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miércoles, 3 de diciembre de 2008

7ª Jornada/II Año: Miércoles, 26 de noviembre de 2008

La Tertulia del 26 de noviembre de 2008:
Carmenfron, Vicente, Javier, Rocío y Elena
(y la presencia-ausencia de Ana)



Ay, el Galdós, cuánto ruido para tanta corbata. Y David Grubb en la mochila, que saco y se lo entrego a Javier, le acompañan Rocío y Elena. Y no pasa ni dos minutos cuando aparece una fuerza galega con ímpetu de mar. Solo que esta vez la impresión marítima de oleaje choca contra una costa llena de médicos de ojos estrábicos y con artilugios brillantes a lo Alien. Nos explica que ha estado mala, pero encuentra fuerza-chipirónica de empanada size XXL y nos dice que tiene que irse a dar un curso; veo que es una muchacha importante. Da un hasta luego y sale zumbando como un dibujo de la Warner, dejándonos con los cortes faciales del coyote. La cara de trazo de cómic aún no nos ha desaparecido, y nos da tiempo a quedarnos en el desierto cuando Rocío pone los tintes sobre una comida de trabajo para que a Javier, one more time, le invada el espíritu de Dalí. La conversación circula esta vez sobre el rector de la complutense, hermano de Iñaki Gabilondo, que en un libro sobre la alteridad me ha dejado, tras sucesivas intrincadas lecturas, la impresión de que hay que desdoblarse, colarse por los oídos del otro y ver con pupilas derretidas. Aun no ha salido el tema literario, y ya una película, otra más, se recomienda para aquellos días (leche, ya parezco un anuncio de la Coixet, con nubes blancas y muyayas saltando) envueltos en frío, lluvia y cerebro derretido. Se trata de Vías Cruzadas, una película tan corta en presupuesto como en tamaño del protagonista.

Javier nos recuerda que dentro de tres semanas, habrá un recital de Amalia Bautista, y surgen recuerdos del curso de creación que impartía en la Plaza Ágata. Son recuerdos que pueden salvar, a pesar de que la literatura, como un arte que en la actualidad ya no perdura, no lo salva todo. Esta afirmación me recuerda a uno de los protagonistas de la película Fahrenheit 451, junto a la frustración cuando los libros le dejan abandonado cuando su mujer muere.

Lee Elena un poema llamado Retenida. Me gusta el título, muy de poliédrica significación Carveriana. Cuando acaba de diluirse el sonido del poema, Javier recoge el concepto sínquisis y lo pone encima de la mesa, junto a la brillantez de sintagmas como Agujas de hierro y capa de piedra, que anteceden a un final de cordel en el cuello y golpe contra la arena: “Deja crecer las uñas”.

Llega Carmen From y se sienta, esta semana no nos ha entretenido con ninguna historia de almas en busca de comprador. Entonces ocurre algo imprevisible, Rocío queda poseída por un chamán que con una Pentax de lente de 30 nos rebaña el alma y lo guarda en una memoria Simm de 1Gb. Cierra el robo con un: “No todos los desertores están orgullosos”.

Mientras, Javier nos presenta otro de los capítulos de su Francotirador. En este capítulo el que espera el disparo del 47, no sabe cuándo va a suceder, y busca, sintiendo que el tiro a lo mejor ya se lo han dado. Pregunto sobre los flecos y detalles para un relato sobre un niño de cinco, de 5 años, que con su padre de la mano, le sube a una tarima para ahorcarlo. Carmen ofrece el detalle sobre la conmutación del ahorcamiento por el de cadena perpetua, además de que el hacer de un problema casi un hermano lo convierte en un helado de vainilla.

Rocío lee lo que llama ella un decálogo narrativo. Rememorando la vejez del protagonista, deja la impresión de que la enfermedad es violencia.

El tiempo nos dice venga, que ya es la hora. Nos acercamos a la barra, y ya fuera tiramos cada uno por nuestro lado, y el frío, el desgraciado, que se viene con nosotros.


Vicente González
2 de diciembre de 2008

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