Páginas

domingo, 8 de junio de 2008

34ª Jornada: Miércoles, 4 de junio de 2008

"Pues parece un coito"

Iniciamos el mes de junio en el café Galdós. Han pasado 33 semanas desde que empezamos esta Bitácora de la Tertulia. Diga 33 (como dicen los médicos) y nosotros ya lo hemos dicho.

Cuando llego, ahí están ya sentados Vicente, Rocío y Elena. Detrás de mí llega David.
El principio de la tarde es pura logorrea. Vicente, poseido por el espíritu de la palabra no para de contarnos cosas. Luego descubrimos, (él nos lo cuenta, que son puros nervios por una prueba médica que tiene al día siguiente). Gracias a esa prueba, en diez minutos nos comenta que no dejemos de leer el libro de John Dos Passos "Rocinante vuelve" (nos lo pasó en un CD), diserta sobre el atractivo turístico de Lanzarote, la última bitácora de Elena, el cumpleaños de David y las edades de algunos de nosotros.

... Y de Noruega, país que también visitó David y nos cuenta que le gustó más Copenhague que Oslo.
Aparece Lady Noise, la Tertulia por un momneto se convierte en consultoria y/o gestoría y le resolvemos algunos problemas técnicos sobre el carnet de conducir teórico. Alguien dice que el lugar más facíl para sacarse el carnet de conducir no es Cuenca, es Melilla (frase para reflexionar, si se tiene tiempo).

Y el tiempo de tertulia comienza de veras. Empiezo yo, leyendo (hoy he hecho muchos deberes) cuatro poemas cada uno de distinta factura. Un soneto que contiene el verso que propusimos hace algunas semanas sobre "un poema lleno de cicatrices" y que acaba con el terceto:

El llanto consiguió echar raíces,
se puebla de naufragios el papel.
El poema tendrá mis cictrices.
El segundo poema, largo, para lo que me es habitual nació con la idea de "me marcharé cuando cambie el viento".

Origina algún discusión, tienen toda la razón mis críticos (grupo encabezado por Rocío). Al poema le falta situar al personaje del que habla el narrador. Corrijo el principio y se queda de este modo:

Entonces no me sentiste.
Llegué del huiracán y la tormenta
envueltos los pies en algodones
oculto tras el ruido de la lluvia.
Creo que el poema ha ganado mucho.
Este juego de adelantar en la narración o en el poema lo que va a suceder provoca que Vicente nos hable de la prolepsis y la analepsis.

Leo el tercer poema, una nueva entrega de mi serie "el francotirador". Cuando termino de leerlo el comnetario de David y de Rocío me dejan un tanto sorpendido. Uno escribe los poemas desde una idea y no piensa en lo que pueden interpretar los demas. Ellos dicen que el poema habla de un coito. Bien mirado, podría ser así.

El principio del poema dice:

La sangre circula
dolorosamente.
Se demora a su paso y se ovilla
como el ronroneo de un gato
en el nido de tu pecho,
(...)

Un coito, ¿por qué no?

Leo el cuarto y último poema, más breve: "El ladrón de ideas".

Habla Vicente de la necesidad de una motivación.
El protagonista debe tener un motivo claro. Opino que tal vez sí deba ser así en la narración pero no en la poesía. Vicente nos pone de ejemplo el relato de Javier Tomeo, "Problemas de identidad". Nos lo enviará y lo comentaremos en las próximas semanas en la Tertulia.

Yo, al hilo de esto, propongo también otra lectura para comentar en otra de las tertulias: el cuento "Diles que no me maten" de Juan Rulfo. Lo enviaré yo, junto con un archivo de sonido con la voz del propio Rulfo leyendo el relato.

Es momento de peticiones y Elena le traerá su pincho (el pendrive) a Vicente para que le copie a Cortázar.

Vicente, eufórico, está a punto de reaccionar como los amigos un tanto bebidos que se ponen cariñosos y te dicen aquello de "¿te he dicho tío cuánto te quiero?", "eres mi mejor colega"...

Rocío lee su relato, titulado "Esperanza de vida de un camaleón estresado". Ya el título nos engancha. Nos encanta. La historia de una pareja estancada en su relación en la que ella adopta como mascota un camaleón, que le hace más compañía que su propio marido. Deducimos (chicos listos nosotros) que el camaleón es una metáfora de situación. Un animal de tan poca reacción, pero, como decía, de mayor reacción que su esposo.
Aparece Aureliano. el día 10 de junio presenta su libro en la Biblioteca "Manuel Alvar" de Madrid. Nos dice que lleva una vida enloquecida, también que a José María, el amigo poeta con el que vino la semana anterior, le gustó la Tertulia (que protagonizó mi afonía, pienso yo).

Un día traerá a su hermano Luis Cañadas, pintor y autor también de cuentos. Nos dejará Luis cuando lea que le demos caña, "le daremos cañadas" dice Elena. Reímos.

David hace intentos de leer su poema, antes de poder leer el primer verso, Aureliano nos pide disculpas porque se tiene que marchar, se va a una presentación de un compañero poeta del Círculo de Bellas Artes. "Enviánoslo a todos por correo", le pide a David.

David nos lee su mirada particular sobre la idea "Me quedaré hasta que cambie el viento", frase que dice Mary Poppins en la película.

En el poema de David el protagonista seguirá esperando a la amada cuando haya cambiado el viento. Corregimos un poco el final y dejamos el verso:

"cuando no haya lumbre."

Antes de continuar la lectura, propongo a los narradores que para el próximo miércoles escriban un relato con las frases "¿te he dicho tío cuánto te quiero?", "eres mi mejor colega"... Un reto, ya lo sé, pero no hay nada imposible.

Mi futuro como inventor de chistes empieza a tambalearse cuando les pregunto así, sin anestesia: ¿Cuál es el poema más limpio?
Me miran.
Les contesto: "la e-lejía"

Flipan, estoy entrando en una vía muerta, me salgo de ella como puedo.

Lee Elena su poema "Romanza" (hoy estamos siendo más protagonistas los poetas, je, je...) con versos e imágenes tan fantásticas como:
Toda esta noche
ha guardado su oscuridad
bajo los acordeones de las aceras...

Terminamos la tertulia de hoy con este poema también lleno de cicatrices.

Propongo para los poetas que intenten escribir para el próximo miércoles algo con un versos que me ronda desde hace días (saldrá tarde o temprano, lo sé):

"no hay seda que cubra mi herida"

Culminamos la jornada 34.
Decimos 34.

Nos vemos el próximo miércoles en el Galdós.




Javier Díaz Gil
17 de junio de 2008

No hay comentarios: