JUNIO 24 2020
PSIQUIÁTRICO
CO-ZOOM 14
Raiders on the
Storm. Jim Morrison
Debo preguntar al
doctor los síntomas del desconfinamiento. Ya era usual estar en el
encierro, jinetes enclaustrados cabalgando la tormenta. Ahora, nos
amenazan con una nueva normalidad. ¿Acaso existe lo normal? Los pacientes
muestran síntomas de desubicación laboral, incluso emocional, de cansancio por
una rutina que ni se sale de cauce ni lo vuelve a tomar. Incluso hay un caso de
sobredosis de correos amables, parecerían inocuos, pero no lo son.
Iñaki se pone las
gafas, se lanza al ruedo. Casimiro, el galgo del garrote vil; feo y flaco, pero
con lo suyo bien puesto y dispuesto, Eligia, también presta. Un cuento, que no
exactamente para niños. Novios fogosos envidiados por un cura que logra meter
su cuchara en la luna de miel de la pareja. Mal tercio. ¿Acaso no siempre ha
hecho mal tercio la Iglesia en asuntos de sábanas?
Mojito y whisky al
despacho a ritmo de danzón. Las noches en el Tropicana están a puntito de
concluir, nos dice Juan B. Nos hacemos los sordos. No queremos que
terminen. Auguro síndrome de abstinencia habanera en varios de los pacientes.
Me incluyo. Pituquina, mujer de porcelana fina, se envalentona frente al
mafioso Lansky. ¿La tentará con su ofrecimiento generoso o seguirá ella su
impulso de alma justiciera? Cierta tristeza en el autor me preocupa. ¿Serán
huecos en su mapa, zonas libres, los fosos o los puentes? Javier apunta que hay
varios osos en el relato. Lapsus calami perdonable tras el
encierro, cuando el inconsciente nos pide a gritos abrazos sabrosos de osos no
cautelosos. Aclaración: Ricky y Nicanor son uno mismo.
Matilde no quiso
venir. ¿Habrá tenido que volver al trabajo? José Antonio se luce con
doble par de zapatos en blanco y negro, de suma cero. Saqué la calculadora, lo
multipliqué por los besos soñados en la noche de San Juan, le resté algunas
pesadillas y el resultado me dio diez. Le diré al doctor que en las recetas de
abrazos incluya a J. Antonio y a Matilde, por si acaso.
Hay de todo en la
viña del Señor, por no decir en este psiquiátrico. A Cinta le ha sentado
de maravilla el confinamiento. Un caso peculiar. Se ve más guapa y su
producción no ha sufrido mella, está lista para publicar un nuevo poemario y
las sonrisas le brotan por los poros, con nuevos labios, nuevos besos. Atrás
dejó (aunque hoy la trajo a consulta) a esa mujer dormida que extendía su
pelambrera verde bajo el ardiente color de la granada.
Por los recuadros
del consultorio se asoman Almudena, Celia y David.
Juan C confiesa no traer
nada nuevo. Sólo un divertimento de años atrás: El fantasma principiante,
aprendiz de espectro, su voz de soprano no lo ayuda a la hora de asustar a los
vivos. En vez de dar miedo da pena, el pobre mancebo; hasta que una noche, de
su ahora ronco pecho, sale la nota deseada. Todo es cuestión de practicar. La
chistera del mago…vengativo. Para ser niño hay que creer en la magia,
pregúntale a Juan Listín que les pasa a los incrédulos. Piluca contrata al
fantasma y al mago para sus sesiones de cuenta/cuentos. Empoderado, Juan
C, saca de la chistera una historia de amor. Una pájara que se da a
desear y un loro francés. Después de varios gorgojeos, algunos aleteos y
más de un picotazo, nacen los loritos verdes y amarillos. Dice que tiene una
versión para niños. Piluca responde que tendrá que pasar censura.
Los divertimentos
han hecho reír a Isa PR. Sus ácaros siguen serios. Temerosos de ser
abandonados, de intentar salir de los vestidos del armario, de quedarse
sin una piel, sin siquiera un rastro de ADN entre la pagina 52/53 de un libro
marcado por la hoja de castaño. Una mariposa clavada en la pared con un alfiler
me distrae y no anoto el nombre del segundo poema, uno del montón, nos comenta
(imagino tantos versos como ácaros en su habitación) la muerte acechando
nuestras jaulas de huesos.
Anoto otra
pregunta para el doctor. ¿Por qué los más viejos recurren a la vida y a los
jóvenes les atrae tanto la muerte y el desamor? No me digan que es porque la
tenemos más cerca. Mi hermano murió a los 29. ¿Será cuestión
generacional? Si hago memoria, en los 70´s se gritaba a todo pulmón paz, amor
y flores en el pelo. ¿En qué momento nos entró la duda? Algo se me pasa de
lo que pasa.
Celia entra y sale del
escenario. Fotografiada con boa de plumas. Da y toma clases. Tortazo. Nos
quedamos sin su Rutina de belleza. Voces misteriosas atraviesan la membrana
digital. Nos deja Interruptus. Contratiempos. A veces el caos nos
alcanza.
Omega ha traído una
cosita. Resulta ser lacerante. El alma también sufre de ictus. Por fortuna, la
hemorragia se detiene, el espíritu logra levantar el vuelo sobre los abismos
y recobramos el aliento.
Nos
recomienda dos libros que hacen que mis flores en el pelo rueden por el suelo.
Muerte a los 27. ¿Se refiere a Jim Morrison que muere a los 27 de un paro
cardíaco por sobredosis, enterrado en el Cementerio de Père Lachaise en París?
De seguro las tertulias ahí son fantásticas.
Poemas de Felix
Fco. Casanova, otro setentero que decidió que 20 años era buen momento para
morir con calcetines de colores en los pies y un disco de rock´n roll en las
manos.
Carmen P dice no creer en
el azar, las casualidades ni en los eventos aleatorios, pero sí en la entropía
y la tercera ley de la termodinámica. No le creo del todo, a veces las cosas se
resuelven haciendo volar una moneda.
Juan B se va. Es
su santo. Más de él que de los otros Juanes, no todos son bautistas.
Almudena queda atrapada por
la saga cubana y eso que Pituquina se puso seria, que la Tirabesitos, la
Bimbambú y la Pepinos estaban de homeoffice y no pudieron llegar. ¡Ya te cuento
yo!
¡Ay! cómo
extrañamos las historias de Rocío. Propongo enviar un amable correo a su
jefe para que la exente de escribir gentilezas. Por favor firma esta petición
al final de la bitácora. Tu apoyo es vital para la salud mental de los
Rascamanes.
#NoMásEmailsAmables
#RocíoRascamaneraLibre
¡David está vivo y recién
peluqueado! Trabaja más cerca el mar Mediterráneo que del Mar de Cristal. Lo
podrá sentir lejano, pero estar en un mar de cristal puede ser atrayente para
sus musas. Habrá que esperar. La próxima sesión empezará por el principio, por decir:
Hola, soy David y soy escritor. El resto vendrá solo.
Javier se mira al
espejo. La cuarentena lo ha dejado un poco paranoico, piensa que cada vez que
ve su reflejo, algo de él se queda en el pulido cristal. Incluso
desconfía de los charcos que deja la lluvia. Y es que siempre hay algo que se
escapa al mirarnos. ¿Cómo identificar los deseos en el espejo? Mi sospecha es
que el boss puede atraversarlos. Los charcos y los espejos, el
inmenso mar hasta llegar a Chile. No es la primera vez que lo digo.
La junta
de médicos ha decidido sacar a los pacientes del psiquiátrico, llevarlos a
tomar el verde fresco o el calor granada, según diga el técnico
climatológico. Tú sabes, por aquello de la vitamina D, la falta de aire y el
cariño azucarado a cucharadas que recomendó el cardiólogo. Se acaba el Zoom.
Nos invade la nostalgia digital, revuelo por vernos pronto de cuerpo presente y
libres de bozal. Llevaré cuaderno y lápiz. El médico me recomienda una
camisa de fuerza, por si acaso. No será necesario, tampoco el libro de recetas.
Mejor un tinto de verano, una caña que un lexotán.
P.D.: Javier, me pide el doctor
agradecerte el haber convencido a los pacientes de los efectos
positivos de las terapias de ZOOM, a todos aquellos que hicieron sus
deberes y a los que apoyaron con sus participaciones durante el
aislamiento. Es verdad que la soledad fue menor. Dice que, por favor, lo incluyas
en la bitácora. Gracias!!
28 de junio de 2020
Fragmento de la Tertulia Zoom de hoy (intervención de Javier Díaz Gil):
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