1. Alberto Ramos Díaz:
A ver, le cuento. Que yo estaba tan tranquilo viendo la tele, y como no me gustaba nada me puse a zapear. Y oiga, que de pronto se aparece un señor con pinta de intelectual, que dijo llamarse León y ser de Albacete, y que recitó dos sonetos: Avicena y Diana, que me encandilaron. Al momento empezó a hablar una tal Carmen, con un acento que es música, y que me metió en la historia de un mercado mexicano que olía rico rico. Detrás de ella, una chica muy mona que se llamaba Celia, y que me devolvió, a golpe de versos, a la ciudad tremenda después de unas vacaciones felices. Y llegó un señor que se llamaba Aureliano y leyó un poema titulado Banco en el que le ponía de vuelta y media a uno de los empleados, y con razón de nicho. Y José Antonio, que me trajo a una Matilde de la que quiero saber más cosas. Mira que escribe bien este José Antonio. Luego había un señor en plena mudanza que sacó tiempo para leer un poema de felicitación a una tal Teresa. Y más tarde un tal Juan Calderón, o Joan Calderó, que no me quedó claro, con un poema que hablaba de un suave ladrido, y que se lo pidieron para un libro del Aureliano de antes. Y aparecieron entonces los labios rojos de CintaRosa, y su historia del chófer Félix viajando en su Hispano Suiza, segunda parte, que te deja con ganas de saber de la tercera. Igual que Juan Bautista, insisto, bautista que no autista, que me dejó impresionado con Un crisantemo Blanco. Luego salió uno que parecía el jefe, un tal Javier, que por prudente no leyó nada suyo, pero que habló de un tal Mario Obrero, un niño raro que no tiene 20 años y que escribe como si tuviera 80. Y Alberto, muy majo el chaval, no se puede decir otra cosa, que contó una historia de una mujer empeñada en quedar siempre por encima de los demás. Omega se hizo un omega, es decir llegó, sonrió, escuchó, opinó, pero no leyó nada. Algo que solucionó Lurdes, sin la letra o del nombre, que se guisó un repollo que te llevaba a Saturno sin pasar por Marte. El penúltimo en salir fue Juan Manuel, que dijo no traer nada porque no tenía condición. Y todo terminó con Rocío, que empezó una historia que pasaba por la Pastillas Bambú, y que daba gloria oírla. Bueno, de esta Rocío tengo que decir que tiene una lamparita muy bonita encima de un mueblecito, que no sé porque me da que se la acabará regalando a alguien. Y eso fue lo que vi. Y no me quedé viendo más porque empezaban las noticias, el parte, el informativo o el telediario, o como usted quiera llamarlo, pero, que si hubiera seguido saliendo gente, ahí que me tiene usted.
Alberto Ramos Díaz
29 de octubre de 2020
2. Carmen Padín:
DE MIDAS, MODOS Y MUDANZAS
Los rascamanes se han quedado sin casa. Juan Antonio desempaca rodeado de cajas de cartón y los demás nos apañamos para caber en un cuadrito del Zoom. Dos ocupas, Aure y José León lo hacen ver aún más apiñado. Ya todos en sus sillas, menos el gato, que decidió abandonar la escena, habitamos el mismo espacio, al menos por unas horas.
Baile de máscaras, que no de mascarillas, León Cano nos anuncia el título de su próximo libro donde reúne poemas sobre distintos personajes históricos y algunos histéricos(as) que le han dejado huella. Su oximorón: tener la libertad como cadena se eslabona en nuestra memoria.
Carmen se va de compras al mercado de Toluca para ofrecer una celebración digital en espera del momento en que podamos compartir una de verdad. Me dijo, que cuando se pueda, promete una comida mexicana.
Celia, escribe sus poemas con un bisturí profundo, esos que solo dejan las palabras precisas para decir mucho. Siente regresar a la ciudad después de un verano perfecto. Sabe que estuvo en el paraíso y que los recuerdos suelen endurecerse como el pan.
Aure, como Lurdes, quita letras a su nombre afrancesándolo primero, traduciéndolo después y el resultado es oro puro.
Un poema de verdad, donde hasta la muerte es mercancía.. Nos canta en francés y de pie, tal cual se debe. Inspirado en la irrupción de Rimbaud en la cama de Verlaine y Mathilde… LA LA LA LA PETITE EPOUSE LA LA LA…
Una Matilde diferente pero inspiradora también. José Antonio y sus ahoramismos nos hacen reflexionar en estos tiempos de whatsapps. A pesar de que nos dice que los mensajes no saben manejarse con el tiempo. Son efímeros y, sin embargo, algunos dejan huella.
Juan Antonio navega por el mar y escribe un poema a una mujer, Teresa y sus 60 otoños. ¡Qué suerte la de Teresa y la de todos quienes tenemos amigos poetas!
Juan Calderón o Joan Calderó. Sí, señores y señoras, es el mismo, pero resulta que una biblioteca en Barcelona pide sus libros a destajo. Felicidades, mi querido Joan, digo Juan.
Anhelar ver surgir a Canelo de entre la hierba y murmurarle a la oreja: la luz nos espera donde se acaba el camino, es sublime. Otra frase que se ancla en las neuronas de los rascamanes…y te lleva por más de un sendero.
Javier nos tiene a régimen, no nos alimenta con su poesía. Se nos enflaquece el alma. Lee a un joven genio de la poesía, Mario Obrero, sin duda madurará y nos sorprenderá aún más. Yo, por lo pronto, espero ver servida la mesa con los frutos de Javier Díaz Gil.
Cinta Rosa continúa su historia internacional y empieza a calar el ambiente de misterio que trae la luna de octubre. ¿Quién es en realidad esa mujer elegante y dónde diablos quedó el hispanosuiza? Lo sabremos la próxima semana, nos dice Cinta con mirada pícara.
Sí, noche de terror en La Habana. Un crisantemo blanco aparece revelando una faceta policíaca que no conocíamos en Producciones Raña. Nos ha dejado con la boca abierta y esperando que la semana pase pronto para seguir oyéndolo.
Dos propuestas:
Propuesta 1.- Un podcast al cual la gente se suscribe para escuchar los capítulos de…
Propuesta 2.- Un crisantemo blanco en la Habana. Título de la novela
Yo la escucharía feliz, solo hay que ponerle algunos sonidos ambientales y música, como era antes en la radio. ¡Éxito seguro!
Rocío guarda su corazón en un enebro, no sabemos si entre los frutos azules o las hojas espinosas (no es lo mismo) y continúa con las apariciones. ¿Es el ordenanza un fantasma o un ser atrapado en una arquitectura de laberintos verticales, rincones palaciegos y libros viejos? On verra …como diría Aure.
Hummmmm quiero más.
En este juego entre narradores y poetas no podrán negar que hoy, miércoles 29 de octubre de 2020, los narradores hicimos un buen trabajo. Algunas veces quedamos tablas, otras, anotan los poetas, pero hoy las musas favorecieron a los prosistas.
Alberto: Ella, a quien siempre le gustó estar por encima de los demás, acabó, como los cangrejos, durmiendo el sueño eterno por debajo del nivel del mar. Fantástico.
Omega calla y nos promete algo para el siguiente aquelarre, si la simpatía del diablo nos lo permite.
Lurdes sin la O le digo a mi ordenador que me lo marca como un error. Todo es culpa del repollo, le insisto, pero lo sigue subrayando en rojo. Lo mando a Saturno a freír espárragos mientras yo decido ir a Marte con cuaderno y lápiz bajo el brazo, así podré escribir como a mí se me dé la gana.
Pd. Le haré una cita a Lurdes con la enfermera de nuestro psiquiátrico para que le explique que en Rascamán escribimos de, con y a pesar de nuestras locuras.
¡Un poco de miel, por favor! Juan Manuel y sus abejas colmeneras nos dejan un dulce sabor rascamanero.
Á la prochaine, mes chers amis!!
Carmen Padín
30 de octubre de 2020
3. Celia Cañadas:
Galopaba el 28 del corriente por la estepa cibernética cuando ante mí se me ofrecía la tarde anchurosa y gris como una inmensa promesa. Reparé en que era festivo, miércoles, para ser exactos, venturoso miércoles de guardar. Comoquiera que mi labor parecía cumplida y mis convivientes me mostraban su habitual interesado desinterés y a qué negarlo, desde niño me ha gustado meterme en disputas y más si son de las de metal y mucho ruido, me decidí a mostrar mi aviesa sonrisa a los presentes.
Soy, por encima de todo, hombre de palabra, pero más aún, de acción. Así, en mitad de la refriega, me vi obligado a abandonar el lugar, por lo que solo puedo aquí referir unas breves impresiones.
Comenzara el lance un caballero, León. Blandía su "Baile de máscaras", recopilación de sonetos, afilados, certeros, amorosos, leoninos.
A su lado, una dama, Carmen Padín, de gracioso acento y hermosa figura, leyó un retazo en prosa, ambientado en su tierra, Méjico. Formidable viaje a la sonoridad y riqueza invicta de la lengua castellana. Me sedujo incluso su introducción, de la que guardé esta frase, celadamente la acaricio : "¿el alimento va directo al estómago o pasa primero por el alma?". Sus "Amantes rojos" verán la luz, a buen seguro, pronto y entonces, ¡ay, entonces!, yo, al menos, podré decir que asistí al prodigio.
El árbitro del duelo, don Javier Díaz Gil, tuvo a bien dar paso al que esto escribe. Como hombre de acción, hago mucho y escribo poco, de modo que recurrí a mi reciente pasado. De la serie ,Volver a la ciudad, leí tres poemas de los diez que la componen.
Como vivo a muerte, así escribo y sin remedio:
"Volver a la ciudad (II)"
Uno debe perder un tiempo
en estas cosas:
difícilmente el ojo alcanzará
a recordar su cuerpo cambiante
[...]
Será por eso que tomas
mínimas muestras del misterio:
pulidos tesoros
para aliviar el naufragio
allá,
tierra adentro,
expulsado de lo escurridizo y vibrante
de la vida.
La vida y la muerte se abrazan a menudo en las casas de usura. Tal es el caso que refirió el siguiente duelista, Aureliano Cañadas. ¡Voto a dios que espanta esa bajeza!, pero ¿qué se puede esperar de un esbirro delegado del mal por muy alcarreños que sean sus orígenes?
En ese punto del encuentro, impelido por la oprobiosa escena, lo abandoné el entretenido para dar su merecido al secuaz usurero. Y aún ando en su busca, pero no pasarán muchos días sin que os muestre, amigos, su corazón (que no su cabeza, nunca la tuvo) tocado por mi acero.
Fdo: Caballero de la triste figura
En Madrid, 30 de octubre 1606
Celia Cañadas
31 de octubre de 2020
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