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sábado, 13 de febrero de 2021

16ª Jornada/XIV año: Miércoles, 10 de febrero de 2021

 

SUBIENDO ESCALONES DE ENCUENTROS CREATIVOS

Javier hace sonar su campana y comienza la tertulia. Aure viene preparado con el casco de bombero, por si acaso. La Tirabesitos hará bien su trabajo y nos enviará a todos cartas de enamorada. ¡El ambiente está que arde!

¡Vaya suerte que corremos al poder vivir cada día instantes de poemas, novelas, cuentos y relatos, reflejos de creatividad! Como diría mi maestro de estética Don Alfonso López Quintás, gracias a nuestros encuentros literarios, subimos de un nivel a otro superior, siguiendo “el camino de la plenitud personal”.

Rocío lee, sin anestesia, su carta, “Mi querido Don Benito”, uno de los muchos homenajes que tiene guardados. La animamos a publicarlos en un libro. Recibe todos nuestros corazones, porque nos hemos hecho niños escuchando:

                “Ya están aquí mis dos Margaritas!

                  ¡Ha llegado la primavera!”

Cuando nos lee “cambiaría todos los éxitos de mi carrera por volver a vivir aquellos primeros días en Santander”, queremos hacer lo mismo. 

José Antonio da mucha fuerza al grupo y encanta con sus poemas llenos de filosofía e imágenes. Esta vez nos lee su poema “El secreto” bajo foto de rojo terciopelo y palabras de fuego y luz. Ascendemos escalones. ¡Comenzamos a entender lo del casco de Aure!  

Aure es todo ternura, se quita su casco de bombero, siguiendo indicaciones de Juan Bautista. Hoy parece que busca su identidad “¿Quién soy yo?”, algo difícil de entender a cualquier edad. Siente “la vida entre las manos”. Lee uno de sus tres poemas de gorriones y nos invita a una futura exposición de objetos integrados en poemas. ¡Qué gran idea!

Susana, nos sitúa en el nivel cuatro de elevada creatividad. Con las descripciones y la acción que contiene su relato, nos adentra en la trama sin perder detalle, creando la atmósfera más adecuada. Si uno de sus personajes nos invita a entrar en el relato, saltamos de la realidad a la ficción como si fuéramos Mia Farrow en La rosa púrpura de El Cairo, de Woody Allen. ¡Bravísima en los finales! ¡Cómo sabe prepararlos! Esta vez todo es real. Bien documentada hoy, se ha vestido de “La última samurái”. Nos lee “Vivo en una época agitada, convulsa, turbulenta… Entreno mi voluntad para no ceder a los engaños de la mente…”. Seguimos subiendo escalones y queremos ser samuráis, entrenaremos en esa escuela de artes marciales. ¡Qué maravilla! “Enseñar a morir a sus alumnas con honor”. Se las apaña para hacernos sentir que somos también mariposas, “como mariposa en el aire que aletea para convertirse en luz”. Algunas escenas son cinematográficas -comenta Javier.

Juan Calderón se nos escapa, lleva su jardín de poemas bajo el brazo. Se pierde el relato de Almudena, “Entre lobos y humanos”. “No hace falta que te asustes (era la voz de su cabeza)… Cayó en la cuenta de lo que significa ser humano”. Bellas reflexiones filosóficas. Nos recordó a San Francisco de Asís.

Juan Bautista, a punto de concluir ya su novela, instala al público asistente en La Habana con gran facilidad de artífice enamorado y nos dejamos llevar por el ambiente de cabaret. ¿Estamos invitados? A veces nos escandalizan los ambientes en los que consigue introducirnos, somos un personaje más de su obra. Podemos elegir la Bimbanbú, la Señora Marquesa o Doña Caridad, que ya nos son muy familiares después de tantas páginas. Hoy observamos desde un rincón la escena con la Tirabesitos y acabamos deseándonos feliz 1959. Echamos en falta esa música que pone otras veces, pero hemos captado su melodía y nos satisface una entonación tan perfecta. Los besuqueos han estado muy bien y tenemos las mejillas coloradas. Rocío dice que se ha sentido como en una telenovela de radio.

Paloma, divina traviesa, niña de grandes inquietudes, nos despierta con sus reflexiones de La Divina Comedia y nos hace pensar de nuevo en el infierno, no sabemos si preferir el purgatorio. Escuchamos “Me adentré en el camino de lo tenebroso que cantan las voces lastimeras de las ánimas” y el pánico sobreviene. Menos mal que si “hablamos con Platón” nos enseña cómo iniciar una paideía para ir hacia la luz de las ideas. 

Juan Antonio se las ingenia para que entremos en el juego de lo grupal con un bello poema dedicado a criticar las “Leyes educativas”, “Normativas con muelles oxidados”. ¡Menudo tábano que está hecho! Lo vemos próximo al gran Sócrates, hace lo mismo que él, las cumple, aunque sean absurdas componendas. ¡Podría estar arriesgando su vida! Aunque creemos que la ley sí que está en riesgo.

Ana María, tan callada toda la tertulia y sorprendida por lo que aprende de todos, se está convirtiendo en nuestra diva. La invitan a que en la próxima tertulia nos hable del fenómeno artístico ya que ha escrito mucho sobre ello. La consideramos una filósofa del tiempo al estilo de San Agustín, porque ha dedicado obras a esta temática; como historiadora, un magnífico ejemplo es su novela "La pupila del tiempo". Como poeta, también encontramos interesantes trabajos, entre ellos hoy escoge para leernos “Oh tiempo de mi tiempo”. Será mejor recojamos el poema completo. La temática es el vértigo del tiempo, nos comenta ella, pero pensamos que lo transforma en éxtasis con su arte:

                     

Oh tiempo que transcurres con rapidez pasmosa,
Que cuando eres presente ya eres tiempo pasado,
Y el universo entero atraviesas sesgado,
La vida de la gente, su desvivir, sus cosas.

En tu extraño equilibrio, en tu faz sigilosa,
Tienes en el espacio tu devenir forjado,
Ayer y hoy y siempre son tu ser esbozado,
En donde permanece tu ruta presurosa.

Oh tiempo que amaneces con alba esplendorosa,
Y al querer retenerte te diluyes alado,
Y anochece tu estela sin dibujar su rastro,
Y tienes el destino fugaz de las mimosas.

Oh tiempo que discurres con aura prodigiosa
Sin perdurar apenas un instante a tu paso,
Sin detenerte nunca en tu invisible trazo,
Oh tiempo de mi tiempo, detente en mí. Reposa.

Que cuando eres presente ya eres tiempo pasado,
Y el universo entero atraviesas sesgado,
La vida de la gente, su desvivir, sus cosas.
En tu extraño equilibrio, en tu faz sigilosa,
Tienes en el espacio tu devenir forjado,
Ayer y hoy y siempre son tu ser esbozado,
En donde permanece tu ruta presurosa

Oh tiempo que amaneces con alba esplendorosa,
Y al querer retenerte te diluyes alado,
Y anochece tu estela sin dibujar su rastro,
Y tienes el destino fugaz de las mimosas

Oh tiempo que discurres con aura prodigiosa
Sin perdurar apenas un instante a tu paso,
Sin detenerte nunca en tu invisible trazo,
Oh tiempo de mi tiempo, detente en mí. Reposa.

Javier pasa a leernos la sorpresa que nos trae. ¡Gran maestro eres! Te admiramos y lo sabes, porque tienes la “experiencia” a la que se refiere Paloma, aunque tu humildad no te lo permita reconocer. Con el arte poética de esos versos, nos llega la luz de tus ideas y celebramos contigo a “Chaplin, huyendo / por los tejados de Londres”.

Cinta, la gran autodidacta, se nos va sin compartir poema o cuento de esos rincones que hay en su biblioteca. 

Carmen, qué alegría volver a escuchar tu voz después de tres semanas. Te echábamos mucho de menos. El ritmo de lectura y entonación nos cautiva y, ya que sabemos lo que son los “tamales”, estamos ambientados envolviendo las mazorcas de maíz. Esperamos ilusionados el nuevo proyecto de cuento que trabajas con tu hijo.

Maite nos invita a vivir grandes emociones en los pequeños detalles de vida cotidiana que se trastocan en realidad asombrosa. En el relato que lee, “El pintor desterrado”, su varita mágica eleva el nivel de la tarde, subimos otro escalón más. 

Lurdes encuentra mucha inspiración en esta escuela. Dentro de unos días nos mostrará el resultado de los arreglos y retoques en sus poemas que va realizando gracias a los tertulianos.

De Isa estamos enamorados y ella lo sabe, transforma la tertulia cuando desvela versos con gran lirismo y experiencias reales de residente ¿Los médicos duermen?, pregunta una niña y deja admirada a la neuropediatra para desvelarnos poéticamente su resultado: “Sombras en mi lunar”, “fiebre díscola”, “fantasmas que se cuelan, zigzagueándome las mejillas” …  “Cuatro horas tiene esta madrugada” … Tus esfuerzos lucen mucho. El éxito te lo mereces, Isa.

Llega el final y nos quedamos pensando en la interesante sugerencia de Aure: haremos pronto una exposición con los objetos integrados en los poemas. Seguro que no falta el casco de bombero, porque la tertulia está que arde.



Lurdes Durán Díaz
12 de febrero de 2021










Dejamos aquí como muestra de las intervenciones de hoy, el poema "Gorriones" que leyó Aure:



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