Páginas

viernes, 16 de junio de 2023

26ª Jornada/XVI año: Miércoles, 14 de junio de 2023

 

“No sé por qué las cosas son a veces

tan del color del luto

y te llagan profundo

donde ya no hay arterias ni osamenta”

(Juan Calderón Matador)



LAS MUJERES DEL CAFÉ LA TRAVIATA

Son las cinco de la tarde de un miércoles cualquiera. El salón de abajo del café “La Traviata” en la plaza de Ópera de Madrid permanece en silencio. “La mujer de Penagos” y “Judit, de Gustav Klimt” se despiertan después de una breve siesta. Hoy, el menú del día no era del gusto de ninguna de ellas y tuvieron que conformarse con un pincho de tortilla.

  • ¡Estoy harta de la comida de este lugar! vociferó abiertamente Judit.
  • Uy, lo que te quejas, querida. Es verdad que no es L’Hardy, pero hay sitios peores.
  • ¿Pero qué puede haber peor que esa mezcla de patatas poco hechas y huevina? ¡Si por lo menos fuesen huevos de corral recién puestos! 
  • Claro, la señora está acostumbrada a los mejores manjares y todo le parece malo… Haz como yo, olvídate de la tortilla y de la huevina, lo más importante en la vida es disfrutar, ¿no me ves lista ya para que comience la fiesta?
  • ¿Pero de qué fiesta hablas?
  • Ay, Judit, la que comienza dentro de un rato cuando llegue ese grupito de personas que dicen que escriben: poetas, narradores… Hay algunos que incluso son poli escribanos, pintores, artistas de las varietés.
  • Uf, a mí me aburren.
  • A ti, desde que te quedaste viuda, te aburre todo.
  • Mira, Penagos woman, conmigo de cachondeo lo justito, eh, tengamos la tarde en paz. Sabes que me gasto muy malas pulgas. Te diría que le preguntases por mí a Holofernes, pero claro, como tengo su cabeza aquí abajo te va a resultar un tanto difícil que te responda, jejeje, me parto y me mondo. 
  • A mí, querida, tu imagen de mujer fatal, cruda y seductora, no me da miedo. Eso sí,  envidio que seas metáfora del poder femenino que logra vencer a “la mayor fuerza viril”: ¡Los hombres!, jajaja. Bueno, cada una tiene sus armas y yo también los derroto con las mías.
  • ¿Pero qué dices? Si tu único objetivo en la vida es divertirte.
  • No te equivoques, viudita alegre. Yo, oliendo a perfume francés, fumando cigarrillos egipcios, bebiendo cocktails, y con mi pelo a lo garçon los tengo conquistados. Comen de mi mano, pero no sólo ellos, sino ellas también, que ven en mí a la verdadera mujer. Mira, te propongo una apuesta: ahora, cuando lleguen los “frikis de las letras”, los oímos y cada una de nosotras va eligiendo al que le gustaría seducir. Al final, contamos y la que gane, escoge el lugar donde comeremos mañana. ¿Te parece?
  • Bueno, vale. Así, la tarde no me parecerá tan aburrida. ¿También cuentan las féminas?
  • Por supuesto, pero cállate que aquí llegan.

Por la escalera de madera del siglo XIX comenzaron a bajar el grupo de personas que las mujeres esperaban. Alrededor de una mesa doble de color verde india se sentaron y comenzaron su reunión.

  • Por Dios, esto es insoportable, ¡qué calor hace! —comentó un gordito cojo, tocado con un sombrero panamá, que avanzaba con la ayuda de un bastón de empuñadura plateada con forma de sirena.
  • Es cierto —afirmó una chica menudita, con gafas, sacando un abanico multicolor como la bandera LGTBI.
  • Este camarero nos quiere echar. No pone el aire —se quejó un calvo secándose el sudor de su cabeza tipo bola de billar. 
  • Venga, vamos a comenzar que hoy somos muchos ordenó una chica de cabellera rizada y pelirroja, que lucía monísima con un vestido años cincuenta.
  • Sí, comenzamos aseguró el que parecía el jefe de ellos haciendo sonar una campanita Os he traído pastitas y chocolate del Hierro.

El hombre dejó sobre la mesa los regalos y en voz alta anunció:

  • Comenzamos con la Juristo.

“La mujer de Penagos” y “Judith, de Gustav Klimt” se guiñaron el ojo en señal de que comenzaba la apuesta.

Una mujer rubia, con una carita llena de ternura, desenroscó unos papeles, más arrugados que una revista de peluquería, y habló:

  • Este poema se lo dedico a José León, lo escribí pensando en mi marido. Se titula TATÚAME.

La mujer recitó su creación y cuando pronunció los versos “Como si fuera de ti, alma y vida, piel y muerte”, “Judit de Gustav Klimt” guiñó el ojo haciendo suyo el primer voto después de pensar: “Esta dama es mía, sin duda alguna, habla de muerte ¡y yo tengo tan buena relación con ella!”

Así, poco a poco, las dos mujeres se fueron repartiendo los votos de los poli escribanos. 

Para “La mujer de Penagos” fueron a parar:

  • Susana: Entre el título de su relato “Susurros en libertad” y su frase “Es poeta y aún no lo sabe”, la conquistó desde el primer momento.
  • José María: ambas tenían dudas, pero Penagos woman al oírle recitar: 

“Ante Dios respondo, con mi voz pequeña y escondida,

  solo barro y enmudezco”

Se desvivió por hacerlo suyo. No solo guiñó el ojo sino más bien parecía tener un tic.

  • Javier: El título “Luces” y los últimos versos:

“He estado aquí, con las luces apagadas de la casa

  para que no me vierais”

ganó a la mujer vestida de charlestón.

  • Juan C: La chica de Penagos guiñó el ojo nada más oír el título “La encantadora de penes” y quiso gritar, “este es mío, este es mío”, al oírlo decir:

“Don Custodio era el gallo del corral… y nuevamente explosiona con lava joven”

  • Aure: Con ese título, “Fado”, tiene que ser mío. El yayo escribe de maravilla, eso pensó antes de votarle.

“Cantaste el nombre del rey moço y el de sus estirpe y nadie te escuchó”

  • Ana Gonz: La mujer Penagos tenía dudas sobre ella, pero al oír que el poema era de Octavio Paz, no le dio tiempo a su rival para ganársela. El título “La Calle” era muy de ella, se identificaba con él.
  • José León: “El rey que amó”, sólo con esa frase la tuvo en el bote. Ella siempre quiso ser de la realeza y más al oír “¡Faldas, temblad!... que buen fertilizante Pepe era
  • Pablo: Ni hablar, ¡este para mí! Así, sin más, guiñó el ojo a su compañera cuando lo oyó decir “Los poetas copulamos con las palabras” y pensó “Mañana voy al modisto para que me haga un vestido con fondo blanco y con las letras del abecedario a colores salpicadas encima 
  • Paloma: “Yo era la niña del por qué”. Así, con esa rebeldía con la cual se identificó “La mujer de Penagos” la hizo suya.


“Judith de Gustav Klimt” se adjudicó los siguientes:

  • María Juristo.
  • Amelia: “Marmitako de la Discordia”. Las aventuras de Josetxu y Ada le recordaron las conversaciones previas con Holofernes antes de matarlo.
  • Isabel: Su recuerdo y homenaje a Montse hicieron que guiñase el ojo, más aún cuando oyó “Hay pérdidas que siempre se quedan contigo” y miró abajo, en la esquina derecha la cabeza de su amante babilónico, Holofernes.
  • Juan B: La protagonista del relato “La gemela de la mujer del cartel” pudo ser ella perfectamente. Enmanuelle mostraba sus pechos, ella también y los suyos eran más tersos que los de la estrella de los Países Bajos, Sylvia Kristel.
  • Pedro: Por favor, no hay nada que hablar Carpe Diem y más con esas cosas que dice: Ojitos de gorrión, pétalo de laurel, rosa de pitiminí, aroma de malvasía, carita de madreselva. A éste lo seduzco y si se me tuerce, pongo su cabeza abajo a la izquierda. Pensó con morbosidad antes de hacerlo de su equipo.
  • Ignacio: Este hombre es muy funerario pensó, tengo que votar por él. Habla de la poeta Patricia Laurent y de un conejo, José Eulogio, los dos muertos. Guiñó el ojo sonriendo “Yo también tengo un conejo y todavía no lo he bautizado”
  • José Antonio: ¿Cómo no va a ser mío? El “Romance de un finado”… Los había subestimado, aquí hoy hay mucha muerte y eso me gusta.
  • Carlos Ceballos: ¡Estos están locos! ¿Qué dicen de conexión Honduras?, no lo entiendo, pero lo voy a votar. Ese entorno me recuerda los oasis de mi Jerusalén natal. Y qué dice: “¿El hombre solitario es un Dios o una bestia? Debe ser descendiente de mi Holofernes. Guiñó el ojo a su rival con mucho descaro.
  • Luis: “La vida era ya”. Otra dedicatoria para Montse. Debió ser una compañera muy querida por todos ellos.  



Cuando el grupo desalojó la sala, “La mujer de Penagos” y “Judit de Gustav Klimt” decidieron que:

  • David que no leyó nada sería voto nulo, aunque “La mujer de Penagos”, al verlo escondido allí en un rincón y saber que el próximo martes presenta una novela titulada SEPTIEMBRE,  se arrepintió de no votarlo. Así los quiero yo, sumisitos para hacerlos según mis ideas. 
  • Las dos personas que no leyeron, Rocío y Chelo serían votos nulos. 

Hicieron el recuento y vieron que cada una poseía nueve. Se miraron, suspiraron y llevándose las manos a la cabeza, al unísono, gritaron:

Mañana, otra vez ¡TORTILLA DE PATATAS!



Juan Bautista Raña
26 de febrero de 2021






No hay comentarios: