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sábado, 30 de junio de 2018

31ª Jornada/XI año: Miércoles, 27 de junio de 2018

El cóctel de Rascamán

Bitácora collage del 27 de junio de 2018

1. Juan Calderón: 

Poco a poco fuimos llegando al coctel de Rascamán. En la barra esperaban Aure y Juan M, Isabel M también andaba por allí, luego nos incorporamos  Juan B, Juan C, Javier y Rocío. Iñaki hizo su entrada muy bien acompañado por una bonita mujer de origen brasileño, Isabel Jiménez, vinculada al mundo del teatro. Servidos de bebidas, pasamos a las delicatesen ofrecidas por cada uno de los invitados. Aure nos hizo saborear una verbena de canapés poéticos, de los que Arguiñano hubiese dicho que eran ricos, ricos. Amelia y Enrique se unieron al festín. Isabel Morión les dio la bienvenida con un canto a su Santander natal y a una casa montada en alejandrinos a la espuma de nostalgia. Pero estamos en verano y el sarao se vio acompañado de una mosca rociera dispuesta a clavarle su peineta a los versos de Juan M. Llegados a este punto contamos con la actuación de un grupo de jazz y su vocalista, conocida como La Negra, nombre que Juan C. se empeñó en repetir hasta la saciedad, por si alguien no la conocía. No tardó en formarse un corrillo alrededor de Juan B. interesado en los dimes y diretes de Nicanor Candela y los marqueses de Altamiranda. Javier puso un poco de cordura ante tanta frivolidad ofreciéndonos una copita de una botella con solera “Cuadernos del Matemático” y hasta pudimos escuchar de fondo los compases de la Marcha Nupcial. Rocío hizo pública su imposibilidad de seguir degustando el vino de la literatura, ante lo que Iñaki pensó, sin decirlo, que, si no puede seguir bebiendo, lo mejor sería que se diese al vicio de los felinos. En ese momento, tras un aire tan glacial como artificial, que hizo presencia en la sala, acabó el coctel para mí, delicada flor de invernadero incapaz de soportar esos vaivenes bruscos de la temperatura, pero me consta que la fiesta dio para mucho más.

Juan Calderón
30 de junio de 2018












2. Rocío Díaz Gómez: 

Sentada en mi patio espero a que llegue mi sobrina. Ni mis huesos ni mis manos artríticas me permiten trajinar ya con las plantas y los tiestos, así que anoto en mi mente todo cuánto quiero que ella haga mientras me cuenta cómo le fue. Es miércoles. Siempre le digo que venga en miércoles a echarme una mano con el jardín. Así me aseguro de que, mientras trasplanta y quita hojas secas, vaya narrándome cómo le ha ido. Desde su voz hasta mis oídos, el tiempo vuela. Puede doblarse sobre sí misma una vez como una hoja escrita, y después puede seguir doblándose de nuevo todas las veces necesarias hasta que alcanza a transformarse en un avión de papel en el que monto para sobrevolar aquellos miércoles míos.

Cuando llegaba a una eterna Cafetería Santander donde ya estaban en la barra mis compañeros con sus bebidas en las manos, preparados para bajar juntos al saloncito de abajo. Aquel cuarto donde recolocábamos las mesas para leer en torno a la inspiración. Aquellos miércoles de junio que prometían vacaciones. Aquellos que comenzaban con monedas escondidas en la fina arena de una playa del sur desde la voz de Aureliano. Junio que se contaba en alejandrinos como los poemas de Isabel Morión. Junio en las moscas que bailaban en torno nuestro y que se le habían escapado a Juan Manuel de debajo de la gorra, antes de que Investigaciones Raña nos leyera el famoso poema de Antonio Machado sobre las moscas del primer estío. Moscas que espantaba la maravillosa negra de Juan Calderón llorando por un clarinetista que se alejaba cruzándose en una esquina de la literatura con Nicanor Candela que llegaba bailando, escapándose entre son y son, de la cabeza de Juan Bautista.

“Nuestra vida se construye de recuerdos” decía aquel poema de Javier Díaz en el último número de Cuadernos del Matemático. Cuánta razón tenía. Mientras Iñaki F. practicaba la zoofilia con los gatos. Y a su lado sonreía Isabel, aquella dama del teatro que llegó de Brasil para acompañarnos. Tanto reseñable ocurrió antes de que el aire acondicionado se los llevara a todos con sus gélidas ráfagas. De aquella diáspora se salvó Alma, bendita Alma, que nos traía relatos melodiosos y melancólicos que daba gusto escuchar. De aquella diáspora también se salvó una Alfonsina Storni empapando los versos de León que embelesado la respiraba. Y Mariana Feride, elegante rumana que narraba “con viento turbio en el cerebro” y gatos “con olas del mar en las colas”. Cuánto de bueno se salvó también de la diáspora del aire acondicionado, pienso, y me sonrío sumergida aún en los recuerdos. Algunos aquella tarde no leímos, María Jesús que trajo su silenciosa atención, y Ana Gonz. que llegó ruidosa con un libro en gallego anunciando el fin. Algunos no leímos como yo, que solo llevé mis orejas y mi prisa por irme a regar jardines que quiero ver florecer, florecer siempre. Como aquellos miércoles de junio en los que al salir aún era de día y todavía daba tiempo a regar. Regar relajadamente mientras recordabas todo cuánto habían leído, aquel surtidor de relatos y poemas que nos empapaba por dentro y mejorábamos entre todos, aquellos escritos que crecían compartiéndose, a pesar del frío, a pesar del calor.

Qué tarde es ya. Debe estar al llegar mi sobrina, pienso espantando los recuerdos y una lágrima. Tonta, me digo, eres una vieja tonta. Y ensayo la sonrisa que dedicaré a mi sobrina para que salga bien. A mi sobrina, la que salió con esta misma pasión que morirá conmigo. La que se reúne también con otros locos por las letras cada semana.  El mismo día que lo hacía yo. Y porque sé cómo se siente, siempre le ruego que venga en miércoles, así me aseguro de que, mientras trasplanta y quita hojas secas, vaya narrándome cómo le ha ido. Disfruto con su voz, con su intacta ilusión, con sus tertulias literarias tanto, tanto, como en aquellos años, como en aquel lejano junio del 2018 disfrutaba yo.


Rocío Díaz Gómez
29 de junio de 2018












3. Isabel Morión:
Trataré de sacar la esencia de este miércoles caluroso de junio. La tertulia va creciendo poco a poco a medida que el atardecer se acerca, llegan compañeros con muchas ganas de exponer sus escritos. Tarde llena de color, de variación poética y estupendos relatos. 
Desde el poema "La Moneda", que está oculta entre la rubia arena, pasamos a los poemas "Alguien", "Circunstancias" y "El Llanero Solitario" que nos habla de Almeria, tierra muy cinematográfica llena de encanto. Pasamos a "Un lugar especial", escrito en alejandrinos, tema profundo sobre “aquel lugar único” donde la dueña se siente serena, curada con la pena de tener que deshacerse de él. Santander: ”Habitación de mi vida”.  Poema que desarrolla en treinta versos toda la belleza de esta ciudad del Norte, escrito en el año 2009. Nos vamos a ver bailar a las moscas, un poema que recuerda Antonio Machado con su incomparable "Inevitables Golosas". Viajamos a Cuba, entramos en el Tropicana, paseamos por las playas cubanas con Riqui y Pituquina, nos reímos mucho con la conversación que mantienen en un tono festivo lleno de encanto. No olvidemos el poema "Su casa", publicado en la revista Cuaderno del Matemático. Para terminar esta mini-crónica, nos vamos al relato: "Placer felino". ¡Hay que ver cómo son los gatos de eróticos...! 

Regreso a casa sonriendo, pienso que estos miércoles son impagables, son una droga difícil de sustituir por nada.
Hasta septiembre querido grupo.

Isabel Morión
30 de junio del 2018.












4. María Jesus Briones:
A media tarde entré en la siempre variopinta Tertulia Rascamán. Los asistentes exponían sus concienzudos trabajos semanales. Escuchando a cada uno observé que con diferentes historias, todos orbitaban alrededor de un tema: El cuerpo. 
De un fornido cuerpo aderezado con salsa cubana para ser servido con piruetas en el Club-Restaurante “Tropicana”,  para deleite de una marquesa europea. 
Pasamos al vacío de un cuerpo carente de afectos que intenta equilibrarlo con mascotas felinas en un primer momento, para deshacerse de sus cuerpos, por no obtener satisfacción a sus deseos. 
Brasil, nos retrotrae a otro cuerpo, en este caso dramático. Español: Calderón de la Barca y su comedia del mundo, llena de cuerpos, pletóricos de vida y sueños.
Como sueño, es el de esa nieta que después de los años resucita la búsqueda del cuerpo de su ancestro abuelo. A través de una Enseña. 
Así también, el cuerpo de Alfonsina Storni, adentrándose en el mar para enterrarse con un abrigo de algas, inspirando a un León marino. 
Y más cuerpos gatunos desde Rumanía, con  “suave ronroneo de los recuerdos”, y colorido azul  nos desliza una suave prosa poética. 
Para terminar con el fin de otro cuerpo, esta vez de estructura algebraica, y alma intelectual.  “Cuadernos del Matemático”, donde nuestro coordinador, Javier, dejó su lirismo en unos impresionantes versos, que leyó bajo el congelador del aire acondicionado. 

María Jesús Briones
30 de junio de 2018












5. Alma Pagés:
La fiesta de Rascamán bullía de animación. Juan C. nos trae la peripecia de la Negra, de su sensualidad que no podrá realizar según el autor, aunque los hombres dan muchas sorpresas, añado yo. Juan B nos mantiene en vilo con la historia del joven que sueña con bailar en el Tropicana. ¿Le ayudarán a conseguirlo la marquesa Pituquina y su consorte Fonsito? Continuará. Iñaki nos lleva a la locura de un hombre por los gatos, locura total y perversa, para después dejar paso a una dramaturga portuguesa, amiga suya, que nos explica su trabajo de traducción y/o adaptación de obras de Calderón para su puesta en escena, tarea que no debe de ser nada fácil. León nos comenta que está terminando un poemario, del que nos lee un bello poema dedicado a Alfonsina Storni. Mariana dibuja con sus palabras un gato azul que no triste, tal vez porque su país, Rumanía, cumple 100 años como tal. Como final de fiesta, la visita de Ana Gonz, tan risueña como siempre.

Alma Pagés
1 de julio de 2018











6. Javier Díaz Gil: 

Quedan dichas las cosas que se leyeron pero, como en todo, sucede que hay una intrahistoria que recojo para este collage del 27 de junio. Aure después de charlar un rato en portugués lee "Conejo", primero su versión original, luego la que yo le sugerí. Gana su versión original. Yo también estoy a favor de la original, es mejor, ya lo creo. Estás muy guapa de pelo, se oye decir a Amelia a otra compañera de la Tetulia. En cuanto se lo ha lavado, apuntan por el fondo.
Lee Isa Morión su poema en alejandrinos y Amelia me da la bitácora ya, que ha escrito sobre la intervención de Isa. Ya he cumplido con el collage. No, el collage no es así, hay que reflejar toda la reunión no lo de uno solo, y se la devuelvo haciendo como que rasgo el papel imitando el sonido con la boca. Juan Manuel lee un poema de moscas con peineta y Juan Bautista, rápido, localiza el poema de "Las moscas" de Machado. Impide Juan Calderón la salida a Aure y a Juan Manuel, "está la puerta del convento cerrada". Quedaos a escuchar la negra que encadena orgasmos por no llorar. Nicanor Candela escucha luego consejos: "evite la resaca, manténgase borracho". "Todos los cubanos mienten", afirma Enrique. ¿Miente también él? Hay placeres felinos que nos cuenta Iñaki y Filandón le inspiró para el relato. Isabel, brasileña de Belo Horizonte, trae a Calderón de la Barca y la diferencia entre traducir y adaptar.
El aire acondicionado disuelve a los rascamanes pero Alma resiste al frío y trae un cuento de "Amaneceres": Alejo, Deogracias y Paulino, el pasado y el presente y una enseña. Alfonsina Storni vuelve a sumergirse en el mar en los versos de León y Anagonz pregunta dónde están todos... "Lo que el aire acondicionado se llevó". Mariana lee en español el segundo poema que ha escrito en rumano desde que está en España, ya no escribe en su lengua natal. Un gatito gata se pasea por sus versos. Repite León el poema de Alfonisna para que lo escuche Anagonz.

La bitácora collage va completando la mirada de cada uno y cuenta -eso intenta- lo que sucedió.


Javier Díaz Gil
3 de julio de 2018












7. Iñaki Ferreras: 

- ¡Fíjate qué bien, en la última tertulia Rascamán se leyó de todo..!
- ¿De todo?
- Casi
-¡Ah, pensaba!
- Tú siempre piensas demasiado.
- Pues, sí, porque me apetece.
- Pues, que no te apetezca tanto.
- Me apetece lo que quiero.
- Ya veo...
-  Se leyeron poemas maravillosos y muy poéticos, como el de la niña en el mar. También se habló de los 'spaguetti western' que se rodaban en Almería.
- ¿Qué espagueti son esos?
- Los que cocinan en el Oeste.
- ¿Y a qué saben?
- A pezuña de caballo y a polvo.
- Vaya, qué originales. Los debo probar.
- Sí, seguro que en concreto a ti, te encantarán.
- También se leyó una oda a Santander, que no es la Perla del Cantábrico (porque ésa es San Sebastián), pero se le asemeja. Otro poema estuvo dedicado a una casa.
- ¿A una casa?
- Sí, solo a una casa..
- ¿Y por qué no a más casas...?
- Porque quien lo leyó, Isabel Morión, quiso rememorar lo bien que se lo pasa en su casa cántabra y los buenos recuerdos que le trae.
- ¡Ah, pues a ver si nos invita para que nosotras también podamos escribir otros poemitas!
- Eso dependerá de ella, pedigüeña.
- ¡Uy, te ha rimado!
- Sí, y bien que me ha quedado....¡Ja, ja! También pudimos escuchar el poema "El baile de las moscas". Moscas con peineta.
- ¡Uy, menuda tontería, una mosca con peineta!
- Una, no varias...Fue un poema divertido y original. Porque las moscas también se ponen peinetas cuando se van de fiesta, ¿lo sabías?
- Ahora que lo dices, algo he oído de eso.
.- Al alimón, se recordó el poema "Las moscas", de Antonio Machado, muy ocurrente.
- También tuvimos ocasión de deleitarnos con la continuación de la novela del jovencito cubano que quiere ser bailarín de Tropicana, en La Habana. En esta ocasión, hubo una negra con orgasmos, jazz, amor, guitarrista, percusionista, desamor...Vamos, un culebrón, pero muy bien contado.
- ¿Como 'Dallas'?
- No, el estilo de "Billy Elliot", pero en versión caribeña y con mucho más calor y color. Otro compañero, habló del amor humano por los gatos, del amor y del sexo.
- ¿Sexo de humanos con gatos...?
- Sí, como lo oyes. Ese compañero está como una cabra, pero nos hizo reír. Espero que no fuera autobiográfico...
.- ¡Vete a saber!
- Eso digo yo, que en esta vida se ve de todo. ¡Qué asco..!
- Finalmente, disfrutamos de una serie de poemas dedicados a los sobrinos de un compañero en el día de su boda, como el titulado "Su casa". Unos consejos de felicidad..."Nuestro corazón, vuestro corazón, es ya su casa".
- ¡Uy, me dejas inerme!
- ¿Inerme..? Pero qué sabras tú de inermeces...? Si eres lo más paleto que ha salido de un útero...
- Me da igual, yo siempre te escucho y aprendo muchísimo....
- Yo creo que no aprendes nada y que me escuchas porque no tienes otra cosa que hacer.
- Me voy porque me ofendes.
- Mejor, porque si no, te abofeteo.
- Adieu!

- See you never, darling!

Iñaki Ferreras
4 de julio de 2018

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