII año: Miércoles, 20 de marzo de 2024

 

Párvulos traviesos


Hoy lo hacemos por Zoom y como somos párvulos traviesos, sin su campana nos desmandamos. Javier se tiene que ir pronto por un concierto. Diciendo aquello de “chincha rabiña” nos consuela con que, como somos pocos, podría dar tiempo a una segunda vuelta, salivamos como puras sangres en la línea de salida. empieza la sesión con José Antonio.


Visiblemente mejorado de sus recientes trastornos y encantado con su libro “Ay, Matilde” editado por sus hijos y nietos con el gancho de Graciela. Lo abre con cierto asombro, al no haber sido él quién eligió los poemas. Es raro dice.


Hay días de bolitas de alcanfor y de letra capital sin consecuencias. Días de cuerda y diábolo que envuelvo en recetas de los médicos. Días que serán suspiros en los sueños. Ser heroico por saberlo. El tiempo de una bala en un zas total del Universo. Espejismo sobre el vaho cuando despierto. 

Ante la llegada de la primavera que ya estalla por arboles y parterres, José Antonio decide que es un día de “Ay, Matilde” y suelta: El negro vende sueños de marca. La playa lo mismo trae arena que se lleva la esperanza. 

En ese preciso momento irrumpe Aure en segundo plano con una gorra negra que le tapa los ojos, y le da un aire de espía preocupado por las escuchas. Reclama su magdalena de Proust y su cafetito. 

Un león se remueve inquieto en su jaula, se toma su tiempo, lo importante se hace despacio, se hace un poco el interesante y nos bombardea con sonetos, cada vez más perfectos, tanto da que sean grotescos, líricos, épicos o dramáticos, incluso le he escuchado alguno contemplativo. Menudo jardín de sonetos. Bravo.

Dentro de mi alma habita un colibrí, un colibrí que libre se soñaba entre las flores. Volver a la ebriedad de ayer, perdida. En mis labios una dulce flor, libando paz y amor.

Pasión. Esperar las llamas del infierno. Sí, creo en la inmortal belleza de Telemann.

Egipto. Regresaré a las selvas de tu pubis. Si ha de cortarme la vida el hilo, quiero que nos amemos en el nido. Entablo con la muerte un desafío.

Llega Javier y nos asombra a todos con el acento portugués. Aure desde su segundo plano en la pantalla se desespera porque en portugués nunca se pronuncia la c. Todo esto con su gorra encasquetada de gran visera modelo incógnito.

Cuidado con los días que pueden no llegar. Recuerdos de otras veces, la furia en primer plano. La oscura rabia. En medio del insípido encuentro recordáis.

Los animales vestían pantalones. Resistir con paciencia era un milagro. El moho que crecía detrás de la puerta sin cerradura, como un hongo venenoso.

Aure que persiste en su tono crepuscular, nos vuelve a deslumbrar: 

La isla de la nada. A mí nadie me ha regalado nada. Falso y falso, tengo la cabeza llena de presentes cautivos. Una pluma de un ave que voló a Madrid me trajo la certeza de que el pasado no había sido un sueño. ¡Bravo!

El arrecife de las sirenas. Yo debía haber muerto el primero y él recordar hasta el último día.

La certeza. Mas aprendí la dicha de no ser nada. 

Celia iluminada por su fábrica de luz. Corren los días fingidamente inmóviles en camino de la noche primitiva. Yo he visto y he vivido. He escapado de la guerra de mi padre ¿A qué esta incontenible acidez de intemperie quemándome la boca? Un lugar donde el dolor no sea condición de vida. Para acabar Celia hace una réplica al poema de Aure que viene mucho al caso. En un correctísimo francés, en la música traducida al italiano. Así te han negado la palabra. 

Después nos dedicamos a la segunda vuelta con alboroto de niños pequeños y yo disfruto las estrofas de mis compañeros, pero ya no anoto nada. Ha sido otra tarde única, divertida y como siempre un placer seguir la senda literaria con vosotros. ¡Viva Rascamán!



Paloma Sánchez
24 de marzo de 2024










 

sábado, 16 de marzo de 2024

19ª Jornada/XVII año: Miércoles, 13 de marzo de 2024

 

Cigüeñas en la torre de la Catedral de Plasencia

Pasé lista para cerciorarme de que todos los alumnos del colegio "Rascamán" que iban a la excursión estaban presentes. Los fui nombrando y fueron subiendo al autobús: Paloma Sánchez, José León, Rocío, Chelo, Fátima, Manuel, Javier, Alberto, José María Garrido, Aure, José Antonio, José María Herranz, Cinta, Juan Antonio, Isa Morión, Fernando Soriano, Anagonz, Carmen Padín, Matteo y Juan Manuel.

Veinte, justos, estaban todos.

Ahí venían con sus mochilas donde guardaban las meriendas y las carpetas con las redacciones de tema libre que les había pedido.

En el autobús el bullicio de las conversaciones y las risas se sobreponían al ruido del viejo motor del autobús. Nuestro conductor, Jesús, puso de fondo una música agradable que acompañaba nuestro trayecto. Qué bien conduce Jesús, sabemos que también le gustan las motos y de vez en cuando se hace una escapada.

El destino era Plasencia, quería llevarles a conocer los nidos de cigüeñas de la torre de la Catedral Vieja. Después de un paseo por la localidad, sentados en corro en la Plaza y dispuestos ya a aplacar el apetito con la rica merienda, les pedí, terminados nuestros bocatas, que empezáramos a leer las redacciones.

El clocló de las cigüeñas acompañaban en la lectura a Paloma Sánchez. Su redacción continúa una anterior que nos leyó. Comienza a leer un diálogo, una escritora, negra literaria, y el aristócrata que le ha encargado la novela, el conde duque de Salvatierra. El destino del retrato de Miguel Hernández. Todos los compañeros quieren saber más sobre el destino del retrato del poeta. Habrá más redacciones.

Las cigüeñas guardan silencio, están empollando. 

León ha hecho la tarea que sugirió el profesor por si preferían optar por ella en vez del tema libre. "Sombra chinesca". Dos manos por amor... un ave. Aunque en el barro solo el vuelo expira. 

Lee también "Violín" dedicado a una compañera de clase que no ha podido venir hoy a la excursión, Omega. El mar de la música, un delfín... navega hasta tu pecho enamorado. 

León hace sus redacciones en endecasílabos, puros sonetos. Remata la lectura con "Viena": La última vez que visitamos Viena... vibré con tus senos, amor, de luna llena.

Rocío se ha basado también en la imagen de la sombra chinesca. Lee "Nueve sentidos". Cuando sea adolescente, no pararé en casa... Ni un solo día dejaba de jugar con él a las sombras chinescas... Era una carrera contrarreloj... 

La gente de Plasencia que se acercaba a escucharnos se decían unos a los otros: ¿cuándo va a publicar Rocío sus redacciones? ¿Cuándo?

Chelo ha escrito un trabajo hablando del padre. "Otra pieza del puzzle". La pareja de cigüeñas al escuchar que la cosa va de paternidad abandonan un momento el nido para no perderse las palabras de Chelo. Papá era muy divertido... Sabía poner caras raras para hacerme reir. 

Nos impacta el final y nos deja en silencio. Los habitantes de Plasencia se van acercando a la Plaza Vieja de la Catedral a escucharnos, también en silencio han escuchado a Chelo.

Fátima ha seguido la pauta de las sombras y nos ha llevado al aeropuerto y un regreso a casa. La noche ya nos permitirá comentar y llorar... El miedo, la rabia, la impotencia, el odio... No intentaron sustituir a nuestros padres... Ucrania y la guerra terrible al fondo.

El clo clo cló se hace más intenso, de pronto, miramos hacia arriba y descubrimos que se van añadiendo más cigüeñas en los tejados de la Plaza para escucharnos.

Manuel, como Paloma, lee una redacción que continúa la de las semanas anteriores. Se está bien en la plaza, la temperatura es agradable, los plasentinos amables, las lecturas nos tienen encandilados. Manuel nos mete en el mundo de "Ninguno de los suyos": Tomás de la Hidalga, los amigos de Bernardo... Una manifestación y un encuentro fortuito que promete ser relevante para las siguientes lecturas. Una muestra de un estilo de vida que nos irá desgranando poco a poco.

Quizá porque estamos a menos de 180 km de Portugal, en Plasencia les interesó escuchar el texto que leyó Javier, un texto que habla del libro "Victorianas" de la poeta Marilia Lopes que leyó en portugués y que ha traducido él al español.

rastejar até à porta de Abril / e pedir chuva...

arrastrarse hasta la puerta de Abril / y pedir lluvia...

Gustó el contraste del portugués y el español como el blanco y negro de las alas extendidas de las cigüeñas que nos contemplan.

Alberto en todos sus últimos trabajos ha incluido un te quiero. Sigue el tema de Fátima y lo titula "Guerra". Se llama N y tiene nueve años... Se entretiene haciendo sombras chinas en la pared... Microtequiero 24. El destello de la luz de las farolas que se empiezan a encender coinciden con el suspiro de admiración de los presentes. Notamos más afluencia de los habitantes del pueblo. Nos emociona su compañía.

José María Garrido cede su texto a otro José María, Herranz, para que lea su composición. "Atado en su horizonte (poema en caja)". Me atrapa en su silencio y me desarma... Doy pasos de futuro atado a su horizonte. Un texto sobre la seducción que nos seduce a todos.

Aure anuncia que el 21 de marzo se presenta un libro de Anabel Magerit en la biblioteca David Gistau y nos invita a que vayamos. Todos los alumnos aprendemos de Aure y los plasentinos parecen saberlo también porque están expectantes ante lo que va a leer. Estábamos despistados escuchando las lecturas y no nos habíamos fijado en que se está llenando la plaza. De gente y de cigüeñas. Todas atentas salvo las dos de la torre que están ocupadas en empollar los huevos de sus polluelos. Escuchamos a Aureliano: Más aprendí de la dicha de ser nada... De bibelot sin nombre... La esperanza de que algo de mí viva... viva... viva.

Un crotoreo admirativo de fondo emiten nuestras oyentes aladas.

José Antonio ha estado a punto de no venir a la excursión, estuvo malito pero se ha recuperado a tiempo. Dice que ha escrito lo que escribe siempre: tonterías. No son tonterías, decimos los demás. Sus textos dedicados a Matilde. Ay, Matilde... Alguna estrofa se resbala por los muslos dejándose caer a algún zapato... Don Heriberto, funcionario de prisiones jubilado...

La sonrisa cómplice de los habitantes de Plasencia demuestran que no son tonterías.

Juan Antonio ha elegido para su escrito una fecha cercana, la del 11 de marzo, terrible recuerdo del atentado de hace ahora 20 años en Madrid. Monolitos de muerte, cementerios... Flores de primavera alborotada... No quiero monolitos, cementerios, sino tu espíritu libre de carne... Muertes que sembrarán eternidades. Las cigüeñas respetuosas, ocultan su plumaje blanco y muestras sólo las plumas negras.

José María Herranz pregunta por David que no ha podido venir a nuestra excursión, y eso que en nuestro bus siempre hay espacio libre para todo el que quiera venir. Pero anda ocupado y no ha podido estar con nosotros hoy. Y es que ha elegido para su texto una cita que le oyó a David, "No podemos vivir sin abrazos". Pero ahora contemplas tu vida realizada... Porque todo sucede simplemente. Sin que nadie lo pida, quizá porque va oscureciendo y la noche es cómplice, la gente se abraza cuando José María termina de leer su poema.

Hay más referencias a compañeros del colegio, Cinta recuerda un texto de Fede Monroy que le ha sugerido la escritura. Papá entra con un cucurucho en su mano derecha ¡seguro que te has comido la mitad!... Avellanas... No quiero sorpresas después de la que hemos tenido... La voz de mamá se vuelve de chocolate... La de papá se vuelve de caramelo... Flores como cabezas de niños chicos con gorritos coloridos... Dos geranios.

Fernando Soriano y Matteo dicen que va a ausentarse del grupo pero nos esperan en el bus. Han estado escuchando atentos pero tienen compromisos que cumplir antes de regresar. 

Isa Morión nos lee "El pequeño que escapó de las bombas", guerra también en sus palabras como en las de Fátima y Alberto. Su marido estaba en el frente... Un día llamaron a la puerta... ¡Elías! Era su hermano predilecto... Un obús cae en la camita del niño... A veces hay que creer en los milagros. Isa recuerda a otro compañero del colegio "Rascamán", a Francisco de la Torre, porque este episodio le ocurrió a él, él era ese niño que se salvó de las bombas.

Un ¡ooooh! surge de nuestros espectadores, asombrados.

Cierra la lectura con un poema dedicado al mar "Ese mar" que me entrega.

El silencio con que nos escuchan es conmovedor. Las cigüeñas crotoran dulces y nos dibujan un fondo rumoroso.

Anagonz en medio de este paisaje extremeño recoge el testigo de Isa Morión y utiliza el mar como motivo en "Naufragio". Un día cercano de improviso podríamos naufragar... Camas de matrimonio para uno solo, sofás que resbalan y muebles de Ikea... En la mirada de las cigüeñas que nos miran adivino una imagen de sal, de su vuelo atravesando el Mediterráneo en su migración. 

Carmen Padín nos da la sorpresa y se la da al pueblo de Plasencia y a sus cigüeñas. Ha escrito un cuento titulado "Eclosión". Un cuento infantil en el que dos cigüeñas, Clara y Cipriano, llegan cada año a la torre de la Catedral. Dos polluelos, Ciro y Cirilo, nacen y aprenden a volar. A Cirilo le encanta escuchar el coro de la Iglesia y no quería aprender a volar. El obispo de Plasencia tomó cartas en el asunto.

Miramos todos automáticamente a la torre, allí de pronto, dos cabecitas recién oclasionadas de sus huevos nos están mirando con sus ojos enormes. Dos cigoñinos, ¿Ciro y Cirilo? Y acto seguido, los plasentinos vuelven su mirada al centro de la Plaza, porque reconocen entre el público que nos escucha al mismísimo obispo de Plasencia.

Todos guardan silencio cuando anuncio la última intervención, la de Juan Manuel. La emoción, el recuerdo y el amor están en sus palabras: "La encrucijada". En la encrucijada, esposa, como una acordeón de cien canciones... Historias de bosques... nobles troncos cortados por gigantescos leñadores...

Espontáneamente surge un aplauso en toda la plaza, el eco de los muros de piedra de la plaza lo devuelven aumentado. Las cigüeñas emprenden su vuelo y regresan a sus nidos después de volar en círculo por encima de los dos nuevos cigoñinos a los que dan de esa manera la bienvenida al mundo. Los plasentinos nos hacen un pasillo para dejarnos salir y nos escoltan al autobús donde nos espera al volante, Jesús.

Regresamos felices de la excursión. La música que nos pone Jesús nos acompaña en el trayecto de vuelta. La próxima salida ¿dónde nos llevará?


Javier Díaz Gil
16 de marzo de 2024







sábado, 9 de marzo de 2024

18ª Jornada/XVII año: Miércoles, 6 de marzo de 2024

Paco Fenoy, seis años ya sin él.

 


1. Omega Paganini:


Volver


Entre aquella tromba de sonidos, empezaron las voces, las palabras, y en ellas identificaba a los Rascamanes, hace mucho que no estoy con ellos, los echaba de menos, tanto tiempo entre partituras y pentagramas, deseaba estar entre versos y narraciones, de la algarabía surge el silencio y con ello el comienzo de la tertulia, pido permiso a Javier para leer primero y mi petición es concedida, leo un poema homenaje a Paco Fenoy que murió el día 7 de marzo, pero un día 6 como hoy no lo volvimos a ver, seis años sin ti querido Fenoy, estás entre nosotros, mi poesia se titula “El Penibético” al terminar parece ser que mis versos tienen un extraño sonido, que en su momento hacía Ana Torroja en Mecano y como poeta no puede ser, aunque sea entrañable y con toque antaño. La siguiente en leer es Fátima un relato impresionante el cual termina con un final sorprendente, emociones duras y una sentencia de cárcel, por lo visto esta extraordinaria narradora es cofundadora de Rascamán. Después le toca a Raña un relato que se titula “Los sobaos de Doña Rosa": Víctor espera cual Hachiko a su Soledad para que le traiga los sobaos de Doña Rosa, es conmovedor escuchar la voz de Juan Bautista con esa historia tan única. Alberto nos narra el suicidio de Clara, y hay por medio un frasco de barbitúricos y en ellos unas citas en que los dados cobran juego en una alfombra de sexo impetuoso y el azar testigo de los amantes, sexo al azar, amor por casualidad.

Chelo nos da un guiño para José Antonio, una Receta de una Sopa, la vida, los sentimientos en esta receta sin igual, la templanza, la dulzura, el amor, una poesía jocosa ,pero con mucho fundamento. Rocío nos lee un poema, cosa rara, nuestra querida narradora, un poema amoroso con el viento a su favor y aves que saben volar con el amor. Por último, por lo menos para mí pues hay muchos Rascamanes para rato es Javier, el Boss, ha traducido un poema de Marilia Lópes del poemario “Victorianas", en ella nos habla, de la violencia machista, el dolor, el sufrimiento, el que no sabe amar de verdad y duele sobremanera el sonido de las cortinas indiferentes ignorando la ayuda que se pudiera recibir, en ese instante he de marcharme presta y me despido, me disuelvo entre las palabras y las melodías vuelven a sonar, la poesía y la música entre mis folios, Rascamán siempre ahí, siempre presente.


Omega Paganini

6 de marzo de 2024

2. Juan Antonio Arroyo:


LA TIERRA…, TAN VIAJERA


Ya estamos de nuevo en nuestro café FÍGARO, dispuestos a iniciar ese viaje semanal, por nuestra Tierra esta vez, con ambición de astronautas…

En la nave nuestras historias se acompasan en la diversidad de itinerarios por la redondez de nuestra casa común.

Rompe el hielo Omega recordándonos a nuestro amigo Fenoy, que ya va por esos espacios, viajero hace seis años por este firmamento, con su moneda para el barquero, siendo costa de sinceridad.

Fátima, que regresa a esta nave, después de mucho tiempo por el firmamento, pero que siempre nos tuvo en cuenta, y feliz de viajar con nosotros, nos evoca “los rayos de luz que entran por la ventana”, con ello se plantea el tema de la maldad, como algo que se asigna en las sentencias, que definen maldades.


Entonces el viajero Juan Raña recuerda de la tierra esos “sobaos de doña Rosa”, la añora, siempre los esperó y más ahora tan lejos… Pero el tiempo en unos años hizo que ella no volviera… y en este viaje todavía le quedan esperanzas.

El viajero Alberto, entonces se refiere a ese enigma matemático de “La suma perfecta de dos dados”, con un mensaje para salir o no salir y gozar sexo con Clara, que anuló su existencia... En el sobre que su hermana entrega donde el mágico siete que lleva al amor con los dos dados… Y sin salir el número, ella muy viva desnudándose, le propone jugar. El viaje se llena de encuentros sorprendentes.

La astronauta Chelo recuerda en su poema sin título, que nos evoca en tardes como las de hoy, nos dejamos llevar, siendo sólo dos aves que como aves migratorias, entre vientos favorables…

Entonces Javier evoca a la no viajera Marilía, portuguesa, donde queda claro en ella que no es fácil el amor, y que la lucidez inexistente, crea muerte y víctimas.

Toma la palabra Manuel, mientras vemos lejanos puntos desde nuestro aparato, nos evoca de cosas que pasan allí abajo, en nuestro precioso planeta, en “Ninguno de los suyos”, con las desigualdades del perro mundo. Piensa ese empresario la bondad de la pobreza, con sus ingredientes de corrupción y turbiedad en la vida, para con ella llegar a ser famosos. 

Se va hacia otra nueva historia en el viaje, que evoca José Antonio para cambiar de tercio, y reconocer lo que le ocurrió hace días en una fiesta sorpresa terrícola que vivió enfundado con una bufanda. Se encontró con la aparición de su libro y la visión sorprendente de estos viajeros navegantes rascamanes. La vida es un barco de papel. Se pueden despedir males y dolores, para ello Matilde ayuda mucho al comunicar con ella : ¡Adiós dolor, anda y que te den!

Entonces toma la palabra José María, que nos habla de “El circuito” con esas novedades de crecer hacia caminos nuevos, como este espacial.  Hay una próxima tragedia, pero tiene dos ruedas el sistema, que son el pasado y el futuro. Mas nunca se había caído de la bici.

Entonces la viajera Carmen, siguiendo el vuelo espacial nos recuerda en “El abuelo” tan cercano desde la infancia, rico con cabezas de ganado…, con sombreros y vestidos. Alto y delgado así como amigo del comisario… Muchas cosechas y vino bebía con entusiasmo… Pero llegó la Guerra Mundial y…, nadie compraba.

Sorprendió en La Argentina, se notaban las heridas y la carne podrida.

Y proseguimos el viaje espacial con tantas evocaciones de ese lugar que vemos del tamaño de una pelota azul.

Luego tomo la palabra y leo un escrito para el amigo viajero José Antonio, en el que veo sus animus y ánima por esa pérdida de dolores que demostró en esa fiesta aludida, como que parece sonreír el planeta, por esa pérdida del dolor allí y también en este bus espacial que viaja hacia el futuro.

Entonces nuestro viajero y amigo León, nos deleita el viaje, y hablando del futuro, Huidobro, que es poeta del mañana, evocaba la luna llena que contaba Buñuel, esa luna, que produce mil delicias…. Ahora desde nuestras ventanas..., parece que la vemos del tamaño cabeza de alfiler.

Prosigue su relato viajero Celia, de aquella ventana del planeta que con sus cuadradillos, lleva a la viajera a esa “Poética estival”, donde los muebles son engullidos por la luz...y se producen situaciones que se olvidan de la muerte.


Juan Antonio Arroyo

9 de marzo de 2024



3. Carmen Padín:

LA VIE EN ROSE


Ojos que hacen bajar los nuestros. Una sonrisa que se pierde en su boca pues Omega recuerda la muerte de Paco Fenoy leyendo un poema suyo. También ha perdido la sonrisa el preso de Fátima quien juega con los rayos de luz que se cuelan tras las rejas e iluminan el recuerdo de su madre.


Cuando  Soledad me toma en sus brazos y me canta bajito, dice Raña mientras espera que llegue la vida en los sobaos de doña Rosa.


Los problemas y las penas se alejan con un par de dados, un siete y una alfombra, provocan una felicidad, felicidad por la cual se puede morir. Y se muere, cuenta Alberto. Por suerte tiene una copia, mala, pero al fin copia, los mismos dados la misma alfombra.


Me dice palabras de amor, me las dice cada día y si son en una sopa, mejor todavía, cuchara en mano cocina Chelo.

 

Y eso me hace sentir algo, dice Marilia en voz de Celia y de Javier, pero el rosa, cuando no es tan rosa, se enreda en las cortinas.


Él hace entrar en mi corazón, no una parte de felicidad, sino de desesperanza por las desigualdades sociales y la vanidad de un traje hecho a la medida, comenta indignado Manuel. Pero sí entra y a raudales, en el vasto corazón de José Antonio. Conocemos la causa, por toda la vida, lo ha dicho. Y sale del brazo de  Matilde para vivir la vida en rosa.


Alors je sens en moi, mon cœur qui bat…

Et moi,  mes chers amis, je m'en vais. Merci à tous.




Carmen Padín

10 de marzo de 2024



4. Chelo Santa Bárbara: 

“Desde este ángulo/la visión es perfecta; observo sin que lo noten/. Pienso que, a saber, cómo acabamos/y me adentro en la historia/de la que somos protagonistas y héroes”.

Me encanta el ruido anterior a la lectura, el mismo que Javier no puede romper a golpe de campana ya que no la tiene.

Omega es la primera en hacerlo homenajeando a un compañero al que no tuve el honor de conocer, pero… “Nadie se va/-rotundamente- /por el hecho de morir/. En cada rincón habitado/permanece la inexistencia, aún viva”.

Fátima, me deja noqueada y absorta en una dura imagen de sombra y luz. “No mata el golpe de gracia/ni la muerte misma”.

Rañita, (desde el cariño) motiva la nostalgia, la ternura, conmueve… “Esperaba impaciente/imaginaba sol/pero era lluvia”.

Alberto, narra un magnífico relato lleno de matices, pero el debate está en las tetas, si sí o si no. Evidentemente, yo, lo tengo claro… “Quizás mi voz desentone por pura desnudez”.

Luego es mi turno y solo puedo decir que…“también el estiércol/abona la tierra”.

Rocío, no sabe que escribe poesía… “El poeta/el nacido/lo es en sí mismo/ aunque no escriba poesía”. ¡Ahí lo llevas! Jejeje…

Javier (todoterreno) anda liado con la traducción de un poema. La mayor dificultad es, mantener intacta la esencia. “Es difícil andar con parsimonia/reteniendo el brío del cuerpo impetuoso/sin perder en suma el equilibrio”.

Manuel que también se atreve con la prosa, continúa leyendo su novela. Cada día tengo más claro que, “Nacimos para la guerra”.

José Antonio, que da gusto verle con su luz y sus chispitas, nos lee ¡Anda y que te den! e inmediatamente me lleva a unos versillos … “Otro día seguiré/con la historia de mi vida/que me trató con desdén/ pero mira ¡que le den!...

José María en la voz de Rocío con su “Circuito”. Desde esta mi situación en el gallinero, el paraíso o la trastienda, confieso que… “A mí me gustan los lunes/pero dicen/que hoy es mejor/porque hace sol y es sábado”.

Carmen es única para crear una atmósfera de paz y sosiego. Ay, el abuelo... mi sensación es que llegamos tarde a comprender la vida de nuestros mayores… “Ahora, que en el ir regresas”…

Juan Antonio que, se atreve a salir sin babero, dedica su tiempo a José Antonio y las chispas se mezclan con la generosidad. Ya podéis imaginaros el ambiente que se respira. “En realidad, la película es lo de menos/lo que importa, es la escena”.

León, al que torpemente he pisado por mi condición de “polvorilla” menciona a Huidobro, lee y es evidente el resultado. “Mañana, tan lejos/a la vuelta de la esquina”.

Continúa Celia con un poema de esos que están guardados para la ocasión. “Mirar atrás es -en cierto modo- volver/recuperar con nostalgia lo vivido”.

León vuelve a escena para dedicarle un poema, que no encontraba, a Aure. En Rascamán, la generosidad es una máxima.

Es el turno de Joselyn y después de leer su poema… la elocuencia del silencio. Si no puedes mejorarlo, si no sabes qué decir, mejor calla. “Otra vez el silencio, forzándome a escuchar mi latido”.

Juan Manuel hizo los deberes y ahora sí entiende su letra. Fluye y sonríe. “Que nadie sepa por qué sonrío”.

Cinta lee algo que escribió en el 2020. ¡Bravo, compañera! Yo también admiro a los que se atreven. ”y con falsos rezos/exigen libertad/los blandos de razón/de moral y patria”. 

Carlos Ceballos en pantalla, me recuerda a Moisés con sus tablas y todo el pueblo de Rascamán a sus pies. 

“Y ya cumplida/a la edad de ahora/no preciso contemplar mi deterioro”. 

“Todo quedó inerte en la crónica”



Chelo Santa Bárbara

10 de marzo de 2024