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jueves, 8 de febrero de 2018

11ª Jornada/XI año: Miércoles, 31 de enero de 2018

Liquidado el primer mes del año 2018...


Treinta y uno de enero y liquidado el primer mes del año 2018; no es que tenga afán liquidador, pero me da tanto morbo pasar de una cosa a otra. Ay, qué cosa, cosa nueva. 

Y en este ahorapuesto rascamanero, por nueva, estoy toma que toma nota, aunque sin mucho afán, pues si escribo no escucho,  y si escucho no escribo, por lo que pido disculpas por las posibles erratas u omisiones. Lo que no conste es porque me lo he bebido a sentidos llenos.

Abre la sesión Javier, que agradece la asistencia de los compañeros a la presentación de su poemario Regresar a Chile, y yo,  glub. Hay próximas presentaciones. Isabel sugiere presentación en Veterinarios, que espero poder asistir.

Comienza José León, que lleva un prendido de tres colores en su camisa que, prendada, quedo de él. Lee un poema de su libro La inteligencia azul de los delfines, Minaretes e inciensos, tan evocadores que  trasladan con este Niño pecho de azúcar,  que en Hispania ha muerto esta mañana. Me deja noqueada.

Paréntesis para los deberes rascamaneros: quienes vayamos a intervenir en el recital de Veterinarios, enviemos reseña breve y pensemos qué vamos a llevar.

Isabel pasa a leer su poema Declive, breve e intenso. Se le sugiere cambio de orden en versos. Su relato Encuentro, donde Carmen descubre a un tal Juan, que sabe muchas cosas sobre ella.

Paco Fenoy y su noveno cuento sobre guantes, con el que cierra la serie: Guante de ceniza. Una cueva que brama, el agua brilla y un guante desmesurado que al tocarlo, se descompone, pues es de ceniza. Hecha alguna corrección, lo lee de nuevo Rocío. Yo hasta toso con el hollín.

Rocío que no ha traído ningún trabajo por haber estado de viaje por Dublín, donde dice tomó algún café irlandés y ninguna Guineess. Y se dejó envolver por el ambiente literario de esta ciudad, que seguro da para varios relatos.

María con el poema Como no, precioso, preciso y limpio. Y un decálogo con frases de Borges. Comienzos barrocos que se depuran con los años, rasgos circunstanciales exigidos por el lector. En fin, Borges.

Juan Antonio con el poema Vendimia que ya trajera la anterior semana, y ahora trae ya corregido. Dedicado a un amigo jubilado en Pesquera de Duero y lee Juan Calderón. Y un relato para la colección Guantes, El Traje, traje como guante, que todos ven en su protagonista, menos ella.

Iñaki,  con Historias optalidonómicas. Mujeres más que al borde de un ataque de nervios, mujeres maltratadas, ignoradas, vilipendiadas, que por medio de este analgésico se transforman y creen que así, escapan de una vida anodina.

Juan Bautista, relato: Compañero de Viaje, un diálogo entre Rucio y Rocinante, sus observaciones desde cuatro patas, cuando sus amos descansan.

Juan Calderón con un hermoso poema, premiado en un certamen poético, La llaga. Evocación a jazmín, la Paz cuando se marcha. El refugiado desasistido.

Se rompe toda la magia cuando Javier comenta que a partir del quinto libro publicado,  se pasa a régimen de Autónomos.

Retomamos el encanto con Cinta y su poema La guitarra, su voz y sus emociones. El puente, despedida, inspirado en un poema de Isabel.

Y de ahí se deriva –no sé a cuento de qué- a cuando Ava Gardner en la noche madrileña cogió un taxi, que conducía El Fary, que la tiró los tejos, y a partir de ahí, cada vez que venía a nuestra ciudad, viajaba en metro. Y otra disgresión hacia Isabel II y su canal, tan visitado.

Retomamos, Alberto y su relato 100 Rosarios, de cuentas y gotas de brandy, breve y conciso. Bonito.  Y nueva dispersión hacia la Optalidona de Iñaki.

Javier y La Poesía nos salva (de los) cementerios, elefantes y avisperos. La fuerza de un verso.
Y lee también un poema de García Montero, La Fiesta, laaargo y que no llega.

Carlos G. con su poema Atacama, luces en las que hay que adentrarse. Y un poema en romance, Guantes negros, para la colección de guantes, extraído del cuento, La dama de la rosa blanca.

Celia, con unos poemas para Ciencia, Poesía y Mujer. Caligrafía de la vida y  la Homeóstasis, publicados en la revista Principia. Luego habló de la Poesía de Susana Barragués de su libro "La perla de la poesía" que parte de la explosión de vida en el período Cámbrico.

Anagonz, poema Orillas, el Mar, refugiados, sueños. En castellano y gallego. Hoy los refugiados, tan presentes.

Ah, loca por irme –esto de hablar en público no me gusta nada- me olvidaba de Carmen, un poema para la colección Guantes, Tiempo de subastas, y otro, Ilusión, débil y dubitativo.

Cerramos la sesión rascamanera de hoy y nos fundimos con la oscuridad, de la oscura noche de boina, entre bocinas y bicicletas arriesgadas.


Carmen Paredes
07 de febrero de 2018

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