20 de febrero, San Eleuterio de Tournai...
El 20 de febrero se celebra la
onomástica de San Eleuterio de Tournai, el primer obispo de la ciudad belga
situada en la región valona. Antes de ser obispo, el santo, fue cortesano y por
tanto amante de la cultura. No sé si es casualidad pero hoy, la reunión semanal
de la tertulia se ha caracterizado por la buena poesía y la excelsa narrativa
(lo siento, no puedo ser imparcial).
La tarde comenzó con la presentación
de dos integrantes nuevas, por lo menos para mí, Carmen y Senta. La primera nos
llega desde México, de la mano de León; la segunda, amiga de Aure. El inicio de
la sesión estuvo a cargo de Mariana; como ya es costumbre, las musas, a las cuales tienen muy bien ataditas
en su casa de Villa del Prado, pusieron sus manos sobre ella durante el fin de
semana y “sólo” pudo escribir una
docenita de poemas; de ellos, nos regaló “En la roca fluida del viento”,
“Domingo en la calle” y “La franja del silencio”. A continuación, tocó el turno
a León. No sabemos si porque Mariana le prestó una de sus musas o por
intercesión de León de Catania (del que también se celebra su onomástica el 20
de febrero) el caballero de Albacete nos dio la feliz noticia del nacimiento de
un nuevo poemario: Pasaje a Citerea, en el que los sonetos, son protagonistas. Adelantó
dos de ellos, “José I requiebra a una criada” y “Mesmer se introduce en la cuba
magnética con una doncella”, ambos con un lenguaje erótico muy sutil. Por su
primer poema nos enteramos sw que José I era mujerciego, sí, sí, como lo están
leyendo, mujerciego, no mujeriego (mira que me ha costado escribirlo, el
autocorrector de Word no perdona). Después de la explicación del significado
del término, muchos de los presentes pensaban que también lo eran…. si,
mujerciegos, los delataba la cara.
Juan Antonio leyó “Palazuelos sin
niños” inspirado en un pequeño pueblo deshabitado de Guadalajara y que dedicó a
nuestro compañero Aure. Juan Manuel
trajo un poema de hace años, inspirado en la caída de Nicolae Ceausescu; como
no podía ser de otra forma el título era “Rumania”; su lectura fue acompañada
por la llegada silenciosa de Aure quien, sin hacerse notar, comenzó a firmar
ejemplares de su último y precioso libro: “Laberinto”. La beata Jacinta Marto (supongo
que os podréis imaginar cuándo es su onomástica)
trataba de llevar nuestros pensamientos a Fátima pero el descarado Nicanor
Candela, a través de mi propia voz, lo impidió. El cubano sigue persiguiendo su
sueño, aunque parece que la mafia y el general Batista tratan de que no lo
alcance. Después de llevar nuestra imaginación a La Habana y sus alrededores,
Juan Calderón nos condujo al mundo terrenal, al del pecado (¡cómo estarían San
Eleuterio, San León y la beata!); el pornoema de hoy, “La mujer fruta”, nos
dejó claro que la fruta carnal cuanto más fresca esté, mejor sobre todo si se
come en el mismo árbol, como describió el pornoeta.
El turno siguiente fue para José
Antonio quien, con “Parir a Marilú”, dejó claro su “deformación profesional”: el mundo tecnológico. Entre tantas personas “de Letras”, viene bien, de vez en cuando, poner los pies en el
suelo, y ser conscientes de lo que puede llegar a ser la tecnología si sigue
creciendo desmesuradamente. JaviBoss, fiel a su costumbre, nos trajo dos
poemas: uno suyo, “Buster Keaton” (el mejor era Stan Laurel) y otro de Fernando
López Guisado dedicado a sus hijos.
El siguiente en salir a la palestra
fue Alberto. Su relato, a ritmo de endecasílabos, “El hombre vencido por un
tango” provocó las risas y los aplausos de los rascamaneros; en mi opinión,
casi todos los asistentes (los del lado oscuro claro, los poetas) querían ser
Baldomer. Por cierto, aprovecho la ocasión, para recordar al señor Alberto que coquetear
con el mundo de la poesía puede ser peligroso y adictivo… ¡así que, cuidadín,
ehhh! No queremos perder a uno de los últimos mohicanos de la narrativa. Llegó
el turno de Rocío, quien nos predispuso hacia su relato. Creo, mi querida Rocío,
que “No es Justo” que lo hicieras; tu historia, tan lírica primero y narrativa
después, es preciosa…. Aunque hubo un sector (entre los que me cuento) que
piensan que podrías darle una vuelta más mediante un giro inesperado (vale,
aceptamos no quemar los libros). Después de detenerme a pensar un poco, (sí, a
veces también tengo ese defecto) hasta podría decir que el relato es
autobiográfico, ese amor por los libros te delata.
Una de nuestras últimas
incorporaciones, Senta, tuvo que irse; quiero creer que fue por la visita al
dentista anterior a la sesión y no por lo que estaba viendo y escuchando. Nos
dejó un poema corto y muy intenso “La Demencia”. A continuación la historia se
hizo presente mediante la intervención de Cinta. San Serapión hubiese querido
que nuestra compañera onubense hiciese su investigación en la majestuosa
biblioteca de su ciudad, Alejandría, pero, lamentablemente, Cinta tuvo que
buscarse otras fuentes. Ella, en un tono muy apasionado, nos dio pinceladas
sobre la vida de Francisco de Miranda, después de leernos un poema titulado
“Prepotencia”. El siguiente turno era para David, quien, como las últimas
veces, no trajo nada; eso sí, gracias a los ruegos de Alberto logramos su
compromiso de que la próxima vez leerá algún episodio de su última novela.
Alma era la siguiente pero ante la
insistencia de Aure por irse, cedió su turno; nuestro querido almeriense, nos
leyó dos poemas: uno inédito, “Puentes” y otro de su laureado libro Doble Vida,
titulado “La Batalla del Olvido”. También nos dio la noticia que alguien, en un
periódico de tirada nacional y muy poco objetivo, vamos como toda la prensa
española hoy en día, consideraba a Ruiz Gallardón como el mejor político de la
historia actual. El impacto fue tal que hasta la Beata Julia Rodzinska dejó de hacer sus oraciones. Lamentablemente
la espalda de Alma no pudo esperar más, tuvo que irse sin leernos alguno de sus
poemas. Ana, nuestra gallegüiña, no
trajo nada suyo, aunque quiso saber la opinión del grupo sobre las novelas del
ganador del último premio Nadal, el argentino Guillermo Martínez. En general, a
pesar del galardón, las opiniones de los rascamanes no fueron positivas.
Finalmente, María Jesús nos regaló su último relato corto “Selene”, dedicado al
color rojo y todas sus tonalidades.
Cuando pensábamos que nos íbamos a ir
de rositas, Javier pronunció la palabra que todos estábamos temiendo: GUANTES.
Tan pronto lo hizo, San Euquerio de Orleáns comenzó a ponerse los suyos. El
jefe nos recordó que debemos enviarle una foto (no aclaró si vestido o desnudo,
por lo menos a mí me quedó la duda) y tres líneas de nuestra biografía. La
exposición se acerca y no quiere dejarlo para última hora, nos conoce… somos
poetas, escritores, en fin, casi todos un poco desorganizados, seguramente.
Así, con la bendición de San
Tirinión, nos levantamos y nos fuimos contentos y felices por haber pasado una
buena tarde literaria en la grata compañía de nuestros queridos rascamaneros.
PD: Si sabéis de algún santo cuya onomástica coincida con el
20 de febrero y no lo haya mencionado, pedidle que me perdone; mejor dicho no
lo hagáis, él sabe que no lo hice con mala intención.
Juan Bautista Raña Domínguez
22 de febrero
2019
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