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miércoles, 5 de junio de 2019

29ª Jornada/XII año: Miércoles, 29 de mayo de 2019

Hospital psiquiátrico

HOSPITAL PSIQUIATRICO DE MADRID
PABELLÓN SANTANDER
CONSULTORIO 1 BAJO
RASCAMANES

Me duele la cabeza. El doctor decidió que no podía ir más a trabajar y me recetó calmantes. La tarde del miércoles 29 de mayo fue el detonante.

Llegaron pocos pacientes y contentos. Se saludaban con entusiasmo y se mostraban encantados de verse una vez más. Parecía una tertulia literaria más que un consultorio psiquiátrico. Pensé que tendría tiempo para ir al cine al terminar.

- Hoy hace algunos años hice mi Primera Comunión nos compartía Rocío. Recordaba la barbacoa, el vestido y los regalos. Me la imaginé feliz con su traje de organza blanca y los rizos muy peinados con lazos y flores.

Ana Gonz también recuerda la suya: El colorido es otro. No la dejaron traer el vestido puesto durante la fiesta, ni siquiera para sacar la foto. Le vuelve la imagen del sacerdote, con las mejillas rojas por tanto de vino de consagrar, burlándose de las confesiones de sus feligreses. Ocho años y ya era la niña de armas tomar. Nunca más volvería al confesionario. Nunca más. Decide ser agnóstica. Decide no confiar.

Mariana, feliz, pues ha terminado su segundo libro, sesenta poemas. Nos cuenta que presentará el anterior en la Feria del Libro de Madrid. Se llama Obsequium. Nerviosa, aún no se lo cree. No ha salido aún de la imprenta pero está a punto. Se sumerge en el mar y dice que puede respirar bajo sus aguas, deja el sol en la orilla y el corazón en la mesa.

Sus compañeros diagnostican a sus musas como bipolares y cambian el título del último poema: Alvarito Mattei en vez de Ave llorando. Me parece que la terapia de grupo está funcionando. Veré la cartelera en mi móvil.

Rocio se queja de que su musa se fue. No es para menos. Dejó al hippie aquel y ahora se ha liado con un caso severo de canibalismo. Lo conoció aquí una mañana. Dice que ha fileteado su corazón y envasado al vacío su carne picada. Yo tengo un nudo en el estómago. Sus compañeros dicen que es sólo una rociada, su imaginación inagotable. No iré a ver la pelí de Hannibal Lecter. Por muy Anthony Hopkins. No.

Juan Manuel desaparece.

Juan B. Raña representa a la Olga Gullot y nos hace sonreír, se le ha aparecido la Tirabesitos. Nicanor baila, nos pone a dudar si la Musmé es hombre o mujer, hay que fijarse en los detalles, nos recomienda. Reímos. Nos sorprende con sus términos tropicales. Guacarnaco. La tarde caliente de Madrid, en complicidad con Juan, nos invitan una noche en La Habana.

Cuando pienso que será un día tranquilo, Juan Calderón nos comenta que hay una mujer que le pisa los talones, con pañuelo de bruma amortajada, nos hace sentir el afilado resplandor de la guadaña A todos se nos ponen los pelos de punta. ¿La habrá matado? Me pregunto.

Javier decide leer dos poemas, uno largo y uno corto, pero que en realidad el largo es corto y el corto más largo. Creo que me perdí en la explicación por ver la cartelera del cine. En el largo se entrega a un par de receptivos brazos abiertos y deja la luz encendida; en el corto, toma un cortado y da besos de café con leche, en realidad envidia al vaso del cual la chica apura su café beso a beso. De todas formas, nos deja un buen sabor de boca...a café recién molido.

Juan Antonio. Será el primero en pasar con el médico. Dice ser inocente de asesinato. Eso dicen todos los que terminan por aquí. Yo no le creo. Han pospuesto su condena por falta de pruebas; lo he leído en el diario de ayer. Él mismo se pregunta qué condena tendrá. Su subconsciente sabe que es culpable.

Carmen pone al padre Ramón en aprietos, no es la espiritualidad lo que lo guía sino el deseo y la alegría de sentirse deseado. La música como remedio. Nos has dejado sudando -comenta Ana.

Es el verano que viene calentando de más la primavera.

Ana Gonz, trae un gusto amargo en la boca. Ni Evaristo ni Eugenio son de su agrado, pero recibe alguna compensación por acostarse con ellos. El asunto levanta una acalorada discusión moral ¿Deberá el marido cornudo matar a Evaristo? Si lo mata, ¿se quedarán sin comer? Si no lo mata, la historia tiene más fuerza, dice otro. Ana lo quiere muerto. Qué se joda el marido, parece ser el consenso. El tema de los asesinatos me está poniendo nerviosa, además han llegado tres más. Quizás ya no tenga tiempo para el cine.

Aureliano afortunadamente cambia el tema y entra el Rey Sebastián en escena, rey durmiente y portugués; muerte temprana por dagas fabricadas en Tánger, místico y excéntrico.

Et aprés ça, Aureliano s´en va, comme toujours, avec un sourire. No espera al doctor. La próxima no lo dejo salir, por mucho que sonría, por mucho que hable en francés o portugués.

Se debate el grupo por la diferencia entre colgadura y descolgadura de guantes. Quién puede ir y quién no. Cuántas manos se requieren para descolgar los guantes. Los hay impares, pares y hasta uno con seis dedos. La musa de la matemática no aparece. Javier pone punto final a la discusión cuando dice, categórico, que no requiere de nadie y se los lleva todos a casa. En octubre volveremos a dar guantazos, promete. Se hace el silencio excepto por Cinta que se siente obligada al descuelgue. En fin... cada loco con su tema.

Cinta continúa la historia de la misteriosa botella desaparecida en Italia. Seguimos sin encontrarla. Eso me hace pensar en la botellita de brandy que guardo en el cajón del escritorio. Sin que me vean, le doy dos tragos. Siguen llegando pacientes y están acabando con mi paciencia y con la posibilidad de poder ir al cine.

María Jesús es una de ellas, muy guapa con colores claros y zapatos color agua.

-Ese color te favorece, María. Te agranda los ojos -le dice un galante paciente.
-Pero achica mis escritos, traigo uno muy corto -responde.

El problema no radica en la largo o en lo corto del relato, sino en lo caliente (también) Y venga a sudar con el escrito hasta que se revela que la chica es sólo de tinta y papel.

Dos tragos más de brandy me ayudan a mantener una calma aparente.

Iñaki prefiere no exponerse y saca de su portafolio al mismísimo Benedetti y a su corazón coraza.

porque eres mía
porque no eres mía
porque te miro y muero
y peor que muero
si no te miro amor
si no te miro

¿Logrará la terapia abrir la coraza de Iñaki y revelarnos su sensible interior?

Javier toma la bandera de Benedetti y defiende a la alegría del rayo y la melancolía, de los ingenuos y los canallas, de la retórica y los paros cardiacos, de las endemias y las academias...

Yo brindo por por la alegría.

No vi entrar a Vicente. Los poemas le recuerdan que sólo ha dormido 5 horas, por lo visto otro tipo de musas lo visitaron en la oscuridad de su alcoba. No queremos saber. Me tomo hasta la última gota del brandy para borrar la imagen.

Cuando llega el médico me pide que entre a su oficina.

-¿Y esa sonrisa boba? -Pregunta muy serio. ¿Y ese aliento alcohólico? Esto es inaceptable. Está usted despedida.

--He defendido la alegría de los pacientes y la mía propia –respondo, ufana , alisando la falda y enderezando los hombros.

No llegué al cine y perdí el empleo. A diferencia de los relatos de Ana, me quedó un gusto dulce en la boca. ¡Sin duda defendimos la alegría rascamanera el miércoles 29 de mayo!

Carmen Padín
6 de junio de 2019

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