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viernes, 18 de noviembre de 2022

4ª Jornada/XVI año: Miércoles, 16 de noviembre de 2022

 

Exámen sorpresa


La señorita Sánchez venía muy seria, lo veíamos venir desde hace unos días. Y tracatrá, sin decir siquiera buenos días, según ha entrado por la puerta, ha anunciado: "Examen sorpresa, además, oral".

Más de un lápiz se nos ha resbalado de la mano y se ha caído al suelo.

"Quiero silencio absoluto, iré nombrando a cada alumno para que exponga su respuesta". Se nos ha cortado la respiración.

Ignacio Tamés, que no se asusta ante estos imprevistos, ha sido el primero. La pregunta se las traía: A ver, háblenos sobre la posibilidad de que un libro hable. Ya ahí, sin inmutarse ha empezado a contar que de este libro que hablaba ya sabían en la biblioteca de Villaverde Alto y que fue escrito en fascículos. Que se crió entre un libro de recetas de cocina y las memorias de Kissinger. Tenía su propio título, Memoria y obra del profesor González Tocinillos. Que si lo robaron cuando lo tenían sujetando una pata que estaba coja y no sé cuantas cosas más nos dijo. Agregó, sin duda, para subir nota, que leer para un público neutro es para quien va dirigido. En Villaverde se rieron, remata.

Un 7,5 largo le da la señorita Sánchez.

Antes de que se siente Ignacio, está llamando a la palestra a Carlos Ceballos. La profe no ha debido dormir bien... pues no va y le pide que diserte sobre que las ideologías odian a los locos. Flipamos.

Pues Carlos no se achica. Empieza a contar que hay una hoguera congelada y que el veneno a veces sube a la altura de los ojos y ya no sabe qué conquistar. Muy bien, dice la señorita Sánchez, un autorretrato. Y le da un 8.

Con esa nota, Carlos se ha venido arriba y empieza a exponer frases que podrían ser aforismos o greguerías y habla de un conferenciante motivacional y de desandar las mentiras rockefeller.

Ha empezado dura la profe. El siguiente era yo. Estaba ahí calladito y agachado para pasar desapercibido y señalándome con el dedo índice estirando bien el brazo, me espeta: Javier, desarrolle el concepto de Año Nuevo. Toma ya. Puede que aparezca, le digo, señalando en la noche las sillas que quedaron vacías... Digo amor y esperanza y lo corrijo sobre la marcha y digo piel y horizonte. Y luciérnagas y un calendario que me mira. 

Hay un momento de tensión, porque se queda callada. Pero de pronto suelta un 8,5. Y vuelvo a mi pupitre/escondite.

¡A la pizarra, Paloma!

Los cambios de tema en este examen son radicales. Háblenos de las cabezas cortadas, de lo que le ocurrió a Beethoven y a su craneo. Nos miramos unos a otros expectantes. Sin saber qué contará Paloma. Fueron robados los huesecillos de Beethoven, comienza. Le gustaba el vino contaminado con plomo. Cuando robaron el craneo, en compensación, pusieron un reloj en su tumba. Nos cuenta de una tal Zeligman, que tenía una gran coleccion de cráneos. Restos del cráneo del compositor aparecieron en California en 1990...

¡Un 6,8! Qué poco, murmuramos bajito los demás alumnos.

La señorita Sánchez es inflexible.

Cinta es la siguiente en examinarse. A ella le tiene preparadas dos preguntas. La primera... que nos hable de las mudanzas desde Huelva a Madrid en 1973. No le ha cogido descuidada a Cinta. El camión está con la puerta abierta mientras era el último desayuno en casa. Tocaba llenar el camión entre todos. El tren tardaba 12 horas en llegar a Atocha desde Sevilla. Federico, ya estamos en Madrid...

Un 7,9 para su exposición.

Y la segunda pregunta: La poesía, el amor y las bordadoras. Cómo evitar de nuevo cruzar nuestras miradas de asombro entre nosotros. Y nos cuenta Cinta a todos, no solo a la señorita Sánchez, que ella hilaba besos cada mañana para bordarlos poco a poco sobre la tela de su cara.

Un 8,1 para la pregunta poética. Bravo, Cinta.

Para Susana, la próxima en pasar por el examen oral, pide un tema casi metafísico: conversaciones entre nube y tierra. Nos emociona Susana. Nos lleva a lo emotivo cuando en forma de carta habla con su madre que hubiera cumplido 73 años. Soy Susi... Ay, mamá. Papá seguira siendo un caracol mientras te vislumbra. Ya sé abrazar...

Un 7 y con lágrimas, dice bajito, emocionada, la señorita Sánchez.

Susana, a petición de la profesora, tiene que completar su examen hablando sobre las odas y los besos. Mi boca era un volcán, mi lengua penetrante... 

Solo te voy a dar un 6. 

Caramba, qué manera de dar notas tan dispar, pienso. Celia, que está a mi lado, me dice: Mataba yo por un 6 en las oposiciones...

Ha habido un corte de luz y entre tanto, mientras volvíamos a conectar los plomos, Omega ha tenido que marcharse. Queda ella pendiente de evaluar, al igual que Rocío, que promete entregar un trabajo escrito.

En este trance de parón del oral, dos alumnos cuchichean: me gusta tu voz, me caes bien... La clase empieza a reir como adolescentes.

Con una mirada gélida frena nuestras risas la señorita Sánchez.

¡Alberto, su turno!

Si a mí me pregunto sobre el año nuevo, a Alberto le pide que nos hable sobre la relación entre la Navidad y Herodes. Y que sea breve. No es fácil, porque es un tema para enrrollarse pero bien, bien.

Dani Manteca, dice muy serio, en un microrrelato para lectores que no les gusta la Navidad. Y nos cuenta de una palmera de chocolate, de un pastor de resina boca abajo en el río de papel de plata, de Herodes...

Un 8,6. Notaza.

Ay, a Celia, la sorpende con una pregunta sonre mitología y móviles. Va a pillarla. Se ve que no ha suspendido aún a ninguno y nos tiene ganas. Nadie me llaman, exclama Celia. Gimió el minotauro exigiendo la sangre joven pero no lo oí. Andaría yo despistada tecleando mi número secreto.

¡Un 9! Algún alumno la propone como delegada del curso. Acéptalo, le dicen, pero no le interesa el puesto.

Ser el último en un examen oral es chungo. Anagonz es la que ha pasado más nervios por ser la última. La pregunta de la profe va de idiomas para terminar la ronda. Háblenos del deseo en gallego y en español. Se le pasan los nervios en un tris. Siendo de Vigo, lo tiene chupado.

El deseo siempre fue mentiroso, queda ya sin diferencia el amor y más amor. Sin diferenza entre amor y mais amor.

Le da un 7. La versión en español mejor que la gallega. 

Los que han faltado a clase se han librado, pero como la señorita Sánchez vuelva a tener una noche de insominio nos casca otro examen sorpresa. Y como esté seria, oral.

Hemos tenido suerte, no nos podemos quejar, hemos aprobado todos.

Mientras salimos del aula, alguien tararea la canción del tonto Simón, de Radio Futura.


Algunas imagenes del examen oral (Fotos de Ignacio Tamés y dibujo de Paloma S.):













Javier Díaz Gil
18 de noviembre de 2022


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