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lunes, 16 de julio de 2012

33ª Jornada/V Año: Miércoles, 20 de junio de 2012



"Si queréis hablar todos al mismo tiempo. Será mejor que os arrojéis por la borda..." 

Mientras nuestros náufragos reponen fuerzas, y alcazan las condiciones óptimas de sorprendernos con el viaje a Ítaca, nosotros seguimos dándole al timón, pues creo que es un buen ejercicio muscular, que últimamente lo recomiendan los fisioterapeutas, para prevenir determinadas desviaciones en las articulaciones de codos y otros elementos fibrosos que conforman nuestra anatomía bípeda.

El día anterior habíamos comido salmón contaminado; sí, del habitual, del que tiene plomo, y la verdad, que nos encontramos toda la tripulación bastante pesada; con decir que íbamos andando por cubierta con los pies a la rastra; parecíamos, más bien, un ejército de derrotados, o recién apaleados, perseguidos por la miseria y las estrecheces de la vida; éramos como un país maltrecho perseguido por la prima de riesgo, mientras nuestro capitán nos arengaba: “Esforzados marineros, gentes de la mar, por cien tiburones, que ni los mayores titanes marinos, nos hundirán en altamar. Voto a bríos, que colgaré en el palo mayor, al que intente abandonar el barco en cualquier barquichuela de nada. Ejem, ejem, Os agradezco el sacrificio. Jamás de los jamases, se ha visto tripulación tan singular: llenos de harapos andáis por la borda desafiando el oleaje, y aunque no os tenéis en pie, la patria, ¿que digo? el barco, os recompensará por vuestro sacrificio. Y ahora brindad conmigo, camaradas. ¡Viva el vino! Y que le den a la prima de riesgo”

-Pero Javi -dijo Ana- que esto no tiene que ver con la prima de riesgo. Que estamos extenuados, compi, que aquí no hay quién dé un  paso después del salmón con plomo. O es que no te has enterado del efecto gravitatorio, y demás. Que no eres Rajoy, hombre, que no.
-Ya lo que nos faltaba -Rajoy, vestido de pirata, con sus primeros espadas repartiendo mandobles por doquier- repuso  Alberto.

Y tras unos instantes de vacilaciones, con los pies a remolque nos metimos todos en la bodega, dejando que el barco flotará en altamar,  balanceándose en las tranquilas aguas del Caribe, mientras que los tiburones lo contemplaban un tanto moscas.

A duras penas  llegamos a nuestro recinto, dejando al barco a merced del batir del tranquilo oleaje. Nos arrellanamos como pudimos, como un ejército de derrotados, y tras varias historias de piratas, y otras anécdotas, que no vamos a referir aquí, pues no tenemos permiso de pregonar a los cuatro vientos intimidades personales, y tras sorbito y sorbito de café u otros licores exóticos del Caribe, rebozados con sabrosas anécdotas, con libro en ristre a toda vela, Alberto, nos leyó el poema “Días de indulgencia”, lleno de espiritualidad:“Volveremos a sentarnos/limpios y solos/frente al fuego”.

Mª Antonia, en el poema “Vente a por uvas”, nos obsequió, con las metáforas: Chasquea la lengua seducida/ por el líquido que resbala./Fuera copas/ sólo tu boca en mi boca.

El grumete Andrés nos leyó un poema inspirado en las guerras: “Buscaban las madres refugio/ en sus cuentas de ganchillo”. Estupenda metáfora. Siempre hay que vivir a pesar de todas las tragedias, con las que nos quieren arrinconar, metiéndonos el miedo en el cuerpo.
 
Paloma  Hidalgo, nos envolvió con su magnífico relato de un sordomudo:”Palabras”.

Y tras un  tumulto de voces, Javier amenaza con dejarnos a nuestra suerte, perdidos en altamar.Que sí, que está dispuesto a llevarse las cartas de navegación. Y a ver qué hacemos, solitos en medio de un mar plagado de tiburones, en constante alerta.
-Si queréis hablar todos al mismo tiempo. Será mejor que os arrojéis por la borda. Por favor.-protestó Javier.

Todos los parlanchines palidecieron, al observar, que los más allegados al capitán, se ponían en guardia, dispuestos a ejecutar sus órdenes.

-Tu turno, Ana.

Muy en circunstancia, nos leyó el poema “De Junio a diciembre”- Dedicado a León.
Poema muy suave y cadencioso. Un cántico al amor.

Paloma Sánchez, nos recitó las últimas versiones de los Cantos VII y VIII, que suponemos serán las definitivas, pues han quedado  muy completos. Muy bien, Paloma. Por destacar algo, un verso dentro de tantos tan buenos:
“Tu lengua gloriosa me golpea entera”.

Pablo, una de las últimas incorporaciones a la tripulación, nos  trasladó a Quevedo, con su poema” Sobre el dinero “:
Es voraz el dinero /Bravucón y logrero.    


León, por su  parte, nos lee con su exquisitez, un poema lleno de nostalgia sobre la muerte, y la brevedad de la vida, aunque deja inmerso en sus versos un canto al hombre. Y nos dice, en uno de los momentos trágicos: ¡Cuánto mejor ser humo que seguir respirando!

Se hicieron innumerables matizaciones en prácticamente todos los poemas, lideradas por Javier y, sobre todo Carlos, que para rematar la faena, tomó el florín y tras partir en minúsculo trozos los cuatro tomates que había sobre la mesa, y repartirlos, entre la atónita tripulación, que jamás había visto semejante hazaña en sus cien años de navegación, dirigiéndose al menda, increpándome, me ofreció con la punta de la espada un trozo de tomate.
-Toma bellaco. Lee.-Y me hizo ingerir el trozo de tomate a toda prisa.
Y leí, lleno de temor, el poema  titulado ; “Este maldito sabor ocre que palpita” , en el que demostraron su destreza de espadachines, Javi y Carlos, y otros tantos, dando tajos por doquier a tan malhadado poema, que me lo dejaron tiritando.
Por algo terminaba, y termina:
“En su amplia redondez /recién pintada con la sangre/ de unos labios partidos por el viento.  
……/al calor del humo esparcido por el tragaluz/ implacablemente cerrado por una maldición”  

Carlos, a su vez, finalizó con un poema al que se le tajeó concienzudamente, a pesar de hermosas metáforas, como:
“me hubiera gustado jugar/ a ser un puente”  

Vicente, por su parte , tras  críticas crípticas, propias de un lenguaje súper especializado, afirmó que el 70 por ciento de la fuerza de un poema la da la interpretación del rapsoda músico o cantautor, y para ello se apoyó, como siempre, en diversos autores; pero, a pesar de tantos eruditos que piensan así, confunden el acercamiento de la poesía, -siempre minoritaria, por medio del médium-rapsoda principalmente- al oyente que no le llega, con la esencia de la misma, con la fuerza que emana de la lectura silenciosa, para aquel lector que empatiza con el lenguaje poético como forma de expresar sentimientos que golpean los tambores en medio de la soledad de la estepa.

El poema está por encima del rapsoda.

Como decía un físico teórico:
El sentido del Universo es cantarse así mismo, a través, del hombre. Y yo añado, y por medio del arte, la ciencia o el amor. 

Finalizó, la tarde con una exhibición de Javier, que con su florín descuartizaba hábilmente  en el aire, una bandada de tomates lanzada  por la marinería. Eso sí que era malabarismo y demás. Jamás se vió semejante hazaña en los mares del Caribe. Terminada la faena envainó el florín, y con su aspecto de espada, Carlos dio una vuelta por el barco, entre vítores y aplausos.

Juan Manuel Criado Manzano
2 de julio de 2012