"La infancia es un tiempo sin tiempo..."
Después de dos semanas de estar ausente en la Tertulia, regreso hoy miércoles con sentimiento de culpabilidad y me asigno la tarea de redactar la bitácora de esta tarde. Eso le pasa también a David. Somos así, ante un sentimiento de culpabilidad no imponemos rápido una penitencia.
Aunque escribir la bitácora no es ningún castigo.
Y alrededor de la mesa de mármol del Ruiz nos hemos juntado diez rascamaneros: Mª Antonia, Javier, Rocío, Juan Manuel, León, David, Carlos Nosé, Carmenfron, Ana González y Paloma.
Hablamos de mi lectura en Granada del miércoles pasado. Les cuento que he vuelto muy contento, agradecido a Fernando y a Juan, organizadores de los Encuentros Literarios. Les gustó mi lectura. Hice un repaso de los libros publicados y para acabar leí poemas inéditos, de los que publico en mi blog para empezar cada mes. Les repartí como recuerdo a los presentes un pequeño folleto que prepararon para entregar al público de los Encuentros Literarios en Granada con una reseña biográfica mía y una selección de poemas.
Juan Manuel ha venido hoy solo. Solo, me refiero a sin Juan Antonio. Los dos vienen juntos en el tren siempre y llegan a la vez y se van a la vez. Por eso es raro verlos a uno sin el otro. Nos cuenta Juan Manuel que como él es el mayor se toma la licencia de dormirse en el tren y Juan Antonio vigila las estaciones para no pasarse. Hoy no se ha podido dormir. Es mi “licencia poética” dice Juan Manuel.
Nos cuenta Mª Antonia que la semana anterior llevó su libro “La mujer de la lluvia” a la Tertulia del Círculo de Bellas Artes y recitó el primer poema, el que abre el libro. Le pedimos que nos lo recite aquí también en nuestra Tertulia.
Con emoción y con morosidad va transmitiéndonos la pasión del texto. El viernes 23 de marzo de 2012 presentará su libro en el Ateneo de Madrid a las 19.30 h.El estaño en el poema de Mª Antonia. Dice David que le gusta esa imagen, la imagen y el propio estaño.
Leo yo ahora el poema “Al escondite” el que he publicado este mes de marzo en mi blog. Que comienza así:
"Ronda, ronda... "
Te escondías
para que no te encontraran.
Recordamos, Carlos Nosé acaba de escuchárselo recitar hace unos días, el poema de Joan Margarit “El escondite inglés”. Maravilloso poema.
Lo transcribo aquí entero, el título del poema de Margarit es “Los muertos”
LOS MUERTOS
Tres golpes, tres palmadas contra el muro:
Uno, dos tres: al escondite inglés.
Resuenan y avanzamos, y quedamos inmóviles
mirando hacia la espalda de la Muerte,
que, rápida, se vuelve para así sorprender
a los que aún arrastra el propio impulso
y los echa del juego para siempre.
Uno, dos, tres: al escondite inglés.
Se va la luz. Igual que un punto de oro
la vela hace temblar las sombras de la estancia.
¿Por qué hace tanto frío en la posguerra?
Y la Muerte se vuelve y ve a mi hermana
que se agita, febril, y llora bajo el hielo.
Uno, dos, tres: al escondite inglés.
El pasado era el rostro de mi padre:
prisiones, cicatrices, deserciones.
Qué terror le causaban las palmadas
contra el muro: no pudo terminar
un gesto de impaciencia.
La ira, el miedo
lo delataron a la Muerte.
Uno, dos, tres: al escondite inglés.
Nunca nos apartamos de su lado.
Ahora juego con mi hija muerta.
¿Por qué no pude adivinar sus ojos?
Pero el futuro, astuto, hace trampas.
No escuché los tres golpes: me sonrió
y junto a mí ya estaba su vacío.
Pero el juego debía continuar.
Uno, dos, tres: al escondite inglés.
Ya no me importa si me ve la Muerte:
sonriente miro hacia los que me siguen.
Ahora, tan cercano ya del muro,
ignoro lo que pueda haber detrás.
Sólo sé que me marcho con mis muertos.
(Joan Margarit)
Hablamos de la infancia, dice Juan Manuel que “la infancia es un tiempo sin tiempo”. Carlos apunta que “el niño domina el tiempo y el adulto está subordinado a él”. La velocidad del tiempo o la sensación de que no existe tiene que ver con la edad y la conciencia de la muerte.
Carlos lanza una pregunta y la contesta: “¿cuándo, de adulto, se detiene el tiempo? Cuando hacemos una actividad que nos tiene embebidos.”
León sentencia que “aquí y ahora es lo que importa” y David añade “de niño está todo por estrenar”.
Turno de lectura para Rocío. Lee su relato “Yo no quiero llamarme W”. Nos reímos. El tono coloquial con este pequeño enredo informático-familiar que ha resuelto tan bien.
Cambiamos de tono, León nos lee un soneto de amor:
Tu piel es la plegaria que mis manos exploran…
Se habla de un pájaro en el soneto y Ana nos recuerda su manía con los pájaros en los poemas. No le gustan. A David, comentando el relato de Rocío, no le gustan los personajes que se llaman Pepe.
Hablamos de lectura. Paloma acaba de terminar de leer “Lolita” de Nabokov y le ha gustado mucho. Una novela muy bien construida, con una trama bien desarrollada… No le extraña que sea una obra maestra.
Nuevo poema. Nos lo lee Carlos. Dice que ha hecho un experimento poético que luego nos explicará.
Un largo poema elegíaco, de regreso a una Naturaleza que ya no existe. Nos ha gustado mucho. Le hacemos algunas sugerencias de las que toma nota para corregir su poema.
El experimento consiste en ir alternando algo que “no se debe hacer”: versos de 12 sílabas con versos de 11. El resultado rítmico es muy bueno. Ha jugado de tal manera con los acentos y las sílabas que esa sucesión antirrítmica de versos pares e impares se diluye creando una armonía fantástica. León le elogia algunas imágenes de gran altura poética.
Del poema pasamos al microrrelato de la mano de Carmenfron.
Es un micro titulado “La mujer de su vida”. Los microrrelatos deben ser como los chistes. La sorpresa, y éste la tiene, está al final.
Ana cede su turno y cierra las lecturas de la tarde, Paloma.
Enciende su ordenador portátil donde guarda, escribe y reescribe su nuevo poemario que ha dividido en Cantos.
Nos lee el canto 19, el 20 y el 26.
Ya tiene más de 800 versos. Nos da envidia. Paloma tiene una musa encadenada en casa, seguro, que le va dictando al oído todos estos poemas. Paloma, cuéntanos el secreto.
Antes de despedirnos nos recuerda Paloma que volverá a presentar en la sala La Madrilera de Madrid su poemario “Atleta que mira el paisaje”. Será el 15 de abril.
Nos separamos, después de un rato de charla final en la puerta del Ruiz, hasta el siguiente miércoles. Cómo nos cuesta despedirnos. De nuevo el Ruiz y la Palabra y los rascamanes como testigos.
16 de marzo de 2012
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