El chantajista
Se acaba el
mes de los acuarios de una forma muy original. Les cuento: hoy tenemos reunión
los rascamanes, es miércoles, hace un
frío que pela pero tengo que acudir a recoger unos papeles para el Recital que
daremos al día siguiente en El
Colegio de Veterinarios de España, me han pedido que lo presente.
Hay un
grupo importante: Rocío, Alberto, Juan Bautista, Juan Calderón, Federico, Paco, León, Ana,
Javier (el jefe).
Son 7
hombres y tres mujeres, cosa singular ya que suele casi siempre ser al
revés.Hasta aquí nada de particular.
De repente
se me acerca Javier y me dice que tengo que hacer la BITÁCORA, le digo que estoy
llena de cosas que lo deje para otro día... No, te toca y si no la haces no te
daré los papeles para mañana. Me quedo a cuadros, qué barbaridad, qué manera de
hacerme chantaje, eso sí, muy sonriente y con cara agradable, es un gran
diplomático. ¿Qué hago? Aceptar un poco a regañadientes. Mira por dónde voy a terminar el mes de febrero con un
chantaje. Bueno pues nada, no me queda otra que obedecer, y aquí estoy tratando
de hacerla lo mejor posible, eso sí quiero que sepáis que nuestro “jefe es
capaz de chantajear” hay que andarse con mucho cuidado.
Paco Fenoy toma la palabra y sigue con el tema “guantes”
El relato
se titula: Guantes de plomo. Tiene mucho que ver con un ajuste de cuentas ya
que al no conseguir que les abran la puerta disparan y dejan huellas de balas
en las paredes de la casa.
Como es
habitual los escritos de Fenoy provocan controversias.
Sigue
Rocío. Nos lee un pequeña parte de un relato largo (sus relatos siempre lo son,
pero bien estructurados).Se titula: Cómplices de papel. Lo más bonito del relato
es la forma de describir esa manera de hablar de los chicos de barrio-barrio,
con su peculiar acento y palabras diferentes que ella borda poniendo el tono y
el acento adecuado.
Sigue Fede.
Hacía un tiempo que no venía por la tertulia. Fede es un estupendo poeta, nos
trae un nuevo poemario dedicado a su madre fallecida en el año 2013.
Aquí dejo
unos bellos versos:
Nada quedará de nosotros,
la devastación no tendrá nombre.
Para
dejarme el alma que te quitas,
aparte de la sed ,vas a la sombra.
Es un poeta
lleno de “jondura” como diría un buen flamenco.
Cambiamos
de tercio con un relato muy divertido de Juan Calderón. Nos habla de la obra de
Romeo y Julieta llevada a la parodia que
raya en lo esperpéntico. Julieta en la escena del balcón se agarra a Romeo y
se caen, el director muy enfadado la
insulta, ella se abre de piernas y nace un hijo con el estupor de los
asistentes. El director (hombre mayor) se enfrenta a Romeo loco de celos y le
espeta en la cara. "¿Como has podido hacerme esto con lo que nos queríamos?" Menudo trío amoroso formaban.
Es el turno
de Juan Bautista. Nos lee un relato que tiene que ver con los guantes de
Gilda. Habla del dolor que siente el hombre que le dio la gran bofetada cuando
se entera de la muerte de Rita.
Alberto nos
lee un relato corto, se titula "El amor en los tiempos electrónicos". Una pareja que se quieren mucho y ella le
pregunta si quiere casarse con ella, cambiando la costumbre ancestral de
que esta pregunta suelen hacerla los
hombres. Sus relatos suelen estar siempre llenos de interés.
Le toca el
turno a mi chantajista (confío que no se enfade).
Javier nos
lee poemas del poeta Juan Carlos Mestre. Poema 12, una buena critica a esos
turistas mecánicos, que hacen muchas fotos pero apenas se enteran de nada.
Otro
poema: Venecia. "Los adolescentes quedan hechizados", termina el poema
diciendo:Venecia se hunde, que se hunda.
Es un poco triste y nada creíble que al poeta
le de igual que Venecia se hunda.
Es el turno
de Cinta. Seguimos con temas de guantes.
El cuento
del guante izquierdo.
Cuenta la
historia de un guante al que le falta un dedo, pero los otros cuatro tienen en
sus puntas sendos escudos bordados.
Carlos Tejado. Con
su gran sentido del humor nos lee un relato hilarante. Se titula: Vox Populi.
Nos cuenta la historia de un tal Luis Palomar que tenia una voz muy, muy
especial, tanto que cuando hablaba por megafonía en el mercado en el que
trabajaba la gente se paraba a escucharle. De tal modo era su voz especial que a Ana (una dependienta) le provocaba un orgasmo, a Nuria aquella voz especialísima
cuando la escuchaba por megafonía hacía
el milagro de que volviese a creer en Dios. Luis anunciaba también la venta
de óvulos por fecundar, era un personaje nada frecuente.
León nos
dice de memoria un bello poema. Una muestra: “Poco me pesa el peso de tu olvido”
Un poema
profundo.
Le toca el
turno a Isabel. Leo un poema de Miguel
Hernández que he descubierto hace unos días revolviendo las revista
Litoral. Editada en el año 1969, aparece
este bellísimo poema, se titula:
Guerra. Comienza con estos versos:
Todas las
madres de mundo
ocultan el
vientre,tiemblan,
y quisieran
retirarse
a
virginidades ciegas,
al origen
solitario
y el pasado
sin herencia.
Es un poema
que eriza la piel. Siempre me hago esta pregunta.¿Qué legado nos habría dejado
si le hubiesen dejado vivir, y hubiese llegado a la ancianidad?
También
digo un poema de memoria al paso del
tiempo. Se titula: Constaté. Es un clásico ya que tiene unos diez años.
Termina Ana
González con un soneto: Noche de Iguana.
Un soneto
de amor. Al alba éramos ya, una sola iguana.
Aquí doy
por terminada esta Bitácora y también el mes de febrero que tan generoso ha
sido conmigo.
4 de marzo de 2018
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