Y vinieron los Reyes Magos
Queridos
Reyes Magos:
Os
doy las gracias por esos magníficos regalos con los que me habéis obsequiado
este año por adelantado. Todos
ellos han sido diferentes a la par que extraordinarios, estaban etiquetados con
los nombres de las personas que me los
habían regalado. Por lo visto son unos miembros de un grupo que se llama
Rascamán que se reúnen en una tertulia semanal: Rocío Díaz Gómez, Eunice
Escribano, Omega Escribano, Paco Fenoy, José León Cano, Joselyn Almeida, Juan
Antonio Arroyo, Javier Díaz Gil, Amelia Peco, Ana González, Leonor Varela, Cinta
Rosa Guil, Andrés París, María Jesús Briones e Isabel Morión.
El
primero era un regalo de color azul clarito con un lazo granate profundo, al
abrirlo vi una cinta de vídeo con unos dibujos muy sugerentes. En la caratula
ponía “Los tres ave marías de Doña Catalina”, en el regalo de Rocio
surgió una voz del interior que me contaba una historia de una mujer, esta Doña
Catalina, tomándose dos copitas de pacharán y ofreciéndole a su portero, un tal
Cosme Aranjuelo, unos bocaditos de nata, los cuales devoraba ante asombro y
repulsa de la susodicha que hacia soltar para sus adentros ciertos
improperios por haberle arreglado el baño.
Éste,
muy pícaro, le espetó que sabía su secretillo de las películas pornográficas con
sorprendente final.
El
siguiente era de color camel con un lazo rosa palo oscuro, de Eunice. Me encontré
una especie de cabás, qué misterio, pero al igual que el anterior presente sonó
otra voz que me narraba una historia: “La presu”, una ratita que se reunía con sus amigas y
compraba un cabás, cuyo contenido utilizó de maravilla, quedándose muy
satisfecha de su compra. Al día siguiente se encontró con sus pretendientes. De los tres, terminó eligiendo al
pollino y quizá porque sus atributos le iban a facilitar experimentar todas sus fantasías.
Comprendí
en qué consistían mis fascinantes presentes. Cogí otro de color violeta y lazo naranja oscuro, Omega. Había una
calabaza tallada con una vela apagada y
una agenda en blanco, eran dos poemas: uno, “Soledad”, con la profundidad de
ese sentimiento y ”Samhain”, con la esencia del invierno céltico.
A
continuación era el de Paco, un regalo de color verde oscuro y una cinta
plateada. Contenía una figura de un caballero y un bufón cogiditos de la mano, era un
poema”Las corridas de Mister W y su bufón”. Oía en aquel “Conocieron
Palestina e Iraq la gran corrida” que se contaba el romance chistoso de George W
Bush y Aznar.
El
siguiente era de color blanco con una cinta con motas negras y fondo marrón de
León. En él hallé el peluche de un perro, oí un poema “Soneto del perro”: era
montaraz y le enseñó el valor de la libertad, ”A un rebelde al que solté”.
Joselyn
ponía uno, era de color amarillo pastel con una cinta fina rosita claro.
Oí
que contaba su historia: era una profesora que enseña Literatura Romántica en
Massachusetts, en él había un frasco, un perfume con aromas de esencia de la Naturaleza con dos poemas “Estado natural”, el sentimiento doloroso”este
dolor marino que se pasará”, ”hace sol en plena media noche”.
“Despertar
lepidóptero”, con imágenes de esfinges de Egipto, de épocas pasadas para un
despertar poético, puro y renovador.”Atrapada en babas sueña esfinges”, ”para
conquistar el aire”.
El
regalo de Juan Antonio era azul marino con un lazo amarillo intenso, dentro
había un microchip de forma cuadrada. En su voz cavernosa me narraba la historia
de”Mi perro Chuck”, un perro que localizaba los billetes de
banco. Perseguir pescado y cocaína eran su especialidad. Con el final se descubre la
verdad irónica.
Cogí
uno rectangular y grande, era de Javier. De un color dorado y cinta bronce brillante, descubrí dentro un libro de una
autora Begoña Abad, contenía distintos poemas señalados con títulos como ”A
la izquierda del padre”,”Elecciones”,”Las mujeres saben”. Distinguía el papel
de la mujer.
Todas
sus poesías eran sublimes, simbólicas y con ricas imágenes, la voz de Javier era
profunda y transportaba, hacía volar. Oí una frase suya rotunda y veraz “Hay
que ser responsable con el lector”. Tenia muchísima razón.
Amelia, ese
regalo pequeñito y coqueto, de papel color orquídea y lazo lila, vi dentro una
arañita de papel, hecha estilo
papiroflexia, oí una voz dulce y teatral: un poema “Mi amante es una
araña”, un gran simbolismo del sufrimiento con imágenes de animales y sentimientos de hundimiento espiritual.
Seguí
descubriendo más sorpresas, más tesoros, con el brillo de un amanecer: otro
regalo de Ana. Era pequeñito, de color marrón con cinta beige, oí su voz. Un poema ”Por qué escribimos”. Los escritores escriben mil formas, una reminiscencia de
Benedetti.
Me llamó la atención una forma peculiar: un
barco envuelto con un papel de color granate, de Leonor. “Barco de papel”,
podía darle cuerda y oír la voz de su narradora. “Pequeña Luna” se leía en
el barco, estaba bautizado y Leo había hecho mil prodigios para tener su arca: era un simbolismo del barco sumerio rescatable, para rescatarnos a nosotros
mismos.
El de Cinta Rosa era de forma estrecha y muy bien envuelto, de color verde manzana y una
cinta con pompón dorado clarito. Dentro, un bordado que no estaba terminado, con
palabras que oí pronunciar: "Cuento, locura, niebla y río en el tren” con
una voz susurrante.
Apareció
de repente uno, era de Andrés, de color rojo y cintas verde pino, dentro de él
había una figura de un corazón partido por la mitad. Un poema, ”Espinosa”, de tema amoroso, de corazón desgarrado, en fin, de cuentas de desamor. Oí una voz
juvenil, ”Caen cien pétalos mente, desglosados por un gigante en desamor
caído”,”Y ponías tus manos en cuenco...”.
El
regalo de María Jesús, de sencillez directa: sólo hallé una llave que tenía
inscrito”La próxima vez”.
Ya el último era de Isabel, de color turquesa sin lazo. Al abrirlo había un camafeo
con un dibujo de un paisaje nevado, un poema”Alterando un invierno”, decía
así: ”promesas de locura”, todo él con una melancolía dolorosa.
Terminaron
todos los regalos, al unisono sus voces se unieron en un alborozo y
alegría inmensos, era una gran familia literaria.
Sorprendida, nunca
pensé lo hermoso que era conocer de manera más viva la verdad humana.
Muchísimas gracias por vuestros presentes, a todos vosotros que formáis mi vida, mi existencia.
Un
saludo cordial y afectuoso a sus majestades de La Literatura, esa Dama que os
envuelve y atrapa.
11 de enero de 2015
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