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domingo, 8 de agosto de 2010

39ª Jornada/III Año: Miércoles, 30 de junio de 2010


La Tertulia del día de la huelga del Metro

Huelga de metro total, ni siquiera servicios mínimos. Estos tres primeros días de semana no funcionó el metro. Así que mi temor es que no apareciera nadie por la Tertulia.

Por si acaso, me fui pertrechado de mi ordenador portátil, de un par de libros y de tareas pendientes para hacer. En el café Ruiz podría aprovechar el tiempo si no aparecía nadie.

Pero a pesar de la huelga hubo tertulia. Al poco de llegar yo, apareció Rocío y después David y luego Paloma. Fuimos cuatro aquella tarde, la tarde anterior a la presentación de nuestra exposición doble de poesía visual en el Café Galdós: "Poesario: Huesos y Literatura" y "El jardín de los espejos", esta última a cargo en solitario de Aureliano Cañadas.

Yo me llevé el portátil para terminar de montar una presentación de power point para el día siguiente que fui haciendo con Rocío mientras charlábamos de libros (de algunos libros de poemas en los que son mejores las citas que encabezan los poemas que estos últimos), de la huelga, de la presentación del día siguiente.

Hasta que llegó Paloma y luego David.

Sé que Paloma leyó un poema que comenzaba con este título (su poema veinte): "Yo duermo" y cuya primera estrofa dice:

La vida es esperar a que amanezca

me han dejado sola todos

te quiero tanto que no estoy contigo



Nos gusta mucho la poesía de Paloma, su ritmo te envuelve, es un vaivén que te acuna.

Apenas tomé notas de lo que se habló en la Tertulia, que fue mucho, así que he pedido ayuda a Rocío y a David para completar esta bitácora. Bien podría llamarse ésta, la bitácora de los recuerdos.

Y me dice Rocío:

¡Claro que me acuerdo! Yo fui a dos exposiciones antes de la tertulia por eso mismo, porque si me iba a casa ya no iba a poder ir al Ruiz por lo del metro... Y llegué y allí estabas con tu portátil, con tu libro... con varias cosas por si estabas solo... Y estuvimos un buen rato tú y yo y me contabas lo de un libro de poemas... y entonces leímos una cita de Pessoa: "...La inconsciencia es el fundamento de la vida. El corazón si pudiese pensar, se pararía...". Y esta cita que me gustó mucho es lo único que escribí en mi cuaderno bajo la fecha de 30 de junio. Y luego llegó Paloma con su constipado y su poema. Y finalmente llegó David que venía de cortarse el pelo y andando desde Sol (otra vez el metro) pero que tampoco había querido irse a casa por eso mismo y porque era su ultimo día de tertulia de este curso... Yo me acuerdo más o menos... Hablamos de varios libros con Paloma... ¿Te vas acordando?

Y me sigue dando más pistas:

Yo también recuerdo que uno de los libros del que hablamos, dijo Paloma que qué bonito, era el Ars Amandi de Ovidio. ¿Te acuerdas Paloma? Y Paloma vino diciendo que sus amigos habían dicho que qué le pasaba, cuando les había leído sus poemas. En las celebraciones posteriores de su cumple. Y entonces hablábamos de que qué diferente es cuando les lees algo a las personas que están en tu misma onda. Y ella decía que habíamos estado a gusto en su casa porque estábamos todos en esa onda, y que entonces estuviéramos donde estuviéramos, en su casa, en el Ruiz, donde fuera, estaríamos a gusto recitando y hablando de eso entre nosotros. Si me acuerdo de otras cosas ya os lo iré diciendo...

Y David, al que también acudo, me aporta sus recuerdos:

Javier, siempre al rescate de Rascamán y su querida hija pequeña, la bitácora. Yo también me acuerdo de algunas cosas de aquel miércoles 30 de junio, por si te sirven de algo. Me acuerdo de que acababa de cortarme el pelo, es verdad, y que aunque era tarde y el metro estaba en huelga, no quería perderme por nada del mundo la que iba ser mi última tertulia de la temporada. Así que subí a pie la calle Fuencarral, que soportaba un bullicio festivo y estaba llena de gente, y me crucé con turistas, con ladrones, con policías, con camellos, con putas con caras de niñas, pero sobre todo, con hombres de impresionantes cuerpos atléticos que se dirigían a las fiestas de Chueca. Y recuerdo que estaba feliz y triste a la vez, y que pensaba mucho en la fugacidad del tiempo, y me acordaba todo el rato de ese bolero que se llama "De un mundo raro", no sé si lo conocéis, en el que el protagonista aconseja a su amada, que le acaba de abandonar, que a sus amores futuros no les hable de él, porque entonces se acordará de lo que era "amor del bueno", y en un momento de la canción, el protagonista declara: "Porque yo adonde voy / hablaré de tu amor / como un sueño dorado". Y entonces recuerdo que, mientras subía por Fuencarral, yo mismo me decía: "Así hablaré yo de Rascamán, vaya donde vaya". Por fin llegué al Ruiz, donde esperabais Rocío, Paloma y tú, Javier, y me acuerdo que el Ruiz estaba medio vacío, y que comentamos algunos libros pero lamentablemente no cuáles, que hablamos de amor y de fidelidad, y que Paloma leyó para terminar un poema, que me dediqué a escuchar como si fuera un adiós, pero del que no apunté ni un solo verso, lo siento. Quizás ella sepa cuál fue. Y que nos fuimos a eso de las 9:30 horas, y que yo bajé otra vez por la calle Fuencarral, y que con las dos cervezas que me había tomado los cuerpos atléticos de los hombres me parecieron aún más hermosos, y las caras de las putas casi niñas, más tristes. Y luego el tren de cercanías. Y luego el autobús... En fin.

En un día de huelga de metro en el que se paralizó Madrid, debe quedar constancia que no se paró nuestra Tertulia.

(Gracias a Rocío y a David por vuestros recuerdos).

Javier Díaz Gil
8 de agosto de 2010

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