Francisco Fenoy, (Almería, 1941 - Madrid, 07/3/2018) (Foto: Rocío Díaz) |
PACO FENOY (In memoriam)
La Tertulia de hoy miércoles 14 de marzo ha sido muy triste. Nos ha faltado la compañía de nuestro querido Paco Fenoy. Y ya no volverá.
Nuestro compañero, el poeta Francisco Fenoy, falleció el miércoles 7 de marzo pero no supimos la noticia hasta el martes 13.
Habitual de cada miércoles de Tertulia, nos extrañó no verle el miércoles 7 en la Tertulia. Él, tan puntual siempre, que avisaba si no podía venir. Nadie podía imaginar tan terrible noticia.
Hoy, como cada miércoles, nos reunimos en el Santander para celebrar nuestra Tertulia porque era necesario más que ningún otro miércoles vernos, abrazarnos y llorar y recordar a nuestro compañero.
No es fácil seguir adelante cuando la muerte inesperada lanza su zarpazo cruel. Seguir caminando cuando queda un hueco en la mesa, una silla vacía que es imposible volver a llenar.
Por eso ayer necesitábamos traer las pocas fuerzas de cada uno, el llanto y la emoción para juntarlas. Para poder seguir caminando.
Paco Fenoy, que nos enseñó a luchar, a ser fuertes, a no abandonar la senda y a ser humildes y aprender, a ser aprendices hasta el final. Tu humor y tu generosidad nos acompañan Paco.
Por eso hoy hemos decidido que la Tertulia, tú nos lo habrías dicho, debe seguir adelante. Y que el dolor por tu ausencia era el motor que nos iba a hacer continuar.
Si hubieras estado hoy con nosotros hubieras sonreído también, recordando cómo aceptabas los comentarios a tus poemas, tus reticencias a corregir algunas palabras, y tu aceptación para corregir otras. Hubieras sonreído escuchándonos decir que inventaste un idioma: el fenoyés, que ya empezábamos a entender también los rascamanes.
Hubieras sonreído al oírnos decir que en primavera te volvías más pícaro, que eras un gran lector y un disciplinado escritor. Que eras un gran compañero.
Nos hubieras ayudado a abrazarnos, Paco.
Por eso hoy todas nuestras lecturas giraron en torno a ti, en tu recuerdo.
En el Santander ayer, quiero contártelo, estuvimos reunidos en un día de lluvia impenitente, Omega, Carmen, Carlos Gamarra, Cinta, Javier, Juan Bautista, Juan Calderón, Alberto, Rocío, María Juristo, Ana Gonz., Mariana, León, Aure, Celia, María Eugenia López y Amelia.
Y decidimos que el día 10 de abril -quiero que estés escuchándonos allí-, nos reuniremos los rascamanes para recordarte, para leer tus poemas, en el local de Vergüenza ajena, a las 19.30 para dedicarte nuestro recuerdo, nuestro homenaje. Sé que no vas a faltar.
Omega fue la primera en intervenir.
Leyó un texto tuyo, Paco, una novela que le habías enviado que estabas empezando a escribir: los dos primeros capítulos, para que ella te los corrigiera. Leyó el primer capítulo. Bien podrían ser tus memorias. Un personaje llamado Francisco es el protagonista. Empiezas hablando de política y terminas hablando de imaginaciones de un adolescente y de sexo con monjitas como una propuesta gamberra para volver a hablar después de qué es el partido comunista.
Recordamos tu humildad. La lágrima está presente en los ojos de todos, Paco.
Omega cierra su intervención leyendo un poema breve, "Por amor hacia ti", que escribió para sus padres en la celebración de la renovación de votos: "Estos recuerdos que se agrupan en mi mente..."
Nos dice Omega que al poco se divorciaron.
Hubieras participado de la broma, Paco. Nos reímos pensando en que quizá esas palabras fueron el motivo del divorcio. Se ríe Omega también sabedora de que no es cierto.
Es el turno de Carmen, y lee un bello poema que ha escrito en el metro mientras venía, un poema dedicado a ti, a Paco Fenoy:
"En día de huracán
y después de estar en la casa
de los sanadores de bichos..."
recordando así, el último día que compartimos contigo, el 1 de marzo en la lectura en la que tú también participaste en el Consejo de Veterinarios de Madrid.
Carmen lee ahora un poema en recuerdo a su madre, "El alfiler de mi madre". El alfiler que utilizaban para defenderse de los acosadores en el metro, en la oficina, en la calle. Las mujeres no lo tenía fácil no hace tanto tiempo. Queda aún muchas cosas por hacer para conseguir el respeto y la igualdad.
Qué musicalidad la de este poema de Carmen:
"Tacón taconeando por el metro"
"como arma de defensa en la mano"
Le pregunto a María Eugenia que si este acoso también se vive en Argentina y afirma que es así todavía en ciertos ámbitos. Cualquier roce es chispa para que explote todo, nos dice.
Suena el móvil, una videollamada. Es Joselyn que nos llama desde Massachussets. Ha querido estar con nosotros hoy, en este día, recordándote, Paco. Joselyn está emocionada y sentimos hoy la necesidad de decirnos que nos queremos. Como si tuviéramos la sensación de no haberlo dicho antes y que luego sea tarde. Porque, Paco, te queríamos, todos los hemos dicho esta tarde y tú también nos querías a nosotros.
A veces no es necesario verbalizarlo cuando la amistad es una certeza incuestionable.
El teléfono va de mano en mano y saludamos a Joselyn y ella habla, nos ve a cada uno de nosotros.
Gracias, Joselyn por tanto cariño. Te esperamos pronto en Madrid.
Es ahora Carlos Gamarra quien lee una imagen poética de la muerte, en honor a ti, Paco. "Sólo la muerte", es su título.
"Hay cementerios solos..."
"llega a golpear como un anillo
sin piedra, sin dedo..."
"La cara de la muerte es verde y su mirada es verde"
Un excelente poema. Después de leerlo nos descubre quién es su autor: Pablo Neruda.
Podrías haberlo escrito tú, Carlos, -le digo-, porque muchas imágenes son similares a las que utilizas.
Cinta no ha traído nada. "Te has traído a ti misma", le digo yo. No podía faltar esta tarde en el Santander.
Es mi turno y desgraciadamente hemos sumado esta mañana otra pérdida, el fallecimiento del físico Setphen Hawking. Quiero leer un poema que escribí en 2007 que le dediqué al científico pero que habla también de tu ausencia. Su título es "Libera me domine":
Y termina así:
(...)
Libérame, Señor,
de las ataduras de la Tierra,
de la cárcel de mi cuerpo,
oscuridad de plomo,
que me ha entregado el Cielo.
Libérame, Señor,
para que vuele eternamente
esta sonrisa,
que juega al escondite
contra el tiempo.
Fuera del Santander sigue lloviendo con rabia.
Juan Bautista nos leyó un microrrelato: "Solo de trompeta". Un micro dedicado a ti: mientras interpreta "el pasodoble de Pepe, el trompeta", un dolor en el pecho y el silencio de la trompeta.
Y de fondo, la metáfora de situación de la lluvia y el músico.
Sé que nos hubieras querido más festivo, Paco, que riéramos más pero la muerte está en nuestra palabras y en lo que hemos escrito.
Juan Calderón lee un poema dedicado a la muerte titulado "Quien nos ama", pero quiere ser alegre porque entre sus versos nos recuerda que "Nunca se va del todo quien nos ama".
Trae un relato también, un relato con un principio que nos engancha: "Quiero contaros algo que muy pocos conocen..."
"No bañes, no bañes..." dice un niño rubio de piel muy clara. Un ángel que le salva de morir ahogado.
Interviene Aure para decir que Almería es una tierra de crímenes. Hemos conocido estos días la noticia del asesinato del niño Gabriel. Y Aure nos recuerda las bodas de sangre de Lorca, el crimen de Gádor de los bebedores de sangre e 1910: unos curanderos decían que la sangre de los niños curaban la tuberculosis.
Ana Gonz sugiere que recopilemos tus últimos escritos que pensabas publicar y publicarlos. Nos parece buena idea. Era lo que tú querías, ¿verdad, Paco?
Lee Aure un poema dedicado al dragón: "¿Dueño de qué?"
Todos sabemos quién es el dragón pero se lo he tenido que aclarar a María Eugenia, que se sonríe.
María Juristo nos trajo la buena noticia, Paco, de la recuperación de su marido y ha traído un poema de esperanza: "Pero no pudo":
"Pero no pudo
y tuvo que volver a las sombras"
La muerte vencida.
Estamos todos venciendo a la muerte esta tarde, Paco. Todos.
Es el turno de Alberto. Dice que no va a leer nada pero trae una noticia que hubieras dicho con nosotros que el mundo se está volviendo loco: la federación de enseñanza de CCOO ha pedido que se retiren libros de autores machistas y cita a Neruda, Pérez Reverte, Javier Marías. Y también de Rousseau. Tú, que has leído tanto podrías habernos dado tu punto de vista hoy.
Y hay debate y tengo que tocar la campana y Mariana saca la suya con su sonido más sutil y agudo. Alguien dice que esto es una guerra tibetana y nos reímos. Nos reímos, Paco, porque rascamán, lo sabes, también ríe y hace bromas y nos reconforta.
Y entonces añadimos unos deberes más a Juan Bautista para que haga otro microrrelato con el título "guerra tibetana" y se lo añadimos a dos micros que ya le hemos dicho durante la tarde par que los escriba: "clarividente" y "sonetero".
Jugando con las palabras andamos, Paco. Ya lo sabes.
Rocío trae un relato que quiere presentar a un premio, sugerente, poético: "Supe que le había encontrado al reconocer sus huellas en la arena..."
Ahora interviene Ana Gonz. Te recuerda micho, Paco. No ha parado de llorar en estas últimas horas. Las trágicas coincidencias que no se le han ido de la cabeza: le pediste, Paco, que te grabara una película "El que debe morir" y no llegó a traértela.
Ha escrito un poema con tus haikus y lo ha titulado "enconado" como uno de los relatos últimos de guantes que escribiste.
"Anclada en el alma de Lenin o de Marx..."
"su comunismo, sus sindicatos..."
"solo violento a veces en su sintaxis"
Un gran poema, un gran retrato... Te hubiera gustado.
Mariana Feride, con su voz dulce y su acento que nos engancha el alma nos lee un poemita, dice, que ha escrito hoy:
"Nuevos ángeles...
anoche no me dejaste dormir..."
No nos dejaste dormir, Paco.
Nos emociona Mariana con ese poema y con otro más: "Retrato en 2", la melancolía...
Y un relato duro contado desde la distancia del narrador de cámara que nos emociona: Tierras ávidas".
"A ella le gustaban los cuadrados perfectos..."
León tampoco pudo dormir. Anoche estuve intentando, nos dice, escribir un poema a Fenoy pero no le salió. Cuando lo tenía avanzado le dio a una tecla que hizo desaparecer el archivo, lo borró sin querer. Señal de que ese poema no tenía que existir.
Lee en tu homenaje "Le sorprendió la noche al mercader" un poema largo lleno de referencias andalusíes de su libro "Al dios exiliado":
"Pétalos y escorpiones le ciñen la garganta"
"Debe morir el hombre con la sangre encendida"
"Más fascina la muerte que una mujer desnuda"
Queda flotando su música, su voz endecasílaba.
Celia Cañadas está escribiendo mucho últimamente, mucho y bien. Tienen los Cañadas el monopolio de las musas, comento yo.
"Así mueren los astros" y "Agujero negro" son dos poemas lírico-científicos.
"Queda el metal como eco de su breve destello"
Y lee también "Políglotas" que cierra con un verso muy "Cañadas": "Así me han negado su palabra".
Y por último, "Carnaval" con versos tan memorables como:
"Aquí de vez en cuando es lunes
y celebramos un carnaval al estilo
de el Jardín de las Delicias"
María Eugenia está algo enferma. Una gripe la tiene medio en cama pero se ha levantado para venir a la Tertulia, a esta su última Tertulia antes de regresar a Argentina. No nos lee nada suyo pero quiere leernos un poema de Tomas Tranströmer , poeta sueco, premio nobel 2011.
El poema es "El cielo a medio hacer" que transcribo entero:
El cielo a medio hacer
El desaliento interrumpe su curso.
La angustia interrumpe su curso.
El buitre interrumpe su vuelo.
La luz tenaz se vuelca;
hasta los fantasmas se toman un trago.
Y nuestros cuadros se hacen visibles,
animales rojos de talleres de la Época Glaciar.
Todo empieza a girar.
Andamos al sol por centenares.
Cada persona es una puerta entreabierta
que lleva a una común habitación.
Bajo nosotros, la tierra infinita.
Brilla el agua entre árboles.
La laguna es una ventana a la tierra.
...
"¿Por qué no te quedás?" le digo a María Eugenia.
A ella le gustaría, lo sé.
Cierra hoy el turno de intervenciones Amelia Peco. Está también compungida, ha sabido la noticia de tu muerte esta misma mañana. Como todos los demás, no se cree que haya ocurrido.
¿Ha ocurrido, Paco?
Siente desazón porque no escribe, está estudiando el examen de acceso de la UNED. Nos dice que en medio de un suelo despertó con la idea de un poemario: "Diálogo con mi anatomía".
Nos marchamos del Santadner al encuentro con la lluvia.
Paco, se queda tu silla vacía, pero sigues con nosotros, querido compañero.
Javier Díaz Gil
18 de marzo de 2018
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