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miércoles, 5 de abril de 2023

19ª Jornada/XVI año: Miércoles, 29 de marzo de 2023

 

Navegantes

BITACORA DE PRESENCIA

Desde su puesto de mando, Javier dio la orden de partir. Juan fue el primer navegante en hacerse a la mar. Con una voz poderosa y elocuente, nos ofreció una sátira divertida y mordaz sobre la Maja De Goya. Después le llegó el turno a Juan Bautista Raña, situado a mi estribor. Ambos Juanes celebraban su cumpleaños. ¡Felicidades de nuevo! Raña nos habló de su colorida y nostálgica Caracas, alegre y llena de vida y canciones, y peligrosa y violenta ahora. 


Una ciudad despojada de sus sueños y donde el miedo surge en cada esquina, recordándonos también lo que ya nos advirtió Félix Grande: “Donde fuiste feliz alguna vez no debieras volver jamás”. 

A continuación, nos leyó los primeros párrafos de su novela, con la historia de Nicanor, el bailarín, y un alocado gato que andaba por allí. La tercera en intervenir fue Amelia, cuya embarcación se encontraba frente a la mía. 


Tras informarnos sobre sus apellidos a una pregunta de Javier, nos relató algún que otro acontecer de su vida. Después, un poema suyo, “Marea secreta de sueños”, de una brevedad mortal, nos conmovió a todos. “Éramos dos o ninguno”. Tras oír aquello, ya estaba todo dicho. Aunque luego nos habló también de una poeta ucraniana llamada Natalia, que se preguntaba si es que puede llorar el buzón de correos. Después, esa misma poeta de la desdichada Ucrania, nos aseguró que “el cartero de invierno lee todas nuestras cartas” . Tras Amelia, la cuarta compañera que se echó a la mar, fue Chelo, que, a mi babor, me ayudaba con los nombres de todas y todos los rascamanes. 


Chelo nos deleitó con sus “Versos de verano”, de un verano insustancial y los días pasados bajo el sol, en los que ella, esperanzada, trata de colmar de luz todas las grietas, hasta que la oscuridad le confirme que ya es tarde. Bello y desolador poema. El siguiente en echarse a la mar fue León, aguerrido navegante, situado también a mi babor, que inspirado en la fotografía de la ropa tendida, se imaginó unas almas al viento, como banderas derrotadas que vuelan hacia una primavera triunfante. Después, en “ Cartas de autor” , con algo de ironía y humor, nos dijo eso de, “te quiero hasta la muerte”. Tras esa lapidaria afirmación, nada hubo que objetar, tan solo asentir. Tras León, tomó la palabra Javier, jefe de nuestra extravagante flota. Sugestionado por la imagen del increíble azul de las aguas, se lanzó a sus profundidades; allí, donde salvo el latir del corazón todo es silencio, silencio entre olas invisibles,  con hebras de luz que se filtran desde el cielo, suplica que lo dejen allí, en el silencio profundo, el silencio de un tiempo que se detiene bajo una mirada azul…Tras su intervención se suscitan los comentarios, pidiéndole que cambie “su mirada azul” por “mirada de sal”, a lo que yo secretamente me opongo; soy aliado del infinito y vasto Azul. 


Después le llega el turno a Alberto, que dibuja y escucha. “Micro te quiero 9” es el título de lo que nos habla. En él nos resume los despropósitos de la Creación y el caos disparatado que reina en la tierra. Tras Alberto, Javier me dice que me toca. Me hago a la mar con mi poema “Ese es mi deseo”, y tras leerlo, la crítica es unánime: tengo mucho que mejorar en la lectura o declamación de los versos. Tanto es así, que el poema pasa a segundo plano, y lo entiendo, a la vez que agradezco su ánimo para progresar en mis futuras lecturas, como agradezco a Javier su consejo técnico para limar la rebaba de algunos poemas. 


Después les leí un poema de Luis Cernuda, “He venido par ver” y esta vez lo hice con más pausas, la audiencia lo agradeció. Le llega el turno a Rocío y comienza a leernos la historia de “El Nene”, un maravilloso niño lleno de fantasía, que se hace amigo de ella y la elige como destinataria de toda su fértil imaginación, repleta de piratas, ladrones, villanos y héroes. Ella siempre escuchaba absorta y fascinada sus historias, hasta que una tarde, a la hora de siempre, el Nene no apareció. Tras acabar su lectura, la flota Rascamán debatía con Rocío sobre el trágico final de su protagonista. A continuación, Carmen Padín se hizo la mar. Expectantes, escuchamos su poema, “Cristalino”. En él, para mi regocijo, el azul vuelve a invadirnos. “Desperté una mañana y todo era azul” nos dijo Carmen. Era niña de sus ojos, la que habitaba en su corazón. La transportaba como un barquito de papel por la corriente del amor…En silencio, los rascamanes nos dejamos mecer por aquellas olas tan dulces. En el suave mar de la tertulia, Aure hizo su aparición. En sus poemas,”Retorno” y “El Deseado” él se pregunta que ¿con qué disfraz vendrá? En otro de sus poemas, “Olvido” afirmó” soy el olvidado De Dios y seré también tu olvido”. Ni que decir tiene que, a todos nos dio por reflexionar con aquellos versos tan descarnados. 


La siguiente compañera en intervenir fue Ana Gonz. Situada enfrente de mí, nos recitó poema de Joan Margarit. En él, el poeta nos dice que no tiremos las cartas de amor, ya que serán nuestra última literatura. En otro poema, “ Nuestro Tiempo” nos cuenta algo muy bonito sobre “las luces de nuestra juventud”. Gracias Ana. A continuación, a mi babor, fue Cinta quien se puso a navegar por las serenas aguas de la tertulia. Se echó a la mar recordando su último viaje , “Soñar en Tarraco”. Un sueño con una golondrina y un gladiador de afilado cuchillo, con corazón doliente que no puede escapar…Tras su lectura, los contertulios opinan sobre otro final para el poema: “De ese laberinto cerrado la soñadora no puede escapar”, una crítica que a Cinta parece gustarle. Tras su intervención ya no me dio tiempo para más, por lo que tuve que dejar la bitácora en las manos de Javier, la participación de Paloma y otra compañera más. Mis disculpas a las dos.


Manuel Sánchez
31 de marzo de 2023










Recojo la bitácora de manos de Manuel. Tres compañeros quedan por leer: Paloma Sánchez, María Jesús Briones y Luis Espinosa. Tres últimos navegantes y sus tres singalduras que paso a relatar. Paloma Sánchez nos cuenta que cuando levantó la tapa voló parte de mi padre. En Tánger salió a correr con el premiado y que detuvo un tren. Y termina afirmando que en La Habana no le quiso dar los antibióticos que necesitaba. Un texto que es casi denuncia y una forma de soltar lastre para navegar más ligero.
María Jesús alza sus notas ante la marinería y declara que serán dos cositas rápidas. "Fábrica de muñecos", entregan el último cheque, muñecos perfectos, salvo uno. Devolverá el salario de nueve meses. Juego de adultos. Y "Alquimia 2023", todos murieron con un resplandor áureo en la boca. María Jesús denuncia también con sus micros: compras de bebés... no se puede comer el oro.
Cierra Luis con un relato oceánico, muy propio del lugar en el que estamos, mientras, nuestro barco se desliza suavemente sobre la espuma de las olas. Habíamos esado bebiendo ron jamaicano. Cinco años en el ballenero. Ser primer arponero. Un católico irlandés como yo, Jimmy O'Hara. 1894, buen año para la captura de ballenas en el Ártico. Una cruz celta, huesos y colmillos en el cuello de los marineros. El noruego, Sven Larsen el mejor arponero. La voz de la madre: no matarás...

La voz épica de Luis nos ha transportado a otra época y nos ha dejado impactados.

El barco "Rascamán" se pierde en el horizonte, mientras los navegantes dan por terminada la reunión y marchan felices a sus camarotes a descansar, esperando la siguiente jornada.



Javier Díaz Gil
5 de abril de 2023
















BITACORA DE AUSENCIA

El día cuando volví a mis “rascamanes”

¿Que no he vuelto todavía, que lo deje para después de que ocurra? Cómo que después, si es ahora cuando veo a mí querido Aure cómo coge una de sus flores prensadas, guarda algo de perfume antiguo en su saliva deseosa, cuando...

¿El qué? ¿Qué es mi imaginación, que nada es real?

No es verdad porque la campanilla rompe a reír y Javier cuenta algo sobre Iguazú y sus reflejos incrustados en el portal del alma, Juan Calderón canta una canción a la que todas las mujeres rascamán y otras miles se unen, Alma muy callada se pregunta cómo es morir en Iguazú porque aquí en Madrid  el Signo del Agua riega las azucenas, Rocío se ríe como una niña que aparece de otra realidad, de otro continente, de otro siglo incluso, y hace una corta pausa para descansar en uno de los fantásticos relatos de Carmen Padín. Juan Antonio es el único que puede poner una ley favorable en medio y hacer un poema. 

Aquí hay un poco de duda, Celia seguro que lo hace magistral, también Joselyn, dos de nuestras bellas y jóvenes poetas. No sé elegir entre la sabiduría y la juventud llena de talento, así que me quedo con todo y muy contenta. Oh, está aquí nuestro León que nos confunde con la jungla (verde, pastosa, asombrosa) y ruge una canción cansada pensando en María Callas y su energía. Le acompaña Omega desde Alaquás con un violín hecho soneto y con su cara de luna llena. José Antonio tan absuelto en una conversación privada con Matilde no quiere saber nada más y en sus ojos arde un imperio de bondad. Juan Bautista extiende su generosa mano y ofrece todos sus sueños de La Habana, con rugido, con todo. María Juristo junto a Anagonz cuentan cada movimiento, cada sonrisa, cada verso escondido tras una ojeada y dan nombre nuevo a lo que el ojo crítico encuentra, Juan Manuel se sienta melancólico y tranquilo en una silla que le abraza largamente. En el mismo silencio se queda José María, mientras bajo su delicada piel salta alegre la poesía. David desde su rincón más intimo e improvisado, nos lee el pensamiento de cada uno, se ríe y nos quiere hasta la luna. Isabel deshoja rosas y cuenta la esplendida caída de cada pétalo. Bendice el Universo y nos lo regala. Eugenia, desde la distancia del viento vivo, envía beso tras beso y palabras inauditas (para ella, Dios ha inventado un lenguaje especial, aunque nadie lo conoce, todos lo entienden).Y un montón de otra gente querida rodea las ventanas y piden entrada para presentar el futuro del mundo en pantallas personificadas. Y veo a Feli, Andrés, Paloma, Carlos, Susana, Aurora, Juan Pulgar, Chelo y tantos que conozco; menos mal que al desmayarme por sorpresa, mi querido Alberto tenia preparados para recibirme sus brazos tan generosos y llenos de amor, y los juro que no hay nada igual. Me falta Montse, pero sé que desde muy dentro de mi corazón me sonríe. Dios mío, me voy... y como últimamente todo el mundo se va a Mutua yo no voy a unirme a los caídos en pecado, cogeré mi moto imaginaria y me iré en dirección contraria, ya que sobre mi cama llueve con estrellas.

Dios me hizo este favor, el favor de dormir entre estrellas siempre, fuera de los silenciados. 



Mariana Feride Moisoiu
29 de marzo de 2023

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