(en la foto: Carmenfron, Sagrario, Rocío, David, Vicente, Javier, Celia, Ana Delgado y Laura Nuño)
I. Guiso navideño con Tertulia Rascamán
- Enfriar el ambiente exterior, hasta convertirlo en una noche de sábado gélida y navideña.
- Precalentar el restaurante a unos cuántos decibelios de ruido. E introducir en él, dos mesas pegadas a la pared, que iremos rodeando poco a poco de comensales con ánimo festivo y bullicioso.
- Escoger a diez tertulianos de pro, con talante agradable, y muy sociables. E ir apretándolos poco a poco, a medida que van llegando, hasta conseguir que quepan bien juntitos en las dos mesas.
- Cortar bien finas las conversaciones. Libros y poesía, recitales y actualidad. Picar unas risas. Y añadir varias cucharadas de fotos al gusto de algunos y disgusto de otro. Con todo ello preparar una mezcla espesa con que se rociará a los tertulianos de forma más que generosa.
- Escogemos también un par de camareras, una más sonriente que la otra, y un invisible plato de avestruz que no tienen a quién adjudicar. Y les hacemos sitio en los huecos entre las conversaciones.
- Poner en el horno a temperatura ambiente de tertulia en Navidad. Tapar y dejar hervir a fuego moderado de complicidad, bienestar y afecto.
- A modo de guarnición, acompañar a los tertulianos con un gran saco decorado de motivos navideños y lleno de regalos de amigos invisibles. Esconderlo bajo las dos mesas. Remover todo el tiempo. Y después añadir a cada tertuliano visible un regalo al azar, pero al gusto de otro tertuliano amigo e invisible.
- Para hacer el postre. Cuando ya los tertulianos están hechos, y han intercambiado platos y regalos, sacarlos despacio del local. Y ponerlos a reposar en el Café Ruiz. Retirar dos cucharadas grandes de conversaciones y risas del jugo que ha ido cayendo en las dos mesas anteriores y echarlas suavemente sobre ellos. Colocar la mezcla en un recogido rincón, más silencioso que el del restaurante, ahora casi familiar, y removerlo con tranquilidad un largo tiempo. Se puede añadir chocolate a la taza y te de canela con licor. Se chuparán los dedos...
- Se sirve despacio, se saborea, se disfruta.
- Finalmente se vuelve a sacar a los tertulianos a la noche gélida de un Madrid de finales de diciembre del 2009 y tras breves despedidas se les reparte en distintos y oportunos taxis que les devolverán a sus casas. Cada uno con un regalo literario y una tonta e invisible sonrisa en la memoria.
Rocío Díaz Gómez
23 de diciembre de 2009
Eramos diez, los chicos con los chicos, las chicas con las chicas. Rollitos de ciervo, intercambio de platos: unos por error se comen las mil y una hojas de Rocío. Carmen y su asombro de niña, al descubrir dentro velas, libro, incienso y amor del que lo preparó. Libros para casi todos, plumas... y allí estaba mirándome de frente con sus bucles Gustavo Adolfo Bécquer, su poder hipnótico me lleva a la melancolía y el deseo imposible. Rimas y leyendas son un consuelo de su esencia. La cena alargada como los cuadros del Greco y la mesa que nos sustenta, cuando todo acaba apago la vela y Ana con sus deditos se materializa en pequeña travesura, sus yemas son ahora de cera.
Laura, siempre la veo como la niña que fue entre nosotros en aquellos días de Ágata.
El frío hoy es tan intenso como el calor de las conversaciones y el afecto de años y recuerdos.
Risas adolescentes en el espejo que nos refleja, Celia, Rocío, Carmen, Sagrario.
Escapamos del bullicioso ambiente de Nina y nos encariñamos como en un flechazo al instante del rincón con radio antigua del Café Ruiz.
En un círculo acogedor, entre licores, infusiones, té de canela, los tertulianos de improviso "tertulean", encontramos un espacio donde el silencio hoy nos deja escucharnos los unos a los otros, saboreando cada palabra hasta la madrugada.
Sagrario del Peral
24 de diciembre de 2009
La novela relata la historia de 10 personas (el joven David, el señor Javier y la señora Rocío, la señora Sagrario y la poetisa Ana, la detective Celia y su esposo, la prosista Carmen, el aventurero Vicente y la joven Laura. Algún que otro erudito más no apareció emulando al anfitrión de aquella novela que llevaba por título "Los diez Negritos". Se invitan a una cena de Navidad cuyo delicioso menú (perfectamente descrito en Mini-bitácora de Rocio) reservando mesa en el Restaurante Mina. Tras la degustación entre las calles del antiguo barrio de Bilbao hacen su entrada en el antiguo café Ruiz y ahí deciden cambiar el ritmo de sus vidas. A partir de ese momento, tertuliarán en ese lugar lleno de encanto y alguna vieja cocina de carbón e incluso escucharán palabras desde las estrellas.
Nada que ver con aquellos Diez negritos (And Then There Were None) de Agatha Christie con un misterioso anfitrión que no aparece mientras van siendo asesinados uno por uno siguiendo las ingenuas instrucciones de una canción de cuna.
Carmen Frontera28 de diciembre de 2009
IV. Díez líneas
Hoy cuando volvía a casa desde la oficina me ha asaltado un pensamiento inquietante.
Me he preguntado si soy real. Al abrir la puerta he corrido a encender el ordenador y he buscado mi nombre en la red. He vencido la tentación de pellizcarme porque temo el daño que produciría el vacío entre mis dedos. No me atrevo. Entonces he probado a escribir en el buscador mi nombre seguido de la palabra mágica Rascamán. El resultado me ha tranquilizado porque hay evidencias incuestionables. Y deben ser ciertas, esta noche nos reunimos para cenar en el barrio de Malasaña. Hace tanto de este metro, de este Café Comercial y sus acogedores soportales… pero aquí están de nuevo tangibles y aunque helados. Vamos descubriendo nuevos escaparates, restaurantes, locales.
Reunidos entorno a la mesa, el frío cortante y doloroso desaparece inmediatamente y nos queda una noche de conversación animada, de regalos, fotos y amigos. Sí, soy real.
Celia Cañadas
28 de diciembre de 2009
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V. Pseudobitácora de la cena de Navidad
Encuentra las diez palabras (porque fuimos diez los comensales) de la cena de Navidad rascamanera.
F | R | E | G | A | L | O | S | Q | X |
W | A | L | W | F | F | O | T | O | S |
Q | S | N | A | V | I | D | A | D | F |
A | C | Ñ | B | N | F | C | N | G | L |
Z | A | V | E | S | T | R | U | Z | I |
C | M | O | V | V | L | Z | I | L | R |
C | A | L | T | J | A | H | K | O | O |
E | N | U | A | K | C | X | J | G | S |
N | J | H | X | G | A | L | D | O | S |
A | Y | R | I | E | S | F | D | G | F |
No os olvidéis.
El sábado 19 de diciembre a eso de las nueve menos diez de la noche nos empezamos a reunir en la puerta del restaurante Nina, en Malasaña. Condición indispensable, traer un regalo para hacer "el amigo invisible" de temática "literaria" y que sirva para chico o chica alrededor de 8 euros. Están previstos unos diez asistentes. Rocío ha conseguido reservar. Nos ha costado encontrar sitio esta noche para cenar, que es cuando sale todo el mundo, el fin de semana justo antes de Nochebuena.
Ya después de la cena y de los regalos (que esperamos que a todo el mundo le haga feliz el que le toque) y en previsión del frío que se espera en esa noche (dicen que una de las más frías del año) nos iremos a tomar algo y a terminar la noche de amena charla al cercano café Ruiz. Creo que lo pasaremos bien, lo que importa más que el regalo del amigo invisible o la cena es compartir la noche con los buenos amigos visibles. Echaremos de menos a los que no puedan venir. El próximo día que nos veamos será el día 13 de enero de 2010 en el que reanudaremos la Tertulia. ¿Qué sorpresas nos deparará la noche?
Javier Díaz Gil
3 de enero de 2010
PRIMERO: Acudirás puntual a tu cita en el Restaurante Nina, en pleno barrio de Malasaña.
SEGUNDO: Bendecirás la cena, agredeciendo que te haya sido concedida la suerte de compartirla con gente de verbo radiante y muy alta enjundia.
TERCERO: Te alimentarás, no sólo de las vituallas que traigan camareros vestidos de negro, sino también de las palabras, experiencias, reflexiones, chistes, ideas, con que te premien tus compañeros de mesa
CUARTO: No robarás. En todo caso, intercambiará
QUNTO: Saldrás de nuevo a la noche, en busca de otro refugio donde sea razonablemente posible prolongar la velada, hasta lograr el milagro de encontrar el Café Ruiz.
SEXTO: Cometerás los actos impuros que se limiten al siguiente catálogo: café con leche, té de canela con licor de canela, chocolate a la taza y algo de ron.
SÉPTIMO: No dirás falso testimonio ni mentirás; sólo dirás la verdad, con la que abrirás tu corazón a quienes pertenecen a esa especie a punto de extinguirse de personas que saben escuchar lo que les dice el prójimo, como las que disfrutan contigo ahora del gran descubrimiento del Café Ruiz.
OCTAVO: No usarás el nombre de Rascamán en vano, salvo para hacer apología de la amistad.
NOVENO: Soñarás con tertulias futuras exactamente iguales (o al menos parecidas) a la que se termina, en un lugar que será como el que acabas de abandonar camino de tu casa.
DÉCIMO: Cazarás al vuelo un taxi que navegue la madrugada, antes de que el frío polar de diciembre congele la calidez de los buenos momentos vividos.
2 comentarios:
¿Pero cuando las has colgado Javier?
Cómo me gustan... Me gustan mucho. Todas, cada una en su estilo. Son muy originales, todo el mundo se ha esforzado, qué bien... Ojalá podamos repetir muchas, muchas veces estas cenas tan entrañables.
Abrazos,
Rocío
Besos de Nina y Café Ruiz. A todos los rascamaneros y circulares.
Gracias Rocío y Javi besos y más besos.
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