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domingo, 20 de enero de 2013

17ª Jornada/VI año: Miércoles, 9 de enero de 2013



DITÁCORA, del día de la D.

En origen, pensé en ceñirme al mundo marinero para dejar constancia de lo sucedido en el Ruiz, pero las palabras, más exactamente las letras, demostraron una vez más que con sus caprichos, ordenan y mandan.

Días D, por desgracia para la humanidad ya hemos tenido; días de la D no he encontrado ninguno digno de destacar, por eso decido dejar documentación de dicho desatino.

María Antonia, Rocío, Los Juanes –Antonio y Manuel- Federico, Amparo, AURE, Javier, María, Leo, León, Ana, Carmen, Alma, Alberto, María Jesús y las dos Palomas, dotamos de dicharachera charla el declive de la tarde del miércoles. Y entre lecturas y dádivas anónimas (el amigo invisible) dejamos que la noche, dócil, desafiase una vez más al día a un duelo ganado de antemano.

Ding Dong, de campanilla en manos de Javier, y Rocío presta su voz al DESEO de María Antonia, un deseo depredador desenfrenado, derrochador de erotismo. Deberes quedan pendientes de desarrollo sobre el tema.

Detrás, Juan Manuel y su poema DESHAUCIADA, dejan deliberadamente que el dolor del vacío se adueñe del discurrir de la tarde.

Juan Manuel y su DESPEDIDA, un microrrelato denso, difícil, desafiante de la muerte, desfilan a continuación ante nosotros, público desmenuzador de sus ideas.

Federico y su DEVOTA, esa declaración detenida en la penumbra delicada de la fe, de sombra apercibida.  Dante, Dalí y Dumas se habrían sentido felices.

No pude resistir la tentación, DEL CUATRO AL CERO se sumó a la deriva de las otras des que ya flotaban en el aire dulce del café.

Amparo leyó un poema de Cavafis, EL DIOS ABANDONA A ANTONIO, difuminado histórico lleno de donaire y delicadeza.

AURE disparó su IOSU, dejándonos degustar notas de Amalia Rodríguez y pinceladas de literatura digna.

El diecisiete, como no podía ser menos, fue uno de los números de la suerte; el cuatro, que empieza con la c, vecina de la d, fue el otro. De su mano las dos novelas  ofrecidas por Iñaki Túrnez se dirigieron a las de las afortunadas María y Leo, dos sonrientes damas que disfrutaron de la ocasión. Y a continuación, el reparto de dádivas (vale, es una forma un tanto rebuscada de llamar al Amigo Invisible, pero así, puedo seguir dándole alas a la D).

Diversidad de dones: bolígrafos solidarios o no, libros, cuadernillos, libretas, cajas de cerillas que esconden lapiceritos,  grapadoras, cajas, cigarrillos de chocolate, lamparillas de lectura,  barcos, corazones, portaminas…De la sesión fotográfica que demuestra la veracidad de lo dicho se encargó la diligente Rocío.

María recitó dos poemas SATÁN y ARMONÍA, contrapunto el uno del otro: desgarrador el primero, deslumbrante juego de luces el segundo.

Leo descubrió a Danubio Torres Fierro, dijo entre otras cosas que la historia y la poesía no están divorciadas, circunstancia estupenda en el día de la D.

León, de su libro La inteligencia azul de los delfines, nos deleitó con un relato cargado de poesía, nada desacostumbrado entre sus dúctiles letras.

Diderot, Delacroix y Degas también habría sido felices escuchándole.

Carmen leyó DESTITULADO, un microrrelato muy bueno, de los que da que pensar, dentro de un realismo mágico demoledor.

Alma propone hacer de vez en cuando debates, deliberaciones debidamente defendidas sobre diferentes diatribas.

Alberto, enfrascado en su novela, deja para otro momento su lectura, pero lee con delectación el texto de María Jesús  OSCURIDAD A DOS VOCES y junto a Paloma S, otra declamante de demostradas dotes, nos sumergimos entre paraguas, sangre y tierra en las fosas comunes.

Ditácora terminada, divertimento servido, dedicado a mis divinos contertulios.



Paloma Hidalgo
10 de enero de 2013

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