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lunes, 25 de julio de 2011

40ª Jornada/IV Año: Miércoles, 13 de julio de 2011

 “somos lo que leemos”

Llego al Ruiz y nuestro espacio está cerrado. La camarera me abre y me encuentro solo, pero siento que cada uno de vosotros estáis ahí en vuestros sitios respectivos. No me importa nada pasar la tarde solo, en este silencio vuestro e íntimo….Y de repente, a través del cristal, veo a Rocío, qué tarde en llegar. ¿Dónde se habrá metido? ¿Es una alucinación mía?  No, no, hela aquí…Y hacemos un recuento de todos los que dijeron que venían y no han venido. Y después le cuento a Roci lo que me ha pasado: esta vez no es inventado, el expresidente de la comunidad se lanzó el otro día a por mí al grito de “¡Te voy a matar!”, “¡Te voy a arrancar la cabeza!”, etc., etc., (suprimo los insultos).


Menos mal que mientras la mujer lo retenía, yo llamé a un policía, tenemos la comisaría enfrente… Bueno, puse una denuncia, etc., Utilizaré el episodio para una futura bitácora… A continuación le leo mi cuento, “El esplendor de la rosa” y anoto mentalmente las correcciones que me hace: al principio hay una frase demasiado larga; también, al comienzo de la historia se debería insinuar o anunciar el asunto principal, el fracaso editorial  de esta poetisa novel. El final debería explicar algo más de lo que es la vida de la protagonista después del fracaso… Bueno, no he dicho que, leídos unos párrafos, llega Olga y le resumo lo ya leído. A ella le gusta el planteamiento del “nido vacío”…. Olga nos habla de la remodelación de  los cines “Verdi”. Y después, a propósito de mi cuento, Roci y yo le contamos a Olga los entresijos de la edición, la dificultad de escribir y publicar, el editor, el distribuirdor, el librero, los falsos editores, a los cuales, además de pagarles, hay que venderles tu libro, el fiasco que es editar con editores que no tengan distribuidora, porque las grandes librerías no aceptan depósitos, ni siquiera de un editor, todo tiene que ser a través de un distribuidor… Y como ejemplo, yo hablo de la antología, tan buena, de José María Herranz, que merecía haber estado en las librerías importantes… Bueno, es lo que hay. Y, lo que no hay es que dejarse engañar como mi heroína. También mencionamos el mundo de las presentaciones, la dificultad, a veces, de encontrar gente que acuda…Olga enlaza con el problema de la financiación de la cultura, que está la pobre por los suelos, Y como ejemplo, nos cuenta que ha intentado sacar de una biblioteca pública “Ana Karenina”, pero que estaba tan costrosa que no ha podido llevársela. Luego nos cuenta Olga su proyecto de vacaciones en Benín, bueno más que unas vacaciones, es un trabajo con una O.N.G. Y de ahí pasamos a tratar el problema de la caridad, que Olga ilustra con varios ejemplos, como ese curita de Pozuelo que le saca mucha pasta a los ricos…Y yo digo lo mismo que siempre: que la caridad es un poco repugnantita, porque sirve para acallar las conciencias de los ricos. Más importante que hacer caridad es votar a un partido que tenga un programa social adelantado. Es mucho más interesante un joven antisistema, por muy vandálico que sea, que un rico caritativo…Y no quiero dejar de mencionar que, en algún momento de nuestra conversación, Roci dice que “somos lo que leemos” y Olga pregunta si hay que leer o hay que vivir. Y concluimos que las dos cosas, pero está claro que el que lee, tiene muchas más vidas…

Aureliano Cañadas
15 de julio de 2011

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