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martes, 4 de febrero de 2020

17ª Jornada/XIII año: Miércoles, 29 de enero de 2020

Ostras que se han cansado de filtrar...



Una bitácora me manda hacer Javier, y aunque en peores aprietos me he visto, es mi segundo día en la Tertulia y por no saber no sé ni lo que tengo que hacer y aún me bailan los nombres de más de uno.
Pero quién dijo miedo.

Ismael nos brinda “Adicción”, un poema escrito desde el punto de vista de una prostituta de lujo y nos habla de sus “adicciones”, desde los vestidos prête-a-porter hasta ser proclamada por un extraño.

Rocío nos trae su cuaderno de viaje recientemente premiado, un paseo por los barrios literarios de Dublín, con nostalgia y contigo, pero sin ti.

José Antonio nos lee dos textos: un poema muy autobiográfico en el que cuenta a Matilde (¡ay, Matilde!) sobre su pasada bronquitis. El otro es una reflexión sobre la pena versus el dolor a la hora de escribir, y pasamos un buen rato discutiendo sobre qué hace falta para escribir poesía o relato, o si escribir se puede sólo de oficio.

María Eugenia nos trae un texto sideral, añadiendo una buena dosis de ciencia en imágenes muy sugestivas para acabar generando vida dentro del poema.

¿Y qué posibilidades hay de sacar un 7 sumando el resultado de dos dados, una tras otra vez, durante dos años? Nos lo contesta Alberto, en un relato de relaciones interpersonales intensas, azar y determinismo, con giro  final incluido.

Javier nos lee 3 poemas inicialmente independientes pero que están unidos por el hilo conductor de la idea de la certeza o la ausencia de ella, pasando por los lugares de iniciación, lo que ignoramos o una suerte de única oportunidad en medio del fluir heraclitiano.
Más tarde nos vuelve a recitar a Juan Antonio González Iglesias, del libro Jardín Gulbenkian, un poema elogio de la lectura y otro de búsqueda etimológica del nombre del jardín.

Juan Bautista me invita a conocer a sus carismáticos personajes en La Habana: Jack, su jefe el mafioso, las prostitutas cubanas con su acento y su léxico tan bien conseguido. Con sólo una lectura yo ya me he enganchado a la historia y estoy deseando saber cómo continúa.

Juan Calderón nos trae un poema breve con imágenes como la de un piano llorando con su si bemol salino y sonrisas amarillentas; y después nos lleva de viaje a Turquía hasta el sorbo ambarino del té de los beduinos.

Carmen nos cuenta una divertida historia sobre San Blas, su tranquila existencia visitando el pueblo San Blas de las Tinieblas de iglesia a oscuras… hasta que un día por un milagro hecho un poco así de aquella manera se hace famoso en las redes sociales.

Isabel Pérez (una servidora) lee dos poemas, uno sobre el contacto visual y las criaturas que habitan en las pupilas propias y ajenas; y una fábula sin moraleja de ostras que finalmente se han cansado de filtrar.

Aureliano nos trae una nueva entrega del monográfico sobre mantis religiosas, esta vez “Interruptus”, donde una retirada a tiempo es una victoria aunque luego lluevan reproches.

Cinta nos lee un poema entrañable sobre los koalas de Australia en la Noche de Reyes, otro sobre una caja llena de hechizos y maleficios y relee el poema sobre el tren.

Juan Manuel nos presenta a la autora Ana Blandiana, con un poema sobre el pueblo vegetal (porque, ¿quién ha visto un árbol sublevándose?).

Luis nos hace esperar una sesión para continuar con su ángel caído, y en su lugar lee de su tocayo Cernuda “Donde habite el olvido”.

Y como creo que en mi capacidad de síntesis no hago justicia a la sesión y me ha quedado un poco más seco que una pasa, quiero agradecer a todos la cálida acogida que he recibido en el grupo. ¡Un saludo y hasta la próxima!

Isa Pérez
3 de febrero de 2020

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