Páginas

domingo, 27 de marzo de 2016

21ª Jornada/IX año: Miércoles, 16 de marzo de 2016


MENÚ DEGUSCAMÁN


Iba yo, en mí mismado, camino de la Gran Cafetería Santander, a la habitual (para otros) hora de la merienda pero para nosotros l@s Rascamanian@s la hora del té (de la té-tulia)…

Iba pues, como veis, divagando cual diva perezosa, en torno a dos ideas que para ser hombre como yo soy, no deja de ser excepcional: una, que acudir a la Tertulia Rascamán es como ir a tu restaurante de cabecera a dejarte seducir por un menú degustación, sin idea fija de lo que te apetece comer sino dejarte llevar por aquello que te ofrecen; y otra que en este Madrid de nuestros pecados todos los peatones estamos expuestos a morir a manos de una moderna pena capital, la bici eléctrica… 

Me adentro, previo paso de avituallamiento de mi té de cebada marca Mahou, en nuestro salón a disfrutar un día más del Menú Deguscamán que tuviéramos a bien ofrecernos y en donde todos los platos que se sirven son al centro para compartir.

El entrante fue toda una sorpresa a modo de sugerencia del chef. De la mano de León disfrutamos de las maravillosas imágenes de Laura Len, “fotógrafa de la luz y de los sueños” en donde queda patente que una pareja de tres, como son la fotografía, la poesía y la música maridan como en el tute, caballo y rey de oros para cantar las cuarenta (siempre y cuando pinte en oros claro, porque si pinta en copas cantas solo veinte). Este plato, en boca de Laura, su autora, está en la línea de todo aquello en lo que es más importante sugerir que explicar, como ocurre en la poesía. Primero surge la idea-sentimiento, y de ahí la necesidad de volcarlo en una imagen para que, por fin, el espectador se sienta identificado. En esa línea los personajes de sus fotografías están de espaldas para que tengamos su misma perspectiva, siendo el espectador el co-protagonista más. El menú Deguscamán de hoy no pudo comenzar de mejor manera. Y como un enlace dice más que mis palabras: visita www.lauralen.com o Laura Len Photography (Facebook).

Redundando aún más en que la Tertulia de hoy se condujo por los caminos de la gastronomía, León tuvo a bien traer unos Miguelitos de La Roda, a modo de delicia que se sirve entre plato y plato; y así endulzar la presentación en sociedad de su último libro “Tras las huellas de Al-Andalus” (Editorial Almuzara).

El siguiente plato, nos lo sirve Amelia desde su portátil, a modo de bandeja. Se trata del avance del capítulo primero de una novela que está cocinando, cuyo título es “Volver al vientre”. La presentación de este plato es una combinación de baúl que guarda durante años cartas que nunca llegan a su destino, una psicóloga de 50 años que está a punto de ser juzgada y condenada, la autosuficiencia de la vida de antes (quizá no hace tanto tiempo) en contraste con la vida económica de ahora y el ritual de las matanzas del cerdo en los pueblos. León nos ilustra al respecto sobre “Las Pezorras”, los primarios balones de fútbol: las vejigas del cerdo infladas y sobre la premonición que el cerdo tiene de su suerte en forma de muerte en llegando la época de matanza; de hecho cuando se acerca el invierno, el cerdo deja de leer su horóscopo porque ya sabe lo que le va a deparar el futuro.

Juan Antonio nos sirve el siguiente plato, en forma de ensayo-soneto cuyo título es “La osa enamorada”, dedicado a sus nietas Irene, Julia y Carlota; con La Madre, como tema principal. “Pasaste de ser madroño a ser mi oso”. Juan Antonio había pensado en romperlo cuando era ensayo pero le dio otra oportunidad con la vestimenta, a medida, del soneto. Menos mal que Juan Antonio no cometió un ensayicidio, los caminos del soneto son inescrutables. Detrás del estreno de un soneto hay muchos ensayos detrás.

Ahora es León quien nos sirve el siguiente plato en forma de poema llamado “Los poetas rojos” (perteneciente a “Tras las huellas de Al-Andalus”, página 234) inspirado en una anécdota ocurrida a un grupo de poetas en el barranco donde fue fusilado Federico García Lorca. El poema nos deja en el paladar sabores como “Si Federico no hubiera muerto en ese barranco, nos hubiera hecho levitar” o “Música de Tete Montoliu…donde se esconde el mundo triste, triste tan triste por haberte perdido”. La verdad es que con platos como este, cocinados por León,  ya habríamos comido pero tenemos que guardar más hambre porque aún queda mucho por degustar.

Es el turno de Isabel Morión que nos invita a un recital que dará el 7 de abril en el Colegio de Veterinarios (Calle Villareal 11). Isabel nos trae el siguiente plato en forma de relato con tintes de crónica, escrito en 2008 titulado “Ambición” que tiene que ver con el asunto de las herencias, la soledad y la enfermedad. Es un homenaje María y a personas como ella que estuvieron en manos de gente sin escrúpulos. Tengo que reconocer que, gustándome las voces como me gustan, la voz de Isabel suena de maravilla.

Ahora Juan Manuel nos sirve un escrito hecho a mano, y da la impresión que a fuego lento. Nos lo lee dos veces, no porque sea un plato poético que repita sino para saborearlo mejor. Esplendoroso anciano que… Ya no quedan rosales… busca en tu corazón aquellos acordes… Que con tu bastón remueves los escombros de la luz…  A los presentes, el poema de Juan Manuel nos supo a sorbete de limón, tan importante en las degustaciones, tan alimento propio.

El chef Fenoy, que en un momento dado, se define a sí mismo como “yo me caigo de lo bueno que soy”…Fenoy poeta que queda recogido en la Antología de los Poetas Sociales; de primer plato nos propone traer a la Tertulia al poeta Fernando Beltrán, crítico y teórico de la poesía; propuesta aceptada por unanimidad. De segundo nos ofrece una creación propia: un “Poemítin” y nos lo lee en “Fenoyés”, titulado “De un cielo y un tiempo” Editorial Aebius, publicado en 2010. 

“Subiendo a la cumbre estoy…
Para quedar en lo alto
con la mirada en los cielos,
de estrella en estrella roja…"


El siguiente plato de este Menú Deguscamán de hoy, nos viene de la mano de Ismael Istambul, (de padre sirio y madre granadina). En este caso es un plato combinado, compuesto de dos poemas: el primero (dice que medio robado al poeta Andrés París) titulado “Un no se qué”… un no se qué llamado vida, primer verso que desde el  comienzo ya nos abre una ventana a la imaginación. El segundo, titulado “Salto cualitativo” que lleva entre sus ingredientes, la palabra “tecnológico” y que es motivo de controversia por el sanedrín de poetas presente. Al final la palabra es suprimida. El poema nos deja imágenes como “Sacar punta al lápiz… hacia ese salto mortal que libera al hombre”…

Ahora María nos ofrece la degustación de un relato breve llamado “El ascensor”. Entre los ingredientes tiene un contundente “Señora, ¡está usted buenísima! ¿Me permite cortejarla?" Que obtiene inicialmente el rechazo por parte de la protagonista pero que luego se torna en interés. Tal es así que deriva en un no menos contundente “Señor, ¡está usted buenísimo! ¿Me permite acostarme con usted?"... Efectivamente, en el amor y en el sexo hay subidas y bajadas;  y ¿qué mejor lugar para iniciar una historia erótico-festiva que un ascensor?.

Es el turno ahora de nuestra chefa Rocido, que nos ofrece un relato reforma (es decir que no es obra nueva) titulado “Hay virus que te duran 24 horas y otros con los que te terminas casando” que tiene mucho que ver con el comer, el buen comer “mi Reme, mujer entradita en carnes de las que yo disfrutaba”, de ¿gazpachos en febrero?, pues “a morir por la patria y el gazpacho, mi vida”… el ajo, o salir, o no salir los sábados, that is the question…
Rocío nos deja un replato (de relato y plato) con sabor a ajo, a paso de tiempo, a pareja y a transformaciones de la carne humana, la metamorfosis del amor…

Entonces, el que aquí subscribe aportó al menú un escrito con alma poética, titulado “Azul Cristalino”, inspirado por esos cantos de sirena que a veces siento en mi interior cuando hay imágenes que lo provocan, como la de observar cómo un loco ha inflado un globo de azul cristalino, el color de los locos metódicos, aquellos que han perdido su cordura por falta de amor durante ese intervalo de tiempo que está escondido entre el relámpago y el trueno de alguna olvidada tormenta. Y todo lo observamos los que no estamos locos porque todavía no nos ha tocado estarlo…

Seguido lo cual me tuve que levantar de la mesa para no perder mi tren de vida, ese que me obliga a coger mi dosis diaria de dos trenes de cercanías, por prescripción hipotecaria.
Dejé desde ese momento a cargo de la comanda a nuestro gran chef Javier. 

Y me fui, habiéndolo pasado tan bien degustando palabras cocinadas en platos tan diferentes y suculentos, que cuando llegué a casa, esa noche no cené.


Carlos Tejado
9 de abril de 2016











P.D.: "De cómo continuó la Tertulia"

Carlos sale de la Tertulia para llegar a su tren pero antes me pasa el papel y el boli y la comanda y veo cómo se relame satisfecho por los platos que llegaron hoy a la mesa. Pero este menú Deguscamán no ha terminado aquí y preparo unos tupperware para guardarle a Carlos los platos finales del día y que le adelanto en este final de bitácora.

Alberto cede su turno esta semana y Marisol dice que no ha traído un plato completo sino fragmentos, sus fragmentos. Esta vez los trae en 3ª persona y paladeamos la gastronomía británica de este relato que ocurre en Londres, un viaje de ida sin vuelta. Uno se entera de lo que ha vivido en Inglaterra cuando vuelve a casa.

Llegan ya los postres. El primero lo trae Iñaki Ferreras: en un plato-cuento grande, Pitiminí canta la canción de Ana Belén España, camisa blanca de mi esperanza mientras pululan por el relato Pacho Pacheco, director de cine y el gato Caritín. Soñando con sus respectivas mamás...

El siguiente viene de la mano de la chef Ana Gonz. Tiene forma de post it: las palabras que ha aprendido por la noche las escribe en un post it y se lo pega en la frente...

El tercer postre (un buen menú degustación no puede llevar menos de tres postres) de este menú Deguscamán lo ha traído Leticia pero nos ve tan llenos que decide que nos lo leerá el próximo día. Carlos, guardo el tupper del tercer postre sin contenido pero Leticia te dará una porción el próximo miércoles como a todos, no te preocupes.

Se nos han hecho las 9 de la noche: hay menús degustación tan largos y felices que se juntan con la cena. Nos vamos saboreando en la memoria los matices sutiles de los ingredientes del menú. Afortunadamente cada miércoles hay un nuevo menú Deguscamán que cambia y sorprende al comensal. No faltaremos.

Javier Díaz Gil
10 de abril de 2016


No hay comentarios: