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sábado, 19 de febrero de 2022

16ª Jornada/XV año: Miércoles, 16 de febrero de 2022


COPLAS A LA MUERTE DE SU PADRE

JORGE MANRIQUE




Nos presenta a Elena Peralta y a Montse Fernández Mateos que ya es conocida.



Recuerde el alma dormida,

avive el seso y despierte

contemplando

cómo se pasa la vida,

cómo se viene la muerte

tan callando,

cuán presto se va el placer,

cómo, después de acordado,

da dolor;

cómo, a nuestro parecer,

cualquiera tiempo pasado

fue mejor.



Montse. Ahora que aún luzco color. El silencio es vivencia. Un dolor que no hace bola en la boca. El antojo motiva lo justo. Ser muro de adobe. Morir de pie como los árboles.



Este mundo es el camino

para el otro, que es morada

sin pesar;

mas cumple tener buen tino

para andar esta jornada

sin errar.

Partimos cuando nacemos

andamos mientras vivimos,

y llegamos

al tiempo que fenecemos;

así que cuando morimos

descansamos.



Elena. Quiere escucharnos.



Ved de cuán poco valor

son las cosas tras que andamos

y corremos,

que, en este mundo traidor

aun primero que miramos

las perdemos:

de ellas deshace la edad,

de ellas casos desastrados

que acaecen,

de ellas, por su calidad,

en los más altos estados

desfallecen.



Carlos Ceballos. Ponerología. Lo que buda pasó por alto. Una hiedra venenosa se encarama a lo más alto. Quitar el bichito y por encima de mis posibilidades.



Pues la sangre de los godos,

y el linaje y la nobleza

tan crecida,

¡por cuántas vías y modos

se pierde su gran alteza

en esta vida!

Unos, por poco valer,

¡por cuán bajos y abatidos

que los tienen!;

otros que, por no tener,

con oficios no debidos

se mantienen.



Mariana. Palabras interminables. Dejar algo para los ojos. ¿Qué pasa con la piedra que se queda sin tallar? El corazón de las ramas que cuidaban nuestro nido. Se doblará mi espalda. 



Los placeres y dulzores

de esta vida trabajada

que tenemos,

no son sino corredores,

y la muerte, la celada

en que caemos.

No mirando a nuestro daño,

corremos a rienda suelta

sin parar;

desque vemos el engaño

y queremos dar la vuelta,

no hay lugar.



León. Fandango. Cuando la luna nos bese, seré cuerda de guitarra. Será mi piel tu cortijo. Mejor será que me quiera. Al compás de mi garganta. Los montes que se ocultan tras tu temblorosa enagua.



Esos reyes poderosos

que vemos por escrituras

ya pasadas,

con casos tristes, llorosos,

fueron sus buenas venturas

trastornadas;

así que no hay cosa fuerte,

que a papas y emperadores

y prelados,

así los trata la Muerte

como a los pobres pastores

de ganados.



Cinta. Despedida. Es larga la ventana y la amargura. La noche oscura me persigue a toda hora. Deambular cuanto me ate. ¿De qué está hecho el amor? 



Tantos duques excelentes,

tantos marqueses y condes

y varones

como vimos tan potentes,

di, Muerte, ¿do los escondes

y traspones?

Y las sus claras hazañas

que hicieron en las guerras

y en las paces,

cuando tú, cruda, te ensañas,

con tu fuerza las aterras

y deshaces.



Carmen Padín. Soy poeta, muchos piensan que no es un trabajo. Que te dejan ojeras profundas. La geología de los significados. Yo era uno de esos poetas muertos de hambre. La miseria se puede compartir. ¿Era una sirena momificada? No existen dentro de una lata. Miré a mi sirena a través del cristal. 



Las huestes innumerables,

los pendones, estandartes

y banderas,

los castillos impugnables,

los muros y baluartes

y barreras,

la cava honda, chapada,

o cualquier otro reparo,

¿qué aprovecha?

Cuando tú vienes airada,

todo lo pasas de claro

con tu flecha.



Omega tiene que marcharse.


Isa Morión. En junio homenaje a Miguel Hernández. Revisando libros olvidados. Están en un bello soneto. Aquella oscura y triste España que dejaste. Dedicado a Javier. Cuánto tiempo hacía que mi lápiz dormía. La concubina. Un extraño ruido. Me ha sacado de una extraña pesadilla.



No dejó grandes tesoros,

ni alcanzó muchas riquezas

ni vajillas;

mas hizo guerra a los moros,

ganando sus fortalezas

y sus villas;

y en las lides que venció,

cuántos moros y caballos

se perdieron;

y en este oficio ganó

las rentas y los vasallos

que le dieron.



Aure. Alien 22 y si todo acontece de manera simultanea. Heredar un nombre. El cabo de las Ágatas, eternamente. Alien 23. Y qué de la lluvia del agua y de los ríos. El modo de llegar la primavera. Alien 24. Has amado las flores. Su color y su aroma, los de la eternidad. Bordes puros como cuchilladas. Nadie te ha enseñado a escapar a esta herida.



Después de puesta la vida

tantas veces por su ley

al tablero;

después de tan bien servida

la corona de su rey

verdadero;

después de tanta hazaña

a que no puede bastar

cuenta cierta,

en la su villa de Ocaña

vino la Muerte a llamar

a su puerta



Javier. Yo soy el que camina hundido en la lluvia. El que mira el que escucha los objetos. Yo soy el que vive, el que lucha y sangra. El simple espectador de sombras. El que muere.



diciendo: -«Buen caballero

dejad el mundo engañoso

y su halago;

vuestro corazón de acero

muestre su esfuerzo famoso

en este trago;

y pues de vida y salud

hicisteis tan poca cuenta

por la fama,

esfuércese la virtud

para sufrir esta afrenta

que os llama.



José Antonio. Libros que huelen a limón. Quiere llevar la poesía a la calle. Escrito por encargo. Una historia con burbujas. Que pinte con versos su cartera. Que venda amores de rebajas. Que te diga inocencia. Porca miseria. Nebuliza los silencios. El mundo sufre en la lógica implacable de banqueros.



«No se os haga tan amarga

la batalla temerosa

que esperáis,

pues otra vida más larga

de la fama gloriosa

acá dejáis,

(aunque esta vida de honor

tampoco no es eternal

ni verdadera);

mas, con todo, es muy mejor

que la otra temporal

perecedera.



Paloma. …Mientras escucha, el talante artístico de Felipe recuerda el cuadro de los fusilamientos de Goya. “Era en la montaña del Príncipe Pío, antes de existir el cuartel, en tiempos de Napoleón -remusga para sí-. No cambian nada los siglos, los muertos caen, siempre los del mismo bando y en el mismo sitio. Es la maldición de la montaña, llenarse de muertos hasta reventar”.



«El vivir que es perdurable

no se gana con estados

mundanales,

ni con vida delectable

donde moran los pecados

infernales;

mas los buenos religiosos

gánanlo con oraciones

y con lloros;

los caballeros famosos,

con trabajos y aflicciones

contra moros.




Ignacio Tamés. Segunda parte de Mortadelo. Una mujer navarra, entre Navarra y Guipúzcoa. Una conferencia sobre lo esotérico. Las acusaciones del enterrador. Los momotxorros por las calles de la localidad. Camisa blanca manchada de sangre. Una chistorra, un CD de un acordeonista. Haikus y poemas en latín. 



«No tengamos tiempo ya

en esta vida mezquina

por tal modo,

que mi voluntad está

conforme con la divina

para todo;

y consiento en mi morir

con voluntad placentera,

clara y pura,

que querer hombre vivir

cuando Dios quiere que muera,

es locura.



Ana Gonz. Lee de Luisa Castro. Mi madre trabajaba en una fábrica de conservas. El amor es una conserva en lata. El cerdo. Colonia y matanza.



Así, con tal entender,

todos sentidos humanos

conservados,

cercado de su mujer

y de sus hijos y hermanos

y criados,



Luis. El alquimista. Era su obra maestra. Rechazó la acusación de hereje. La belladona, la adelfa, el cobre, el mercurio... Su opus magnum. Hizo fundir el plomo y el cinabrio. La codicia de nuevo devoraba a sus hijos.



dio el alma a quien se la dio(el cual la dio en el cielo

en su gloria),

que aunque la vida perdió,

dejonos harto consuelo

su memoria.




Paloma Sánchez
17 de febrero de 2021












Javier Díaz Gil
19 de febrero de 2022



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