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jueves, 26 de enero de 2023

10ª Jornada/XVI año: Miércoles, 25 de enero de 2023

 


¿Conchi? ¡Holaaaaa rebonicaaaaaa! ¿te pillo mal?

Ná, es que acabo de llegar de la Tertu y digo, pues la llamo y le cuento…

Pues mira, así en general, ha estado muy bien; hoy hemos sido pocos, afortunadamente para mí que, sin anestesia ni ná me han encasquetao la bitácora, y aunque he intentao escurrir el bulto, es muy difícil negarle algo a Javier cuando te lo pide mirándote a los ojos y con esa carica que pone de “yo no fui”…

Así que bueno, ¿qué le voy a hacer? Ya veremos si no se arrepiente, jejeje.

Cuando llegué estaba él solo, trasteando con el ordena, supongo que, conectando el Zoom pa vernos con los que no pueden venir, pero quieren estar, como Carlos, del que te hablé el otro día, el que vive en Plasencia y no le gusta. También estaba León, que en ese momento no estaba porque había ido a asuntos propios, pero he visto su gorra y digo: esa gorra es de León.

Luego ha llegado Juan Antonio y oye, tan ricamente, así poquitos, porque maja, menudo embolao eso de la bitácora que, además, la última, la que hizo Rocío, nos ha puesto el listón demasiado alto. En fin…

Pues ya todos sentaícos y dispuestos, empieza Carlos diciendo que nos iba a leer un par de cosillas que al parecer no sabía qué hacer con ellas y que estaba preocupado por el ritmo, pero vamos, que nos ha encantao,  tanto es así que le he nombrado “alumno ilustre”, vaya tela…

Luego, León, que dice que ha dejado los sonetos y entre tú y yo, Conchi, no se lo creé ni él; de hecho, nos ha leído uno que era una declaración al mar, y por supuesto, nada que objetar, ni siquiera Javier que, por cierto, era el siguiente y de entrada nos ha advertido que iba a seguir dándonos la turra con Iguazú, pero vamos, no tiene ni idea de lo que es dar la turra. Y de pronto se ha mezclado la paloma que vuela en el poema de Javier con la nuestra, que ha aparecido por la pantallica del ordena, con su bata y su paracetamol. Estaba pachucha la pobre.

Ea, pues hasta aquí bien, pero mira Conchi, de pronto, qué tensión, qué nervios al escuchar unos pasos que se aproximaban. Pa mis adentros me decía: que no sea, que no sea, o bueno, que sea alguien ajeno, pero no. Era nuestra querida Ana o lo que es igual, una más que añadir a la bitácora, tal y como me temía.

Que sí, que me ha encantado verla, pero “cagontó”…  

Y ya, de perdidos al río, he pensado cuando he visto aparecer a Aure, que como dice Ana y prácticamente, certifica León, es “el mejor” y que de verdad y lo sabes Conchi, me alegra muchísimo verlos, pero hoy no era el día, no con este marrón…

Ahora, también te digo que me estaba divirtiendo, lo que pasa es que una vez que me comprometo a algo... y encima no tengo ni idea de cómo hacerla. 

En fin… llega mi turno y bueno, unos que sí, otros que no… que si quita esto que si no lo toques…

León que se tiene que ir, lo hace en verso y después toma la palabra José María Garrido, el poeta que además hace esculturas y relatos y todo lo que se proponga, pero ay, Conchi… por si fuera poco, me pide que sea yo sus ojos. Menos mal que Javier nos ha salvado al relato y a mí.

José María se prepara para irse y Juan Antonio toma el relevo con un poema que nos anima a mantener una breve  e interesante reflexión filosófica.

Seguidamente aparece Luis y comienza a leer Paloma: la verdad y su contradicción. Hace literatura de la experiencia.

A ella también la he nombrado “alumna ilustre” porque lo bueno si es breve…

Oye, que lo mismo te estoy aburriendo, pero ya casi termino, solo quedan Ana, Aure y Luis.

Primero Ana, con un poema y un micro que nos ha dejado un poco perplejos; es lo que tiene, a veces, la realidad.

Después Aure, también con su realismo; la fugacidad del tiempo y la vida: al pan, pan y al vino, vino, que como dice Karmelo: tanta hostia y tanto colorín.

Y por último, Luis, que cierra el acto con broche de oro, recitándonos un tango, una milonga… pero eso sí, brilló el acero y la sangre, como no podía ser de otra manera.

Al final, fuimos cuatro, como al principio. Salimos satisfechos y cada cual tomó su rumbo.

Bueno maja, que a lo tonto nos han dado las mil y yo tengo que ponerme a hacer los deberes. Ya te contaré.

Ea, pues lo dicho, que descanses y muchos besiccos, chao.


Chelo Santa Bárbara
26 de enero de 2023


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