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miércoles, 31 de julio de 2013

39ª Jornada/VI año: Miércoles, 26 de junio de 2013

Los drones

Echamos anclas en la Isla del Gran Caimán, en una playa rodeada de horizontes,  arrullados por el vaivén de las olas, que batían las orillas, como si tratasen de desprender de sus arenas las notas de un arpa milenaria. Pero algo nos llamó la atención: un fuerte olor a bucanero se hacía notar por encima de todos los aromas, que luchaban por entretener nuestro avisado olfato de piratas.

Estos son de otra familia -observó muy certeramente Javier, ajustándose la pata de palo- avezada tripulación de rascamanes. Son distintos. Daos cuenta, que hasta los tiburones que nos acompañaban, al acercarnos a la costa, se han hecho el longuis y se han retirado a una distancia prudencial por si las moscas.

-Efectivamente. Lo mejor es que desembarquemos unos cuantos y oteemos el horizonte- apuntó Rocío, mientras León preparaba el catalejo, y en la mano izquierda blandía una piqueta de arqueólogo, dispuesto a extraer restos de los primitivos caimaneros, o los tesoros ocultos del terrible Barbanegra.

-Lo mejor es que dejemos  a Aureliano con su mujer al cuidado del galeón, y nos dividamos en dos grupos. Uno con Javier y otro conmigo- repuse.

Dicho y hecho, el caso es que conmigo, se  quedaron  unos pocos aprendices, porque el menda, la verdad, despierta pocas expectativas. Bien, vayamos a nuestra historia:

Antes de desembarcar, nuestro grupo, se entretuvo en charlar sobre  la manipulación psicológica, y cómo mediante adiestramiento adecuado se puede impulsar al hombre a cometer las mayores tropelías. 

Simulaciones de torturas por  grupos de estudiantes  sobre otros compañeros, en determinada Universidad americana, muestran hasta qué punto se puede condicionar la conducta humana; a pesar de que los grupos experimentales eran conscientes del experimento -ilustró Carlos.-. DE TODAS FORMAS, EL NAZISMO CONSTITUYE UN BUEN EJEMPLO, repuse yo.

En fin, departimos sobre estas cosas propias de cualquier tripulación bucanera, que se ha adentrado en el Caribe, perseguida por los secuaces del neoliberalismo.

Por su parte, Alma, mientras bajamos a tierra, nos recomienda  un libro “Ritos de sangre” sobre la formación  de  los ejércitos . Es decir, cómo se consigue convertir al hombre en  autómata.

Paloma Sánchez por su parte, provista de una lupa, analiza vestigios en la arena.

¿Qué buscas?- le pregunto.
-huellas de drones*. Por aquí tienen que venir de vez en vez los principales o sus enviados- me dijo con mirada inquietante.

Mientras tanto, Alicia Sánchez Iglesias, finalista del  primer premio Poeta de Cabra, con su poema “To Cook Two Thousand roses”, nos leyó el poema: "¡Qué frío tienen las estatuas!”. Escrito en prosa poética.  Sencillo, sugerente y triste, en el que las estatuas de los cementerios emergen como dioses del granito o del mármol tallado por el agua. Muy bien Alicia. Bienvenida y contentos con tenerte con nosotros.

Y entresaco de sus versos:  

“Pero nadie piensa en ellas.
Un frío eterno, en los mares de bloque que caen bajo su ropa.
Un frío vertical…”

María Antonia, nos lee un poema del que destaco estos versos:

“Escribo estos versos
 a mordiscos.
Estoy preparada
para clavar el aguijón”.

Poema lleno de contundencia, al que se le hicieron algunas acotaciones.

Alberto, nos obsequia con unas especies de chirlas gigantes, que había cogido en la orilla, porque otra cosa no podía ofrecernos, junto con un buen trago de la botella de ron, que en sus soledades le habita totalmente, mientras Alma nos leía un poema  sin título, del que resaltamos:

“Su caricia de plata
 se derrama
subrepticia y fugaz
sobre la arena”.

Poema suave, muy tierno, como es Alma, al que le faltaba  bordarle con una terminación, pues nos parecía inconcluso.

-Chhhiisss…-les indico a mis marineros, pues de pronto, entre la maleza un grupo de ejecutivos de  una tal Goldman, conectados electrónicamente con sus apéndices digitales a distintas filiales de dicha entidad, esparramadas por todo el mundo, parloteaban sobre las comisiones que les correspondían por las ventas de las subprime, y otros Productos de Alta Calidad, que originaron el reciente epicentro del tsunami financiero  internacional.
-Fue  un buen negocio- comentó uno de los ejecutivos, tras retirar uno de sus apéndices del teclado-Lástima que no duró la fiesta un año más.
-Es increíble Jemme, la cantidad de billones que se pueden obtener con la  calderilla de los muertos de hambre. Joder  Jemme.
-Y cómo se tambalean algunos países. Hay que dejar su sector público listo para el asalto. Otros cuatro cañonazos en el palo mayor y al abordaje. Sin piedad, y  a por ellos. Seamos dignos sucesores de Barbanegra y Morgan. ¡A por las gangas públicas!

Mientras tanto, Carlos, con la audacia propia de los despistados profundos, camina entre los yerbajos, hasta toparse con los referidos filibusteros, leyendo en voz alta el poema “Monólogo del senderista”, que comienza  nada más ni nada menos que así:

“El viajero oye bucear a sus manos
 a falta de paz”


Uno de los ejecutivos, manifestó su protesta por no entender la misiva de Carlos:

-Cada vez son más ininteligibles los mensajes  de Presidencia.
-Ya podían mandar a otro con otras pintas. Este parece un bucanero, practicando la mendicidad- repuso Carter.
-Pues sí, no hace falta llevar el camuflaje hasta vestir a los correos con ropaje del siglo XVII-añadió otro personaje parecido a un calambre.
-Es un mensaje cifrado, dejarme a mí-contesta un Carter, que tras manipular el ordenador, manifestó su contrariedad, dejando escapar fluidos magnéticos.
El ejecutivo Jemme, apuntó.
-Es algo referente a dejarle a uno sin blanca. Está claro. Sin blanca y en paz. Dejémosle que siga.

Y Carlos continuó, tras la detallada interrupción, con su poema, que termina:
“¡Tanto bien  está tan lejos de tanto bien!.

-Este no es un mensajero de Presidencia. Debe ser un Chamán. Uno de esos que se dedican a las sandeces del bien y del mal. Venga, largo de aquí: a predicar a tu guarida.¡Vamos!
Después de algunos forcejeos con  semejantes trileros, Carlos se reunió con nosotros, y tras leernos el poema, le sometimos a diversas apreciaciones; precisamente a él, que está acostumbrado a repartir hachazos por doquier. No obstante, siempre es un placer, Carlos, aunque no hayas traído unas cerezas de tu Extremadura para soportar la larga travesía de los Mares del Sur. Un verdadero placer.

Mientras tanto, Paloma continuaba con su lupa, intentando localizar huellas de drones.- Chiss- nos pedía  con el oído bien pegado a tierra.
-¿Y por qué no le introducimos a Alberto, en la próxima reunión de la piratería financiera, y así sacar información adicional sobre estos personajillos, e incluso poder localizar las cuevas bancarias en las que esconden el producto de sus rapiñas?
Dicho y hecho, y tras someterlo a votación, nuestro querido Alberto cogió el hatillo y no sabemos cómo se las ingenió para asistir a dicha reunión, disfrazado de pirata extravagante. Y la verdad que la cosa nos intriga, porque es una persona tímida y a la vez parca en palabras. Lo más elocuente en él es la sonrisa  y la firmeza con que clava la daga en la mesa cuando se enfada, frente al osado que se atreve a quitarle la tajada de jamón que ha echado el ojo.

Mientras tanto, los demás  nos incorporamos al bullicio que celebraba el comienzo de “La Semana del Pirata”. Música, espadas, tambores, prisioneros de mentirijillas, y  nosotros, que no nos pedían el pasaporte por nuestro ropaje habitual –digo yo- luciendo patas de palo, garfios, y presumiendo de espadas relucientes, y algún que otro parche en el ojo derecho, pues los caimaneros  la única emigración que admiten es la de la pasta, venga de donde venga: 600 bancos, que gestionan 500 mil millones de dólares opacos y unas 40000 compañías registradas dedicadas a la Financiación Estructurada. Qué denominación, qué finura: es lo que se entiende por ingeniería financiera. Con esos nombrecitos ya se puede. Y no lo del gitano, que vendía burros pintados. Así le fue: no salió del par de mulas tirando de la carreta por los caminos polvorientos. Entre los de estos, los de la City, los de Bahamas y demás gente bien trajeada de los propios países afectados, los denominados patriotas, que se dedican a mandar sus milloncetes a diversos paraísos terrenales, están hundiendo en la pobreza extrema a millones de personas, sin más que mandar mensajes electromagnéticos sobre las materias primas o manipulando los mercados de futuro.
Sin más que apretar un botoncito, mandan a galeras a miles de personas. Entramos en una Nueva Edad Media. Estamos en manos de cuatro familias sin escrúpulos.

En el anochecer el arrojado Alberto, embozado entre la maleza y protegido por la oscuridad nos entreabría las puertas del paraíso, recogidas en una grabadora recién mangada a uno de los caimanes reunidos disfrazados de  respetables personas.

-Productos de Alta Gama.
-Pero son basura Carter. Basura pura.
- Se los califica con  AAA, y ya está. Y además con ese título; tú me dirás.
-O con AAAA
-No te pases  Bille.
- Se lanzan al mercado, y a vaciar el bolsillo un poco más a tanto indocumentado. ¡Qué gente! ¡Es qué parecen bobos!
-Lo son Carter. Lo son. Por eso nosotros debemos dirigir el planeta desde nuestro patio de butacas electrónico.

Como veis-dijo Alberto- Pura ingeniería financiera.

Bueno; pero¿ dónde están las cuevas con los tesoros, productos del pillaje de tanto ingeniero financiero?-preguntó Alma.

Mañana nos repartimos por estas entidades y en estas grutas bancarias están escondidos  el producto de los diversos abordajes -nos dijo Alberto-, señalando  con el dedo índice distintos lugares de un mapa financiero.

A la mañana siguiente, y después de pasarlas canutas, disfrazados de corrientes eléctricas y demás, descubrimos que dichas cuevas bancarias, lo que tenían eran  montones de papeles con números de cuentas y cantidades millonarias  anotadas en las mismas.
Como decía uno de los ejecutivos:
-los que nos dedicamos a vender estampitas, sabemos muy bien, que  para dinero líquido: la calderilla de los mendigos del planeta.

Y mientras tanto, los patriotas españoles, que esconden su dinero en los paraísos fiscales, siguen predicando la cultura del sacrificio a los seis millones de parados.¡Puaf!

En vista de la fallida incursión a Gran Caimán, ni cortos ni perezosos,  emprendimos camino  hacia nuestro Galeón, donde tuve el placer de leerles el siguiente poema escénico:

Paradojas Industriales

“Un hombre  aproximadamente
equivale a 10000 corbatas
800 papeles higiénicos
y un detergente.

Por otra parte
10000 corbatas, 8000 puntos suspensivos y…
equivalen
a  30000 barriles de petróleo.

De donde se deduce que
un hombre
es igual a un litro del referido.

Y como diese la ….
de que la energía es vital para la Empresa
es por lo que…
nos da la…
de acabar con el hombre.

-¿ Y a quién vendemos las corbatas
y los papeles higiénicos?...

-Quemad al petróleo.

-Imposible, no podemos fabricar corbatas.

-Matad al hombre pues.

-¿Y a quién los vendemos?...

-Aquí mando yo

-pero no puedo venderlos.

-Al hombre, a las corbatas y a vd.

-Pero si no quedan hombres.

-Aquí mando yo.
Yo,yo
Yoyoyo….y ¡yo!”

Y mientras tanto, Paloma sin soltar la lupa, exclamó
 señalando más allá del horizonte:

-Lo que hay aquí es mucho  cadrón.

*Dron es un término moderno, con el que señalamos  a las máquinas robot inteligentes de última generación; pero que se puede aplicar a algunos sujetos de nuestras sociedades, como bien ilustra Picasso en la interpretación de los Fusilamientos  de Goya,  amén de que  este término admite una serie de prefijos que dan una interpretación más enriquecedora de los drones, y mucho más si tenemos en cuenta que en el lenguaje electromagnético la d es indistinguible de la b.





Nota 1:
Los tres últimos versos del poema escénico, podrían ser sustituidos por estos otros:
“¡Fabricad drones,
con  chaleco, corbata y calcetín,
gilipollas! “
¿qué opináis?.

Nota 2:
No me digáis que en vez de calcetín, debería poner el plural; pero estáis equivocados, pues estos drones por defecto de fabricación electromagnética filibustero, vendrán al mundo con una sola patita, y un parche en el ojo izquierdo.


Juan Manuel Criado
4 de julio de 2013

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