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jueves, 1 de diciembre de 2016

9ª Jornada/X año: Miércoles, 30 de noviembre de 2016


A vuestra benignidad apelo...


En primer lugar, y antes de seguir diciendo, tengo que pedir disculpas a todo el grupo porque no estoy seguro de si lo que escriba en estas líneas sea o no adecuado a la naturaleza y forma necesarias. Confieso mi aturdimiento, en este mismo momento y mi incapacidad, aun habiendo leído algunos de vuestros escritos. A lo peor, mis notas, esas que tomé durante la tertulia, no iban en el sentido correcto. Aun así, confío en la bondad de vuestro corazón poético y me lanzo loquito al abismo, desplegando la esperanza, para que me abaje despacito y así no romperme todos los huesos. ¡Ah!, también tengo que decir que no apunté los apellidos de las personas que intervinieron. Aprenderé, os lo prometo.

Según mis notas, comenzó Javier hablándonos de la presentación de la antología “Cuaderno de Bitácora de la tertulia literaria Rascamán” en la Asociación de Escritores y Artistas Españoles, de la Calle Leganitos en Madrid, tras la que comenzarían las aportaciones literarias del resto del grupo. 

León nos deleitó con un texto que llevaba por título “Sonrisas y fantasmas”. La discusión acerca del texto estuvo muy animada. Interesante uno de los personajes, el gato Filomeno.

También nos comentó acerca de la idea de hacer un libro de relatos que podría llevar por título: “Relatos en la frontera”. Y seguidamente nos habló de la presentación en Albacete, su tierra natal, de “Tras las huellas de Al-Ándalus”

Isabel nos leyó un relato escrito algunos años atrás. Su título: “La masa”, con el que quería transmitir lo complicado que se hace para los madrileños moverse por la ciudad de Madrid durante los encuentros futbolísticos importantes. También nos leyó algunos poemas y nos informó del trabajo de su hijo, artista dedicado a la pintura. 

Cinta nos leyó algunos de sus poemas nacidos de uno de sus viajes a Huelva y nos comentó también sobre la posibilidad de hacer un poemario que recogiera sus experiencias en dicho viaje.

Aureliano nos dejó tres de sus poesías: “Los olvidados”, “Mazmorra de agua” y “Rebelión de las marionetas”

Otros poemas fueron: “Muertos”, de Juan Manuel; “Chivato”, de Juan Antonio; “Lágrimas”, de Ana y “Bioquímica al ciclo del agua”, de Andrés; un bioquímico capaz de convertir a los elementos y sus conversaciones en pura poesía; algo así como un dios ordenando el caos y haciendo de él algo bello. 

Por último, Rocío nos trajo un relato lleno de belleza con sabor a mar, “Carmiña y las gaviotas”. Muchos ecos suscitaron su lectura.

Y bien, como os dije al comienzo de éste… no se qué, os pido benevolencia ante este cajón que más que bitácora que sostiene la brújula, pareciera un cajón de desastres sin orden ni concierto. A vuestra benignidad apelo con la esperanza de no ser condenado de por vida. Ha sido un placer conoceros y embadurnarme de vuestra sabiduría. Aprenderé, os lo prometo.



Juan Larios
20 de diciembre de 2016

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