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La Tertulia como un cuadro barroco... (Caravaggio, “La vocación de san Mateo”, 1599–1600) |
Carmen Padín
25 de marzo de 2023
3. Chelo Santa Bárbara:
Era miércoles 22 de marzo y yo lo había leído claramente en mi agenda: Rascamán, encuentro con autor, Rafael Soler. No había corregido la fecha que por circunstancias se había cambiado, así que como iba dispuesta a escuchar no transcribí ni una palabra para leer.
Llegué la segunda, después de Aurora; luego José Antonio y Aure, luego León con sus libros…y a partir de ahí perdí la cuenta, pero sé que en la mesa estaban también: María Juristo, Javier, Rocío, Alberto, Juan Bautista, Juan Calderón, Amelia Serraller que era su primera aparición y Paloma, aunque también estaban en la pantalla del ordenador: Carmen Padín, Susana y Elena Peralta.
Es obvio que todos intentamos librarnos de la bitácora, por eso estoy escribiendo estas líneas.
Del revuelo ya se ha hablado así que contaré que: Amelia, filóloga, traductora literaria y profesora de taller de traducción nos leyó, Poesía es… “lluvia en el desierto de la melancolía”. María nos lee, Un visitante, “con la fresca llamarada de la escarcha”.
Aure nos enseña el regalo que ha traído para León y nos lee Magnolia: “días tan magnolia”, dice. José Antonio, “va desnudo sin teléfono”.
Aurora y yo, no leemos. Javier ha hecho los deberes: “tengo envidia del viento”.
Llega Ana Gonz, Alberto ya se ha marchado y León nos lee un soneto. Rocío: “dos vestidos puedes, un vestido no”. También que, “el mar riza el pelo y las dudas”.
A todo esto, voy perdiendo fuelle: la calle, el ruido, la gente…
Luego Padín: “las prendas lloraban mojadas y reían secas”
Juan Calderón, “relojes que han descarrilado”. Igual que yo, descarrilada o descarriada y dispersa: la gente, el ruido, la calle.
Susana nos lee un poema que ha escrito sobre la marcha, después Elena y por último Ana Gonz que cierra con Caballero Bonald.
Como dice Rocío, Rascamán puede, pero yo prefiero recitar a cubierto.
Suerte que no transcribí ningún poema.
Chelo Santa Bárbara
25 de marzo de 2023
4. Amelia Serraller:
Mi primera bitácora
El pasado miércoles 22 de marzo me dirigía yo con paso rápido a debutar en la tertulia Rascamán, cortesía de mi amiga Aurora. Todo lo que sabía era que la dirigía Javier, que se lee por orden de aparición y sería menester comentar cada poema.
Varias veces he pasado por delante del Café La Traviata en Ópera, pero nunca había entrado y me hacía especial ilusión conocer un rincón más del Madrid castizo. La planta baja tiene todo el sabor de las reuniones clandestinas del samizdat en época comunista, por ejemplo.
Cuando llegué ya estaba Aurora, había muy buen ambiente y animadas charlas en torno a León y sus libros, así que me sumergí en Citerea por un tiempo y le pedí dedicatoria.
Poco a poco fui saludando a todos los poetas, empezando por Aurora y Javier. Bromeamos con el tú y el usted con José Antonio, Aure, el propio León, María Juristo, Javier, Rocío, Alberto, Juan Bautista, Juan Calderón o Paloma.
De repente, aparecieron desde el otro lado del ordenador mis amigas Susana Fraile y Elena Peralta, con alguien más que no sabría precisar.
Se me explicó la historia de la tertulia, y Javier deshojó la margarita de la bitácora, que esta vez se adjudicó a todos como sano ejercicio de escritura colectiva.
Después de contar un poco sobre mí, cuando iba a empezar a leer hubo un corte eléctrico. Gracias al incidente leí mi “Poética” iluminada por las velas y las luces de emergencia. Comprobé ilusionada por los comentarios que gustó especialmente el verso “lluvia en el desierto de la melancolía”, aparte de señalárseme las asonancias.
Después María nos leyó dos poemas en verso libre, de corte filosófico y muy emotivos, por la presencia de la muerte, que nos visita con “la fresca llamarada de la escarcha”. El primero caló aún más hondo que el segundo.
Lamentablemente, no pude quedarme más porque empezaba el taller de traducción que imparto….
Amelia Serraller
27 de marzo de 2023
5. Paloma Sánchez:
Bitácora cagaprisas
Eran las seis de la tarde.
Las voces se mostraban animosas.
Un hombre trajo una campana pequeña.
A las seis y pico de la tarde
Una nueva compañera hablaba
Y era políglota y daba cursos de traducción.
a las siete de la tarde se fueron las luces,
se escucharon pasos en el piso superior.
Lo demás era obscuro como boca de lobo.
a las siete y cinco de la tarde
Rocío intenta alcanzar el lavabo,
a punto está de romperse la crisma.
El camarero comunica que no hay luz.
Confusión general a las siete y cuarto.
El viento frío se metía por la chaqueta.
a las siete y media de la tarde.
En ese momento decidí el abandono
De mis queridos compañeros
Hacia sitios más calentitos y luminosos.
Paloma Sánchez
28 de marzo de 2023
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