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domingo, 26 de febrero de 2023

14ª Jornada/XVI año: Miércoles, 22 de febrero de 2023

Ángel González. "Primera evocación"



1. Chelo Santa Bárbara: 

ESCUELA TRAVIATA


Como en los mejores tiempos, fuimos llegando cada cual a su ritmo, con su mochila, ocupando su lugar… 

Empezamos la clase y Javier, el profe, pide algún voluntario para hacer el resumen; a mí en ese momento, se me cae el boli, se me desabrochan los cordones de las botas, me entra la tos… pero nada me salva, ni siquiera ponerme al final. Resultado: diez líneas cada uno. 

Ya voy por la quinta.

La prosa fluyó sin aspavientos y a partir de ahora, me acordaré de Rocío cuando vea un charco.

La poesía bien, aunque no siempre es bueno volver al lugar donde aún agoniza la historia, escrita con vehemencia. He certificado su muerte.

Y termino añadiendo que, seguimos siendo niños y nos queda mucho que aprender al margen de la Literatura que, a decir verdad y después de todo, es lo de menos. 

Chelo Santa Bárbara

23 de febrero de 2023



2. José Antonio Carmona:

Está bien escrivivir en la arena de la playa corazones,

está  bien grabarlo en las tablas de una hamaca

o en  las olas de la foto,

Javier que, aunque  lejos,

se las ve como espuma de cerveza.


Voy al cuento de la tertulia, 

en un momento:

(por los diuréticos) 


-¡AnaGonz, ten un respeto!

¿Lo del niño y esa abuela primperán? 

¿la que lanza como peonza y enrrollado

en una guita el cerebro del abuelo?

Y luego salta y juega a pídola en las baldosas, 

sobre el suelo?

Ni McCartney, ni la Otero, ni el sereno de algún cuento, ni el limpia aquel

que salía de los cuadros, en un Paris que jugaba a lo moderno

lo gritaban

con el cuello agigantado, 

como un  gitano cantando en el tablao de Cuchilleros


-¡Eso está feo!


¿Y la Chelo?

Polvorilla, Mira que me cuesta mucho decirte lo que pienso,

que te quiero.

Encandilas cuando  lees, 

(Me refiero al primer verso)

Ese que gusta hasta las arrugas que están cerca de su cuerpo

y del ombligo, 

¡Ay, suspiro!, 

el ombligo es como un agujero negro

que no para de atraer a los cuerpos 

de este universo o de otro

ya sea antiguo o moderno.

Y luego va y  se salva por la voz 

y es que mira, 

voy  y lo digo:

Imaginé que el chaval era un turco,

 pelo negro,

era un chico- discoteca, amiguete de Matilde, 

Roommate de algún escarceo

de una semana, o  dos. 

Un amor de esos eternos. 

Pero luego, en el segundo, lo que cuentas, 

¡Si es que lo arrojas al fuego!

-Te vas a enterar, le dices,

en renglones cortos, 

ya sabes, cómo son los versos.

Sin vacuna, lo castigas al Covid del amor,

al fuego, a que le de tos en teatro,

o el cine

o aun peor, en concierto. 

Y eso duele aunque no sea eterno.

Descansé con los haikus de Javier 

y mira que fundar ciudades

requiere trabajo y esfuerzo.

Entre dos versos  de cinco y uno de siete en el medio

se puede entrever (a veces) la mitad del universo.

De los míos, no los cuento, que quería escribir cortito

y esencial o  trascendente. 

Esta noche no me veo,

quiero continuar siendo vuestro

contertulio, amigo cierto

Así que me voy al sobre,

a mi descanso

que a estas horas hace sueño.

En la mitad del escrito

Digo adiós y hago silencio.


José Antonio Carmona

24 de febrero de 2023


3. Paloma Sánchez:

 

Ante nuestra falta de iniciativa el Maestro sonríe con malicia y nos encarga diez líneas de bitácora por persona, por hacernos los remisos. María nos deslumbra con dos poemas, uno dedicado al Maestro y otro suyo. José María ya no llora fácilmente. Lo lejos que están las cosas del ombligo de Chelo. A él no le gusta que le digan -¡Qué relato tan bonito!- quiere recibir banderillas como en las corridas. Raña dice que disculpemos su torpeza. El arte no está en el cuadro de una galería de arte. Javier nos premia con unos haikus encadenados que suenan muy bien, como a campanitas. Calderón nos lee dos relatos que forman parte de una entrevista que le han hecho: autoficción y literatura. Rocío busca mundos debajo de los charcos y allí resuenan músicas desconocidas y hay otra realidad distinta. Me tengo que ir porque tengo una “call” para hablar con mi hijo, del que me separan nueve husos horarios. Me despido antes de tiempo y como siempre digo que ha sido un placer pasar la tarde con vosotros y vuestros escritos. Burla, burlando ya están las diez líneas.



Paloma Sánchez

24 de febrero de 2023



4. Rocío Díaz Gómez: 

Somos tantos que nunca estaremos todos. Pero me gustan esos miércoles en los que vienen compañeros que hacía tiempo que no veíamos: María Jesús con sus micros, María Juristo con sus poemas sin título, María Eugenia, suerte que aún siga por España, Juan Bautista con prosa, por supuesto, y Juan Calderón que, para variar, esta vez vino con una entrevista salpicada de biografía.


¿Y acaso no es eso lo que hacemos cada vez que estamos en la tertulia? “Biografía”, como dice David. Porque simplemente el hecho de reunirnos ya nos va a devolver un laborable festivo. Los miércoles hay tertulia, los miércoles suman, brillan.

Pero estábamos pasando lista. También estuvimos algunos de los últimos asiduos: Juan Antonio, José María, Carlos Ceballos, Paloma, Chelo, José Antonio, León, Ana, Javier y yo. Anotamos algunas cruces, sí, pero volverán. Seguro.

Y eso es lo más importante, ¿no? Que la literatura, ya sea a sorbitos como en los poemas, o de aliento largo como los relatos, tenga el mágico poder de convocar a todas estas personas que aparentemente no tenemos nada que ver, pero que sin embargo coincidimos disfrutando de las palabras.

Quizá fuera eso los que nuestros antepasados hicieron para inventar el fuego, frotar una palabra contra otra hasta darse calor. Como nosotros.

Para terminar invitamos a Ángel González que llegó con ese poema tan emotivo de “Primera evocación”: Recuerdo bien a mi madre…

Qué buen poema para despedir el último miércoles de febrero y tertulia de este 2023.


Rocío Díaz Gómez

24 de febrero de 2023



5. Javier Díaz Gil:

 

Para levantar la tarde y dejarla como un pincel, cada rascamán se ocupó de aportar belleza con lo que tenía más a mano. Juan Antonio corrigió las grietas y añadió un maniatado. María Juristo que nos salva de la amputación, me regala un poema: "el tuétano de tu poesía...", y un neologismo: complicidio.

Carlos Ceballos pone un pájaro a saltar por las ramas y piensa en trucos de poeta.

José María Garrido emplea la segunda persona y trae su grieta también y confiesa que ya no llora tan fácilmente.

Chelo construye poemas de amor, cómo nos salva su voz, aunque nos avisa: odiame, repúdiame, maldíceme.

Yo, con unos haikus, he construido una cadena, donde reflejarnos en la luz de un charco nocturno.

Juan B. Raña se ha inclinado por la pintura: el cuadro más modesto en el café Feito e riquiño. Juan Calderón añade más belleza y biografía a la Tertulia. Nos habla de Fiorella y de un director de banco sin zapatos.


Está quedando preciosa la Tertulia.


Rocío nos hace imaginar una ciudad debajo de los adoquines y nos puebla de tormentas la cabeza.

Paloma reflexiona sobre la escritura ayudada por la que lee, la que escribe, la madre, la hippy... José Antonio trae un libro ajado junto a un charco y una farola que suicida su luz en el charco que es su espejo.

María Eugenia nos lleva a Roma, a Julio César... nosotros pensamos en sangre, el trigo es más duro que la carne.


Tres toques de belleza, distintas, nos restan.

La de Anagonz y un micro truculento. La primera vez que veo el cerebro de tu abuelo así, activo.

La segunda, del último rascamán en intervenir, nuestra María Jesús Briones, a quien echábamos mucho de menos, con dos micros: Hombre y Melpómene. El que acaba de nacer frente a la musa de la comedia y la tragedia.


El último destello de luz que completa esta tarde y la eleva es escuchar a Ángel González recitando su "Primera evocación". "Tenía miedo del viento..."


Ha quedado preciosa la tarde.


Javier Díaz Gil

26 de febrero de 2023



6. Juan Calderón:

En la Curandería La Traviata me dieron cita el miércoles pasado a las cinco y media. Me dijeron que después de tantos catarros encadenados y con las costillas locas por echarse unos bailes, aun sabiendo las dolorosas consecuencias que conllevaría semejante desatino, debería someterme a una terapia de vitaminas especiales. Y yo, sumiso, esperanzado y muy descontento con el funcionamiento de la Sanidad Pública, acudí a la hora convenida. El recepcionista de arriba me pareció huraño y mal encarado, pero no le eché cuenta y bajé a la consulta. El lugar se me antojó elegante y distinto a los habituales de la medicina. El médico titular, llamado Javier, me recibió con un abrazo y aquello me pareció un comienzo estupendo. Me dijo que enseguida comenzaría a recibir las vitaminas que necesitaba. Empezó a suministrármelas José María, al que siguieron María, Juan Antonio, León, Chelo, José Antonio, María Eugenia, Juan Bautista, Rocío, Carlos, Paloma y Ana, (espero no olvidarme de ninguno), todos ellos grandes profesionales en lo suyo. Estuvieron eficientes y cariñosos a rabiar. Allí mismo ya me fui sintiendo mucho mejor y, por corresponder a tanta amabilidad, les fui contando algunas anécdotas acontecidas a lo largo de mi vida. El caso es que llegué a casa como nuevo. Como hacía bastante frío me entretuve en hacerme una mantita, tipo patchwork, con todas las cosas bonitas que había escuchado en la terapia. ¡Dormí más calentito! Os lo digo por si queréis que os pase el contacto. Besitos.

Juan Calderón
26 de febrero de 2023

7. Juan Antonio Arroyo:


“ VIVENCIAS EN LA TIERRA”

 Juan Antonio 
     Los ogros individualistas maniatan a los otros con su nudo.
María Juristo
     Ella evoca para Javier su poema: El paladar se vuelve tuétano del alma.
 Carlos
    Ese señor de la carnivoría: ese señor eres tú.
 José María G.
   Yo ya no lloro fácilmente: veamos si podemos ver las lágrimas de San Lorenzo.
  Chelo
  Tiene magia su voz al rozar mi oído.
 Javier
   Nuestra mirada, funda ciudades imaginadas.
 Juan Raña.
  El limpiabotas quedó reflejado en el cuadro: mi único amigo.
  Juan C.
   Fiorella le enseñó la vida social, tan enamorada, pero él se prendó del director de orquesta. Ella se suicida.
  Rocío
   Mi madre no llevaba al médico a mi hermano, que buscaba su doble. Perdido en la vida al fin reaparece…Su madre le recupera de nuevo, pero ella murió.
  Paloma
   Dilemas en la escritura, Prosa-Poesía. En la primera las palabras se hacen a medias con el lector…En la segunda se tiene un mundo más cerrado y mágico: surgen las metáforas por azar.
Jose Antonio
 Un libro en un charco que es espejo sobre el suelo: caudal de un rio donde navegan versos…, por la luz de la farola.

Juan Antonio Arroyo
26 de febrero de 2023


8. Ana Gonz:

BITÁCORA DE UN MIÉRCOLES DE CENIZA, EL 22 DE FEBRERO DE 2023. A LAS 18:00 MÁS O MENOS COMIENZA LA CUARESMA

En la capilla Traviata, en pleno centro, oran los rascamanes y se escuchan palabras de dioses (y demonios), y de pecadores (de algún casi santo, también).

Y van entrando poco a poco en la capilla feligreses, oradores y rezadores rascamanes, llenos de frases, versos y palabras enlazadas en poesía y narrativa; unas se desharán porque los dioses las llevarán al limbo de las letras o a quemarlas en la hoguera de los pecadores, y otras irán a los cielos de la aprobación, y exclamarán ¡es Cuaresma, tiempo que invita a la renovación, a la reflexión y a la salvación ¡Los pecadores harán penitencia con sus palabras hechas cenizas y marcharán escaleras arriba, desviada de los cielos”

Y así, se salvaron los primeros versos de la feligresa Chelo “Hablando de poesía”, cuando dijo aquello de “cómo decirle que la suya es magia, que me encanta…”

A la renovación y a los infiernos fueron los segundos versos: “Querido amor: ódiame, repúdiame…”

Al dios supremo, el boss Javier, le hicieron gracia y más que a los infiernos los mandó al limbo de sangre caliente y un poco violento, alegando que se parecía a eso de “ Ten cuidao chaval, que te meto….” o a lo otro de “ ¡se va a enterar el amor”…..” Son buenas intenciones” replicó la feligresa, casi santa, Rocío.

El Supremo Javier hace hueco en el altar para llamar ahora un poquito la atención con sus haikus y someterse a juicio: Alabado sea, dijimos al unísono todos, y sentados. Haikus encadenados, como Jesús… Hummm ¿preludio de la Crucifixion? Nooooo, al altar mayor con estos versos: “Lluvia y silencio, la noche se ilumina, luz en el agua, lluvia y silencio (de nuevo para comenzar el siguiente haiku), y acabando con “nuestras miradas funden ciudades imaginadas”… Casi van a los infiernos los que se atrevieron a decir que eso era carne de renovación, pero se salvaron; era el supremo….y fueron a los cielos, alabados, ensalzados, encadenados. ¡Alabado sea el Boss!, susurraron por lo bajini (el hábito manda en la capilla).

¿Y ese feligrés que entra en capilla con sus escritos arrugados debajo del brazo y se sube a la tarima para deleitarnos, no con un sermón, sino con un relato lleno de gabachos, gallegos, cuadros en ese París ¡ohhh París! del siglo pasado?..¿Raña? Siii, y fue salvada la historia de un anciano, de su mayordomo, de un gallego, Manolo, dueño de un café en pleno París, el “Feito y Riquiño” (siempre hay un gallego en cualquier lugar) donde se unieron con amor, por avatares de la vida, los protagonistas de su historia, además de un cuadro “humilde que no llama la atención” y su pintor, para acabar con el mensaje “la mariposa recordará que fue gusano”. Iría a los cielos, no sin antes, con alguna penitencia añadida (aunque salvado).

A la derecha de París está la vida. Está Calderón, y la vida siempre es sueño con él. Entra en la capilla a confesarse directamente, sin pasar antes al rezo o súplica….va directo al grano de las vivencias en una entrevista que le hicieron por su 70 cumpleaños. Buf, ¡cuánta vida y cuánto sueño!. Mi vida cuando tenía 22 años…dice y le preguntan ¿qué recuerdas de tus primeros años en Madrid? …a Fiorella, que me marcó la vida; me metió en un mundo nuevo y en una sociedad que yo no conocía; y se enamoró de mí. Fiorella murió muy pronto….!fue un shock! Otra anécdota: “A los 14 empezar a trabajar en un banco en su pueblo, Alburqueque, fue chocante… hubo momentos curiosos y cómicos, con jefes y clientes…Y eso siempre lo recordará con cariño siempre. Cada etapa de su vida es un relato, le dijeron los dioses y pecadores, unidos en una exclamación conjunta de admiración… ohhhh…! La vida son relatos y más relatos, asi que a los cielos. Salvado y alabado por la vida misma.

¡Ay. Rocío, ay. mi Rocío!, diosa rascamanera, casi Santa a estas alturas de penitencias y rezos. Llegó Rocío con palabras hermosas hablándonos de otras vidas, de otros mundos, de otros charcos, de otros mundos debajo de los charcos, comenzando con esto: “ Debajo de los adoquines de las calles hay otros mundos……Los charcos nos dejan ver esos mundos cuando nos asomamos……un niño con todas las tormentas dentro de la cabeza no podía ahogarse. Se tiró al charco….quien pudiera nadar por debajo de los charcos…” ayyy Santa Rocío, feligresa del primer banco, a la derecha siempre del padre supremo Javier, y de frente al resto de los dioses (más mortales)….Salvada, alabada, sin penitencia, aunque ella siga orando y orando para estar siempre cerca de los dioses, a la derecha del padre de las palabras. Será santa, santísima pronto.

Pero la Cuaresma es teatro, decía una vecina mía, viejita y que se metía buenas mariscadas los viernes de Cuaresma…. al final, te vas de pecadora, pero mucho más satisfecha y feliz con tus pecados. Solía rociarlos con buen vino blanco para que el pecado y la oración posterior fueran exquisitos, con estilo, por si acaso hubiera dioses demasiado exigentes a la hora de dar un candadito para los cielos de las letras. No podía ser otra que la feligresa Paloma, entrando ufana desde un trocito de cielo virtual, con mantita, cigarrito y tacita en mano (a saber el teatro de la tacita, si era té, whisky o café). Da el pego con su poema dedicado a Susanita (no la del ratón, sino la otra, la de allá, la poeta), “La escritura”, dice cosas como estas: “queremos que la historia se desenvuelva en el teatro, que defina las distintas partes del talento literario…..difícil, pero al menos así se hace al modo de una receta culinaria, despacio”; o “la poesía siempre ha sido mágica, cosa de alquimia”… esta cocinera de prosa nos lleva a mezclar, a la química, a los galenos de las palabras... Va con penitencia, pero con receta al chuf chuf, a fuego lento, casi a los cielos….hay camino hasta hacer bien la mezcla, y que la obra sea puro teatro… oraciones reales para la alquimista ¡! La reflexión forma parte de esta Cuaresma primeriza… a renovación, dicen los dioses.

Y este otro feligrés que lleva versos orados tan bien como escritos. No es otro que Carmona, que dejó de ser monaguillo hace mucho para ser casi dios ¿o dios completo? ¿Santo? No le pegua…lo dejamos ¡en semidios pecador que anda casi siempre con Matilde haciendo cositas lindas, pero que esta vez la ha dejado en el portal y y canta esto: “Justo allí, donde la luz se esconde…….y una farola suicida su luz en el charco, que es su espejo”….¿a los cielos su oración? Hummm, esta vez se queda a las puertas del cielo, alabado un poco, no del todo… pero sí es para alabanza su frase final: “somos ilusión, somos sueño”. Amén.

Una feligresa extranjera ha entrado en la capilla ya hace tiempo, y vuelve y vuelve al redil rascamanero a orar, a rezar, a andar, y vuelta a orar, y a rezar poemas….Eugenia, aquella galaico argentina, con faz de Foz y acento de la Plata… lindo todo en ella, aunque ha venido este miércoles de ceniza con sangre; le deben doler mucho los pies (o sabrán otros dioses el qué) después de ese camino a Santiago, largo y sabroso… reza esto: “nosotros pernsamos en sangre… el plasma huele a hierro…. César aprendió a moverse en la batalla porque sabía cómo se hace el pan”...uy, uy, uy…dolorida tiene la pluma, y el supremo indica que no se hace, no se hace eso en un poema, no se hace pan…¿qué se hace?...la dejamos en paz, se está recuperando de la sangre….a reflexionar la hemos mandado. Seguro que el próximo miércoles, ya en Cuaresma completa, viene penitenciada y rezada… se le habrá pasado el dolor y resucitará de entre las cenizas de “hacer” para “acometer”. De todas formas, ¡viva la faz de Foz… y …la voz, Eugine!

La feligresa Anagonz entra en la capilla y en la Cuaresma sin orar mucho y sin rezar lo suficiente. Tiene más sangre que la faz de Foz en sus oraciones… ¿qué andará por su cerebro para querer matarlo? Matarlo en forma de revuelto de sesos de abuelo destripado en un relato de la vida, que no es sueño ni bueno ¡a los infiernos la mandaron! Pero ya lo conoce, comentó entre dioses inquisitivos y exquisitos de la capilla, ya a esas horas… ¡Penitencia, penitencia!, dijeron al unísono! Ni siquiera renovación… la pecadora seguirá rezando, orando, y rezando y orando, a ver si en este tiempo de Cuaresma le dejan entrar en los cielos algún día…Veremos, pecadora.

La última feligresa en entrar a la capilla, pecadora por ausente, en busca de perdón y aprobación fue Briones, María Jesús, siempre con reflexiones y renovaciones y buscadora de alabanzas directas a sus oraciones, que suelen rezar así: “Hombre:…busca un cuerpo cálido que lo envuelva….acaba de nacer” y nosotros resucitamos con ella... O esta otra: Melpómene (es una de las dos Musas del teatro, de la tragedia…), y Briones dice: “quiero la máscara de oro….es para tu hermano….”. Silencio. Asentamos….a los cielos, casi directa…pero le falta algún escalón. Vuelve, para seguir con las musas y elevar las alabanzas a tus oraciones, a tus rezos, a tus palabras. Vuelve, Musa. La oración y el rezo se fueron acabando y fuimos saliendo todos de la capilla en este primer día de Cuaresma, para volver a orar y rezar, ir a los cielos o a los infiernos de nuevo el próximo miércoles, que será igual de especial que el de ceniza, con más o menos feligreses rascamanes, pero siempre con la palabra de ellos y de los dioses en sus oraciones ¡alabados sean, seamos!

Ana Gonz
1 de marzo de 2023

sábado, 18 de febrero de 2023

13ª Jornada/XVI año: Miércoles, 15 de febrero de 2023

 

Fragata "Rascamán"

PRIMERA TRAVESÍA


 Habiendo llegado el quince de febrero de dos mil veintitrés, iniciamos la travesía, una aventura tan arriesgada y temeraria como la de escribir una bitácora, porque hoy me ha pedido el capitán, -y no puedo negarme- que escriba unas líneas en esta página del Cuaderno. A mí que soy obstinado, inculto y atrevido, además de nuevo en este buque y que apenas conozco a la marinería. Empezaré diciendo que me caracterizan dos cualidades imprescindibles en mi camino, un defecto maravilloso: la curiosidad, y una virtud que muchos no soportan y modela mi conducta: la ausencia de diplomacia.


Sé que nunca aprendí a nadar y que no se guardar la ropa, por lo que corro un alto riesgo de ahogarme en este trance.


Por eso he de pedir disculpas a la tripulación, y si es preciso dejaré escrito que no me importa que me tiren por la borda si se tercia, aunque no me gustaría ser merienda de tiburones.


Allá voy.


Nos hicimos a la mar este quince de febrero, como siempre a toque de campanilla de antiguos monaguillos, - era la forma más original que había visto en un capitán de fragata, para dar las órdenes y mantener al personal a raya-, cuando la tarde se volvió más fría y el invierno se expresó con todo su poder, incluso en aquel camarote decorado con mesas de mármol y sillas de vieja madera de castaño.


El capitán comienza indicando que ha hecho los deberes, acercándose a una grieta, una grieta en el que el frio ocultó la semilla, un poema profundo sentido y correcto, bien formado, -diría yo-, sin grietas en su estructura y un lenguaje natural y claro, surgido de la sensibilidad que se redondea con una metafórica alfombra de cristales que se van clavando en el alma a lo largo del camino.


Se interrumpe el viaje poético, con la arribada de Maria Eugenia, y el capitán se ve obligado a poner orden para reiniciar la travesía, y es Mariana la que toma el timón con dos poemas de hondo calado: 

“De pronto la noche/ donde esa oscuridad que cae sin avisar se encuentra con la luz del ángulo perfecto, /del perfecto serafín /la precariedad del artista, el labio de la muerte”, metáforas difíciles, sugerentes, claras y tal vez provocadoras de una reflexión que -como esas contradicciones vitales-, mereciera una nueva andadura por los mares oscuros de la filosofía.

Era de noche/ no había hojas para moverse”. 


Aquí surge la tragedia, inesperada como todas, próxima, vivida desde dentro, pintadas con palabras de dolor clavadas en lo profundo. 

“Para que ella no llore fácilmente/ porque es ahora la tierra, la que canta, la que llora /como un preso en una celda sin luz/ He visto todo esto y lo he vivido, he visto el temblor de mi piel adúltera… “

Dice la poeta, para culminar ese sentimiento de impotencia que ya no se puede interpretar como metáfora.

A través de la buena poesía, se adentra en lo profundo. 

Y eso es el mar.


Yo sé qué el capitán y la tripulación disfrutan. Disfrutan remando, sugiriendo.


Alberto nos deleitó con el “microtequiero tres”, donde los malos tratos salen a la superficie de forma clara y contundente sin dar lugar a réplicas, pero se niega a avanzarnos una segunda lectura, aunque sabemos de su elevada calidad, demostrada a lo largo de otras travesías. Nos deja con las ganas. 


Yo de mí no digo nada, después del toque de campanilla, porque no sería objetivo, si bien, quise compartir, con un lenguaje poético, la historia de un reencuentro tras una tragedia entre las grietas del camino, pero se me resistió la segunda persona.


Quedaba aún mucha marinería por presentarse. La cubierta estaba a tope.


Susana nos regala un poema de amor, que amanece con un deseo, “muerde mi manzana”, acercándonos a Adán y Eva y mostrándose ella misma, la protagonista del poema, esperanzada pese a la imagen dolorosa y pesimista, -“cactus con el hueso roto”-, que tiene de sí misma, o tal vez, sea la imagen que quiere mostrarnos.


Y aquí el barco al que yo quiero bautizar con el nombre de “Rascamán”, coge velocidad de crucero.


Al siguiente toque de campanilla del capitán, D. José León Cano, experto sonetista y maestro en la ironía, nos acerca a José Bonaparte y sus andanzas. Y ante su esmerada documentación y los conocimientos de historia, no cabe más que admiración y respeto. En su segundo soneto trata con humor y erotismo, lo que el describe como las “vísperas de la toma de la Bastilla”. otro regalo, “requiebro a una criada”, una visión de la noche previa a la ejecución de un noble, en la Concegierie. 


Carmen Padín, -que no es la última tripulante-, con  un grito desgarrador en su relato, se pregunta por qué se abrió la grieta, y por qué el mundo grita cuando basta un susurro, dejando clara la alusión a la guerra. Tal vez a la de Ucrania, pero podría ser a cualquier otra.


Y asi después de esta primera jornada, avisté a lo lejos mi puerto de destino.

Buen viaje y buenas letras.

Me despido de la tripulación hasta mi nuevo embarque y echo pie a tierra alzando mi mano a modo de saludo.  

La bocina del barco me lo devuelve, con un eco profundo y prolongado.

Mientras lo veo zarpar de nuevo, una ligera brisa me acompaña. 

Brisa de mar.




José María Garrido
17 de febrero de 2023








SEGUNDA TRAVESÍA

Recojo de José María su cuaderno y artes de escritura mientras él se aleja de nuestra fragata y le vemos, catalejo en mano, descender a tierra.

Mi relato de lo acontecido después es más breve a fuer de mi mala memoria y de no recoger excesivo detalle de lo ocurrido, distraido como estaba contemplando el mar y las gaviotas que volaban en dirección a la costa. Un grupo de delfines nada a proa con habilidad y ligereza.

Cinta lee un poema titulado 15 grietas, un homenaje a los mayores a los que da clases. Empiezo cada martes con grietas por donde ha excavado el agua del trabajo, el aire del esfuerzo... Yo ya no lloro fácilmente, y ese mantra ilumina mi mañana.

Saltan los delfines ahora a estribor mientras Juan Antonio guiado por las indicaciones que dio ell capitán a la marinería ha reflexionado sobre el tema de las grietas. Grietas en la tierra es el título de su poema, un soneto en el que denuncia el egoísmo del dinero, la explotación de la tierra y su respuesta.

Paloma Sánchez sorprende a la tripulación recitando un poema suyo de memoria, con aires de Claudio Rodríguez. No digas más de tu cosecha y respira hondo... senderos que se pierden sin querer ir.

Los delfines desparecen porque estamos entrando en mar abierto, lejos de la costa. El oleaje se hace notar pero no hay ola que arredre a estos marineros y continuamos en cubierta escuchando a más compañeros.

Rocío trae un relato de unas siete páginas y decide leernos dos y media para no extenderse. Lo que lamentamos porque nos quedamos con ganas de saber cómo continúa la historia de la pintada aparecida en una cabina, "Leer es de maricas", y de su amigo Fernan. El amor manda a la mierda a la amistad... Leer no es de maricas, so cenutrio.

María Eugenia, lectora de distintas versiones de la Biblia, nos lee con la melodía argentina de su voz, dos poemas. Sin tan solo tuviéramos carne. Alentarnos / darnos aliento / apoyarnos. Y en el segundo poema: Si te fuiste, por qué me robaste...

Anagonz dice que lo que ha escrito es como una explosión. Un poema, "Suspiro", el corazón, el carnaval...

Sobre el palo mayor se ha posado el guacamayo rojo del capitán. Nos observa a todos como no queriendo perderse palabra de lo que hablamos.

Luis que hace un instante invocó a Claudio Rodríguez cambiándole el título de Don de la ebriedad por un Don de la embriaguez más propio de marineros, nos lee un poema terrible sobre la guerra. El sol se apaga cuando la nieve cubre la tierra negra. Ivan, no olvides, recuerda quién te espera en tu patria.

La olas se están poniendo bravas y el capitán recomienda recogerse en los camarotes. Antes de bajar, Carlos Ceballos nos lee dos poemas. Recobrar la entereza... Me sueña una estrella de mar.

El guacamayo rojo se posa en el hombro izquierdo del capitán.
Todos bajamos a refugiarnos del mar picado. José María en su destino leerá desde la tranquilidad de la tierra firne lo acontecido en esta segunda travesía.


Javier Díaz Gil
18 de febrero de 2023