Ostras que se han cansado de filtrar...
Una bitácora me manda hacer Javier, y aunque en
peores aprietos me he visto, es mi segundo día en la Tertulia y por no saber no
sé ni lo que tengo que hacer y aún me bailan los nombres de más de uno.
Pero quién dijo miedo.
Ismael
nos brinda “Adicción”, un poema escrito desde el punto de vista de una
prostituta de lujo y nos habla de sus “adicciones”, desde los vestidos
prête-a-porter hasta ser proclamada por un extraño.
Rocío
nos trae su cuaderno de viaje recientemente premiado, un paseo por los barrios
literarios de Dublín, con nostalgia y contigo, pero sin ti.
José Antonio nos lee dos textos: un poema muy autobiográfico en
el que cuenta a Matilde (¡ay, Matilde!) sobre su pasada bronquitis. El otro es
una reflexión sobre la pena versus el dolor a la hora de escribir, y pasamos un
buen rato discutiendo sobre qué hace falta para escribir poesía o relato, o si
escribir se puede sólo de oficio.
María
Eugenia nos trae un texto sideral, añadiendo una buena dosis
de ciencia en imágenes muy sugestivas para acabar generando vida dentro del
poema.
¿Y qué posibilidades hay de sacar un 7 sumando el
resultado de dos dados, una tras otra vez, durante dos años? Nos lo contesta Alberto, en un relato de relaciones
interpersonales intensas, azar y determinismo, con giro final incluido.
Javier
nos lee 3 poemas inicialmente independientes pero que están unidos por el hilo
conductor de la idea de la certeza o la ausencia de ella, pasando por los
lugares de iniciación, lo que ignoramos o una suerte de única oportunidad en
medio del fluir heraclitiano.
Más tarde nos vuelve a recitar a Juan Antonio González Iglesias, del libro Jardín
Gulbenkian, un poema elogio de la lectura y otro de búsqueda etimológica del
nombre del jardín.
Juan
Bautista me invita a conocer a sus carismáticos personajes
en La Habana: Jack, su jefe el mafioso, las prostitutas cubanas con su acento y
su léxico tan bien conseguido. Con sólo una lectura yo ya me he enganchado a la
historia y estoy deseando saber cómo continúa.
Juan
Calderón nos trae un poema breve con imágenes como la de un
piano llorando con su si bemol salino y sonrisas amarillentas; y después nos
lleva de viaje a Turquía hasta el sorbo ambarino del té de los beduinos.
Carmen
nos cuenta una divertida historia sobre San Blas, su tranquila existencia
visitando el pueblo San Blas de las Tinieblas de iglesia a oscuras… hasta que
un día por un milagro hecho un poco así de aquella manera se hace famoso en las
redes sociales.
Isabel
Pérez (una servidora) lee dos poemas, uno sobre el
contacto visual y las criaturas que habitan en las pupilas propias y ajenas; y
una fábula sin moraleja de ostras que finalmente se han cansado de filtrar.
Aureliano
nos trae una nueva entrega del monográfico sobre mantis religiosas, esta vez
“Interruptus”, donde una retirada a tiempo es una victoria aunque luego lluevan
reproches.
Cinta
nos lee un poema entrañable sobre los koalas de Australia en la Noche de Reyes,
otro sobre una caja llena de hechizos y maleficios y relee el poema sobre el
tren.
Juan
Manuel nos presenta a la autora Ana Blandiana, con un poema sobre el pueblo vegetal (porque, ¿quién
ha visto un árbol sublevándose?).
Luis
nos hace esperar una sesión para continuar con su ángel caído, y en su lugar
lee de su tocayo Cernuda “Donde
habite el olvido”.
Y como creo que en mi capacidad de síntesis no hago
justicia a la sesión y me ha quedado un poco más seco que una pasa, quiero
agradecer a todos la cálida acogida que he recibido en el grupo. ¡Un saludo y
hasta la próxima!
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