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jueves, 4 de marzo de 2010

20ª Jornada/III Año: Sábado, 27 de febrero de 2010

Visita de la Tertulia "Rascamán" al Taller "Fernando Borlán"
de Guadalajara, sábado 27-febrero-2010

I. La bitácora de Carmen Frontera:

Otra vez parte de los rascamaneros, (todos es imposible coincidir, aunque no por falta de ganas), estuvimos en la maravillosa biblioteca de Guadalajara con los no menos maravillosos miembros de su taller de poesía y en esta ocasión, algunos del grupo de narradores. En un día que quisimos dedicar al humor, en un maratón de casi cuatro horas que no queríamos que se terminase, tuvimos la gran suerte de que estuviera Jesús Jiménez Reinaldo y nos habló de su libro próximo a publicarse, una maravillosa obra poética “Los útiles del alquimista” con más de tres mil versos. De la publicación ya, del nº 25 de la revista literaria “Luces y sombras” así como de su presentación en el día 22 de marzo en el Museo de la Ciudad en Madrid. Nos leyó poesías para niños de un libro ya terminado sin publicar y como no sus poemas de humor, “humor cruel” sentenció, pero nos hicieron reír, Jesús.


La mayoría nos tuvimos que confesar más dramáticos que humoristas, sin embargo al final encontramos algún relato que esbozara sonrisas o nos partiera de risa como el de Rocío Díaz a pesar de que su autora lo calificara de escatológico (me encanta la palabra). David nos recordó su bitácora en la que nos descubrió los orígenes de Rascamán y curiosamente todos nos enteramos de que Escarramán era el nombre de un personaje de Cervantes un tanto cretino. Jesús Aparicio nos habló emocionado de su reciente viaje a Jerusalén, no me extraña la emoción Jesús y del poema tan precioso sobre esta ciudad que dejó en su Blog para disfrute de todos nosotros. Pepe nos leyó un romance dedicado a sus hijos y Pablo nos habló del “Vértigo en las alturas”. Jesús Jiménez Reinaldo nos recordó que las novelas en el siglo XVII estaban destinadas a mujeres, a “tonta y locas” la famosa expresión.Por último comimos en un restaurante que ya tenemos institucionalizado donde se come maravillosamente bien y ahí Jesús Jiménez Reinaldo nos volvió a dejar boquiabiertos hablando de la etimología de los nombres.

Regresamos a Madrid felices para esperar en nuestra casa “la Tormenta Perfecta”.


Carmen Frontera
4 de marzo de 2010




II. La bitácora de Feli Martínez:

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Según la previsión meteorológica, la ciclogénesis explosiva que se avecinaba para el día 20 de febrero de 2010, no hizo sino afianzarnos en nuestra aventura hacía el III encuentro literario de los talleres de Madrid y Guadalajara.

La llegada a la ciudad alcarreña estuvo cargada de ilusión al ver de nuevo a tantos compañeros: Mati, Pablo, Pepe, Ana, Jesús, recién llegado de su viaje a Jerusalén, Isi, con su peculiar y simpática forma de ver y vivir las distintas situaciones.
Guiomar, la benjamina del grupo, entre otros.

Nosotros, los madrileños, Carmenfron, Javier, Rocío, David, -que le dijo a su hijo que iba a contar cuentos-, Ana González y yo misma Feli, ilusionados por estar un año más en esa biblioteca alcarreña donde tan bien somos recibidos y donde nos esperaba el gran poeta y mejor persona Jesús Jiménez Reinaldo.

Nos presentó su último poemario: “Los útiles del Alquimista”.

Nos leyó poemas de su primer libro “la mística del fracaso” y nos hizo deleitarnos con un libro de poemas infantiles “que espera pronto vea la luz en cuanto tenga un ilustrador, aunque ahora me estoy centrando en mi último poemario”, nos dijo.

Se trataba también de darle un toque de humor literario al encuentro, si bien los poetas en su mayoría dijimos “que nos costaba mucho trabajo sacar adelante un poema humorístico”.
Se leyeron versos en clave de humor de los clásicos, Quevedo, Lope etc.
Después nos esperaba la comida en ese restaurante donde tan a gusto nos encontramos y donde nos relajamos charlando unos con otros, ya sí, no solo de literatura sino de todo lo que acontece en el mundo y más...

También hubo tiempo para el “chascarrillo” y Ana “la alcarreña” dijo que: “Risto Mejide se llamaba Evaristo”, (a propósito de la lección magistral que nos dio Jesús Jiménez sobre los nombres) “anda que hacer la r muda en r sonora. Lo que marca el nombre”.
Así iba avanzando el reloj, más deprisa de lo que nos hubiera gustado y entre esa hora donde la tarde empieza a languidecer y se espera la noche nos fuimos despidiendo entre risas, promesas “añadidos a facebook”, eso sí con un poco de “miedo” por la tormenta que afortunadamente nunca llegó, aunque sí esperamos que llegue nuestro lV encuentro literario .

Feli Martínez
8 de marzo de 2010





III. La bitácora de Ana González: Las letras de los Infantes.

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Un edificio destacado y hermoso fue el preludio de una grandiosa jornada, donde los verbos compartir y enriquecer fueron los protagonistas. ¡¡Qué bonito es!!, me dije cuando aparqué el coche delante del Palacio del Infantado. ¡¡Qué gusto ver este arte sosegado, exultante, así de frente, sin hacernos preguntas!!; y dejándose una, así, embaucar a través de piedras, especiales, con vida propia, con esa serenidad externa viniéndose a instalar en nuestro costado interno, abstracto, bello, contrapunto en esa mañana de acoso meteorológico, de tormentas perfectas ¿dónde? ¿Aquí, con esta vista?, me preguntaba ¿no será en el alma?

Llegué al lugar indicado al son de una conversación de un anciano de la ciudad, parlanchín y risueño, con más vida que la plaza donde se anclaba la biblioteca pública, antigua y voraz con los parches de reformas, y con más sabiduría que el patio interior del Palacete, convertido en semiente del arte de la ciudad. Sé mucho más que cualquier guía de esos de carrera, me dijo; y se lo confirmé, ya que yo si que no sabía nada ¡Qué bonita esta biblioteca!, ¡pero qué bonita!, me repetía. Invita a quedarse anclado a los libros bajo unos techos, que si los observas, iluminan más que las palabras dispersas por sus dominios, ahí abajo, colocadas armónicamente y con luz propia entre prosas y versos. Y ¡!Qué bonitos versos!! Me llegaban desde el otro extremo de mesa, y llegaban, por sus caras de asombro y de admiración, a todos los presentes desde el poeta Jesús Jiménez, invitado especial Y !qué bellas piezas de prosa y de poseía! se paseaban a lo largo y ancho de la gran mesa, donde los compañeros de Guadalajara y nosotros, los rascamaneros, nos habíamos empeñado en enaltecer mediante corrientes sencillas de palabras, poemas de muerte o de humor, versos colocados en romance, versos rebeldes en unos poemas de guerra, relatos realistas y de ficción, Quevedo o Gloria Fuertes, con pegatinas de sonrisas.

Y así, enlazados en el arte de la comunicación a través de nuestras palabras, de las de otros, de las de todos, fuimos construyendo más sonrisas, un intercambio de fastuosa verborrea y un calor de amigos que hicieron que la tormenta perfecta se diera en toda su versión literaria y humana. El encuentro perdurará en el tiempo como el bello Palacio del Infantado. ¡qué bonito!, me dije cuando me fui y lo veía por el espejo retrovisor, alegre y satisfecha como la que ha vuelto al parque y ha descubierto el placer de los columpios.

Ana González
10 de marzo de 2010

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