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lunes, 24 de febrero de 2025

18ª Jornada/XVIII año: Miércoles, 19 de febrero de 2025

CON EL DIABLO EN LA PROA

Hoy navegamos por aguas cenizas, ríspidas y frías de las costas del averno.  De vez en cuando nos confortó un rayo de sol de entre los nubarrones, alguna golondrina volviendo a su nido, una cápsula de 10 miligramos, un beso tronado o un cocido reparador aunque costara masticarlo.


Todo fue empezar con las niñas mudas por sus lenguas cercenadas, víctimas de los peores crímenes de los peores seres humanos con las peores intensiones. Solo una, una clase especial de ardilla, logra apenas salvarse. Rocío nos sorprendió al dejarnos mudos de horror.


Y el diablo se mete entre la Maja desnuda y la vestida. Una presume de ser la primera, la de piel más suave, la de los colores fríos.  La otra, de ser admirada sin tener que esconderse, de su vestido de seda drapeada que si blanca, que si negra, que si es menos misterioso estar envuelta en nada. Y se desgreñan por obtener los favores de Goya como maestro, como amante. Confiesan, tener ambas, cuerpo de duquesa y cara de furcia. Paloma navegando por las aguas pícaras de la historia


El futuro será del fuego y la ceniza, sentencia el Capitán del barco, la lluvia y la sal no han cejado en su empeño. Lava y óxido, lenguas del infierno. El capitán espía, quiere saber, observa atentamente. Intuye que, a veces, el diablo va en la proa.


Susana lo ha visto en un taxi persiguiendo a un hombre con el recuerdo de  la zapatilla en el aire, con la herida abierta del pasado, el niño lastimado quiere jugar de nuevo. El barco gira a estribor, cerca de los afilados arrecifes, bajo la lluvia, deposición ácida de lágrimas de niños maltratados.


Y vuelve a llover sobre mojado. Esta vez en un microtequiero, el 38. María, una niña de rostro moreno, ojos oscuros de miedo corre tras la orden de su madre de no mirar atrás, corre, corre, se escabulle hasta alcanzar la alambrada, hasta  cruzarla… y sigue corriendo. ¡Ay, Alberto cuánto dolor!


No todos estamos hechos para tirar bombas y salir con el alma ilesa. El saltador de pértiga era un hombre sensible que gustaba de mirar a las golondrinas en sus nidos, hacer sonar sus dos armónicas, andar en bicicletas, navegar en barcas pesqueras, jugar al ajedrez. Desdeña al demonio y a sus bombas para  enseñar a sus hijos lo que es plancton y la magia de la vida. Gracias, Cinta.


Un marinero nuevo se alista en el buque Rascamán. Carlos Castro, no casto y sí canario. Nos trae un remedio para el mareo y otros males corporales o sutiles. Un comprimido de 10 miligramos de Nimbada, elaborado con almas de ruiseñor, pero cuidado, una sobredosis puede provocar somnolencia de la muerte en tu regazo. Siempre el diablo detrás de las cosas buenas. El mismo diablo  ha anclado su cola y tridente en Gaza, no se tienta ante el sepulcro en el cielo de juguetes y muñecos de almas tan inocentes como las naranjas. Bienvenido, Carlos Castro y canario.


Bernardo empresario y Fabiola periodista …y el diablo. 

¿Para qué tipo de cita me requieres? —pregunta ella— ¿Para una entrevista periodística  o una de fulana a ratos? Manuel no nos da la respuesta, pero conociendo a Bernardo…

A cambio, nos ofrece un poema inspirado por una musa disfrazada de bolsa del mercado. La verdad nunca sabe uno dónde se encuentran las musas, pero puedo asegurar que ésta tenía al diablo en una oreja. Manuel recita un mundo desprovisto de sentido, absurdo y gris, apocalíptico. La apoteosis del polvo, llevará por título, nos expresa Bernardo, digo, Manuel. (culpa del diablo, también)


¿Me das un autógrafo? Pregunta el joven Raña a su sonrojado padre. —Ven, Pepe, que te quiero presentar a alguien de tu tierra— Cuán grande sería la sorpresa de Pepe al ver a Massiel, la famosa cantante española, levantarse de la mesa y plantarle un prolongado beso en la boca al tiempo que exclamaba: ¡Para que no se te olvide que eres español! 

Lindo homenaje a tu padre el contarnos estas anécdotas de padre e hijo. Gracias, Raña. (No crean que por el relato conmovedor el diablo no navegó esta tarde con Juan Bautista, estaba sentado a su lado aconsejándole maldades). 


Juan Calderón intenta dormir en su camarote. El demonio perturba sus sueño y lo hace despertar llorando al amanecer. Llora por nada y por tantas cosas, por las doce niñas muertas, por el chelo de las nanas, por su cama de arena y alacranes. ¡Deja, diablo, que Juan cante y no llore, aléjate de ya de este barco!


Pero Lucifer es obcecado. Se ensaña en los niños curiosos, en las niñas de piernas largas que buscan la felicidad. La niña de pantalón corto, cintillas en los zapatos y brazaletes de colores, no ha vuelto desde hace dos años. Desde aquel día en que la vio su madre pidiendo autostop. La familia vecina, él tiene un camión, ella es muy solícita, el niño curioso. El diablo termina su obra. El niño curioso deja  caer la caja que había descubierto en el  desván, la caja vierte su contenido: cintillas, brazaletes de colores. ¿Dónde está Ana? Jamás lo sabrán, concluye Tina. La nave gira a sotavento.


Mientras tanto, los diablillos andan sueltos por la Pampa. —Pienso que nunca tuve un alma cándida—confiesa Jorge. Yo tenía que adecuarme, fingir ser mayor y participar en cuestiones que aún no me correspondían. Todo ello me provocaba cierta morbosidad y al mismo tiempo me sentía orgulloso de ser parte de esas travesuras, pues no eran otra cosa más que actos de rebeldía, de querer sobresalir  o de probarse frente a los otro— Al diablo le gusta surcar por las hormonas frescas de los jóvenes.


Chelo, David y Juan Pulgar bajan las velas sin letras, el barco se acerca al fin de la travesía. Los navegantes bajan presurosos, no por alejarse del demonio que los mira desde lo alto del mástil, sino porque hay partido de fútbol.


El próximo viaje zarpará desde otro puerto, CÍRCULO DE BELLAS ARTES: El rumbo, las aguas dulces y las arenas tibias de Aureliano Cañadas; anuncia el Capitán Díaz Gil.





Carmen Padín

22 de febrero de 2025




sábado, 22 de febrero de 2025

17ª Jornada/XVIII año: Miércoles, 12 de febrero de 2025

 

Lo que esconde la pena


LO QUE ESCONDE LA PENA, 12 DE Febrero del 2025


Un día más, los Rascamanes nos reunimos para despejar aquello que se esconde tras la pena del tiempo que pasa, las pérdidas que, aunque dolorosas, crearon un camino a seguir. El espíritu de Aureliano nos conduce a encontrar los talismanes para enfrentar los vacíos, las ausencias, los sinsabores. En esos avatares fue un auténtico maestro.

Hoy me toca ser la primera. Ese barco que quería atravesar el mar  se alía con los torrentes de agua que convierten el jardín donde vive en un océano. Y aunque su aventura tiene un breve recorrido, los gorriones le ofrecen su mejor concierto, como premio.

La sangre de los africanos hace crecer las plantas rojas del sur, y ese riego enriquece a quienes los convierten de nuevo, en esclavos del siglo XXI.

Una Venus autoestopista busca la felicidad, pero las cuadrigas bárbaras la destinan al más infeliz de los destinos, perderse en un mundo de soledad y abandono. Rocío crea el itinerario por donde la ilusión de una aventura se desprende de sus velos engañosos hasta llegar al más triste de los declives.

La otra cara de la moneda es la crónica de Isabel con el retrato ruidoso de los tambores de Calanda, la huella de Buñuel en su pueblo natal, donde los forasteros y los propios del lugar se unen en rituales donde cada cual tiene su propio ritmo. Un día de alegría compartida con un magnífico broche: los melocotones más deliciosos de todo Aragón.

Alberto, con un nuevo relato de su serie “Microtequiero”, con un viaje donde la represión encarnada por una madre de misas, novenas y otras represiones se enfrenta y pierde la batalla, ante la lujuria desenfrenada de hijos y marido. 

Paloma nos ilumina una vez más con la aristócrata que deslumbró a Goya con su belleza, su talante  de mujer libre y sus artes amatorios, convirtiéndose en esas Majas que hoy reinan en el Prado. La historia de su vida podrá haber sido la de una cortesana, (valga la polisemia), de altos vuelos.

La elegía a la primavera de Juan Antonio se viste con los ropajes de la música de Haydn y todo un desfile de momentos llenos de vida recorre su poema.

La poesía es, sin duda, un sortilegio para atrapar un instante inolvidable. Javier lo consigue, parando la pena de la despedida, un adiós que no logra ocultar el deseo irrefrenable de regresar a las islas.

Ser una niña inocente puede convertirse en un peligro inusitado para padres y otros familiares.. En medio del recitado de profesiones de padres bien situados, la palabra bolchevique, crea toda una tempestad de emociones. En la monja que es testigo de la conversación de las escolares en el recreo, y en el entorno familiar más cercano a la criatura que, sin saberlo,  convierte una ideología en una profesión. Tina construye un estupendo retrato del tiempo y del espacio de esa España que rezó con Juan XXIII y que nos vio crecer a todos los que ya contamos muchos años.

“La última hoja del otoño” donde la  nieve de sus pasos  son la huella de su madre, guardada también en la memoria del hombre que anotaba los gastos de la carnicería, esos gastos que la progenitora de Susana gestionaba como protectora y economista de toda la familia, es un poema que retrata su carácter: “cuando me muera, llévame risas”. 

La Inquisición, made in Facebook, penaliza a José Antonio Carmona, cuando reflexiona sobre el nazismo actual, Trump y otros descendientes de Hitler. “Nos quieren convertir en un pie de página. En una nota exigua. Y de derechos, ni un paso atrás”.

Y Carmen descubre en su cuento que la pachamama no es la tierra, sino el agua. Las tareas de las mujeres, todo un tejido de acciones que han ido sosteniendo y haciendo crecer la vida, un fluido eterno y el ritmo primigenio de romper aguas, un ritmo imparable, el agua y la sangre, hermanándose .

La tortura de gota a gota, el silencio, la oscuridad, todos los matices de esa cadena que nos ata a tantos, y que somos incapaces de descifrar, cuando lo conocemos a diario. Y finalmente, Chelo nos lo muestra en una sola palabra: el insomnio.

Con Manuel recorremos África y sus resecas colinas, la huida para escapar de la guerra y la muerte convierten a una madre y a su hijo en héroes, enfrentando los peligros que les muestran la peor cara del ser humano. Y Somalia va quedando atrás, mientras que el millonario sigue seduciendo a las mujeres que se mueven en un mundo de lujo y de poder.

Otro paisaje más en esta tarde en la que los viajes son una escapada a la realidad que, a veces, nos resulta insoportable. 

Alberto Manrique dibuja el contraste entre el paraíso y la gran ciudad en las  Islas Filipinas. Dos hermanos y la lluvia en el Carabao.

Como siempre, los poemas de Ana a dos luces, el castellano y, esta vez, en portugués, giran alrededor del amor, el deseo y la búsqueda de la fusión, ese viaje donde la pasión y el corazón comparten trayecto.

La atmósfera del “Fígaro” se ha ido convirtiendo en un espacio donde la magia de la palabra nos reúne para desvelar, una vez más, nuestros recursos para seguir combatiendo en este mundo donde la pena suele ser el manto que todo lo envuelve. Continuemos tirando de él, para encontrarnos con el consuelo de la belleza.


Cinta Guil Redondo.

22 de febrero de 2025




sábado, 8 de febrero de 2025

16ª Jornada/XVIII año: Miércoles, 5 de febrero de 2025

Buenas noches, rascamanes...



Buenas noches rascamanes, lo de buenas noches se debe a que como es habitual en mí estoy escribiendo muy tarde, me confieso noctámbula.

Me ha tocado por segunda vez, he intentado escabullirme pero los rayos x de Javier no me han dado tregua, así que, como suele decirse, a apechugar tocan.

Comienzo por la compañera que normalmente tengo a mi izquierda y que no hace falta que diga el nombre, solo daré pistas, cuando habla me recuerda a mi querida y admirada Gloria Fuertes, ahí lo dejo.

Nos habla de la prima Mila cuya sonrisa embelesaba a todos los que la conocían. Tenía una singular querencia por el agua, se diría que bebiese a través de la piel constantemente mojándose el cuello, las manos los pies una y otra vez. Eso no era fácil de entender para los demás, vivía inmersa en un mundo paralelo en el que la gente que la quería no podía entrar. Tal vez para protegerla de sí misma acabaron recluyéndola en un lugar del que ya nunca salió pero  nunca pudieron olvidar aquella sonrisa que se hacía presente en una fotografía que guardaban como un tesoro.

Chelo. La mujer que mejor abraza del mundo nos invita a adentrarnos en el inquietante y cavernoso mundo de la muerte. Todo comienza con una gota de sangre o, tal vez, con el germen vacío de la memoria o, simplemente, con la voz tatuada en el tiempo. El problema son las cicatrices.

Cinta. Esa mujer de preciosos rizos blancos que siempre mira a la vida como una constante oportunidad y nos lleva al mundo de las berenjenas feministas y unas lentejas más o menos bien hechas. Nos explica que a todo hay que darle su tiempo. La vida cocida en barro sabe mejor y si el colofón es con aceite de oliva el júbilo puede llegar al éxtasis.

Juan Calderón. Poeta, cantante, conversador. El amor a veces fantasea demasiado con la realidad hecha a medida del corazón. A través del bamboleante humo de un habano se rinde ante la fantasmagórica visión de Susi, la mujer de su vida y la causa de su tormento. El club Negresco está lleno de hombres que la idolatran  y él quiere que sea solo suya. Ella es un espejismo y el enamorado solo se librará de la obsesión con la muerte.

Juan Raña. Dulce, dicharachero, verbo fácil, nos incorpora a un mundo de repostería donde se endulza el último momento de la existencia a golpe de brazo de gitano. Ezequiel sabe mucho de eso y prepara su propia fiesta final con cientos de ellos para todo el pueblo y sentado en su viejo sillón espera el momento en el que los demás los degustarán en honor a su recuerdo.

Alberto. Absolutamente enigmático, locuaz, una pizca reservado, observador. Se queda en décimas de segundo con lo mejor de cualquier contenido.

Vamos con su historia. Pelayo, mozo de vaquería,  quiso emular lo ocurrido en Canáa, solo que en vez de vino quiso convertir el agua de la fuente en leche y ofrecérsela a su amada prometiéndole matrimonio si ella accedía a  beber, pero en el fragor de la emoción se olvidó de que ella era intolerante a la lactosa.

José Antonio. ¡Ay!  Esa voz cantarina que te saca una sonrisa antes de empezar mientras te cuenta la vida a golpe de campanillas.

Berenguela se enamora de un soldadito, y que si esto que si aquello, que si vienes que si vas, que acabaron en el catre y después en boda con hipoteca y todo. Ponen un negocio de alhajas de colores, no de las buenas si no de las de un pasar. Entra en escena un gaucho que ya es rizar el rizo y como internet une mucho pues quisieron hacer negocio y claro había que verse y como no podía ser de otra manera pues también hubo revolcón. Mal llevaba eso el soldadito y como su cabeza no daba para más pues propuso a su mujer que como aquella afrenta no era digerible pues lo mejor era suicidarse los dos.

Ella aceptó en principio pero luego decidió que fuese empezando él y, claro, ella ni se lo pensó. Quedó viudita y con posibles, se le pasó por la cabeza hacerse monja pero no tenía tiempo y se fue de crucero. La moraleja es sencilla, ¿la adivináis? Esa, esa misma. Si te proponen suicidio primero tú y ya me lo pienso.

Juan Manuel. Tímido, discreto, observador, sensibilidad por los poros que emana a través de sus escritos. Tú y yo, el amor siempre lleva al camino del recuerdo. El cosmos subido en un corcel que ensancha el horizonte. Sentimiento interior expresado como un lamento.

Paloma. Sonrisa franca, aire chic parisino, mujer de negro, denota personalidad.

Nos habla de guerra, de denuncia, de personajes involucrados hasta perder la vida en ello. Gerda  Taro, murió aplastada por un tanque a los veintisiete años. Capa el hombre de su vida y fotógrafo de guerra no pudo soportarlo, ni siquiera  fue suficiente el  cariño y la ayuda prestada por sus amigos: Neruda,  Rafael Alberti, Cernuda. Murió en acto de servicio, pisó una mina en Indochina. Hizo infinidad de fotos reveladoras del horror pero solo sobrevivieron unas pocas.

Ana. Esa galleguita que nos deleita con su poesía, en esa lengua dulce y cadenciosa que es la gallega, luego lo traduce pero ya no es igual.

Nos habla de una pasión desenfrenada y sus consecuencias. Caen las hojas al viento negro. Llovieron cicatrices en mi cuerpo enardecido. El hilo de tu boca alcanza mi pecho. O teu puño chega a o meu peito. 

Javier. El capitán de la fragata siempre al timón, corrige pero no juzga, aconseja pero no impone. Yo a eso lo llamo templanza y estilo.

Nos habla de una hilera de luz y de Andrés.

Juan Pulgar. Manifestación descriptiva de la crueldad de la vida, desdicha, desencanto, solo la calma llega cuando duermes y dejas de pensar pero el cuerpo tiene memoria y se acrecientan los deseos de autodestrucción.

Tina. La historia de dos amigas de esas cuya amistad es para siempre desde la niñez pero no contaban con que la vida tenía otros planes. La traición llego ocultándose en la polvareda que trae consigo el viento solano que destruye a su paso todo lo que encuentra. Eran capaces de compartirlo todo pero no el amor. El engaño aniquiló la inocencia y las separó para siempre.

Ha sido un placer repetir con la Bitácora.  


Tina Iglesias

5 de Febrero de 2025.

domingo, 2 de febrero de 2025

15ª Jornada/XVIII año: Miércoles, 29 de enero de 2025

 

Es día de paraguas y relatos...


Una bitácora me manda hacer Javier
De la ultima tertulia del mes de Enero 

y siendo él  El Boss yo soy Obrero

Aunque no recuerdo hoy y menos ayer 

(cita a pachas con Lope)


Matilde por WhatsApp me lo dijo: Hoy, José, es día de paraguas y relatos. De sonetos no, que con la lluvia encogen hasta los versos. Y es triste hacer endecasílabos de diez en sonetos húmedos de lluvia.

Así que con Juan Raña y Calderón nos presentamos en el Fígaro y ya sabéis:  sonrisa de Jesús y cerveza de Mahou.

En la habitación de la lado (a lo Almodóvar) estaban los colegas: Tina, Javier, Cinta, Alberto y los virtuales (virtuosos se les supone)  Susana, Carmen, Paloma, Matteo.

Luego como las aguas después de la tormenta (libélula), llegaron Ana, David.

Y campanilla.

Que empiece ya, que empiece ya… me pareció leer en los ojos de algunoa (inclusión en eusquera).

Tina, Puertas abandonadas, una inclinada, esperando ser recogidas por cualquier camión anónimo, quizá la madera fue la cubierta de algún barco. O… ¡Qué más da! Es la imaginación y el pretexto para el debate. Gozoso.  “Lo enriqueces tan bonito” escuché a Alberto

Javier, Poesía con mayúsculas.  Ay, La Gomera, Es la isla musa, de barrancos y albarradas. La albarrada como límite o como traje que rodea y viste a las malas hierbas. La tierra y los 22 días. Es el poema después de la charla con el mago isleño. Algo tengo que ver con la isla, y tus versos me llevan,

Ya no hay ecos que repitan tu nombre.

Suspiro (no se me ocurre otra cosa).

Cinta. Compañera generosa del relato, el verso y los amigos. Nos presenta desde sus versos a Carlos Castro López, poeta e informático.

El borde: El vaso de cristal revienta en mil pedazos y no puedes hacer nada.

Será un placer compartir con Carlos.

Alberto. Microtequiero 34, el 35 está, pero... Al relato. Evaristo Peinado y el obrero de la construcción, reforma en el pasillo, un corazón de esmalte rojo… nadie podía  imaginar que a través del muro se oyera el ring del teléfono. Sorpresa y asombro. Si fuera poeta, (yo) diría inexorable o exhaustivo y pondría una cita. Pero querer y admirar a Alberto es tan fácil. No pongo la cita ni hablo del género de los odonatos anisópteros .

Susana. Hoy llovía y no está el tiempo para carreteras. Susana por Zoom: Mujer que trazaste caminos sobre la piel del viento. Grito frente al racismo y la desigualdad, el derecho de/a vivir. Bravo, Susana.

Paloma. Si leéis con atención veréis que me he puesto en pie cuando escribo sobre lo que Paloma nos leyó. Miguel Hernandez a lo grande, al sentimiento y, como banderillas negras a la historia, el Palacio, la casa de los escritores. Miguel, un grano para intelectuales, y la voz, la documentación y el estilo de Paloma. No escribo más, ¡carajo! Hay que leerla y disfrutar. Además son capítulos con guinda, al final un verso, una zarzuela, una canción: “Huele a sangre corrompida, huele a mostaza”.

Carmen Padín. Ser fan de Carmen es de poca imaginación. La dama linda por Zoom. Una gaita. Si se hubiesen dedicado más días a la creación (quizá), la ubicuidad sería un un hecho y Plasencia estaría al lado y todos. Como en el teorema, cabríamos en el mismo punto.

Su relato, surrealista, con vacas en el asiento de atrás y lección de historia argentina: Perón, la Pampa Verde, la reforma agraria y todo, todo, con la sensibilidad de una caricia en sus letras. Un gusto escucharte, Carmen. Luego… Rafaelito, hijo… cantaba como Lola Flores (10 renglones).

Juan Calderón. Premios, voz, humor, inteligencia. Hoy, además su poema es homenaje a Aure, nuestro amigo que falta: El dragón hecho furia que custodia la llave. 

Juan Raña. El duelo por la muerte del padre aún no pasado y toca escribir y escribir, que drene la tristeza con los relatos. El de hoy es tierno: Nace el niño y el padre lo recibe con sorpresa. Pero “los sueños cambian “… con la misma ligereza de las burbujas.

José Antonio (soy yo) cuento a lo romance teatralizado la historia de un señor que muere por un beso y lo recibe San Pedro y… acaba volviendo a la tierra (soy acuario por los pelos).

Ana Gonz  Mi ciudad. Gentes que van deprisa por una vida demasiado breve. No se conocen y el tiempo va pasando frente a la indiferencia de los gobernantes.

Matteo Desenfocado, me pilla el altavoz de lado y no oigo bien. Pido ayuda: un ánfora que emite luz pero que no acabamos de ver, el resto del poema, de diez. Lo pensará, cambiar el ánfora por otra imagen. (Ayuda enviada).

Juan Pulgar Continúo con el oído donde no debe, escucho mal, pero relato de intenso, duro no, durísimo. Con la violencia de la sociedad que margina. Por lo que no escucho, es el relato que no me importaría publicar. De los necesario, nos guste o no. Son hechos reales, dice. Escritos desde la aparente distancia del narrador, pero que no nos dejan indiferentes.

Amelia En los Tiempos de Covid reflexión. ¿Cambiar de vida? Entre el cultivo de cactus y suculentas, la historia reciente. Somos su consecuencia, recordarla. La adaptación a las circunstancias . Me encanta escucharte. 

Y ya está, el soneto de Lope era hermoso, Eché de menos a León, a Polvorilla, a… La vida sigue.


José Antonio Carmona
19 de febrero de 2024

sábado, 1 de febrero de 2025

14ª Jornada/XVIII año: Miércoles, 22 de enero de 2025

Nuestro viejo bergantín que zozobra
en medio de un mar indiferente...

 


De nuevo por estas calles de Madrid, entre viajeros anónimos perdidos entre sus estrechos senderos o vagando por los pasillos del metro sumergido entre multitudes que viajan a sus inciertos destinos, donde quizás les espere la música de la persona amada o un acordeón inesperado en la calzada. Poco a poco me acerco a nuestro barco, llevándote conmigo, con mi corazón adornado con el suave  murmullo inaudible de tu voz que vibra en lo más profundo de mi ser, querida mía.

Al llegar, nos encontramos a bordo Mariana, Alberto y yo. Ante tal abandono, nos pusimos muy nerviosos, bajamos a la bodega, dormitorios, camarilla del capitán y otros rincones de nuestro viejo bergantín que zozobra en medio de un mar indiferente a la desolación que aprisionaba nuestro pecho por la ausencia del resto de la tripulación. Afortunadamente, poco a poco fueron llegando los restantes miembros de la tripulación a bordo de pequeños botes, recién abandonados por ladrones de perlas, perseguidos por la policía portuaria del Buque Insignia de Madrid.

Tras los rumores habituales, los tripulantes fueron ocupando su sitio a bordo de la nave, y Javi tomando la palabra:

-Lo primero, informaros que el 26 de febrero a las siete de la tarde, haremos un homenaje junto con el grupo de Bellas Artes a nuestro querido compañero y amigo Aureliano Cañadas, en una de las salas del Círculo.

Y ahí estuvimos de cháchara deliberando sobre la organización de dicho acto, en el que los compañeros más allegados le rendirán el homenaje que nuestro viejo amigo se merece y con ellos irá también nuestro corazón, vibrando entre sus versos. Nuestro poeta de La Nada se transformará en luz, al igual que tú, mi amor, volviendo a brillar junto a las estrellas pues nacimos de su fulgor y allí volveremos en un Cosmos de Música y Palabra.

Y con tu permiso mi viejo amigo, ahora que andas por espacios inaccesibles para mí, recordarte tu magnífico poema Pájaro, del poemario Soledades:

“El pájaro

que perdió aquella pluma

en Yale

y que tú, cuidadosa, me entregaste,

no ha muerto aún:

vuela dentro de mí,

más allá, siempre más 

allá, de tal manera

que soy un universo 

paralelo, infinito.

Y quién hubiera dicho que bastaba

la pluma de algún pájaro

para ganarle

la batalla a la muerte.”


Sí, ganar esta batalla, pues de la luz venimos y hacia ella nos encaminamos, a través de los senderos de la Belleza y El Amor. 

La materia es vacío, llena de energía de baja frecuencia, esperando a cantar con Las Galaxias.

Desde aquí mi abrazo más sentido, mi querido viejecito, de voz suave crispada por la edad, que caminabas por los senderos de la vida apoyado en un cayado de niebla, sorteando las vallas del camino.


A continuación, nuestra querida Mariana nos deleitó con dos poemas, de los que entresaco los siguientes versos:

“Preludio

Me acerco al mar 

su cuerpo delgado y fuerte

se insinúa al mío 

como un tigre.

……………………….

Me acerco al mar

me llama, me roza

……………………………….

me abandona.”


Pequeño rumor a bordo, mientras las olas acariciaban nuestro barco. Algunas observaciones y nuestra corsaria nuevamente:


“En calma

……………………..

el ruido envuelve el bosque

…………………………………………

el silencio pierde su murmullo

mientras el ritmo del árbol

explota con la velocidad de un resorte.


La vida sigue.”


Siempre tan espiritual y profunda, Mariana, tú que habitas golpeada por las implacables olas del camino.


Y alhaja, todo esto, envuelto en una brisa plena de luz y de palabras.


A continuación, Javier invitó a Alberto a que saliese a la palestra, deleitándonos con sus relatos cortos; pero el muy corsario venido a menos, declinó la invitación, lo cual provocó un murmullo indescifrable. 

Ante mi sorpresa, apuntándome con su garfio semioxidado me obligó a coger mis arrugados manuscritos, que se me habían caído al suelo, por el susto que me había dado el capitán. Así es que leí un poema de mi poemario Planeta de autómatas, y del que conoces algunos poemas, que como sabes, lo empecé a escribir cuando estábamos en Canarias en los años setenta.


“Evolución


No me preocupa

que los smartphones

hayan invadido nuestras playas

……………………………………..

Lo que me inquieta

es la soledad de las gentes

sujetas a un calambre,

Lo que me desasosiega

es la destrucción de los bosques

y la creciente conversión

del planeta en un erial

poblado por robots.

……………………………………..

Me preocupa

……………………

que nuestra piel en su renuncia

se haya fundido

en la delgada película de un iphone.

………………………………………………………”


Ya sabes alhaja, mis cosas, esa zozobra que me persigue desde hace muchos años, temiendo que los cables se hagan con nosotros.

Y en la estrofa que comienza: 


“Y me preocupa

que tú y yo,

que nosotros.”


Me quedé parado sin poder articular palabra unos instantes, tratando de sujetar la emoción, pues los siguientes versos 


“huyamos del contacto de aquella boca,

que intenta acariciarnos;

que ignoremos su sonrisa

y prefiramos la impresa 

en la virtuosa pantalla digital”


me recordaron la suave caricia de tus manos, o tu mirada atravesando mi mirada.

Y alhaja, lo sabes muy bien, me refiero a la deshumanización del hombre, y a la indiferencia por aquellos que hacen vibrar su corazón, a través del viejo acordeón que llora en cualquier estación de metro, o en los infinitos senderos, por donde clama el antiguo payaso que trata de llamar nuestra atención.


Al terminar, Joselyn Almeida exclamó:

-Tendrías Juan Manuel, que agregar una estrofa, haciendo referencia a las personas que se enamoran de un algoritmo.

A lo mejor lo hago, si me surge la inspiración en la forma adecuada.

A continuación, bajándose del barril en que estaba subido, José Antonio nos leyó el último soneto de José León:


“Mexicana


Sor Juana Inés, qué gusto da leerte

de tu tiempo lejano me escribías

…………………………………………………..

Te veo que sueñas en seguro nido

gustoso y silencioso del convento

………………………………………………….

la pena de tu dulce pecho herido

……………………………………………………

eres la luz de mi alma esta mañana

con las palabras de tu nieve pura”


Muy bien, León, por llevarnos con tus cansadas alas, al recuerdo de lejanos tiempos, en los que en el silencioso convento gime un alma herida, abriendo en nuestro corazón nuevas heridas.

Por otro parte, que la luz ilumine tu lento caminar por los senderos.

Después, José Antonio, nos cuenta con mucha gracia su viaje por El camino de Santiago, hecho prácticamente en coche, ya que su delicada situación no le permite caminar por abruptos caminos. Mas los últimos 5km los hizo a pie, cual jabato. Pero ojo, nos aclara: ”Bajo muy bien las cuestas”.

Y el muy condenado, confunde en el albergue a una señora con una enfermera -querencia de los hospitales, que diríamos en nuestro pueblo-. Y una buena manta protegió del frío a nuestro bravo corsario, dibujador de hermosos y pícaros romances, cuando su espada blande por los aires.


A continuación, nuestro querido capitán Javier, tras colocarse muy bien su carcomida pata de palo, nos relee un viejo poema de supervivencia de enseres y animales. Un poema que me recuerda a antiguos violines gimiendo entre barrancos.


A continuación, Isabel nos leyó el relato titulado El teléfono, en el que nos cuenta que la protagonista, tras dormirse, oye un ruido inquietante; al poco otra vez. Se levanta, mira por la mirilla de la puerta y ve a dos encapuchados. El miedo la atenaza, suena el teléfono, y al otro lado suena la voz de una amiga. Ambas empiezan a reír histéricas. Apenas consigue articular palabra; por fin:

-Gracias amiga. Me has sacado de una pesadilla.

El miedo Isabel, es el fantasma que merodea por los valles.

Luego nos leyó un poema dedicado a Benedetti, del que lamentablemente no pude recoger versos, pues circunstancias superiores me impidieron hacerlo.


A continuación, Manuel, quitándose tímidamente el pañuelo de colores de su cabeza, y dejando la cimitarra metida en su oxidada funda, nos leyó un relato con el tema de la semana, titulado Diario de un abandono, del que puedo decir lo siguiente:  Nos describe los sentimientos de una puerta de un armario, que se siente abandonado poco a poco por su dueña, y por ello sus íntimas palabras nos atraviesan el alma, según va transcurriendo la triste historia del desahucio. Y he aquí algunas de las palabras de esta vieja puerta de madera, testigo de innumerables historias no contadas, que antaño soñó con tener alas en busca de la luz:


“Aún recuerdo la suavidad de sus manos

………………………………………………………

Y sobre mi cuerpo los pájaros cantaban

………………………………………………………….

Poco a poco se fue desvaneciendo

…………………………………………..

El hastío se apoderó.

Ella se marchó.

Tiró la ropa.

Después me arrojaron de mi casa.

Me enterraron.”

Muy emotivo tu relato Manuel, muy poético y lleno de vida. Un auténtico regalo del alma.

Lo que no sé, es si terminó con “me enterraron” o con esto otro rememorando a Juan Ramón:

Pero renacerá y volverán a cantar los pájaros. O quizás sea un añadido mío.

Después Manuel, siguió con su novela, en la que describe un asesinato, en el que madre e hijo lloran desconsoladamente. El hijo, Hassan, estaba aterrado, pues había matado al chófer que trató de violar a su madre. 

A través de la lectura, nos va describiendo con minuciosidad el largo camino del traslado del cadáver hasta el fondo del lago, hasta conseguir que fuera tragado por las aguas.


Muy bien Manuel.

Y ahora, alhaja, una nueva corsaria, vestido su cabello del mismo blanco que a ti te coronaba, nos leyó un poema del que entresaco los siguientes versos:


“Hay palabras


Habla el escalofrío del viento.

Habla el tobogán de la garganta.

Habla la lluvia como la piel.

Habla la palabra hecha carne.

…………………………………………

Cuán injusta es la agonía

de las palabras que terminan

en el tiempo de la noche

en el tiempo de la mar

flotan, flotan…….”

Es un poema espiritual, que quiere convertirse en un grito en medio del ruido de la vida.

Las pequeñas matizaciones, pueden darle aún más fuerza, Susana.

Que nuestro grito derrumbe las murallas que no nos dejan ver el Horizonte.


Luego nos leerá un poema sobre la propuesta semanal:

“Que será de ti puerta rota

………………………………………

Quién cerró tu corazón

…………………………………..

Quizás sólo sirvas

para el sueño roto de un mendigo”


Qué bien, Susana, qué bello ser el sueño roto de un mendigo. Qué sensibilidad, por Dios.


Después Matteo nos lee un poema que ha mandado a un concurso, y del cual no puedo sacar ningún verso a pesar nuestro.

A continuación, Chelo, llenando con su sonrisa cual ave que juguetea en la cubierta, nos lee el poema Estás:


“A unos metros

a un mensaje

…………………..

a una vibración

…………………….

Y en el humo de un cigarro

que expulso lento

para que roce mis labios

sin saber por qué.

………………………………

En el aire todo

y en todo,

sólo yo.”


Muy bien Chelo, un cierto velo de tristeza en tus umbrales, o quizás los momentos de la vida en los que su ruido desborda nuestros ríos.

A continuación, Tina, que desde su barca nos obsequia a través del ordenador con una fábula en la que el lobo engaña al perro pastor, e incluso le ayuda en la nocturnidad, poniendo velas para que se coma las ovejas, y al final ser devorado por la bestia.

Un relato en el que nos invita a reflexionar sobre El Mal. Muy bien Tina.


A continuación nuestra galleguita Ana, nos lee un poema sobre el tema de la semana -la puerta del armario-, titulado Exhibición:


“A vos entera me ofrezco

…………………………………

Quitaos el sombrero

………………………………

Aparecer sin ropa ante vos

me incita un delicioso sabor

…………………………………………..”

Lástima no haber podido coger más versos de tan placentero y alegre poema, desenfadado y atrevido ante la tímida puerta del armario. La culpa la tienen impertinentes marineros que chapotean en el agua de altamar. Muy bien Ana. Un placer.


Marinería, arriemos velas, y naveguemos hasta conquistar nuevos espacios donde la Belleza derribe las murallas y las trampas, que en el camino nos tienen preparadas.


Y nada más, querida: todo este murmullo de mis compañeros de aventuras, te vuelvo a enviar desde lo más profundo de mi ser, donde tú habitas, aunque estés lejos de mí.



Juan Manuel Criado Manzano
26 de enero de 2025