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lunes, 9 de agosto de 2010

40ª Jornada/III Año: Miércoles, 7 de julio de 2010

Final de Tertulia y el día del "Encuentro"

Las haceras aúllan. No, no se trata de veredas, son haceras con “h” de hervir. Muchos son los llamados en este miércoles siete de julio. Pocos los elegidos. Las reparaciones domésticas, el calor, las vacaciones y el Encuentro Deportivo han podido con algunos de nosotros. Pero aún queda un grupo de resistentes. Mientras haya palabra hay esperanza, pienso. Javier y Rocío están sentados ejerciéndola. Pido agua, mucho agua a la vez que mentalmente evoco una piscina y luego el mar. Mar a secas. Eso bastaría. Pero me tengo que conformar con un vasito, servido eso sí por el gentil Julio. Mis desvencijadas sinapsis vuelven a representar el mar, Julio y el mar. El mar en julio. El mar.

Menos mal, que aparece Paloma y Vicente y me sacan de mi vagabundeo neuronal. Paloma confiesa sentirse ligeramente cansada después de tanto festejo. Hablamos de la reciente lectura-presentación de nuestro Poesario en el café Galdós. Fue un acierto la sencillez del acto. Tal vez los cuadros se quedaron un poco pequeños, dada la altura a la que estaban colgados. Vicente precisa que así como los actores hacen una lectura en común del guión antes de ensayar, sería conveniente, para futuras presentaciones, estudiar el texto. Hay que estudiar el texto hasta hacerlo parte de uno. Después nos propone que otro día, por ejemplo en agosto, hagamos un análisis isotrópico de un texto. Nos deja desconcertados. Pienso para mí con mucho cuidado de que no se me suelte la lengua, si no tendrá ese análisis algo que ver con la datación de restos arqueológicos. En ese caso, ¿qué sentido tendría efectuarlo si en la segunda o la tercera página del libro suele venir la fecha de la edición? De nuevo mis dendritas me han jugado una mala pasada. Vicente nos aclara que se trata de efectuar una disección fonética, sintáctica y semántica de una rana o de un texto, mejor. A Rocío y a mi la idea nos da un poco de repelús, pero luego aceptamos. Y aún más: nos hacemos entusiastas defensoras del análisis isotrópico. Rocío propone un texto de Millás. Y de nuevo surgen las diferencias, cordiales, por supuesto. Vicente contraataca con un relato de Cela o de un escritor.

Y sigue sembrando el desconcierto. Resulta que sin nosotros saberlo, usamos el Mig y por eso (a veces) nos entendemos tan bien. Y yo que no me puedo estar quieta, tengo que preguntarlo, tengo que preguntarlo en voz alta: ¿Y qué es el Mig? Podría habérmelo imaginado. Confieso que a menudo no me bastan la suposiciones: Motorización Inglesa por Goteo o Medio de Indigestión Gestual o la más doméstica, Multa por Ingerir Gaseosa.(Se me ocurren otras interpretaciones del tipo: Mear I no echar ni Gota, pero las descarto por inverosímiles además de incorrectas). La purísima, me digo. La purísima teoría de la Comunicación. Finalmente, la verdad se hace palpable, se refiere al Medio de Interpretación Textual que viene a decir que usamos el mismo código para comunicarnos.

Intento leer un poema. Por el camino hablamos de nuestros planes más inmediatos. Viajes con destino marítimo. Intento leer de nuevo, pero alguien me recomienda la estancia en varias casas de reposo. Debo tener un aspecto catastrófico. Hablamos de Almería, esa provincia tan desconocida. Nada me detiene, voy a leer, amenazo. Dedicado a Paloma. Ella sabe por qué.

Amor peninsular

Hubo un tiempo

en que un hombre

podía cruzar

de hombro a hombro

esta península,

tal era su gracia

verdecida.

No rozaba

el suelo,

insumiso de

la ley de la gravedad

y la pereza.

Hoy es un animal desnudo

que un día

perdió el instinto.

No sabía

de este reptar servil

piedra y silencio.

A este poema le suceden otros dos, “Yerro sistemático” y “No te asomes”. Javier me propone alterar el orden de dos versos y suprimir otro. Accedo y ganan.

Paloma lee un poema titulado “Música barata” que aquí transcribo en parte:

Vivo alejada de todo menos del olvido

Llevo muchos kilómetros

Paciencia de cigarra entre piedras

Vestida voy pero no de fuego

Hay mundos de los que no soy capaz de hablar

escribo por eso

En mi afán se me olvida que vosotros sufrís

tengo poco tiempo para todo

verte así tan cerca me empuja hacia el temor

en este viaje alguien va a llorar

cómo saber si serás cuchillo que atraviesa mi cintura

dulce como las fresas y el rojo

no voy a hacer nada

queda aquí descrita la magnitud de los trigales

[…]

Añade que los escribe muy temprano por la mañana, casi adormecida. Los versos le asaltan como relámpagos y luego debe domarlos. Aunque se trate de un análisis impresionista, diría que son muy bellos. Nos lee otro poema más.

Javier lee un fragmento del libro "Bilbao- New York- Bilbao" de Kirmen Uribe. Resulta muy poético.

Y ya es la hora. Hoy es el día del Encuentro. Nos veremos en agosto. Tal vez en una terraza. Vuelta al infierno y a la gloria (deportiva).


Celia Cañadas
9 de julio de 2010
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